Laberinto de espejismos

Lo único bueno que podría decir que hizo mi madre por mi fue traerme a la vida, pero estaba tan obsesionada con no engordar que contrató a otra mujer para que me pariera, y no asistió ni a mi nacimiento, pero en parte agradezco que lo haya hecho.

No soportaría saber que salí del cuerpo de esa mujer.

Caillin despertaba con un Collin profundamente dormido en su hombro y una Curllin pateándole la cara presa de alguna pesadilla, pero no se quejaba, normalmente esta golpeaba mas fuerte. Se levantó aturdida intentando reaccionar, lo cual fue mas rápido de lo que creyó porque se paró a la velocidad de la luz cuando sintió todas esas espinas al doblar su pierna. Observó su entorno, estaba rodeada de cientos de miles de rosas y enredaderas espinosas, rosas y enredaderas a kilómetros, a millas tal vez, todo lo que podía ver eran rosas, pero no era posible, recordaba perfectamente haber ido a dormir sobre una fría e incomoda roca en una cueva aun mas fría e incomoda. Tenia tierra humeda hasta en los zapatos y su cabello era un completo desaastre, intentó avanzar pero oyó un grito.

- ¡Ah, cuidado! -vio abajo como una rosa se removía totalmente pisoteada, se llevó las manos a la boca asustada.

- ¡Ay no, lo siento mucho pequeña, no era mi intención!

- Claro que lo sientes

Las enredaderas y rosas del lugar la rodearon poco a poco, se sintió estática, no tenia a donde huir, su cuaderno no estaba y sus hermanos habían desaparecido de la nada. Finalmente las plantas atacaron capturandola inmediatamente entre sus tallos, no podía gritar, a duras penas respirar, sintió caerse mas nunca tocó tierra firme...

¿Estaba viva? Si, si, estaba viva. No podía moverse, no podía abrir los ojos, pero respiraba, eso era bueno, estaba viva. Sentía unas suaves colchas envueltas a su alrededor y un ambiente bastante fresco y agradable, oía sonidos insignificantes como aves cantando y ramas chocando con alguna cristal de alguna ventana, era realmente pacifico pero su cabello la estaba incomodando un poco. Durante los próximos 20 minutos solo pudo escuchar una espada cortando cosas como maníaca y la puerta rechinar, ¡aleluya! Oyó pasos metálicos acercarse a ella y solo una cosa se asemejaba a su situación: estaba atrapada en La Bella Durmiente.

Toda su infancia se la había pasado leyendo la literatura humana en secreto porque estaba "mal" hacerlo, y siempre había querido ser La Bella Durmiente (la versión tipo Disney, no en la que la violan dormida y no hay ningún hechizo). Por mas absurdo que fuera lo que estaba pasando y lo sumiso que seria dejar que aquel misterioso extraño cuyo aspecto e higiene personal le eran desconocidos la besase ¿cuantas oportunidades así se tenían en la vida? Estaba a punto de cumplir su sueño perdido de la infancia ¡se iba a convertir en una princesa de cuentos!

- Oh mi bella doncella, he de sellar nuestro amor eterno y acabar con el hechizo que ha caido sobre ti... con un beso

NO. NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO. Esa voz... ¿acaso era! NO, NI PENSARLO, NO ¡Su caballero de brillante armadura que le iba a dar un beso era Collin! ¿Por qué el universo conspiraba contra ella así! Collin era muchas pero muchas cosas, y entre ellos no estaba la palabra "higiénico", ¡se tenia que tapar la nariz cada que bostezaba porque se guardaba ahí todas las comidas ingeridas en el mes! Y ERA SU HERMANO, POR EL AMOR DE DIOS. Quería golpearlo, quería gritar, quería huir, pero no podía mover ni un dedo por quien sabe que hechizo. Contuvo la respiración cuando sintió el olor tan repugnante rozando su cara, pero repentinamente empezaron a sacudirla.

- ¡Caillin, Caillin despierta, por favor! -qué maneras de tratar a una dama, ni podía ni quería así que solo empezó a ignorarlo, pero poco a poco dejó de sentir las suaves colchas y el ambiente cálido, ahora era un calor insoportable y duro suelo, su hermano seguía gritando, pero ahora que sentía movilidad no podía ni usarla, dejaron de sacudirla-. CAILLIN -exhaló desesperadamente y con toda la boca abierta luego de haberse tragado medio litro de agua previo al remojón de Collin, se sentó en el suelo y tosió toda el agua por cuatro largos minutos y cuando por fin logró relajarse vio la seca, caliente y agrietada arena a su alrededor, estaban a mitad de la nada y en cuestión de segundos sintió una sed horripilante.

- ¿Dónde estamos? -Dios, ni siquiera podía hablar de lo seca que estaba su boca aun después del chapuzón del otro. 

- En los desiertos trampa de la Reina Denali (otra de las estafadas por nuestros padres). Llegamos aquí por la noche creyendo que era una cueva y sus arenas trataron de hundirnos en ella con sus confusos y alocados sueños hasta poder formar parte de ella, y culminar la venganza de su reina. Curllin fue la primera en despertar, su sueño no le  gustó y ahí sospechó de inmediato que no podía ser suyo, luego me despertó a mi y ahora yo te he despertado a ti, sé que es extraño y que ahora mismo tienes una sed de los mil demonios pero tenemos que irnos

- Estas sudando a mares, Collin -fue todo lo que pudo decir, estaba completamente empapado y por el olor era evidente que no era agua.

- Estamos a mitad de un desierto, Caillin, no está en mis capacidades detenerlo. Curllin nos está esperando a los comienzos del otro reino, logré aparecer tu cuaderno y el agua con la que te salvé de morir deshidratada, ahora sácanos de aquí

- Está bien, está bien, es que me desconcentro si están viendo lo que dibujo

- Ash, artistas -se volteó colmado mientras dibujaba como podía una liebre gigante, pero es que era muy perfeccionista y tardó mas de lo esperado en quedar satisfecha con el resultado, y para entonces Collin ya había vuelto a ceder ante las arenas encantadas. No había tiempo, lo aventó al lomo de la liebre y se subió tras de él, huyendo de las arenas que nuevamente los seguía. Tomó con determinación su lápiz y dibujó velozmente agua, agua que haría pesada la arena y la ralentizaría lo suficiente como para huir. Mojó y mojó la arena hasta que quedó solo una repugnante pasta imposible de moverse, sonrió satisfecha y volvió la vista a Collin, quien no parecía cómodo con el tambaleo de su amiga liebre gigante. 

- Collin, despierta, desiste del hechizo -dijo refiriéndose al conjuro en las arenas, pero solo se removió en su lugar y siguió durmiendo, entonces ahí recordó sus palabras.

"Ya no soy tan fuerte como antes"

Y entendió que tal vez era algo tanto mental como físico, no era tan fuerte de voluntad por culpa de la magia que utilizaba, ni de fuerza, ¿pero qué afán tenia en no usar sus poderes? O sea, a ella le habían arrancado las alas (su único poder especial) desde su nacimiento, pero si las tuviera con ella nuevamente no las desaprovecharía ni un segundo ¿por qué él lo hacia? Hm, 3 años de hermandad y a penas y lo conocía bien.

Llegaron al fin a los comienzos del otro reino, el cual era un bosque repleto de luciérnagas preciosas (las cuales podían verse debido a la sombra que provocaban todos esos arboles de hojas multicolor). Dejó a Collin y su creación la liebre a comienzos del bosque y se dedicó a buscar a Curllin, adentrándose más y más en el frondoso bosque.

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