Capítulo 15: La felicidad existe.

Tu mirada estaba fijada únicamente en los azulejos blancos del suelo del hospital. Era 1 de enero a las dos y media de la madrugada y estabas esperando a que te diesen un diagnóstico. No podías quitarte de la cabeza los eventos ocurridos hace una hora y algo más, y la preocupación construida en tu cuerpo no era normal ni de lejos. Las palmas de tus manos estaban sudorosas de nerviosismo y apenas podías contener las lágrimas. En la sala de espera estaban haciéndote compañía el resto de los Sombrero de Paja, (mejor amiga), Nami y Robin sentadas a tu lado para consolarte y evitar que rompieras a llorar en cualquier momento.

Pasaron los minutos, que se te hicieron años, hasta que salió la doctora Kureha, la mujer más longeva que habías conocido en tu vida. Era, además, la abuela de Chopper, así que ya la habías conocido, o al menos oído mencionar, antes. La mujer daba miedo, pero no había que dudar de sus conocimientos médicos, era posible que superasen los de Law.

Pensar en él te hizo sentir tu pecho encogerse de la manera más dolorosa, y luchaste una vez más por no mostrar las lágrimas, lo cual se hacía más difícil por momentos. La doctora de aclaró la garganta, atrayendo vuestra atención.

"Tú eres (tu nombre), ¿verdad, jovencita?" Asentiste lentamente y la doctora suspiró, el acto trajo más preocupación a tu cuerpo. "Bueno, Trafalgar está inconsciente, la causa es falta de sueño, cansancio y estrés. No estoy muy segura de cuando va a despertar... o si despertará" Te llevaste las manos a la boca. Adiós al auto-control, las lágrimas empezaron a rodar libremente por tus mejillas y tuviste que apoyar la cabeza en el hombro de (mejor amiga), sollozando descontroladamente. Entonces Nami la miró incrédula.

"¿Pero cómo es posible que una persona esté en peligro de muerte por falta de sueño?" Parecía indignada, y la doctora Kureha se cruzó de brazos.

"Los conocimientos médicos los tengo yo aquí. Este es un caso extremo, por supuesto no los hay todos los días. Pero habiendo trabajado con Trafalgar he sido capaz de ver su estado y es verdad que trabaja sin parar" Concluyó estrictamente, lo cual no ayudó en nada. De hecho aumentó el número de lágrimas por segundo.

"Abuela, ¿no hay ninguna solución?" Preguntó Chopper también preocupado por su compañero doctor. La tensión en el aire era tan densa que se podría cortar con un cuchillo. La doctora cerró los ojos y suspiró. Entonces dijo únicamente:

"Esperar"


La casa estaba oscura. Bepo se encontraba tumbado a tu lado sobre la cama, observando tu figura hundida entre las sábanas, llorando sin parar. Han pasado un par de días y no habían noticias sobre el estado de Law. Todos los días ibas a visitarle al hospital, cruzando los dedos con la esperanza de que esta horrible pesadilla terminase, pero nunca tenías esa suerte. El resto del grupo te acompañaba a veces, otras decidían dejarte a solas con Law en la habitación, viendo su estado que definitivamente te hacía sentir como si te desgarrasen el corazón lenta y cruelmente. Tu madre también se había enterado de la situación y, como era de esperar, su reacción había sido una sorprendida y preocupada.

Escuchaste el tenue sonido de lo que podías reconocer como el timbre, la puerta de la habitación estaba cerrada así que este se escuchaba muy apagado. Al principio pensaste en ignorarlo, pero al ver que persistía te obligaste a ir con un gruñido.

