PARTE I

NOTA: Hola amigos. A todos quienes pasen por aquí (sin importar la época del año en que lean este fic), de antemano les agradezco de corazón.

Belén

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PARTE I

La temporada de exámenes para ingresar a la universidad había terminado y los recién egresados estudiantes de la escuela de Avonlea se encontraban a la espera de los resultados.

Eran las épocas festivas de fin de año y la alegría de las celebraciones en todo el pueblo ayudaba a opacar la ansiedad por lograr las admisiones tan anheladas. Por esto Miss Stacy (designada por el Cómite del Pueblo como la organizadora de la fiesta anual de Navidad gracias al gran entusiasmo que los chicos demostraban por aprender desde su llegada), considerando con su condescendiente corazón el estrés que sus ahora ex alumnos tenían por sus notas (las cuales se esperaba arribarían en los primeros días del nuevo año); decidió organizar una pequeña reunión de despedida para la promoción. Tertulia que también se aprovecharía, por supuesto, para tratar los detalles del evento que se realizaría como agasajo para la comunidad como en años anteriores, definiendo las fechas para los ensayos de la obra teatral y planificando las demás actividades que se llevarían a cabo con la participación de todos ellos.

Los jóvenes por su parte, no desaprovecharon tampoco la ocasión, solo que su finalidad era divertirse. De tal manera, quien que por costumbre la organizadora de los programas de la clase: Josie Pye, se encargó de avisarles en corto a la mayoría de los asistentes que realizarían su propia reunión cuando la formal, la de la maestra, concluyera.

Fue así como el grupo que aceptó, bajo su cargo terminó por escabullirse por la parte trasera del inmueble cuando ya Miss Stacy y el resto de los compañeros se habían retirado. Siendo una ventaja para ella todavía conservar la llave que le confiaran por considerarla la más responsable del curso junto a Gilbert Blythe en representación de los hombres.

-No se preocupen, yo misma me encargaré de dejar todo cerrado- tuvo que prometer luego de escuchar la crítica de alguien sobre su abuso de poder -¡Ya no sean amargados, puede que este sea el último día que pisemos este lugar!- les hizo ver además a forma de protesta en tanto se llevaba una mano a la cintura esbozando también una de sus muecas presumidas.

Ante aquel argumento, invadidos de nostalgia, ninguno más se atrevió a refutarle nada, por lo que poco después entre risas y conversa, reviviendo los viejos tiempos con las anécdotas graciosas más memorables que habían pasado y acompañados de la cerveza camuflada que Charlie con algunos de los muchachos lograron camuflar; decidieron todos por forma unánime jugar a "la botella" por última vez. El juego favorito de la clase, ya convertido en toda una tradición entre ellos, aun a pesar de que en éste muchas veces personas no muy bien parecidas o con preferencias y orígenes distintos a los de la mayoría, resultaban poco favorecidos o sufrían discriminación; tal como en el caso de Cole, debido a su orientación sexual, o el de Anne, al ser considerada en su pubertad como el típico "patito feo", aparte de recriminarle el pasado en el que creciera...

Pequeñas Injusticias que sin embargo la última chica en mención (para entonces ya convertida en una bella señorita) había a esas alturas perdonado, pero eso sí habiéndose propuesto también nunca más dejarse afectar por las mismas.

De tal manera en aquella ocasión, Anne Shirley Cuthbert, la única joven pelirroja del pueblo y también una de las más inteligentes (por no decir por modestia, la más lista), volvió con su acostumbrado entusiasmo al sociabilizar a acceder a participar en el reto, sólo que a diferencia de antes, ahora totalmente segura de sí misma y de que nadie iba a volver a hacerle sentir mal porque no les daría ese poder.

Aunque Cole ya no estaba para defenderla, sí estaban con ella sus ganas de adquirir experiencias que luego sabía se transformarían en memorias de su juventud que podría contar cuando fuese mayor. Razón que le llevó a aceptar... Y como el destino sabe dar a veces oportunidades de revancha sobre viejas contiendas, para su sorpresa, después de que la dulce Tillie abriera la jugada con un buen beso a uno de sus galanes (un chico llamado Louis), cosa que emocionó a todo el mundo ocasionando vítores y aplausos; Billie Andrews (quien a esas alturas ya había sido perdonado por Josie Pye de su terrible y patán comportamiento durante la última feria del pueblo), se vio seleccionado por el azar una vez más para compartir con ella su turno.

De inmediato para asombro de muchos, él fue el primero en levantarse, notándosele bien predispuesto a cumplir con la misión. Arreglándose inclusive el corbatín con total buen ánimo y entusiasmo... como si nada hubiese ocurrido antes, como si nada malo entre ellos hubiese pasado... Mas esta vez fue ella, la chica de la hermosa cabellera de fuego, quien hizo que detuvieran todo de repente, no dispuesta a continuar.

-¡Objeto! No pienso hacerlo- exclamó decidida, cruzándose de brazos, y él haciéndose el fresco e interesante le increpó sobre el porqué, sin dejarse avergonzar

-¡Vamos! ¿Qué pasa Shirley? ¿Con resentimientos a estas alturas de la vida?-

No obstante, Anne sin poder creer todo su infame proceder mientras lo escrutaba con la mirada, solo ratificó su decisión.

