Capítulo 4

Mi estúpida alarma está sonando, estiro mi brazo para poder apagarla pero abro los ojos al no poder encontrarla.

No es mi casa. Le doy una vista a mi alrededor y visualizo un lujoso departamento, la alarma deja de sonar y volteo a la dirección contraria.

Un brazo sale de la sábana blanca que cubre la parte de mi pecho desnudo.

Parece que si tuve acción anoche después de todo.

-Disculpa si te desperté, pero debo ir a trabajar –dice una voz grave a mi lado.

Ya recuerdo todo, tuve una cita en un bar con un tipo y después de unos tragos nos trasladamos a su departamento, entonces fue así como resultó todo, pienso.

Me levanto sin pudor alguno ya que estoy completamente desnuda y busco mi ropa que está regada por toda la habitación, el tipo el cual nombre no recuerdo me toma del brazo y me jala hacia él, me envuelve de nuevo en las sábanas y susurra cerca de mi oído.

-Por qué no te quedas un rato más conmigo, nena –su aliento apesta a alcohol y puedo imaginar que el mío está igual.

-Ya me tengo que ir –pronuncio con indiferencia, me suelto de su agarre y me levanto de nuevo.

Siento su mirada en mi cuerpo mientras me pongo la ropa.

Me doy la vuelta hacia la salida de la habitación y estiro mi mano en forma de despedida –Me voy –le hago saber y me pongo mis lujosas zapatillas de tacón.

-¿Nos volveremos a ver verdad? –escucho saliendo del departamento.

Es probable que lo haga –pienso.

Arreglo mi cabello mientras bajo del elevador, no recuerdo qué tan lejos está mi casa, tendré que pedir un taxi.

Salgo del edificio y abro mi bolso para sacar mi móvil.

-¿Señorita June?, digo Garner, -volteo a ver al providente de esa voz y me sorprendo cuando veo a Elena, la chica de las fotos enfrente mío.

La escaneo de pies a cabeza, viste unos jeans con una camisa polo de lo que parece un logo de algún Delivery.

-Ohhh, eres Elena ¿verdad?

-Así es, la vi de espaldas y pensé que era usted, al parecer acerté.

-Eso parece, pronuncio acomodando y cerrando mi abrigo largo, ya que no parece muy profesional de mi parte vestir un vestido negro corto con un escote muy pronunciado a las 7 de la mañana.

Enciendo mi móvil y parece que no tiene pila. Creo que tendré que pedir un taxi desde la recepción de este edificio.

-¿Espera a alguien señorita? –pregunta la chica

-No, planeo pedir un taxi.

-¿Va muy lejos? –Pregunta, levanto la vista de mi móvil, ¿por qué habla con tanta familiaridad?

-Ehh no me malinterprete por favor, no quería ser entrometida, le decía porque la puedo llevar –dice señalando un auto aparcado que tenía el mismo logo de su camiseta.

-No te preocupes, me dirijo hacia mi casa, pero pediré un taxi, no quiero causarte molestias.

-No, para nada, insisto –es incómodo de hecho, pero tendré que aceptar su invitación.

Asiento y ambas caminamos con dirección al auto.

Cuando me recuesto en el asiento de enfrente comienzo a sentir las consecuencias de beber licor. Mi cabeza comienza a dar vueltas, creo que la maldita resaca ya se estaba tardando.

-¿Se siente bien señorita? –pregunta Elena, cierro los ojos y respiro con profundidad, sino me controlo vomitaré.

-Lo estoy –respondo, pongo la ubicación de mi apartamento en el GPS de auto y me recuesto otra vez.

Para distraerme y no vomitar pregunto -¿Trabajas haciendo entregas?

-Ehh si, es mi trabajo a tiempo parcial, de hecho esta es mi última entrega del día, ya terminó mi turno.

-¿Trabajas en la noche? –curioseo

-En este trabajo sí, pero tengo tres más –responde tocando su cabello con una mano riendo como si hubiese dicho algo muy gracioso.

Parece que es muy trabajadora, pero ¿no es demasiado?

Para una chica tan joven como ella es un poco peligroso que haga entregas en la noche.

-¿Entonces no estudias la universidad? –pronuncio, creo que me estoy pasando con tantas preguntas.

-No, por ahora solo trabajaré, quizá lo haga más adelante –responde de manera casual, pero siento una pizca de tristeza en su tono.

Cierro la boca y no pregunto nada más.

Al llegar al estacionamiento del edificio me levanté del asiento demasiado rápido haciendo que el vómito que estaba reteniendo saliera.

Un grave error de mi parte.

Es un estacionamiento subterráneo, por suerte nadie me vio pero ahora no puedo parar de vomitar.

Elena sale de inmediato del auto y me aparta el cabello del rostro y me da suaves palmadas en la espalda.

Que vergüenza, qué pensará de mí.

Al terminar de vomitar un terrible dolor se posa en mi estómago –cubro mi estómago mis manos y me quedo en cuclillas un momento.

-¿Se encuentra mejor? ¿Necesita que la ayude? –pregunta Elena moviéndose de un lado para otro.

-Te agradecería si me ayudaras a llegar al ascensor –respondo poniéndome de pie.

-Claro, claro, no se preocupe sosténgase de mí, yo la llevaré ahí.

Al llegar al ascensor otra vez me duele el estómago, voy a morir.

¿Por qué me ha dado? La mayoría de veces solo me da náuseas y dolor de cabeza.

-Dios, ¿Qué hacemos? –ella entra al ascensor a ayudarme a levantarme.

Marco el número del piso donde vivo y se cierra la puerta.

-Solo acompáñame hasta que llegue a mi casa, si no es tanta molestia –digo con dificultad.

-Sí, sí, no es molestia señorita June.

Al llegar a mi casa pongo mi huella digital en la cerradura y la puerta se abre.

Me siento en el sofá, me quito el abrigo y los zapatos.

Volteo a ver a Elena y ella está viendo todo a su alrededor con los ojos bien abiertos.

-Elena –la llamo, ella de inmediato se acerca a mí.

Saco un par de billetes de mi cartera y se lo extiendo.

-No, no, no puedo aceptar ese dinero señorita June –dice negando con las manos.

-Debes aceptarlo, me trajiste hasta casa y me ayudaste, por favor, me sentiría realmente mal si no lo aceptas –digo viéndola directamente a los ojos.

Ellas los apartan de inmediato y estira la mano con un ligero temblor para tomarlo.

-Es demasiado señorita June, la traje porque quería no porque esperara algo a cambio, solo tomaré este -responde guardando un solo billete, los demás los pone en la pequeña mesita de vidrio.

Iba a responderle cuando una terrible arcada hace que casi vomite en mi precioso sofá.

Salgo corriendo hacia el cuarto de baño y Elena me sigue preocupada, hace lo mismo de la otra vez, mi cabeza da vueltas.

Mi visión de pronto se vuelve borrosa trato de ver pero se opaca hasta ponerse oscura...

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