Capitulo 5

Rosita tenia la mirada puesta por el camino por el que su abuela se acababa de ir dentro de aquella limusina, estaba preocupada ante lo que sea que fuera a pasar a partir de ahora.

Su abuela siempre le había hablado acerca de su vida como agente de SHUSH, además de que en más de una ocasión la mujer le mostró fotos de ella durante esa época, entre ella una de las que más destacaba era de una que se tomo con el famoso aventurero multimillonario Rico McPato, en su primera misión en conjunto.

Eso hacia que sintiera admiración no solo hacia el hombre, sino también al resto del clan McPato por las aventuras que llegaron a tener, algo que, en cierto seria como un sueño para ella si le llegase a tocar afrontar algo así.

Pero, de repente a su mente, venían las imágenes de una figuras que parecían ser como sombras, no se distinguían y menos al recordarlas de manera borrosa, sin nada de claridad.

Esas personas, la habían golpeado de una fuerte manera, aun en su cabeza resonaba el sonido de cuando los huesos de su brazo se fracturaron junto con los dedos de la mano, además de sentir como su pico se había dislocado a causa de un golpe directo que recibió.

Poco a poco, esos recuerdos hacían que la niña sintiera como se empezaba a hiperventilar, pues sabía que la vida no era un juego, pero nunca pensó que la vida fuera capaz de crear a seres así de agresivos y crueles.

Y, por si eso no fuera poco, todos sus recuerdos terminaron con el sonido de un par de disparos y luego el de un charco de sangre que poco a poco se estaba formando en el piso, desde ahí fue que el recuerdo termino.

La niña sentía que el corazón palpitaba casi a mil por hora, la ansiedad dentro de ella aumentaba con aquellos recuerdos, pero se termino sobresaltando cuando siente que una mano se posa encima de su hombro, lo cual hace que voltee rápidamente y vea que, frente a ella estaba Della, quien se puso frente a ella mientras no se había dado cuenta.

-Oh, hola querida. -decía Della al mismo tiempo en que se agachaba para poder quedar a la altura de la menor. -¿Te llamas Rosita cierto? -pregunto con amabilidad mientras la veía directamente a los ojos.

Rosita por su parte, en este momento aun estaba terminando de recuperarse del inesperado susto, su respiración se había agitado un poco, pero al escuchar la pregunta que la mujer le acababa de hacer, no dudo en responder con un pequeño, pero claro asentimiento de cabeza.

-Se que esto debe de ser demasiado para ti, a lo mejor no tengo realmente una idea de como es que tu te debes de estar sintiendo en este momento, y se que no somos tu verdadera familia pero, quiero que sepas que aquí... vas a estar bien hasta que tu abuela regrese, ¿de acuerdo? -pregunto Della esbozando una sonrisa cálida.

Al ver la sonrisa en el rostro de la mujer, Rosita era capaz de sentir que dicha sonrisa era sin duda verdadera, pero los recuerdos de como es que acabo con esa clase de heridas que ahora tiene, en todo el cuerpo es lo que al mismo tiempo hacia algo extraño el tener que hablar con alguien, al menos en el sentido de hablar y que luego siente que un gran peso se creara encima de su ser.

No estaba segura de que es lo que iba a pasar justo a partir de este momento, pero sea lo que sea que acabe pasando, ojala que pudiera enfrentarlo.

-Y-Yo, gracias por hospedarme aquí de momento, en serio gracias. -dijo Rosita con lo ultimo mientras sus ojos se comenzaban a ver cristalinos.

Todos los demás se percataron de ese detalle, y la verdad es que a más de uno se le apretujo el corazón con ver aquello, pues era obvio que la niña apenas y estaba empezando a superar los traumas que padecía por el ataque que sufrió. 

Apenas era el comienzo, así que había que estar preparados para ver lo que sea que acabe pasando después.

-Bueno, creo que lo mejor es que entremos de nuevo a la mansión, ya te tenemos una habitación preparada para que estés cómoda, si quieres puedo llevarte ahí ahora mismo para que descanses. -dijo Della al mismo tiempo en que se preparaba para mover la silla de ruedas de la menor.

-Si, esta bien, gracias señora Pato. -dijo Rosita mientras movía su mano buena con cuidado para acomodar un mechón de cabello detrás de oreja.

-No hay de que pequeña, y si quieres llámame Della, que me digan señora me hace sentir un tanto mayor. -dijo Della con algo de gracia, lo cual hizo que la niña esbozara una leve sonrisa en señal de que le agrado el comentario.

Y sin más, Della se dispone a ayudar a mover la silla de ruedas de Rosita para poder subirla por una rampa que había en la entrada, de esa manera fue capaz de llevarla hacia justo enfrente de la puerta, lo cual hacia que ella estuviera justo con los demás miembros de la familia.

Y en ese momento, es cuando la niña pudo ver mejor que, justo a un lado de ella, estaba Rico McPato quien la miraba con una sonrisa.

-Usted... ¿usted es el gran Rico McPato? -pregunto Rosita quien lo miraba directamente con admiración.

-Jejeje, veo que sabes de mi, ¿cierto pequeña? -pregunto McPato al mismo tiempo en que se agachaba un poco para mirar a la niña a la altura de los ojos.

