Capitulo 6 (Cachivaches)

Solo diré una cosa... Este sera el ultimo capitulo que se vera de forma continua.

Ya que según mis cálculos este capitulo debía salir justamente cuando saliera la película Kraken VS Sirenas, por que ya saben la controversia y a mi me gusta hacer desmadre igual.

En fin, ya tendrán este fanfic para escoger cando quieren de regalos de cumpleaños, as que si quieren saber mas podrán escogerlo después.

Y bueno... Van a tener una sorpresa a final del capitulo, léanlo bien.

JAJAJAJAJA.

Pero antes...

Terrones de azúcar, tenemos nuevo vídeo, y este es muy especial por que van a saber la sorpresa que les tengo por haber llegado a los 50 terrones en YouTube, así que vayan a darle mucho, escúchenlo hasta el final y dejen su comentario que esta vez, si que lo vamos a necesitar.

Aquí les dejo el enlace: watch?v=ebCkGwpQ3hI&list=UUsXOkmNxMv5aXgnG5lXNjjA&index=1

Aquí también les pongo el nombre del vídeo:

Audio Fanfic Saint Seiya. Una Papá Para Kiki, Capítulo 10 (Capricornio) [ShaMu] {ShakaXMu}

Y el nombre de mi canal, para que vayan a suscribirse si no lo han hecho aun: AMMU TEIKOKU YUDAINA

Ahora si a leer se ha dicho.

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Rápidamente la escena cambia...

De estar en las profundidades del inmenso mar, ahora pasamos a apreciar el hermoso cielo.

Ahora en la superficie, al aparecer el amanecer se ha presentado, dejando de lado la noche anterior, con un hermoso sol y sus cálidos rayos calentando el lugar.

En una roca, que va desde las profundidades del océano, hasta que la punta salga para tocar el cielo.

La cofa de un barco hundido, se encuentra en esa roca de tonos amarillentos y naranjas, y allí mismo un curioso animal parece tener su nido o lugar de descanso.

El ave de color café claro, de picó y patas naranjas, está en su hora de vigilancia marítima, admirando la amplitud del mar, siendo ayudado en esta labor por un telescopio.

Parece divertirse tanto, mientras tararea una canción, mirando de aquí para acá, posicionándose en diferentes direcciones, solo para pasar un buen rato, sin preocupación alguna.

-Tarada, taradaaaaa... Ta, ta, tara, ra- Canturrea, mientras se deja caer en la cofa que tiene un poco de paja dentro para hacerla más cómoda.

Se puede apreciar que no es un ser muy inteligente, pues hace tonterías de vez en cuando, con una boba sonrisa, a la vez que deja de ver por el telescopio, para contraerlo a lo más pequeño posible y colocarlo sobre su cabeza como una especie de sombrero, para hacerlo subir y bajar con la punta de su ala derecha, como si de dedo se trataran.

Pero es allí qué escucha su nombre con un potente grito, que no pierde la elegancia.

-¡¡¡SEATTLE!!!- Ese tono suave pero imponente se logra escuchar con toda la energía del mundo.

Esto llama la atención de la gaviota, aunque algo tarde por microsegundos, pues aún sigue tarareando su canción, pero con una enorme sonrisa en su pico, reacciona ante ese llamado, y se pone de pie de un solo salto, llevándose el telescopio al ojo a pesar de estar al revés, para lograr ver de dónde viene esa voz que conoce muy bien.

-¡¡¡AAAA JAAAAH!!! ¡¡¡UN SIRENITO A PROA!!!- Con toda sus fuerzas, exclama su alegría al ver a su conocido y amigo, pero al ver por el telescopio teniéndolo al revés, distingue muy apenas al peli celeste como al pececito, creyendo que están a una distancia mucho más lejana de lo que en verdad es.

El joven sirenito lo saluda alzando la mano derecha para llamar su atención.

Aunque, gracias que está viendo por el telescopio invertido, continua gritando con toda sus fuerzas, creyendo que no lo escuchara por la enorme distancia que allí entre ellos.

-¡¡¡AFRORIEL!!! ¡¡¡¿CÓMO ESTAS BONITO?!!!- Al ir bajando el telescopio de su cara, se da cuenta que en realidad los dos habitantes del fondo del mar, están mucho más cerca de lo que se creía en realidad.

Cosa que sorprende a la gaviota -Ooooh, Qué rápido nadas- Asombrado por su rapidez en su habilidad acuática, que alza una ceja emplumada, sin dejar de lado su sonrisa y felicidad por verlos.

Afroriel sonríe, negando con la cabeza por las tonterías que dice su amigo, pero ha la vez divertido por la situación.

El ave de color café con plumas blancas en alas y cola, no logra entender ese nado rápido que posee el menor, aunque en realidad eso no pasó.