Fuera estaban tu madre y tu hermana aferrada a su mano. La pequeña se lanzó a ti lloriqueando lo que tardó en verte. Lentamente le devolviste el abrazo, acariciando su suave pelo con olor a camomila. Tu madre te miró con una expresión triste que empeoró al ver tu estado: ojos rojos e inflamados de tanto llorar, al igual que la nariz. Tenías ojeras, lo cual indicaba que no habías dormido mucho este tiempo, además moqueabas y soltabas un pequeño sollozo de vez en cuando. Lo más triste fue sin duda cuando forzaste una falsa sonrisa como muestra de educación, fallando miserablemente. Dejaste pasar a las dos y se quedaron un rato contigo, intentando calmar tus sentimientos, pero sabías que no iba a ser posible.

"Tienes que pensar en positivo, cariño. Seguramente se pondrá bien, son profesionales después de todo" Dijo tu madre con un tono consolador mientras sollozabas en su pecho y ella trazaba formas en tu espalda. Tu hermana te estaba dando un abrazo desde detrás, y la verdad es que te sentías mejor, aunque el dolor ahora fuera el sentimiento más resaltado. Conseguiste asentir y decidiste hablar de otra cosa con tu madre para demostrarle que intentabas no pensar mucho en ello, pero era lo único que rondaba por tu mente.


Pasaron los días y empezaron de nuevo las clases. Sin embargo, tú no asististe a ninguna. (Mejor amiga) se había ofrecido a coger apuntes para ti y justificar tus faltas al profesorado, de manera que pudiesen posponer tus exámenes. Le costó mucho convencerte, era increíble la guerra que diste incluso teniendo en cuenta tu estado. Había llegado un punto en el que casi no distinguías colores, todo de tonos negros, blancos, pero mayoritariamente grises. Sus ojos. Echabas de menos sus ojos, su pelo, su presencia. Pero no estaba, y día tras día empezaste a hacerte más a la idea de que posiblemente no llegarías a tenerla jamás junto a ti.

Apenas comías, dormías o interactuabas con otras personas. El único contacto que habías tenido en días era el de Bepo, el cuál también estaba terriblemente deprimido. Se estaba notando demasiado la ausencia de su dueño, para ambos. Estabas segura de que tu estado era lamentable la mayoría del tiempo, pero siempre que ibas a visitarle hacías lo imposible por parecer lo más mínimamente presentable. Sin embargo eso no quitaba que todos lo días te deshicieses en lágrimas hasta no poder llorar más. Era patético, lo sabías, pero no podías controlar tus sentimientos, estos siendo tan fuertes hacia el cirujano que había logrado robarte el corazón tan intensamente.


Un día, a finales de enero, fuiste al hospital para visitar a Law de nuevo, como todos los días. De camino al edificio te fijaste vagamente en tus alrededores: en efecto todo había perdido su color. Daba igual que el cielo estuviese completamente despejado en ese momento, lo veías nublado. Los coches eran todos iguales, por lo menos en el matiz de color. Las personas que te encontrabas por la calle caminaban con ropa negra, piel grisácea y pelo blanco, sin excepción. Era deprimente, no es que no lo estuvieses ya de todos modos.


Llegaste al hospital y, después de que te pidieran esperar, te sentaste en la consulta, esperando que pudieras entrar en la habitación de Law. Pasaron diez minutos y te dejaron acceso. Dentro estaba Kaya examinando el cuerpo inconsciente de tu novio. Conocías a la joven, era muy simpática y os habíais hecho muy buenas amigas. Es por eso que todos los días intentaba animarte tanto como otro habían hecho, sin éxito, por supuesto.

La joven rubia se excusó y salió de la habitación, dejándoos a Law y a ti solos por fin. Estiraste el brazo para alcanzar su mano, tal y como todos los días hacías, y la cogiste entre las dos tuyas. La llevaste suavemente a tu cara e hiciste que la palma hiciese contacto con tu mejilla. Sentías su pulso, un pequeño rayo de esperanza, aunque no sabías si cualquier día iba a extinguirse. Entonces dejaste a tus labios acceder al dorso de su mano, posando un suave beso en cada uno de sus tatuajes. DEATH. Muerte. Pensarlo era irónico, una persona que vive de salvar vidas, no es apropiado que tenga eso escrito en cada una de sus manos. Recordabas que cuando le conociste la primera vez no tenía esa palabra tatuada en la mano derecha, únicamente en la izquierda. La verdad es que no te importó que se lo volviese a tatuar tiempo después, eso no iba a cambiar tu opinión o sentimientos hacia él.

