ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 18 ༒ 𝔈𝔩 𝔡𝔦𝔞𝔯𝔦𝔬 𝔡𝔢 𝔏𝔦𝔩𝔦𝔱𝔥
-Coge esa caja, por favor -Nat me señala una bastante vieja.
Le estoy ayudando a hacer mudanzas, están pintando su casa y ha alquilado un pequeño apartamento en el que pasar la semana y no le caben todas sus cosas. Me preguntó si podía guardar unas cuantas en mi casa y por supuesto le dije que sí. Le ofrecí quedarse esa semana en mi casa pero me dijo que no hacía falta, insistí pero fue en vano.
Guardo en el maletero del coche las cinco cajas y subo de nuevo a su planta. Está liada de aquí para allá ordenando su ropa y sacando sus materiales de trabajo, cámaras, caballetes...
-Ya estan guardadas en mi coche -le sonrio y me apoyo en la encimera de la estrecha cocina.
-Muchas gracias, de verdad-me sonrie ampliamente mientras abre una caja sobre el sofá- hay una caja que puedes tirarla, tiene un signo de interrogación dibujado con rotulador, son trastos viejos que me gustaria que tiraras en el punto limpio ¿podrias?
-¡Claro! Sin problema.
-A mí me pesa demasiado como para poder tirarla yo sola y como vas en coche a tí te será más fácil.
-Sí sí, no te preocupes.
-¿Te apetece algo de beber? Sólo tengo latas-rie y va a la cocina-se me ha olvidado la cafetera en casa.
-Lo que tengas-le sonrio- todo lo que tú me des estará delicioso.
¡Wow, Ulysses, cómo te estás poniendo de ñoño! El amor atonta, sin duda. Pero es un atontamiento bonito.
Ella rie pícara y me da una lata de refresco de naranja.
-Entonces esto te sabrá a Champagne frances -rie.
-Del mejor Champagne-rectifico y reimos.
Dejo las cajas en mi despacho y me siento en el escritorio a seguir leyendo "La flor de Lilith"
Mañana iré al punto limpio a tirar la caja de Natalie y ya he hablado con Elsa un rato, se lo está pasando muy bien con su madre, están en la playa. Acabamos de entrar en el mes de julio pero ya la hecho de menos y sólo lleva pocas semanas lejos de mí.
El libro de Michael está realmente interesante.
Lilith paseaba por el frondoso bosque cercano a su pequeña casa cuando un ruido la detuvo.
Una ramita crujió bajo el peso de algo que ella no alcanzaba a encontrar.
La cúpula de pajaros sobre ella graznaba de forma estridente, se asustó al pensar que podría haber una fiera peligrosa entre los árboles y se dispuso a volver a su seguro hogar, cuando se topó con una chica de su misma edad, largo cabello ondulado rubio como el trigo y ojos celestes, se parecía a la propia Lilith.
-Buenas tardes -le saludó cordialmente.
Pero la chica clavaba en ella sus penetrantes ojos sin articular palabra, tenía un raido vestido pardo, manchas de suciedad en la cara y estaba empapada, rítmicas gotas caían al suelo desde su pelo.
-¿Se encuentra bien? -Lilith empezó a sentirse incómoda.
Ni una palabra salió de los labios de la extraña muchacha.
-¿Es muda?
-¡¡¡AAAYUDAMEEE!! -los seres del bosque se volvieron locos.
El lapicero de mi mesa cae con un estrepitoso ruido que hace que el corazón se me salga por la boca. Todos los bolígrafos y lapices que contenía han salido disparados y se clavan en la caja de Nat, perfilando perfectamente el signo de interrogación hecho a rotulador. Sin duda esto no es natural.
Me levanto despacio y camino hasta la caja, trago saliva, me armo de valor y me agacho enfrente de ella. La cinta adhesiva que la cierra está vieja y casi no pega asi que no me cuesta nada retirarla y abrir la caja.
En su interior hay libros muy viejos, cuadernos usados y papeles arrugados. ¿qué se supone que tengo que buscar aquí dentro? Estoy seguro de que los bolígrafos clavados en la caja han sido por el espíritu de la chica, a pesar de que llevo mucho tiempo sin sentir su presencia,noto que aún no se ha ido.
Rebusco y rebusco algunos instantes hasta que el timbre de la puerta me sobresalta.
No espero a nadie.
Abro la puerta y una Lilith despeinada, sudorosa y con los ojos abiertos como platos entra a tropel cerrando la puerta tras de sí. Se recuesta en ella con la respiración acelerada.
-¿Lilith, qué te pasa? -le pongo las manos en los hombros preocupado.
-Algo me perseguía -dice tras recomponerse- y corrí y corrí y el primer lugar al que se me ocurrió venir es aquí, lo siento.
-No te preocupes -hecho el cerrojo a la puerta y abrazo a Lilith. Por alguna razón, mi mente une los conceptos "perseguir a Lilith" "de noche" con "James Robert Brown"
-Ven, sientate -la llevo al salón y nos acomodamos en el sofá, tiembla ligeramente y está muy nerviosa, mira constantemente a su alrededor.