Afroriel se encuentra a los pies de la roca, con su parte superior fuera del agua y la inferior dentro, ansioso por conocer la verdad de sus objetos encontrados.

Tanto así que rápido saca su bolsa -Quiero que veas lo que encontré- Extendiéndola sobre la roca, para que Seattle, el experto en los objetos del mundo humano, los revise y así le diga cuáles son sus funciones.

Shunder, también está emocionado por conocer esto, tanto es así que hasta sale un poco del mar para estar en primera fila.

-Nos metimos en un barco hundido qué estaba espeluznante- Hace la mueca de terror más adorable del mundo, alzando sus aletitas para enfatizar la situación.

-¿Cosas de humanos? ¿Eh?- Posa su ala debajo de su barbilla, con una pluma que asemeja a un dedo en su versión animal.

Sonriente ante este llamado y rápido lanza un ancla como si estuviera en un barco y tuviera que mantenerlo en su lugar, sin duda son acciones muy extrañas que nos hace pensar que es medio loco -A ver. Pues déjenme ver. Aaaaaay... Auch...- Y por arrojar aquella ancla, y no fijarme bien que la tenía enredada en su pata, cae de bruces contra la roca, dejando ver algunas plumas volando por el aire, por su imprudencia.

Cae y se queda unos instantes medio atontando con la lengua fuera de su pico, pero en un dos por tres se recupera pronto, dejando ver algunas expresiones de dolor en su cara.

Va rápido corriendo hacia del sirenito, dándole un pisotón al pequeño pececito de colores rosas y verdes, para de una vez casi meterse por completo a la bolsa blanca, esculcando todos los objetos dentro de esta.

Ante la mirada expectante de Afroriel, sonríe ansioso, juntando sus manos delante de su pecho, esperando las respuestas del ave café.

Entre su búsqueda y sonidos de asombro exagerados de Seattle.

Logra encontrar el primer objeto de color plata que fue el objetivo número uno del sirenito. Esto llama mucho la atención del ave marrón. De inmediato lo saca y sostiene en la palma de su ala.

-Vean- Exclama con total sorpresa y grandiosidad, para elevar aquel objeto por encima de su cabeza -Wow- Sus ojos marrones se abren de par en par, por la enorme impresión que tiene ante lo que logra apreciar.

-Esto es algo especial... Fuera de lo común- Aquella gaviota de plumaje café y blanco, sigue admirando el objeto en cuestión, rascándose la cabeza con una de sus alas, mientras mira al pequeño sirenito, qué está demasiado desesperado por saber el nombre de lo que encontró.

-¿Qué? ¿Qué es?- No puede evitar estar sumamente entusiasmado por ello, mirando con esos enormes y lindos ojos celestes, ya casi subiendo desesperado a la roca, esperando la respuesta.

Sujeta el utensilio de plata con ambas alas, para acercarse a verlo directamente, casi con una mirada de loco -Es... Un... Cachivache- Habla en un tono agudo, claro que esto provoca que los ojos de ambos seres del mar se quedan en desconcierto a la vez que con toda la atención del mundo ante la próxima explicación.

Acto seguido, el ave toma el objeto entre ambas plumas erguidas qué simulan dedos índices, para sujetarlo de ese manera -Qué los humanos usan para...- Pero al hacerse el gracioso y sostenerlo de forma descuidada, se le resbala de entre las alas, haciéndolo brincar y dar algunas vueltas en el aire, para al final atraparlo, y de forma disimulada volver a su pose de erudito y sabiendo del tema humano -Acomodarse el cabello- Menciona sin más para proseguir a enseñar lo dicho por él -Así- coloca la parte de tres puntas sobre su cabeza, dando varios giros, para enredar sus plumas y estirándolo a la vez el cachivache. -Un giro por aquí y un tirón por acá- Y aunque le duele, sigue en su papel de conocedor, para soltar sus plumas de golpe y dejar ver un desastre esponjosos en su cabeza -Y listo- Sonríe encantado, estirando sus alas de lado, para acomodar su nuevo estilo y presumirlo -Te queda una configuración estética del cabello qué todos los humanos admirarán- Dicho esta rebuscada explicación, le entrega con cuidado el cachivache que se quiere asemejar a un peine, aunque en realidad se trata de un tenedor.

Afroriel, se queda sorprendido por esto, tanto es su impacto que repite el nombre que recién acaba de conocer -¿Un cachivache?- Gira sus ojos algo decepcionado –Puuuuf... Creí que sería algo para plantar- Su enorme emoción se desvaneció por completo, ya que sus verdaderos intereses están en la jardinería acuática.

