Capítulo 3

Despertar en brazos de Kirishima era algo que ni en sus fantasías más oscuras se hubiese imaginado.

Pero tampoco esperaba que fuese luego de un desmayo. Sentía que el universo le habría una puerta pero le cerraba otra contra su nariz y le agarraba los dedos, de paso.

—¡Se está despertando! —escuchó la dulce y melodiosa voz de Momo—. ¡Pero qué alivio! Todoroki, consigue un vaso de agua para Izuku.

—¿Tengo qué? —gruñó la voz de Shouto al fondo.

El corazón de Midoriya se alborotó. No sabía si era por estar apoyado contra el cuerpo musculoso de Kirishima, por todo lo vivido en esa noche, por la actualización o por Todoroki en general.

Momo al parecer amenazó en susurros a su novio, ya que segundos después escuchó los pasos del muchacho alejarse a conseguir agua seguramente.

—Midoriya, ¿me escuchas? —preguntó Kiri, con la voz casi rota de la preocupación.

Su cabeza todavía se sentía difusa y las voces le llegaban como en lejanía. Cuando abrió los ojos se encontró con los rostros de Kirishima y de Momo demasiado cerca para su gusto —no podía soportar tener a tantas personas guapas a su alrededor—, Shouto con el ceño fruncido mientras sostenía un vaso con agua y a un histérico Tamaki abanicándolo con un menú de la panadería.

Vaya forma de terminar una cita.

—Estoy bien —dijo Izuku, a pesar de que nadie le preguntó directamente—. Solo... necesito salir de aquí.

Y huir como cobarde antes de que se pongan a leer.

Pero Momo se negaba a que saliese con ese frío, aludiendo a que podía llamar al chofer de su familia para que escoltase a Izuku a su hogar. Kirishima no parecía complacido de que lo llevasen de su lado. Y Shouto... él solo parecía querer que la tierra se abriese y tragase a Midoriya.

Joder, él también quería que eso pasase.

Al final llegaron a un acuerdo en que Kirishima se llevaría a Izuku en taxi hasta su casa y se aseguraría de que se metiese en la cama. No es como si alguno de los dos fuese a oponerse ante aquello.

La idea de usar la palabra cama y Kirishima en la misma oración le emocionaba e inquietaba. En todos los sentidos.

Agradeció que Todoroki no se acercase a decir adiós cuando subieron al taxi, principalmente porque su corazón no podría soportar más encuentros extraños con él. Si había pensado que las cosas estaban terminadas entre ambos, la verdad estaba equivocado.

Izuku solo quería poder disfrutar de su cita de Kirishima. No que lo atormentasen los muertos en su ropero. Y ni siquiera podía decir que fuese eso.

No tenía idea de cómo explicarlo.

—Oye, ¿seguro que estás bien? —preguntó Kirishima con aquellos ojos enormes y brillantes que tenía—. ¿No te duele nada?

Los cálidos dedos de Eijirou se deslizaron hasta su muslo, donde descansaba su helada mano, la cual tomó y acarició con su dedo pulgar. Era una sensación tan suave y dulce y bonita que le terminó acelerando el corazón.

No se soltaron de las manos en lo que duró el trayecto a su hogar.

O al menos, hasta que Kirishima se liberó para tomar su cartera y pagar por el viaje él solo. Izuku estaba mareado y sabía que el otro no le permitiría poner un yen, así que tomó nota mental de que le correspondía a él pagar la próxima vez.

¿Habría próxima vez, acaso? ¿Luego del fiasco de esa noche? ¿Eijirou le volvería a dirigir la palabra? Ya estaba planeando formas de exiliarse a Australia, cuando un toquecito en su brazo le distrajo de sus desvaríos.

Kiri le extendió la mano para ayudarlo a bajar. En su rostro había una sonrisa tímida; ningún rastro de que lamentase haber invitado al nerd escritor de fanfics de Izuku Midoriya.

