Capitulo 2

Era un día especial, los peques vivían  su primer día del niño, en compañía de su madre y abuelitos, reunidos todos para celebrar a esos dulces angelitos.

- Blanca, ya tienes el pastel ?  - Doña Linda.

-Aún no lo consigo, los gorritos, platos, caramelos y dulces ya están, pero en otras  tiendas no vi nada relacionado a cosas de fiesta, solamente en la de Doña Esther, es en la que conseguí  todo eso, que por cierto, terminé por  agotarle los productos, dijo que quizás mañana le traerían  nuevamente una lista de pasteles a su negocio, igual, iré  temprano, para que no nos ganen o que otra vez se acaben - Blanca.



( Por la mañana del 30 de abril, Día del Niño) .

- Blanca, yo creo que ya vas alistandote, para que vayamos  juntas a la tienda de Esther a comprar  el pastel.

- Sisi, solo dejé me cambió de jeans y me doy una leve manita de gato.  

- Ora,no tardes. - Doña Linda.

Blanca se arregló tan bien, que en cuestión  de segundos ya estaba en la sala, en ese momento que iba a cambiarse y a ponerse bonita, su suegra  aprovechó  para lavar ciertos platos del día de anoche.

-¿Ya nos vamos? - Blanca.

- ¿Cómo?, ¿ya te arreglaste? - . Doña Linda .

- Si, ya estoy lista. - Blanca.

- Bueno, espera, deja le hago un recado breve a Reldob. -



Recado: -Reldob, por favor, cuando te levantes no te hagas de comer, el almuerzo ya está en el refrigerador, solo lo calientas y cuando termines, lava los platos, al ratito  venimos saldré  a comprar el pastel con Blanca, cuida bien de tus nietos, te amo. -

-Blanca, vamos. - Doña  Linda.

Caminaron juntas hacia  la tienda de Doña  Esther, quedaba  algo lejos, a unos 2 kilómetros, casi 3. La tienda  abría  desde las 6, eran las 7 cuando salieron y llegaron a eso de las 7:20, para sorpresa de las dos, pasteles ya no tenía, en otros locales buscaron, más sin embargo  a Doña Linda y Blanca no convencían. Regresaron de nuevo a la  tienda de Doña  Esther, esta vez para comprar lo necesario y poder realizar un propio pastel, echo con sus manos, bien horneado  al gusto de las chef's. Se tomaron casi una hora en la tienda, buscando que artículos  llevar, al final, sabieron  escoger lo ideal, para así satisfacer el rico paladar. Llegaron con bolsas a casa y Reldob, quién  estaba al mando de el hogar, fue un gran error haberlo dejado al cuidado de sus nietos, debido a los incidentes que provocaron en la casa. Las paredes estaban rayadas, la cocina estaba sucia, pues Welong había jugado con tierra y la metió  dentro de casa. Aminela era tan veloz gateando que se escapaba y en menos de lo que se esperaba, ya no le veías, se desaparecía, cómo  queriendo jugar a las escondidas. 

- Welong,niño, deja de ensuciarte chiquillo, mamá  te encontrará y te querrá  meter al baño  inmediatamente. - Reldob .

- Ya llegamos - respondió Doña Linda al abrir la puerta de casa.

- Vengan, ayúdenme - aclamaba Reldob.

- Viejo, ¿que pasa? - Linda .

- Aminela y Welong, ¡son unos niños traviesos ! . Ya saben caminar, y quieren que también aprenda Adeline y Ortelo .  - Reldob.

- ¡Pero que cosas dices !, un niño  de 4 meses aún  no puede cami ... ¿nar? - Linda. 

- Blanca, detén a Aminela, ¡ la van  a
atropellar ! - Linda .

< Pipip > [sonido de un camión] < Crash>  ( se estropeó el transporte por un bache profundo) .



- Aminela, Aminelita - [hablaba con gran tristeza su abuelita]  . - Dónde  estás  hija, porque te fuiste tan chiquita - Linda .

- Eh... suegra, su nieta por la que llora, está atrás  de usted, acariciándole el pie -  Blanca.

- ¿Que? - . Mi chiquita, ¿cómo lo hiciste ? - Doña Linda .

- No fue nada abue -  contestó y habló  por mi primera vez Aminela.

- No, no, no, no, no, no, no - <expresó seguido > ¡Blanca!, ¡ven ! - .