-Bueno...- Ver el rostro decaído y molesto del peli celeste es algo que le puede demasiado a la gaviota, a lo cual rápidamente intenta elevar los animarlos del sirenito. Volviendo a tomar el utensilio de plata, para comenzar a raspar la roca en la que están, notando que igual puede dejar marcas, aunque el rechinar es extremadamente incomodo -También he visto que usan unos mucho más grandes- Extiende sus dos alas, para hacer la referencia del tamaño -Así de grandes- Sonríe sacando su lengua como un loquito del océano -Y están en... Prados enormes- Señala haca el suelo, para enfatizar su palabrería -Y la gente rompe la tierra, con cachivaches gigantes para plantar semillas- Cruza sus alas con aires de superioridad por pasar su enorme "Conocimiento" del tema.

Esto interesa enormemente al sirenito, que no deja de sonreír ilusionado, sus ojos brillan como estrellas del firmamento por encontrar otra mejor utilidad a su nuevo tesoro.

-Sí, sí, si- Asiente incontables veces con la cabeza, mientras entrega el objeto en las manos del peli celeste -Creo que... Puede serte útil para plantitas chiquitas este cachivache-

-Oohu... Es maravilloso- La mueca de felicidad Afroriel no la puede evitar, que incluso abraza el cachivache contra su pecho, solo imaginándose lo que podría hacer en su segunda pasión.

Acto seguido Shunder pregunta por otros objetos qué trajeron con ellos -¿Y eso que es?- señala con su aleta dorsal.

Ante la pregunta, la gaviota rápido sujeta aquella pipa por la parte más delgada, y la mira detenidamente -Ah, esto. Mmh... Ooooh- Parece muy emocionado al apreciar más de cerca esa cosa -Hace años que no veía uno de estos- Se va caminando haciendo un sonido de choque con sus patas palmeadas en la roca, mientras sigue apreciando lo que tiene en sus alas.

Por su enorme interés y rostro serio, se podría creer que de verdad sabe de qué se trata esto.

-¡¡¡FANTÁSTICO!!!- Se gira hacia ambos oriundos del mar, para acercarse y seguir con su exposición catedrática -Un boquiche, gurmerflu, curvilineo- Lo muestra delicadamente sobre sus extendías alas, ante las miradas celestes y verdes de los presentes.

Ambos se morían impresionados por el hallazgo -Ooooh- Es lo que alcanzan a pronunciar ante su sorpresa.

La gaviota se acuesta panza abajo, para seguir su bonita explicación de aquel objeto, qué él siente que conoce perfectamente. -Los boquiches datan de la prehistoria- Mientras sigue su cátedra, sumerge la pipa en el mar, para seguir experimentando con ella, deja que el agua se adentre en esa cosa y luego, la gire para que salga todo ese líquido cristalino -Cuando los humanos se la pasaban sentados- Se incorpora para realizar la acción dicha, y de buenas a primeras se le acerca demasiado al sirenito qué queda sin hacer movimiento alguno por la invasión de su espacio personal -Viéndose unos a otros- Hasta parece que sus ojos marrones se salen de sus cuencas para enfatizar contra los celestes y continuar la conversación -Era aburridísimo-

Y de la misma forma que se acercó al princeso se aleja de él -Así que inventaron los boquiches para crear música- Una inusual presentación del objeto para dar su erróneo pero lindo punto de vista -Escuchen bien- Les pide que presten toda su atención a lo que hará, para en ese instante soplar del extremo más pequeño de la pipa con todas sus fuerzas, dejando salir espuma de mar y algunas algas atoradas en la misma, impidiendo qué suene como creía que lo haría.

En eso... Pareciera que un balde de agua fría le cayera al sirenito, pues recuerda lo que debió haber hecho esa misma noche, en vez de andar explorando barcos hundidos. -¡¡¡¿MÚSICA?!!!- frunce el ceño preocupado, para llevar sus manos al nivel de su rostro, para ocultarse detrás, todo angustiado por que se acaba de dar cuenta de uno de sus deberes -Oooh, el concierto lo olvide- Toma rápidamente su bolsa blanca, mientras habla todo asustado y apresurado -¡¡¡PADRE VA A MATARME!!!- Alza la voz, ya que se encuentra mortificado por lo que le espera al llegar a casa.

Recoge sus valiosos tesoros, mientras dramatiza a más no poder su descuido.

-¡¡¡¿ERA HOY EL CONCIERTO?!!!- Shunder pregunta aterrado y se lleva las pequeñas aletitas a su cara, muy asustado por que sabe las consecuencias que vivirá su mejor amigo.

Seattle no presta atención al tormento de sus amigos, y sigue mirando la pipa de madera -Podríamos hacer un pequeña gargolera- Propone sus ideas raras que nada tienen que ver con este enorme apuro del princeso.