Por primera vez, se permitió creer que él se merecía tener una historia tan bonita como las que contaba. Que no siempre estaría él con ninguna compañía más que el Word.

La felicidad podía llegar para todos.

—Bueno, hasta aquí llego —Izuku señaló con su mano libre al edificio donde vivía—. Gracias por esta noche, Kiri. Me he divertido a pesar de... bueno, tú ya sabes.

Kirishima soltó una risita al escuchar el suspiro de Izuku. Aquello le había puesto tan nervioso que acabó soltándole la mano al pelirrojo; sin mencionar que sus mejillas estaban a punto de estallar del calor.

—Supongo que debería volver —dijo Kirishima al notar el repentino cambio en Izuku—. Creo que necesito una ducha...

—No hueles tan mal —Midoriya se dio cuenta de su error demasiado tarde—. ¡Digo...! Es normal luego de un partido.

—Descuida —rio el otro—. ¡Es el aroma de los machos!

Irguió su antebrazo para que los músculos de sus bíceps se acentuaran. Izuku casi se desmayó otra vez, pero Kirishima no le dio tiempo ya que puso su mano sobre su caliente mejilla.

—Oye, quizás me estoy apresurando —Sus ojos estaban brillando—. Pero, ¿te gustaría acompañarme en el Festival de San Valentín de la semana que viene?

Eso era todo. Midoriya sintió sus piernas de gelatina y casi cayó encima de Eijirou, si este no lo hubiese sostenido.

—¡Lo siento, lo siento! —exclamó Izuku—. Lo siento, Kirishima...

—¿Eso es un no? —preguntó, tratando de fingir diversión.

—¡No! ¡Sí! ¡Digo, no es un no, es un sí!

La sonrisa de Kirishima irradió como mil soles. Midoriya estaba considerando conseguirse unas gafas protectoras para no enceguecerse cada vez que la veía.

—¡Oh Dios, eso es genial! ¡Midoriya, alegraste mi noche! —Empezó a girar sobre sí mismo—. ¡Nos vemos en la escuela!

Antes de que Izuku le pudiese pedir que se calmase, Kirishima lo tomó de los hombros y estampó un beso sobre su mejilla, muy cerca de la comisura de su boca.

Luego Kirishima se alejó dando saltos de allí, dejando por segunda vez a un anonadado Izuku sin saber cómo se hacía para respirar.

El frío no parecía disipar a pesar de que estaba a punto de comenzar la semana más cálida del año.

Y con eso se refería a que estaban peligrosamente cerca de San Valentín.

Izuku no tenía idea lo que era festejar para esas fechas. Chocolates, colchones de rosas o lo que sea que los enamorados usasen en ese día, para él solamente existían en su cabeza. Y en sus historias.

La cual, por cierto, había sido actualizada días atrás. Y había desatado un buen caos el viernes en la noche en las redes sociales.

InvisibleGirl000
Espero me financien los pañuelos descartables y la transfusión de sangre!!! >3< pero y mi RedDeku????

Froppy
Yo sigo esperando por mi ship...

Alien_Queen
Que suerte que soy multishipper ( ͡° ͜ʖ ͡°)

TenyaIida
¡Midoriya, tenemos que hacer ALGO sobre esto! ¡Además esas faltas gramaticales me hacen sangrar los ojos!

DenkiPikachu
@ TenyaIida xra mi ke esta bien eskrito :0

MinetaLovesBubis
Reitero que faltan más CULOS y más TETAS.

IWillKillYou-Deku
NO MÁS ADVERTENCIAS. VAS A MORIR, DEKU.

Kirishima no le había enviado ni un solo mensaje o comentario en todo el fin de semana. Bueno, no es como si hubiese usado mucho el teléfono ya que estaba ocupado lamentándose y a la vez rememorando la suave boca de Eijirou contra su piel

No quería que ese casi beso fuese el único. A Izuku no le importaba que tuviesen poco y nada en común: si le daba besos así, para él era suficiente.