Dejaste que las lágrimas cayesen lentamente, observando su tranquilo rostro. Su pecho subía y bajaba, sus calmadas respiraciones tranquilizándote levemente. Lo único que podías escuchar de fondo era el constante pitido del monitor de órganos vitales, estable y fuerte.


Te quedaste con él un rato, disfrutando su presencia, aunque él no pudiera sentir la tuya. O quizás sí, no lo sabías. Te levantaste de la silla, dispusiéndote a soltar delicadamente la mano sobre la cama, pero entonces notaste algo increíble. Su mano te dio un apretón. Al principio pensaste que serían imaginaciones tuyas, pero entonces se repitió de nuevo, más claramente. Soltaste la mano y la viste retorcerse un poco, entonces miraste la cara de su dueño, ilusión llenándote por segundos. Lentamente empezaron a abrirse esos ojos grises que tanto habías echado de menos, acompañados de una débil sonrisa. De nuevo las lágrimas comenzaron a agruparse en tus ojos, pero estas eran de felicidad. Sin pensártelo dos veces te abalanzaste sobre él en un abrazo, casi aplastándole. Law tosió un poco debido al impacto, pero no te separó, de hecho rodeó tu figura temblorosa con los brazos y te abrazó firmemente.

"¡Law! ¡Estás bien! ¡Dios, cómo te he echado de menos!" Agradeciste a los cielos de todas las maneras posibles y Law se rió.

"No sabía que me querías tanto" Asentiste frenéticamente en su pecho, empapando el traje del hospital con lágrimas, no es que le importase. De repente se puso serio y cogió tu barbilla entre los dedos, haciéndote mirarle. "Ahora, ¿en serio pensabas que te iba a dejar así?" Intestaste mirar hacia otro lado, de repente avergonzada, pero sus dedos no te lo permitieron. Esbozó una mueca de esas que habías echado tanto en falta, y te hizo sonrojar. Hábilmente te colocó sobre él en la camilla, piernas a cada lado de su cintura y te sonrió. "Aún no he pasado lo mejor contigo. Así que ni se te ocurra pensar en eso, ¿vale?" Asentiste y te atrajo a un beso apasionado y largo, uno de esos besos que te dejaban sin aliento.

"Te amo, Law" Dijiste rompiendo el beso y colocando tu frente sobre la suya y Law rió.

"Yo también, (tu nombre)"


Lo más bonito de ese día fue, probablemente, la manera en que volvió a tus ojos el color, todo gracias a él, a Law, a tu Cirujano de la Muerte.



Final extendido: Timeskip, 7 años más tarde...


POV de Law.

(Tu nombre) ha terminado por fin la carrera universitaria. Ahora es oficialmente mi doctora. Después de una desmadrada fiesta de graduación decidí empezar el proyecto que había deseado empezar desde hace mucho tiempo. Era, por supuesto, un secreto para mi gatita.


"¿Una cena?" Preguntó curiosamente, aunque era más que obvio que estaba emocionada. Perfecto.

"Sí, para celebrar tu graduación de una manera más... íntima" Contesté, y estoy seguro de que no pude reprimir una sospechosa mueca, era demasiado tentador.

"Me encantaría" Respondió por fin con una sonrisa. Estaba empezando a pensar que podría darle su 'regalo' de graduación prematuramente, pero todo a su tiempo. Si el plan salía bien estaba seguro de que el regalo también...

