Capítulo 6
Capítulo 6
La suave brisa de septiembre entraba por un espacio abierto de la venta, la delicada cortina blanca se extendía por el viento, sin poder evitarlo emito un ruidoso estornudo.
-Ohh, lo lamento, no sabía cómo encender la calefacción así que abrí un poco la ventana a medio día, olvidé cerrarla –se disculpa Elena.
-Está bien, la brisa es agradable –expreso restándole importancia.
-Por cierto, ¿no quisieras cambiarte? Aún vistes tu uniforme de anoche, debe de ser incómodo.
Sin esperar su respuesta, me dirijo a mi armario y saco un conjunto de pijama rosa de ceda, que constaba de una camisa manga larga y un par de short.
Los extiendo a su dirección –Estos deberían quedarte, si deseas puedes darte un baño y poner a lavar tu ropa, para mañana ya debería de estar lista.
-Señorita June, se está tomando muchas molestias, me da pena incomodarla –espeta con una mirada de cachorrito que no quiere ser regañado por su dueño.
-Tonterías –Ve, mientras yo preparo algo para la cena, gracias a esa sopa de pollo mi estómago se siente mucho mejor –digo con honestidad mientras me pongo una liga en el cabello.
-Estaré en la cocina, cuando termines ve a cenar –ordeno dejándola atrás.
Me acerqué a la isla de mármol y me quedé recostada un momento.
Pienso e inconscientemente emito un suspiro con pesadumbre.
Intoxicada, ¿Cuánto alcohol bebí para terminar de esa forma? Debo cuidar mi salud de hoy en adelante, sino moriré en cualquier momento, ¿Qué hubiese pasado si no me hubiese encontrado con Elena? Quizá me hubieran encontrado muerta aquí, ahogada con mi propio vómito, es asqueroso, una muerte no tan digna.
Me adentré tanto en mis pensamientos que perdí la noción del tiempo y ahí estaba sin hacer nada cuando Elena se acercó para tocarme el hombro y decir -¿se encuentra bien? No sé si su voz dulce y preocupada me sacó de mis pensamientos o su mano demasiado fría.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
-¡Santo cielo! Estás heladísima –exclamo apartándome por la impresión.
Emite una suave risa, esta no es fingida cómo las demás, sus ojos brillaban y las comisuras de sus labios estaban extendidas de forma diferente –Una disculpa señorita, es que estaba viendo hacia la nada y me preocupé un poco –se disculpa cubriéndose un poco la cara con las manos.
-Pfff no es nada –mofé y traté de dar un paso.
Sin embargo estuve tanto tiempo parada en la misma posición que mis piernas se acalambraron y al tratar de moverme mi cuerpo iba directamente hacia el suelo, cerré los ojos con anticipación, pero en ese momento unas manos frías me tomaron con fuerza evitando que mi cuerpo se estrellara con el suelo.
-Ay no, ¿está bien? –pregunta Elena abriendo mucho los ojos.
Cuanta humillación en un solo día, ¿pensará que soy así siempre?
Carraspeo y me aparto de inmediato, la presión de sus manos en mi brazo y cintura aún se sentía caliente, a pesar de que sus manos estaban frías.
-No sé qué me pasa hoy, no suelo enfermarme y actuar de este modo –aclaro riendo dirigiéndome al refrigerador.
-¿Algo en especial que quieras comer? –pregunto checando de arriba abajo mi refrigerador.
-Estoy bien con lo que usted decida –responde secando su cabello con una toalla.
Pensándolo bien no había tenido tiempo de juzgarla mejor, el conjunto de pijama que elegí le quedó a la perfección, a pensar que mi cuerpo es delgado con pocas curvas, me gusta usar pijamas una o dos tallas más grandes.
Las chicas de la edad de Elena están bastante desarrolladas cuando llegan a esa edad, bueno en su caso porque el mío tenía más de 20 y mi cuerpo aún se veía como de una chica de 13 o 15, a excepción de mis pechos, y ahora que estoy vieja no tengo esperanzas de crecer un poco más.
¿Sucede algo? –pregunta Elena, parece que notó la forma en la que me le quedé viendo.
Cambio la mirada de inmediato –Ehh no, solo que el pijama te queda muy bien.
-Ohhh –responde y se sonroja un poco.
Mientras preparo la cena decido acabar con la incomodidad del ambiente y comienzo a preguntar más de ella, aunque sé que no debería meterme en su vida privada.
-¿Y de dónde eres? –pregunto con normalidad.
-Ohh, crecí en un pueblo hacia el este bastante apartado de la ciudad, vine acá a buscar empleo –responde de inmediato.
-¿Ohh en serio? Yo igual, me mudé a la ciudad cuando tenía 18 –comento riendo, omito la parte de que fue por estudiar la universidad, ya que cuando le pregunté más temprano parecía triste.
-¿Si? Es genial, y ahora es muy exitosa, estaba buscando su estudio en la web y parece que ha trabajado con varias marcas famosas, es muy impresionante –habla con un brillo excepcional en los ojos.
Río al ver su emoción –Sí, aunque para llegar a esto tuve que pasar por un camino difícil, casi son 10 años desde entonces, los años pasan bastante rápido –comento tomando un poco de té.
-La verdad es que a mí también me gusta la fotografía –comenta picando su comida con un tenedor.
-¿Es así? ¿Entonces te gustaría estudiar fotografía?