Cuando llegó a la escuela, se dio cuenta que apestaba a rosas y brownies. Además de que, toda la cantidad de papel rojo y rosa utilizado en la decoración debería ser ilegal.

No quería pasar en medio de esa marea de corazones de papel en el suelo, perfume barato en cartas cursis y besos llenos de baba en el pasillo.

—¡Oh, Midoriya! ¡Por aquí!

La muchacha que acababa de chillarle repiqueteó sus zapatos de tacón hacia Izuku. Se voltéo lentamente para descubrir quién era, solo para encontrar con Nejire Hadou: una de las chicas más inteligentes de la escuela.

Y cargaba un montón de rosas consigo. Casi volvió a desmayarse al verla.

—¿A qué son preciosas? —Ella olfateó entre los rojos pétalos—. Este año el Consejo Escolar ha decidido vender una rosa por cien yenes para que nosotros la repartamos entre los alumnos. Es para saldar los fondos que usamos en el Festival. Las rosas que no se venden, las enviaremos a un hogar de ancianos cuando acabe San Valentín, ¡Es tan emocionante!

Izuku había intentado decir algo durante su monólogo pero la chica hablaba demasiado rápido y entusiasmada.

—¡Oh! ¡Creo que tengo unas cosas para ti!

Nejire se puso a escarbar en su ramo de rosas con la mano que tenía libre y de ella comenzó a sacar los tallos —sin espinas, claro— con diferentes listones de colores atados. La mayoría de ellos eran rojos, pero había otros colores como naranja, púrpura, rosa, verde e incluso celeste.

Fue depositándolos sobre los brazos de Izuku, a pesar de que el muchacho no entendía nada de lo que estaba pasando. Cuando iban cerca de la décima quinta rosa, decidió encararla:

—¡Nejire-san, no entiendo qué está pasando aquí! —exclamó Izuku. Dieciocho rosas.

—¡Sh! ¡No puedo perder la cuenta!

Midoriya terminó suspirando, y esperó a que Nejire Hadou depositase la última flor en su mano —la número treinta y uno—, dejando en sus manos solamente unas cinco rosas; todas con listón amarillo.

—¡Creo que es todo! —dijo ella con una sonrisa—. Pero la semana apenas empieza, no me quedan dudas de que puedan aparecer más admiradores.

—¿A-admiradores? —balbuceó Izuku, anonadado mirando hacia las rosas que apenas podía contener con sus brazos.

—Claro, tontito. Todas estas son rosas que me han pagado para que te entregue. Cada comprador eligió un color en particular —soltó una risita traviesa, como si ella supiese cosas que Izuku no—. Como ves, las de lazo rojo son las más abundantes.

Rojo. Intentó no sonreír ante la idea. No quería darle a Nejire un motivo para que siguiera haciendo esa mueca espeluznante en su rostro.

—¿No puedes darme una pista, al menos?

Nope. Mis compradores pidieron mantenerse en el anonimato. Y yo debo respetar eso —Miró la hora en su reloj—. ¡Ay, caray! ¡Se me hace tarde para darle sus rosas a Tamaki! ¡Mirio especificó que fuese antes de su clase de biología!

—¿Mirio...?

—¡Ups! —dijo Nejire con los dedos sobre sus labios. No lucía realmente arrepentida—. Se me escapó, lo siento.

Le dio una palmadita a Izuku antes de alejarse con las cinco rosas de listón amarillo, en busca de Tamaki Amajiki.

—¡Ciao, Midoriya! ¡Seguro nos cruzaremos más tarde o en la semana!

Pero él no quería cruzársela más tarde. Tenía suficientes rosas para toda una vida y su corazón se alborotaba de que la gente en los pasillos lo viese caminando con tantas flores como si él fuese el culisuelto de turno.