- ¿Ahora que están  haciendo aquellos ? - mencionó  su nuera . - ¿No se pueden comportar niños? - Blanca .

<Volvía el grito de Doña Linda hacia Blanca> .

- ¡Blanca!, ¡ven ! . 

- ¡Ya voy !, Welong déjame - .

- Ma-má - repetía el niño - .

- Si, yo soy tu mamá.  Cariño, déjala  pasar - Le habló  con tono de respeto y de buena manera .

- ¡No!, mamá es mía, ella co-migo - aclaró  Welong .

- ¡Suegro!,ayúdeme con este niño,. ¡Welong ¡ , obedece a tu abuelo, ven, vamos a platicar - .

<Rápidamente  se lo llevó  con el y Blanca  pudo llegar a dónde  estaba Doña Linda> .

- ¿Que es lo que ocurre? preguntó - .

- ¡Aminela ya sabe hablar ! - Doña Linda exclamó.

- Que bien, Welong  también ya le oí decirme algunas palabras -  Blanca .

- Blanca,¿no se te hace esto fuera de lo normal ? - Doña Linda .

-No, no veo porque - Blanca.

- Tienen apenas 4 meses, ya saben caminar y hablar, eso no haría  un niño  de su edad - Linda.


- ¿Y que tiene sí a los 2 años ya aprenden a leer y saber matemáticas? - cuestionó  Blanca.


- Es una buena noticia que tenga usted dos nietos que aprenden todo a una edad muy temprana, ¿no cree? - Blanca .

<Finalmente Linda terminó sin decir ni una palabra, pues tenía razón la nuera en su palabra> .


- Y bueno, ¡manos a la obra!- Blanca .

- Empecemos a elaborar el pastel - Blanca .

- Reldo - Doña Linda .

- ¡Eh !, mande -  Reldob .

- Cuida bien de esos dos niños - Doña Linda. 

- No te preocupes, yo estoy al cargo de ellos, así  que no sucederá nada - Reldob .

<Al terminar el pastel, después de 3 horas de elaboración  y proceso del postre> .

- Niños, ya está  listo el pas... ¿tel? - Linda .

- ¡Reldob !, ¿dónde  están  los niños? - Doña Linda .

- !Shh!, está  dormidito - Aminela .

- ¿Dormido? - preguntó su abuela.

- Si, es que Aminela le contó  un cuento -  Welong .

- Bueno, los principales son ustedes, así  que ya siéntense por favor en sus lugares, dónde  dice su nombre - Doña Linda .

- Estas son las mañanitas que cantaba el Rey David, hoy por ser tu cumpleaños te las cantamos a ti, despierta, Welong, Aminela, Adeline, Ortelo despierta, mira, que ya amaneció, ya los pa.. jarillos  cantan, la luna ya... se metió -  Doña Linda. 

- A la bio, a la bo, a la bim-bom-ba, los pequeños, de la casa, ¡ra-ra-ra !- Doña Linda. 

- ¡Mordida, mordida ! - Blanca.


En ese momento todos le mordieron. Para acabar, Aminela empujó en el pastel a su hermano Welong, el cuál  se descuidó, pues estaba viendo hacia otro lado, que ni cuenta se dio. 

- ¿Suegra y Aminela?-  preguntó de forma preocupada Blanca.

- Ya sé  dónde  está - Doña Linda. -

Niña, no te escondas, ya sabe tu mamá  que estás  aquí- Doña Blanca.


- ¿ Y porque tu traes pastel embarrado en la cara ? – Abuela.

- Es que Amine - Welong.

  - No digas que yo, porque tu tuviste la idea, así  que aguantate - Aminela .

-¿ Que ocurre, alguien me puede decir ? - Blanca.

- Yo te diré -  Linda .

- Aminela me contó que Welong le propuso un juego. Si ella adivinaba la palabra del ahorcado, el tendría que quedar embarrado de pastel. Si no la adivinaba, ella era quién  terminaría  con él pastel en la cara - Linda.

- Ya veo - Blanca.

- Ni modo hijo, perdiste, te tocó el castigo – Blanca. 

- ¡Pero mamá! - exclamó Welong. 

- No ponga pero, usted quiso  jugar a eso, ahora aguante  - Blanca.

- Ya vez, ¡te dije !, no era buena idea - Aminela.












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