★ chapitre trois な!
𖥻 ‹‹ ║▌困 la flor di smeraldo ¡ ࣪ ˖ ݁ ,
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Pasaron cinco meses, en dónde NamJoon plantó rosas rojas, blancas y rosadas; también plantó mugunghwas blancas y rosadas, algunas kimilsungias moradas anaranjadas y azules, se le parecía curioso que hubieran estas flores coreanas en Italia, pero sin duda eran bellísimas.
En esos meses las flores pudieron crecer sanamente con el cuidado que les otorgaba el moreno, tanto que él mismo se alababa por su arduo trabajo especialmente con las kimilsungias, ya que eran muy raras.
El corazón de NamJoon cada vez se hacía más dura e insensible, desde la última vez que fue al pueblo se aseguró de una cosa: no podías confiar en nadie, sólo te tenías a ti, eres tú en contra de toda la sociedad. Se enojaba y escondía cada vez que algún niño travieso o jóvenes con auras de grandeza se acercaban a su castillo, pero ninguno logró entrar.
Su única felicidad se encontraban en aquellas flores, aquellas quienes lo vieron llorar, gritar, y escucharon sus palabras, ¿cuántas veces aquellas plantas escucharon "aún sigo vivo porque no puedo estar muerto"? Si tan sólo hablaran...
Este jardín estaba creciendo con la soledad, junto con espinas que los rodeaba. NamJoon se quedó en ese castillo viejo.
Al ver que ya no le quedaba abono para sus queridas y primeras amigas, decidió tomar un puñado de oro que se encontraba por los incontables sótanos llenos de este mineral.
Aún teniendo un buen puesto económico y sentirse como un rey, ¿por qué valía la pena? No podía compartir sus riquezas con nadie que no fuera él mismo.
Suspiró en fondo y se puso en marcha de nuevo al pueblo junto con el mismo interfaz que llevó hace meses.
Mientras compraba el abono y algunas cosas para su jardín y para él mismo; observaba por todos lados intentando encontrar al supuesto "Jin". Se paseó por la plaza, la cual estaba vacía; justo cuando se dio por vencido, el chico con los hombros anchos apareció para dar su número de canto.
NamJoon lo vio más flaco y un poco pálido que la primera vez que lo vio, pero no perdió su voz. A pesar de que sus notas altas eran claramente oyentes, ya no había quién le diera monedas y todos lo ignoraban como si fuera un fantasma. NamJoon vio pasar a muchos pueblerinos que en vez de deleitarse con la hermosa voz, lo miraban con desprecio, al igual como lo miraban a él cuando vivía por los callejones del pueblo.
De nuevo una gran impotencia lo invadió ¿por qué la gente era tan prejuiciosa? ¿por qué juzgaban a una persona por su físico? Al final era seres humanos viviendo en un planeta, el idioma y nacionalidad no debería molestarles.
El moreno se estremeció, y aunque el chico se esforzaba se notaba la ligera tristeza en su voz; pero desgraciadamente Kim NamJoon no podía hacer nada. Se dio media vuelta para irse, pero sin antes fingir que se le caía algunas monedas de oro.
SeokJin miró las monedas como si fuese un gran tesoro, pero sabía no eran suyos.
ー¡Disculpe! Se le caye-ー el mayor no logró terminar al ver que ya no había nadie más en el lugar.
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𓄹 ⊹ la verdad que nunca llegó a su
destino. . . ᘝ
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