Oh, por All Might. Quizás fuese el culisuelto de turno.

Era el Christian Grey de la secundaria Yuuei. Con la diferencia de que no era un guapo, millonario y sádico. Solo era Izuku, un muchacho al que no le alcanzaba para comprar unas donas, que escribía demasiadas historias y solo se torturaba a sí mismo.

Estaba dando vueltas sobre sí mismo cuando un par de fuertes manos lo tomaron por los hombros para detenerlo. Pensó que se moriría ahí mismo, pero al menos era Uraraka la que estaba frente a él y no otra persona que alterase más sus nervios.

—¡Wow! —exclamó su amiga—. Eso son demasiadas rosas.

—¿Crees que no lo noté? —gimoteó Izuku—. ¿Qué voy a hacer con tantas? ¿Decorar mi lápida para cuando me muera esta tarde?

—Deku-kun, a ti te encanta exagerarlo todo —rio Uraraka, dándole un golpecito en el brazo—. ¡Siéntete halagado de que recibiste algo!

Solo un segundo después se dio cuenta a lo que su mejor amiga se refería: sus brazos iban vacíos. No tenía ni una sola rosa. Por lo poco que había visto en los pasillos, la gran mayoría de estudiantes llevaba al menos una miserable flor.

Se le estrujó el corazón ante aquello.

—Ya, ya —Ella pareció notar su gesto de lástima—. No pasa nada. No necesito que alguien me dé flores o chocolates.

—Yo puedo darte chocolates —soltó Izuku—. Y flores, ¿te gustan las flores, no? Eso anoté en mi libreta cuando empezamos a ser amigos; te gustaban las margaritas, ¿o eran los girasoles? ¡Soy un pésimo amigo porque no lo recuerdo!

—Oye, Deku-kun, ya cálmate. Que lo anotases es aterrador —dijo Ochako—. Pero no voy a negarme a unos chocolates.

Dio un vistazo hacia el ramo de flores de Izuku.

—Por cierto, la de lazo rosa es mía.

—¡¿Eh?!

Pero su grito se vio ahogado por la campana para entrar a clases, y en menos de un segundo, Uraraka ya estaba demasiado lejos de él como para pedirle explicaciones.

Intentó, con todas sus fuerzas, que su cabeza no empezase a maquinar cosas extrañas.

Pero maldición. Él había escrito historias de romance con menos datos que aquel.

Su cabeza hizo click al instante. La jodida historia.

Durante el fin de semana se había negado a leer lo actualizado, pero ahora se arrepentía al no saber a qué estaba enfrentándose. Pero podía hacerse una idea; las treinta y un rosas en sus brazos le daban una pista.

Sin embargo, todavía quedaban varias sorpresas para lo que restaba del día.

El corazón de Deku se detuvo en cuanto el profesor EraserHead les presentó a aquel estudiante de un curso diferente, que se sumaría a las prácticas con los futuros héroes antes del Festival Deportivo.

Simplemente no había podido evitarlo. Había algo en esos penetrantes ojos y su voz ronca que, de alguna manera, lo incitaban a hacer lo que sea que le pidiese.

—Vamos —le dijo casi ronroneando en cuanto se quedaron solos durante la tarea en que fueron emparejados—. Solo necesito una respuesta.

—Y-yo... —balbuceó Deku, sintiéndose de piedra ante el tacto de su piel contra su mejilla.

Se sentía sucio. A él le gustaba Red Riot, ¿no? Y Blasty, a quien su corazón se negaba a dejar ir desde su más tierna infancia. No necesitaba que apareciese aquel tipo de cabellos alborotados a tambalear su mundo entero.

Pero algo en su hipnótica voz y su enigmática sonrisa ladeada le obligaban a rendirse en sus brazos, como si se ese hubiese sido el plan del muchacho desde el inicio.

Deku no podía hacer más que entregarse ante aquel tirón del Quirk del otro y hacer lo que sea que quisiera.