Pero rápido sale de su pensamiento cuando Afroriel se lo arrebata de entre las plumas.

-Lo siento, pero tengo que irme- Apenas si se logra despedir para comenzar a nadar mar profundo junto a Shunder, no sin antes agradecer la ayuda de la gaviota -¡¡¡Y GRACIAS!!!- Alza su brazo izquierdo al igual que su amiguito para decirle adiós al emplumado.

-Un placer lindo- Contesta la gaviota también animado ante a despedida.

Y justo en ese momento, ambos habitantes del mar se hunden hacia las profundidades, mientras que Seattle se sigue despidiendo con el ala bien estirada y gritando a todo pulmón -¡¡¡VEN CUANDO QUIERAS!!!-

Se pueden ver otras gaviotas volando en el cielo, pero Seattle se queda en su roca, solito.

Afroriel y Shunder nadan a todo lo que dan sus aletas para llegar a su hogar lo antes posible, dejando una estale de burbujas a su paso.

Sin embargo y por ir tan sumergidos y preocupados en lo que ocurrirá al llegar al castillo submarino, ninguno se ha dado cuenta de los dos pares de ojos verdes que los miran con atención muy maliciosa...

Dos sirenos, uno de una edad similar al peli celeste y el otro aun siendo mucho más joven.

Ambos se hacen presentes, escondidos detrás de una pequeña cueva, ambos de cabellos lilas, piel blanca y entre las manos del mayor una especie de joya amarilla qué brilla muy resplandeciente en dirección de los que acaban de pasar.

Sin pronunciar palabra alguna los dos se mantienen serios, admirando como nadan tan rápidamente sus víctimas.

Y de buenas a primeras, aquella joya nos teletrasportarnos hacia donde otra esfera de un tono azulado, que se encuentra sobre un pedestal de tono morado con picos, que al parecer muestra todo lo que la amarilla capta.

Y una voz bastante lúgubre se hace presente mofándose al solo ver ese sirenito.

-Si princesito, date prisa- Una figura oscura se deja apreciar muy cerca de aquella esfera qué puede dejar ver todo lo que desea por el contacto de la contraria.

Aquellos ojos color fiusha son tan brillantes, acompañados de una tenebrosa atmósfera, nadando cada vez más cerca para dejar ver su figura oscura acompañada de aquella voz que podría hacer temblar a cualquiera que la escuchara y lo recordara -No creo que quieras perderte de la fiesta de tu viejo padre. Ja, ja, ja, ja- Se jacta y gira sus ojos fastidiado, su apariencia parece no dejarse ver por una especie de tela de color azulado qué le cubre parte del rostro -Ni qué fuera una gran fiesta. Ja, ja, ja, ja, ja- Se intenta seguir mofando, pero lejos de una mueca de alegría, muestra sus dientes, rechinándolos por la furia contenida, frunciendo el ceño con enorme odio y haciendo que unas marcas de tonalidad morado brillen con tal intensidad qué se asemejan a las mismas marcas qué aparecen en las colas de la familia real del mar.

-Te haré pagar todo lo que me hiciste Manitón- Sus ojos reflejan el profundo odio y rencor que tiene en su corazón, que sin prestar mayor atención da un fuerte golpe a un lado de una mesa, en donde rompe unas ostras en donde había algunos camarones vivos, que convierte en papilla con su enorme fuerza -Cuando vivía en el castillo, siempre seguí las ordenes, pero ahora...- Una sonrisa se muestra con sus dientes blancos y mirada desquiciada por el recuerdo de su pasado –Ya nada, ni nadie me detendrá- 

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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj?

¿Como están mis terrones de azúcar?

Espero que muy bien, yo si ando super feliz, pro que ya hice mi examen del modulo tres de la maestría y bueno... Saque un 9, o sea 27 puntos de 30... Aaaaaa estoy aun nerviosa por esa calificación, por el proyecto que espero salga bien, así tendré el mínimo de pase que es un 8, y con lo de los foros y ando peleando con mis compañeros... Bueno ya tengo los 20 puntos de esa.

En fin, deseenme buena suerte terrones.

¿Descubrieron a los personajes del final?

Jajajajajajajaa, van a suceder cosas bien chidas... Pero mega trágicas sin duda.

Las conocerán cuando sucedan todo y los escojan.

Bueno mis terrones de azúcar, miles de gracias por apoyarme, leerme, ver los nuevos vídeos y divertirse con mis ocurrencias.

De verdad son los mejores del mundo mundial y sigamos adelante en todo lo que nos propongamos.

Nunca dejemos que nuestros sueños desparezcan ¿De acuerdo?

Ahora si... Por favor cuídense mucho, estense atentos a esto cambios climáticos tan extremos, no se expongan tanto al sol.

Los mega quier a todos.

Ammu se va.

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