ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 7 ༒ 𝔏𝔞 𝔰𝔬𝔪𝔟𝔯𝔞 𝔡𝔢𝔩 𝔟𝔢𝔰𝔬
-¿Cómo? -un sudor frio empieza a nacer en mi espalda.
-Esas cosas que sentimos pero no alcanzamos a ver, tienen forma-me dice seria- formas humanas. Yo las veo.
-Lilith... explicame eso mejor, por favor.
-Llevo dos semanas viendo... no sé qué es lo que veo pero sé que son reales ¿vale? No son alucinaciones. Las veo y ellos me ven.
Me levanto de la silla y me siento frente a ella en su cama. En su mirada hay miedo.
-¿Quienes son ellos?
-No lo sé-susurra.
-Con "ellos" te refieres a lo que ves por el rabillo del ojo ¿verdad?
-Sí. Me esperan en las esquinas, tras las puertas, en plena calle, detras de mí...estan por todas partes.
Un sonido estridente nos hace dar un salto a los dos. Uno de sus gatos a tirado un lapicero lleno de boligrafos.
-¡Muy mal ,Mammon!- riñe al gato siamés. Se agacha a recojer los boligrafos y yo le ayudo en silencio.
No sé qué pensar ahora mismo, ahora sí que me esta preocupando seriamente la salud mental de Lilith.
Coloca el lapicero de nuevo en el escritorio lentamente.
-Prometeme que no vas a decirle nada a mis padres-susurra sin mirarme.
-¿No seria mejor contarselo y que te ayudaran?
-¡No! -gira la cabeza rapidamente, en su cara esta reflejada la desesperación.
-De acuerdo, tranquila-asiento. Si ella dice que no hay que decirles nada es porque no hay que hacerlo. Confio en ella, es madura y sensata. No soy de esos profesores que a la minima ya está avisando a los padres por todo, porque a veces eso empeora las cosas.
Nos quedamos unos segundos en silencio mirandonos en la casi penumbra que el atardecer vierte en su habitación.
Lilith me abraza, lo que me pilla totalmente por sorpresa. Su cabeza reposa en mi pecho y sus delgados brazos me rodean las costillas, le devuelvo el abrazo acariciandole el pelo.
-No te preocupes Lilith, yo estoy aqui para ayudarte en lo que necesites. Puedes contarmelo todo.
Bajo a la fiesta, el ambiente está muy animado pero mi mente ya no se encuentra despejada. Dejé a Lilith en su cuarto y le dije a Sam que subiera, tal y como ella me dijo que hiciera.
Las dos rodajas de limon sobre el ponche rojizo giraban lentamente de una forma hipnotica.
-El ponche es interesante -la voz de Natalie me sorprende sacandome de mi trance-pero creo que yo podria serlo más.
-Natalie-sonrio como un bobo-sí...ehm...
-Te estaba buscando desde hace rato-se sirve ponche- ¿te apetece que salgamos fuera? Me siento un poco agobiada aqui.
-Claro.
Salimos al porche y la brisa fresca era revitalizante, sobre todo para mí y mis pensamientos.
-Ulysses, puede que te parezca atrevida, pero me gustaria volver a verte-sus grandes ojos eran mas hipnoticos que el ponche, sin duda.
-Sí, a mi tambien me gustaria que nos volvieramos a ver.
-Trabajo en la Galeria de Fotografia Dorothea Lange, en Bermore -saca de su pequeño bolsito rojo una tarjeta y me la tiende-ahí esta mi número personal y el de la Galeria... por si algun día te pasas por alli y necesitas una guía yo estaria encantada de serlo.
-Por supuesto que me pasaré -sonrio y me guardo la tarjeta en el bolsillo interior de mi cazadora de cuero, al levantar la vista, los carnosos labios de Natalie besan los mios.
No sé cuánto tiempo ha pasado pero al separarnos lentamente, noto que me falta el aire. Ella sonrie ampliamente a pocos centimetros de mi.
-Nos vemos Ulysses -baja las escaleras del porche y se dirige a su coche. Siento que mis piernas estan pegadas al suelo y la cabeza me da vueltas. ¡cuánto tiempo sin sentir un beso asi!
A lo lejos lo único que se ve son las luces rojas de su coche alejandose, ya es noche cerrada.
No muevo ni un centimetro los labios, no quiero perder esta sensación, es más, ni siquiera voy a beber con tal de no borrar su sabor.
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