Aquel fragmento se repetía en la mente de Izuku mientras intentaba escapar de Nejire Hadou durante la hora libre. En lo que iba de la mañana, la muchacha ya había interrumpido su clase unas tres veces para entregarle más rosas. No tenía idea de dónde salían tantas o por qué tan repentino interés —estaba seguro que todas las personas que se las enviaban no habían aparecido en la historia. Al menos no todavía.

Pero no fue hasta que tuvo la rosa de Yuuga Aoyama —con una pequeña nota que rezaba: "¿Una flor por un capítulo exclusivo?"— se dio cuenta que muchas de ellas eran por puro interés; para aparecer en la historia, para conseguir una cita con el chico enamoradizo o quizás para jugarle una broma.

Arrojó al tacho de la basura la flor de Aoyama. Justo en ese instante vio ondear a lo lejos el cabello de Nejire, con un ramo de frescas rosas para entregar a Izuku probablemente.

No se lo pensó dos veces y se metió por la primera puerta que se le apareció.

Suspiró aliviado de que no fuese un aula ya que estaba completamente a oscuras, con una especie de luz infrarroja iluminando con tenuidad una mesa en el centro y unas hileras con papeles húmedos colgando.

Solo que no eran simples papeles. Eran fotografías. Estaba en el cuarto oscuro del Club de Fotografía e Imagen Audiovisual. Lo recordaba de hacía un año.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó alguien a su costado.

Las rosas se le cayeron de los brazos por el susto, volando en todas las direcciones que permitía el reducido espacio del cuarto oscuro.

—¡Oh, por All Might! —exclamó Izuku agitado—. ¡No sabía que estaba ocupado, lo siento...! ¡Yo ya me iba, te juro!

El extraño alzó una ceja. Izuku podía captar leves movimientos a causa de la luz infrarroja.

—No estaba diciéndote que te vayas, Midoriya Izuku.

Algo se conectó en su cabeza. No todos allí lo llamaban por su nombre completo —con suerte recordaba el Midoriya— y un breve flashback de su época en el Club lo golpeó como un huracán.

El extraño dio un par de pasos para acercarse a Izuku. No había cambiado en nada, quizás excepto que sus rasgos se veían más adultos y su cuerpo menos flacucho.

Pero Shinsou Hitoshi seguía con el mismo aire de misterio que la última vez que entablaron conversación. Y seguía teniendo esa aura magnética que hubiese conseguido que Izuku se lanzase de un puente con solo esperar que pronunciase las palabras.

—Genial, ahora dirán que dejé el cuarto hecho un desastre —bufó Shinsou, tratando de esquivar las rosas de Izuku en el suelo—. Espero las limpies.

—¡P-por supuesto! —se apresuró a responder Midoriya, agachándose para comenzar a tomarlas como podía—. ¡Lo voy a limpiar, Shinsou...!

—Oye, no hace falta que seas tan efusivo. No tomes tan literal todo lo que digo.

—¡Es que es mi culpa...! ¡Lo siento!

Y allí estaba Izuku siendo condescendiente con Shinsou otra vez. Quizás no podía decirle que no porque había acabado rompiéndole el corazón un año atrás.

Pero Midoriya había sido un ingenuo y tonto, totalmente ajeno a los sentimientos de Hitoshi hasta que fue demasiado tarde. Al final, de nada había servido que ambos se correspondiesen ya que no pudieron coincidir en el tiempo.

Para cuando Izuku había superado su flechazo por Shinsou —reemplazado por su siguiente amor: Kirishima, a quien supuestamente había dejado atrás hasta la semana pasada—, este aparecía con una confesión temblorosa sobre lo mucho que le gustaba.

Y esa, había sido la primera y única vez que Izuku dijo a Shinsou que no. Porque de alguna manera le encantaba boicotearse a sí mismo, porque era un inadaptado en cuanto a temas del amor y se enamoraba de todos solo para no comprometerse con ninguno de ellos.

