ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 9 ༒ 𝔏𝔞 𝔠𝔥𝔦𝔠𝔞 𝔡𝔢 𝔩𝔞 𝔱𝔬𝔯𝔪𝔢𝔫𝔱𝔞


El viento y las feroces gotas de la lluvia chocan contra la ventana haciendo que la noche esté inquieta.

Me revuelvo en la cama molesto, me siento extraño.

Doy vueltas y vueltas con los ojos cerrados hasta que no puedo más y los abro rindiendome al insomnio.

Miro hacia la ventana y me paralizo.

Estoy en el piso de mis tios, en la septima planta... y hay una chica mirandome.

Tiene la melena rubia larga y ondulada, ojos almendrados celestes, nariz pequeña, labios finos y menton cuadrado. La lluvia no le moja, el voraz viento no le mueve ni un pelo.
Acerca la cara lentamente al cristal, apoyandose con la frente en él. No respiro, no parpadeo, no me muevo.
¿qué hace en la ventana de un septimo piso? ¿en medio de una tormenta? ¿y por qué a mi?

-¡¡¡¡AYUDAMEEEEEEEEEEE!!!!!-grita de pronto haciendo que el cristal de la ventana se rompa dejando entrar a la hambrienta tormenta.

Me despierto sentandome en la cama empapado de sudor con la respiracion erratica. Miro a la ventana asustado esperando lo peor, pero no hay nada, solo la tormenta. Intento tranquilizarme sosteniendo mi cabeza entre las manos y aprieto los ojos con fuerza.

-Solo fue un sueño, solo fue un sueño,solo fue un sueño- repito como un mantra.

Pero sé muy bien que no fue un simple sueño. Eso pasó de verdad, cuando tenía 10 años.

Era el día de navidad y mis padres, mi hermana y yo fuimos a casa de mis tios en Frenswins.

Fueron unas navidades pasadas por agua y esa noche hubo una tormenta feroz como la de hoy mismo, mi hermana se fue a la cama de mis padres asutada por los rayos, pero yo me quedé en el dormitorio solo.

Y entonces la vi.

Esa chica rubia de ojos claros mirandome desde la ventana del sepitmo piso, gritó, la ventana de abrió de pronto y entró la salvaje tormenta en la habitacion, salí corriendo a por mis padres y cuando volvieron, la ventana estaba cerrada y la habitacion seca.

Mi padre se enfadó "ya eres un hombre, deja de leer tantas porquerias de extraterrestres y no tendrás pesadillas" dicho eso se fue cerrando la habitación de un portazo.

Yo me quedé en mi cama como estaba ahora, repitiendome una y otra vez que solo fue un sueño, para intentar convencerme, pero sabía muy bien que no lo fue.

Sobre todo porque yo nunca recuerdo mis sueños tras despertarme.


Llevo de la mano a Elsa y entramos en la Galeria de Fotografia Dorothea Lange, busco a Natalie con la mirada. Quedamos aquí a las 5. Hay algunas personas por ahi mirando distraidamente esculturas que no entienden, hablando en voz baja, haciendo fotos con el móvil, etc.

Hace dos dias que no tengo la pesadilla pero aún sigo algo perturbado, llevaba 27 años sin recordar aquel suceso y ahora vuelve con fuerza.

-Hola-Natalie se acerca a nosotros sonriente, con su melena indomable cayendo sobre sus hombros-¡qué alegria veros! Tu debes de ser Elsa.

-Sí-mi hija sonrie y Natalie le da una chocolatina. Esto es el inicio de una gran amistad.

Queria que ellas dos se conocieran, y lo más importante, que Elsa viera con buenos ojos a Natalie. Por... lo que pueda pasar.

Pasamos la tarde paseando por toda la galeria con ella como guía, Elsa atiende callada, cosa que es un milagro. Cada vez me siento más agusto con Natalie, es energica, divertida, hermosa, inteligente, con inquietudes artisticas y algunas cosas en común (odia el café pero le encanta el café con leche, como a mi)

Tras la pequeña excursión nos vamos a una cafeteria cercana. Ella y Elsa cada vez se llevan mejor, estoy muy contento, es una tarde perfecta.

Brisa fresca y humeda, cielo despejado, zona traquila, el olor de las rosas en las macetas de la cafeteria...

"Oh,no" pienso.

En la acera de enfrente, ahí está. La chica de mis pesadillas, la que vi en la ventana, ahí está, de pie mirandome, con un sencillo vestido gris hasta un poco más abajo de las rodillas, su estilo es antiguo, me atrevería a decir que no es de esta decada.

Su cara inexpresiva me asusta, sus claros ojos me agujerean el alma como si fuera lava. Ya nada más existe a mi alrededor, solo esos grandes ojos. Mi respiración se altera un poco y trago saliva forzosamente.

De pronto pasa un coche y la chica desaparece.

-¿Ulysses?

-¿Papi?

-¿Señor?

Natalie, Elsa y el camarero me llaman.

Yo parpadeo rapidamente e intento centrarme en ellos. Pido cualquier cosa sin prestar mucha atención y una vez que el camarero se ha ido, apoyo la frente en la mano. Tengo que tranquilizarme, me estoy volviendo loco...

respira, espira, respira, espira...

-¿Estas bien? -la calida mano de Natalie me acaricia el brazo y me mira preocupado. No, no queria preocuparla. Ya lo he hechado todo a perder.

-Sí, estoy bien-finjo una sonrisa y me uno a la conversación de ellas como si nada.

Quiero contarle a al...no, NECESITO contarle a alguien lo que me está pasando, y la única persona que se me viene a la cabeza es Lilith.

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