"Perfecto, prepárate, es esta noche"

"Espera, ¿có-?" Llamaron al timbre y fui a abrir. Tal y como había planeado entró una (mejor amiga)-ya excitada por la puerta y arrastró a (tu nombre) fuera del apartamento, ni siquiera le dejó terminar la pregunta. Con una risa me fui yo también. Tenía un encargo que recoger.



"Vaya... Law, ¿era necesario un restaurante tan lujoso?" Miró a su alrededor, examinando cada rincón del restaurante de cinco tenedores al que la había traído, parecía una niña pequeña. Yo no podía quitar los ojos del apropiado atuendo que estaba vistiendo: un vestido largo rojo, casi parecía de gala, con escote y espalda al descubierto. Realmente adoraba como se había vuelto más atrevida con el tema de la ropa. Un camarero nos llevó a la mesa que había reservado y nos sentamos uno frente al otro. Algo que me divirtió bastante es que ella tampoco había apartado sus ojos de mí. Quizá un traje negro sin corbata, chaqueta desabrochada y camisa sin desabrochada por los primeros botones era demasiado provocativo para ella.

"¿Te gusta lo que ves?" Ella me miró con un sonrojo pero, para mi sorpresa, me devolvió la mueca.

"Me gustará más lo que veré esta noche, doctor" Dijo sensualmente y tuve que reprimir un gruñido, se estaba volviendo buena para pulsar mis botones. Espera, siempre lo había sido... Al poco rato vino el mismo camarero y pidió nuestras órdenes, desapareciendo entonces.

"(Tu nombre), me gustaría decirte algo" Ella me atendió y me aclaré la garganta. "Quiero que seas mi ayudante en el hospital" Sin rodeos, fui directo al tema. Sus ojos se abrieron de la sorpresa pero al rato asintió con una sonrisa ilusionada.


Fue una velada maravillosa, la comida fue magnífica y el servicio eficaz. Después de pagar la cuenta detuve a (tu nombre), indicándole que se quedase sentada un rato más. Deslicé discretamente la mano en el bolsillo del pantalón, hasta que mis dedos entraron en contacto con lo que estaba buscando. Lentamente saqué el contenido y lo guardé detrás de mi espalda. Me levanté de la silla, sorprendiendo a (tu nombre), pero su cara no tuvo precio al ver cómo me arrodillaba frente a ella, atrayendo la atención de otra gente en el restaurante. Lo mejor fue ver como se tapaba la boca con ambas manos, lágrimas reuniéndose en sus ojos, esperando lo que iba a ocurrir.

"(Tu nombre), estos años contigo han sido los mejores de mi vida. Nunca había encontrado a una persona que me comprendiese tan bien desde... eso. Es por eso que me gustaría pedirte..." A medida que hablaba iba haciendo visible la pequeña caja de terciopelo azul que ocultaba tras mi espalda, y la abrí lentamente. "...que me hicieras el hombre más feliz y afortunado convirtiéndote en mi esposa. (Tu nombre), por favor, cásate conmigo" El salón fue inundado por los silbidos y recomendaciones de mujeres pidiendo que dijera que sí, pero no les hicimos caso. Estábamos ella y yo solos, nadie más, no había restaurante, no habían mesas, no había gente. Ella no podía aguantar las lágrimas, menos cuando vio el bonito anillo de oro decorado con una (piedra preferida) en el centro. Tragué saliva nerviosamente al ver que no contestaba, pero cuál no fue mi sorpresa cuando se me echó encima en un abrazo estrangulador, susurrando en mi oído lo que quería oír, en ese momento las palabras más bellas que había escuchado pronunciar en mi vida.

"¡Sí, sí quiero, Law!"


~FIN~



Bueno, este es el final de esta historia. Muchísimas gracias a todas aquellas lectoras que la han seguido tan fielmente, son maravillosas. La verdad, me ha gustado mucho la manera en que ha quedado, aunque siento el pedazo de timeskip, ha sido muy repentino...

Bueno, espero que hayáis disfrutado leyendo tanto como yo lo he hecho escribiendo. ¡Os adoro!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top