-Piensa lo que quieras pero no voy a rebajarme contigo-

-¡Uy! La huerfanita empezó a sacar las garras- el problemático muchacho entonces no perdió tiempo de contraatacar y enseguida se burló, pero era claro que ahora lo hacía en parte por defender su ego, no acostumbrado a que le rechazasen, habiéndose autoproclamado el galán del lugar y siendo además el encargado principal de hacer bullying a los marginados.

Anne por su lado ya estaba descruzando los brazos con enfado, preparada para responderle, cuando alguien que no había asistido más temprano a la reunión aunque todos lo esperaban, se hizo presente...

-Si la dama dice que "no" Billy, es No- le dejó en claro ni bien hacer su aparición (la cual causó como de costumbre muchas exclamaciones de alegría y de admiración) y sus palabras fueron prueba de que había estado atento a todo lo que allí sucedía desde el mismo instante en que pusiera un pie dentro del establecimiento.

-¡Y qué! ¿Ahora vas a defenderla Blythe?- con cara de pocos amigos y una confianza entre ellos enfriada, Billy le encaró así. A lo que Gilbert, encogiéndose de hombros, no dudó en responder.

-Si es necesario, lo haré-

Anne que de tan solo verlo sintió que su corazón comenzaba a latir como caballo desbocado, casi no pudo creer lo que entonces escuchaba... Su resolución y la energía con la que lo dijo, le resultó tan irreal como la noche, ya casi una semana atrás, cuando se había abierto con ella confesándole que le gustaba. Lo recordaba bien aun cuando reconocía no haber estado en sus completos cabales en esos momentos, un poco pasada de copas, lo que le había llevado a creer por ratos después que se trataba tan solo de un ensueño que había imaginado, producto de su amor secreto... Únicamente sus palabras, a las cuales se aferraba y de las que gracias a su excelente memoria se acordaba en su mayoría, eran la prueba de que aquello en efecto había acontecido.

Su emoción además fue justificadamente en aumento al ver que volvía a unirse al grupo de la escuela, cuando ya todos creían que a esas alturas se encontraba ocupado por completo ultimando los preparativos previos a emprender su viaje fuera del pueblo para unirse a su familia política antes de contraer matrimonio con Winifred, su bonita prometida, y de allí partir a estudiar a Francia... Muy consciente de ello, se obligó entonces a tratar de frenar su entusiasmo. Intentando solo mantenerlo en su interior sin darlo a notar hasta que aclarara las cosas. No queriendo dejar morir en su alma la fe de que él pudiera dar un giro al rumbo en el que estaba direccionando su vida.

-Disculpen la tardanza, tuve que arreglar unos asuntos que requerían de mi presencia urgente- a manera de saludo, de tal forma, Gilbert explicó, provocando enseguida exclamaciones de burla pícaras, risotadas y aplausos, pues todos imaginaban que lo principal que tenía en la cabeza para entonces era su flamante noviazgo.

-¡Uy, la jefa!- se mofó Moody

-¡Pero escúchenlo, si ya habla como todo un señor Doctor!- exclamó a su vez Jane Andrews

Aquello hizo que a Anne le doliera un poco el corazón, empero, armada como siempre de su dignidad supo disimular su incomodidad con altivez, aun cuando en ese momento se arrepintió de haberle contado a Diana (presente allí también) y a todos sus seres queridos (hasta a Matthew), sobre la declaración. Un asunto que en un principio le pareciera sagrado pero que de repente comenzaba a considerar abominable... y eso que ya tenía lista una extensa carta (que redactar le había tomado un par de desvelos) confesándole que correspondía a sus sentimientos, pero que se aliviaba de verdad de no haberle entregado aún.

-Bueno, bueno, ¿vamos a continuar con el juego o qué?- Josie Pye por su lado no tardó en preguntar, teniendo presente que su arbitrariedad para ocupar esa parte de la escuela sin permiso no podía durar todo el día.

-Yo me retiro- resolvió por todo Anne, cargada de amargura, e intentó encaminarse enseguida hacia la salida solo que Billy, para completar su impresión, la detuvo sosteniéndole de la muñeca, no dispuesto a aceptar su rechazo y menos enfrente de todo el mundo.

-¿Qué, acaso tienes miedo?- le increpó con una infame sonrisa, creyéndose como siempre el rey de la fiesta, por lo que ella imitándole la expresión y soltándose al mismo tiempo asqueada, declaró

-En tus sueños-

-¡Ah no!, si van a empezar a desertar el juego se suspende- intervino de nuevo Jane (no agradándole que basurearan a su hermano) y hubo de inmediato quejas apoyando la moción. Hecho del que Gilbert (siempre como buen mediador) se valió para darse a la tarea de aplacar los ánimos.

-Tranquilos, tranquilos, no hay porqué suspender nada. Si Anne no quiere besar a Billy, está en su derecho- expresó -...Mas yo podría ofrecerme a tomar el lugar de él, si es que a ella, por supuesto, no le incomoda- y al decirlo, con un poco de timidez advirtiéndosele en la voz, se enfocó en mirarla; provocando que quedara boquiabierta.

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Continuará...

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