-Quisiera hacerlo algún día, ahora es muy difícil para mí, sin embargo ese es mi sueño –ríe con una mirada triste.
-¿Puedo preguntar algo personal? –me atrevo a sacar el tema.
-Por supuesto –responde llevándose a la boca un poco de fruta.
-Sí quieres estudiar fotografía hay varias universidades que conceden becas a los estudiantes ¿por qué no consideraste la idea antes, estudiar y trabajar medio tiempo está bien, ya que tú eres muy trabajadora no creo que se te complique tanto estudiar y trabajar.
-No es que no quiera, lo pensé desde que me gradué de preparatoria, sin embargo ahora tengo que trabajar.
-¿Por qué tienes tantos trabajos?
Creo que me estoy excediendo.
-Alguien tan joven como yo no puede optar por un trabajo con buena paga, todos mis trabajos son de medio tiempo, sin embargo ni siquiera eso me alcanza para mantenerme aquí y mandarle dinero a mi mamá.
Ahora entiendo un poco más, parece muy triste al hablar, sin embargo no se detiene.
Viene a buscar empleo a esta ciudad, tengo que ayudar a mi madre y hermano con las deudas que dejó mi padre al morir y pagar los medicamentos de mi madre, trabajo todo lo que puedo para cubrir parte de estos gastos, pero no puedo llegar tanto como quisiera.
De pronto levanta la mirada y se encuentra con la mía, parece que inconscientemente puse una mirada lastimera.
-Ohh, fue innecesario lo que dije, me disculpo si la incomodé –aclara moviendo sus manos exageradamente.
-No te preocupes, yo fui la que te preguntó al principio pero ¿entonces las... fotografías?
Al darse cuenta de lo que quería decir rápidamente aclaró –Fue en un bar en el que trabajo, el dueño me ofreció el empleo, dijo que me pagaría bien por las fotos, dudé pero al final decidí hacerlo, sin embargo ahora quiere fotos más reveladoras y no me queda de otra que aceptar.
La verdad si es una situación difícil, pensé que ella lo hacía por mero gusto, aunque pude notar su timidez e inseguridad desde el principio.
-¿Pero para ti está bien hacerlo, digo, te puedes meter en problemas con tu madre o algo así?
-Lo pensé mucho antes de aceptar, de hecho el día que fui a su estudio estaba indecisa, casi me arrepentía, sin embargo la paga es buena, pude enviarle más dinero a mi mamá este mes a causa de eso, la verdad es que sí, tengo miedo que algún conocido o mi hermano las vea, esa preocupación no me deja dormir a veces -confiesa viendo hacia abajo
-¿Es muy entrometido de mi parte saber cuánto ganas en total al mes? -pregunto esperando que no se sintiera incómoda, juro que lo hago por buenas intenciones, no solo por curiosidad.
-Ahhh, claro, no tengo problema con decirle -contesta achicando los ojos con un poco de pena.
Al escuchar la cantidad me quedé absorta.
-¿Eso es legal? Tienes todos esos trabajos y solamente es eso, es claramente explotación laboral para un salario así.
Ella no dijo nada, avergonzada siguió comiendo.
-La razón por la que pregunté no fue por curiosa o entrometida, tengo una propuesta para ti, escucha atentamente.
-¿Propuesta? -pregunta confundida.
-Así es, ¿te gustaría trabajar para mí como mi asistente? -pregunto, esto claramente no lo hago por lástima ni nada parecido.
-¿Asistente? -pregunta con los ojos sumamente abiertos.
-Sí, sucede que hace mucho planeaba contratar una asistente, eso sí de tiempo completo, tengo un equipo sin embargo somos pocos y ellos no pueden estar todo el tiempo ayudándome cuando salgo a viajes de negocios, entonces decidí tener una asistente, ¿te gustaría?
-Puedes pensarlo si deseas -sugerí, sin embargo está mas que claro que aceptará notando la expresión de su rostro al mencionar la paga, ya que es casi tres veces más grande que todos sus trabajos juntos, y la mejor parte es que no seguirá con las fotos.
-Po-por supuesto, me encantaría -dijo con una sonrisa de oreja a oreja mientras se levantaba para luego darme un abrazo.
-De acuerdo -río correspondiendo su abrazo.
-Mañana mismo puedes pasar por la tarde para firmar tu contrato, te enviaré un correo electrónico con los documentos que debes de llevar.
-Sí, sí, por supuesto que estaré ahí, no sabe lo agradecida que estoy con usted señorita June.
-No tienes que agradecerme, por lo general todos los días son muy cargados, a veces trabajo en el estudio o tengo que viajar, incluso por semanas, pero además del trabajo es realmente divertido, al menos para mí, ahora que sé tu gusto por la fotografía podrás aprender y divertirte de igual modo.
-Sí, si a todo, ¡muchísimas gracias! -daré lo mejor de mí -promete aún dando saltitos de alegría.
-Sí, eso espero. Ahora iré a mi estudio, tú puedes dormir en la habitación de huéspedes de allá -señalo -si necesitas algo no dudes en pedírmelo.
-De acuerdo, gracias de nuevo -sonríe
Asiento y me dirijo a limpiar lo que ensucié en la cocina.
Después de meter los platos al lavavajillas me dirigí a mi estudio para seguir trabajando, perdí un día completo de trabajo, no quiero ni imaginar todo lo que se acumuló en mi agenda, pero ahora tendré ayuda, espero que todo salga bien, ojalá y no fuera una decisión apresurada.
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