-Lilith, pase lo que pase, aquí estas a salvo ¿vale? ¿quién te persigue? Tranquilizate y cuentamelo todo.
Cierra los ojos y tras un momento de calma, los vuelve a abrir. En sus ojos sigue habiendo miedo, pero al menos ya no tiembla.
-Esta tarde quedé con Samantha, hace como... una o una hora y media que nos despedimos y cuando me fui a montar en la bicicleta noté que tenía las ruedas pinchadas. Intenté llamar a mis padres pero mi móvil se apagó repentinamente,cosa que no entiendo porque cuando salí de casa de Sam tenía un 70% de batería, me giré para volver a su casa y pedirle el teléfono pero...ella estaba ahí, la chica de 1920. Pero no solo ella, las demás chicas también, todas rubias, pálidas y con los ojos negros, tapaban la carretera asi que no pude volver a su casa y empezaron a...a... hablar muy raro, todas sus voces juntas formaban una profunda y lúgubre voz. Empezaron a caminar hacia mí lentamente y...corrí sin saber dónde ir, y...pasé por aquí cerca y me acordé de tí y ...-sus ojos empezaron a ponerse vidriosos-lo siento mucho, no sé si hice lo correcto... no pensé..
-Shhh, tranquila -le cubro con mi brazo y ella apoya la cabeza en mi hombro-¿quieres que llame a tus padres?
-Sí -se secó una lágrima fugaz.
Saco mi móvil pero no se enciende.
-¿Qué le pasa a este trasto? -pulso fuerte el boton de encender sin obtener resultado.
-El mio hizo lo mismo-mira asustada a todos lados-eso es que estan cerca.
-No digas eso, Lilith -intento tranquilizarme y desisto con el móvil.
La luz del salón empieza a parpadear, ella me agarra con fuerza la mano.
Un sonido siseante viene del pasillo, la caja que Nat me pidió que tirara se arrastra hacia nosotros, con los bolígrafos aún clavados. Las solapas se abren y de ella sale Lilith, la Lilith de 1920 con su monótono vestido gris, su inexpresiva mirada y con un viejo libro polvoriento en la mano.
-Te dije que me ayudaras-la voz que sale de su boca no es ni medianamente humana, es diabolica.
-Yo..yo...-balbuceo.
-Acaba con esto-cada vez que habla la piel se me pone de gallina.
Siento cómo el cuerpo de Lilith a mi lado se levanta del sofá y se acerca a la chica de la caja lentamente.
Extiende la mano y coje el sucio libro que le tiende el espíritu. En cuanto lo tiene , la chica se pliega de forma sobrehumana hasta caber en la caja, las solapas se cierran y esta rueda de vuelta a mi despacho, la puerta de esa habitación se cierra dando un fuerte golpe y la luz deja de titilar.
Lilith mira el libro entre sus manos y después a mí. Se sienta de nuevo y lo abre en su regazo. Es una libreta gastada y antigua.
-Es un diario-murmura.
-¿Su diario?-logro decir.
Lee la primera hoja en voz alta.
-Lilith Colman, 1902-1920. Sí, creo que es su diario y al parecer se dejó de escribir en 1920.
-Su último año de vida.
Pasa las páginas con cuidado.
-Lilith, lo mejor será que me dejes este diario aquí y llamemos a tus padres para que te recojan o yo te llevo a tu casa.
-No -me mira seria y decidida- quiero acabar con esto cuanto antes Ulysses, y tengo que hacerlo YO sola porque esto me incumbe a mí, no a tí. Si has tenido las apariciones de esa chica es por mi culpa, por estar cerca de mí te ha salpicado este asunto. Yo me llevaré el diario, yo lo leeré y descubriré qué demonios está pasando.
-No-le digo con la misma determinación-esto nos incumbe a los dos, todo esto empezó hace 27 años en casa de mis tios y tú ni naciste, algo nos a unido para resolver esto y lo haremos juntos. No te dejaré sola, te voy a ayudar igual que tú me ayudaste con la Ouija ¿entiendes?
Asiente un poco y se centra en el diario.
- Siento que tenemos las pistas indicadas, solo nos falta atarlas.
-Lo mejor que podemos hacer es poner sobre la mesa todo lo que sabemos y sacar algo en claro-digo y me levanto-tengo una pizarra por ahí, en seguida vuelvo.
La dejo en el salón y busco en la despensa. Después de unos minutos la encuentro envuelta en plástico, la usaba cuando era Elsa más pequeña, le enseñé a escribir las letras y tiempo después lo usó para jugar a los maestros con sus peluches. No es una pizarra pequeña, tiene ruedecitas y mide más o menos 1,50 de alto y un poco menos de ancho. Encuentro la cajita de las tizas y vuelvo con Lilith.
La pongo a un lado del sofá y cojo una tiza.
-¡A trabajar!-exclamo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top