Las cosas fueron demasiado tensas luego de ese episodio. Midoriya sentía demasiada culpa y hacía todo lo que Shinsou le pedía —referido al Club, claro— hasta que la cosa se puso insostenible, dejando no más alternativa que abandonar su pasión por la fotografía.

Shinsou no fue su primer episodio de amor frustrado —ya tenía algunos en su historial— pero sí que había sido el más obvio y doloroso para la otra persona. Por eso Izuku lo había metido en su historia, como una manera de intentar ponerle un punto a aquel truncado romance.

Pero por supuesto, él no esperaba que Shinsou leyese lo escrito. Y, a juzgar por su mirada, sí que lo había leído.

—Veo que tienes una larga lista de pretendientes —dijo con algo de sorna—. ¿O es que te las envió todas Kirishima?

—N-no, yo no sé... ¡Alto! ¿Kirishima? —preguntó Izuku, tragando saliva.

—Toda la escuela habla de eso —respondió Shinsou—. Bueno, llevan hablándolo desde que publicaste la historia. Supongo que ese era tu plan, ¿no? Conquistar a Red Riot de una manera original.

Por la manera ácida en que Shinsou pronunciaba las palabras, Izuku podía deducir dos cosas: una, que estaba celoso; y dos, que no se comía del todo el cuento de que Midoriya mismo había hecho públicas sus historias.

Hitoshi lo conocía demasiado bien. Izuku no tenía dudas de que el muchacho seguro recordaba todas esas veces en que le insistía para que mostrase sus ensayos fotográficos. Él sabía muy bien de lo receloso e inseguro que Midoriya Izuku se ponía con su trabajo.

—No las envió todas Kirishima, supongo —dijo solemne.

—Bueno, tienes razón —Shinsou se rascó la mandíbula—. Yo te he enviado tres.

Dio un respingo ante esa información. Todavía no superaba lo de Uraraka, y ahora Shinsou —un fantasma de su pasado— aparecía de la nada con tres rosas para él.

Tenía mucho miedo, porque si Shinsou daba un solo paso más hacia él y acariciaba su mejilla como lo había hecho un año atrás mientras le pedía que saliese con él para San Valentín, Izuku no le diría que no.

—¿Por qué? —Fue todo lo que pudo pronunciar.

Shinsou se encogió de hombros, sin mirarlo del todo a los ojos. Al menos la oscuridad del cuarto podía esconder su nerviosismo.

—Quizás porque leerte me trajo recuerdos y tontas esperanzas.

Midoriya seguía estático en su lugar, apretando las pocas rosas que había conseguido recoger. El corazón le latía desbocado para cuando Hitoshi se acercó hacia él.

—Sé que seguro irás con Kirishima o alguien mucho más interesante que yo, pero... —Shinsou se detuvo un segundo antes de seguir—. ¿Puedo verte? ¿En el Festival?

Y por supuesto, Izuku no fue capaz de atreverse a decirle que no.

Pequeño cap sorpresa c:

Bueno, la verdad es que necesitaba que vean estos pequeños hechos antes de lo que sucederá en el Festival de San Valentín, donde estará todo el harem reunido (?) ¿qué le va a pasar a Izuku?

Planeo que el próximo sea un capítulo largo, y que me dé el tiempo para incluir todo sin demorarme demasiado ;v; tendremos de todas las ships en uno solo

Muchísimas gracias por todos los comentarios y votitos <3 ¡Me alegra que disfruten de la historia!

Por cierto, estoy algo indecisa sobre el nombre de héroe que Izuku debería usar en su historia para Shinsou. Si tienen recomendaciones, pueden dejarlas por aquí ->

Nos veremos muy prontito, y que coman mucho chocolate mañana en San Valentín. No sean como Deku que tiene demasiadas citas por culisuelto (?)

¡Besitos!

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