Capitulo 1


— Necesito respirar niños — Blanca.

— Me siento tan cansada por lo de ayer, que ocupo urgentemente liberar mi mente, Don José... es un señor ya grande, pienso que debería vivir con nosotros por un tiempo, pues la inseguridad se nota poco a poco, no quiero que corra riesgos. – El riesgo está en todos lados niña, no te creas que por protegerlo o por tener la idea de, por arte de magia y del universo, estará en buenas manos. — Don Reldob

—¿Y entonces que procede? — preguntó Blanca. — Necesitas pensar en otras cosas, no lo sé, algo se te debe ocurrir a tu edad temprana — Reldob.

— Ya lo sé que no está convencido de que Don José viva con nosotros, lo entiendo perfectamente — Blanca

—Reldob, deberías darle la oportunidad a Blanca que invite a Don José a que se quede aquí, solo por un tiempo — Doña Linda.

Segundos después...

— ¿No crees? — Doña  Linda. — (Su esposo se quedó pensando, cómo a la vez ignorando su pregunta, pues no encontraba el sentido de aquella propuesta).

— ¿Reldob?,¿estás  aquí?, (se encontraba  ido, pues veía el partido de su equipo favorito)

— Doña  Linda. — ¿Reldob?, ¡Reldob!— Doña  Linda.

—Eh,Eh, si, está bien Linda — contestó a su esposa.

— Realmente no supo ni que dijo, pero lo importante fue que dio  con el sí. — Doña  Linda.

— ¿Que?, ¿en verdad?... ¿lo logró  convencer? — Blanca.

— Si, no me costó nada.

Salieron a pasear,los hijos  con su mamá, en la carreola los llevaba, se divirtieron juntos, cómo en familia. Cada que pasaba un animalito, sea un gato o un perro, Adeline sacaba su mano para acariciar su pelaje, les parecía tiernos, mientras que a Welong le atemorizaba cualquier tipo de animal. Mismo caso con Ortelo, los hombres eran tímidos ante la presencia  de cualquier  animal.

— No lo toques Adeline!, te va a morder — Blanca.


— Mi perro es inofensivo, no muerde  y es muy tranquilo, parece que te quisiera atacar,pero es todo lo contrario, no te hace daño. — Dueño de la mascota. 

— Es más, deje que lo toque, se lo aseguró, no reaccionará  de mala manera. — Dueño.

En ese momento, Aminela y Adeline tocaron al perro.


— Ya ve, no muerde. — Dueño.

— Es que, los perros son muy agresivos, por eso tengo miedo a que le pase algo a mis niños — Blanca.

— Pues ya se dio cuenta que no todos son iguales — Dueño.

— Perdón —respondió Blanca.

— No estoy enfadado, simplemente que tenías que saberlo y ahora lo sabes — Dueño.

Siguió caminando y rodeando todo el parque, se sentó en una banca, donde reposo diez minutos, para seguir caminando y empujando la carreola dónde iban sentados  los cuatro peques.


—¿Quieren comer? — aprovechó para darles mientras se había parado en aquella banca para descansar de la caminata que ya llevaba bastante tiempo.


—Mmm.. veo que tenías  hambre Ortelo, no se diga de ti Aminela.

En ese momento, sus suegros se preguntaban.


Doña Linda —  ¿Haz visto a Blanca? .


No, ni huellas de ella, no la he visto desde hace casi dos horas. Don Reldob —

Doña Linda — ¿Sabes a dónde fue?

— No me dijo nada de sí iba a salir. Don Reldob

— Pues de que  volverá, volverá, eso sí. 

— Oh que lindas niñas - mencionó un señor  al caminar el cuál  tenia un aspecto  de 40 años.

— Muchas gracias — respondió Blanca.


Al seguir caminando, otra persona  llevaba consigo su mascota, esta vez estuvo a punto de volver a advertirle a sus hijas que lo acariciaran.

— Aminela, Adeline, no.. nada, jeje, perdón quise decir que no lo molestarán tanto a tu querido gatito.



— A ella le gusta mucho jugar,así  que cuando la buscan, jamás  se enoja por nada del mundo, es muy difícil que lo haga. - respondió  la dueña, quién  tenía unos 20 años de edad, casi casi la misma que Blanca.


—Oh, que lindo es su carácter — Blanca.

—Es tierna, algo sensible, pues se le ha muerto su último  acompañante. Ha tenido durante su vida, 4 romances, el primero la abandonó, el segundo hizo lo mismo, el tercero murió de una enfermedad y partió, el cuarto simplemente falleció en un choque, debido a que el conductor no se fijó  y lo dejó  apachurrado en medio de la avenida.



— Es muy triste — Blanca.

— Si que lo es, cuando me dejó mi novio hace poco, que es muy reciente, hace tres meses,de hecho,me dejó  por otra y mi corazón  créeme se sentía adolorido  y ahogado en una pena incontrolable  e insaciable. —  Dueña de la gatita.

—Pensaba en él, día, tarde y noche, olvidarlo  era complicado, me sentía  inútil al saber que sólo fui  su juguete por un buen rato, de que sirvieron  esos buenos tratos, ahora me pregunto. — Dueña de la gatita. 


—Tienes toda la razón —

—¿Y tú?, cuéntame, que quisieras platicar, para desahogarte.

— Mi caso, es contrario a lo que tú viviste. —

— Yo tenía un marido, el cuál me trataba muy bien, me hacía  reír, soñar  y de todo, me sacaba de las cosas que me hacian  sentir mal, era un hombre cabal y la verdad... no lo puedo olvidar. —

—¿Y que pasó?,se separaron?, tomaron distancia?, ¿ que fue de los dos, o cuál  fue la causa?. —

—Nada de eso, el caso es que, falleció, hace tres meses   el mismo tiempo que tu tienes soltera. —

— Vaya coincidencia! —

— Si, vaya coincidencia... — Blanca.

— ¿Y cómo  te llamas? — Blanca.

— Lucía, es mi nombre. — contestó .

—Bueno, pues puedes ser mi amiga, si no hay problema, veo que la conexión  entre mis niñas  con tu gatita es mucha, aparte entre tú  y yo, siento que deberíamos  platicar más, presiento que tenemos más  cosas en común.  —

—Opino lo mismo ... y pauso  un momento  para señalarle  cuál  era su nombre. —

—Ah, no te dije, soy Blanca, Blanca Woode. —


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