El llamado "pato más rico del mundo" intento palmear cariñosamente la cabeza de Rosita, pero tan pronto como acerco su mano, noto como la niña se encogía con algo de nervios y de miedo.

Estaba claro que, en este momento tratar con la menor iba a ser algo complicado, pero la iban a ayudar tanto como les fuera posible.

Entonces, los siguientes en acercarse fueron Donald junto con los trillizos quienes, se mostraban algo nerviosos ya que, al ver como se encontraba la niña, tenían que ser cuidadosos al momento de presentarse con ella.

-Hola Rosita, nosotros somos Hugo, Paco y Luis, y el es nuestro tío Donald. -dijo Hugo al presentarse a si mismo junto a sus hermanos y a su tío.

-Encantado. -dijo Paco mientras alzaba la mano y la movía de un lado al otro a modo de saludo.

-Lo mismo digo. -dijo Luis del mismo modo junto con un asentimiento de cabeza.

-Es un gusto conocerte jovencita, siéntete como en casa durante tu estancia aquí. -dijo Donald con tono amable y suave.

Con la bienvenida que estaba recibiendo de parte de todos los miembros de la familia, la niña sentía que sin duda estaba siendo bienvenida a pesar de que seguramente no sabia mucho de ella, a pesar de que apenas y la estaban conociendo ahora.

Aquí es donde sentía que tenia que esmerarse y reunir todo el valor que le fuera posible, así que tras tomar y soltar unas cuantas respiraciones, ya se sentía más que preparada para responder.

-B-Bueno... g-gracias por recibirme, d-de verdad es un honor. -dijo Rosita con tono respetuoso mientras trataba de mantener tanta calma como le fuera posible en este momento.

-Bien, las presentaciones acaban de terminar, lo mejor sera que te llevemos a descansar un rato, y al rato vendré por ti para cuando sea la hora de cenar, ¿esta bien? -pregunto Della con lo ultimo mientras recibía un asentimiento con la cabeza por parte de la menor.

Y sin más, todos decidieron volver hacia el interior de la mansión para así llevar a Rosita a descansar, pero sin que ninguno de ellos lo llegase a notar, es que a la distancia, un par de personas los estaban viendo con la ayuda de un par de binoculares que tenían a la mano.

-Entonces, ya ella esta en la mansión de McPato. -dijo la persona que tenia a la mano los binoculares.

-Eso es bueno, es lo que me da gusto de esto, con 22 afuera tratando de buscar a MOPHL, nos da tiempo para mantener a Rosita a salvo si es que ellos mandan a alguien. -dijo la otra persona que, al igual que su acompañante sonaba como alguien muy joven.

-Así es, de momento es mejor esperar hasta mañana, ahora mismo es seguro que no harán nada, aun así no bajemos la guardia, no  todavía claro. -dijo la persona de los binoculares con su compañera estando de acuerdo.

Y sin más,  ambas se adentraron hacia una zona de bosque que estaba cerca de donde ellas se encontraban escondidas, para luego desaparecer entre las sombras de los arboles que habían cerca.

Sea quienes fueran, parecían no ser enemigas, pero de momento y si es que alguien lo supiera... aun no era tiempo de asegura nada, no de momento.

...

Dentro de la mansión McPato, Rosita veía maravillada el interior del lugar, había escuchado por parte de su abuela que el lugar era sin duda grande y con gran gusto en cuanto a lo que había y del estilo con el que contaba la mansión.

-Cuando mi fortuna comenzó a amontonarse a gran escala una vez que me quede en Patolandia, opte por hacer que construyeran una mansión en un lugar no poco alejado del resto de la ciudad, pero dentro de la misma zona, siempre ha sido como mi refugio alejado de todo lo demás... y lo ha sido para el resto de mi familia. -decía McPato contando la historia con respecto a su mansión.

Rosita por su parte, solamente se quedaba escuchando con atención mientras Della todavía la ayudaba a andar hacia adelante con la silla de ruedas, y ella junto a sus hijos y Donald también escucharon la historia de Rico, era algo que ya habían escuchado muchas veces en el pasado, pero en este caso prefirieron no decir nada, ya que veían que la niña si que estaba emocionada por escuchar al respecto.

-Se nota que este puede ser un buen lugar para esconderse. -dijo Rosita dando a saber su opinión.

-Y vaya que podría serlo pequeña, pero ya ves que en mis aventuras el trabajo siempre trae consecuencias de un modo u otro, mucha gente no ve con buenos ojos lo que hago y, hace que de un modo u otro me tengan rencor, y algunas veces llega mas allá. -dijo Rico recordando con poca gracia varios detalles de sus aventuras.

Rosita por su parte, solamente se quedo callada ya que sabía de antemano sobre los villanos que se formaron alrededor de Rico y de su familia, pero sabía bien que el hombre no dudaba en enfrentarlos con tal de defender a su familia, algo sin duda de admirar.

De repente, sintió como el camino se detenía de repente, y es cuando se percata de que acababan de detenerse justo frente a una puerta de andera pintada de un fino color marrón.

-Bueno jovencita, aquí es donde vas a hospedarte en el tiempo en que te quedes con nosotros. -dijo McPato mientras abría a puerta.

Al ver el interior de la habitación, para Rosita era claro lo vieja que era la edificación de la mansión por el tipo de estilo que había en el interior, sin duda era algo de gran gusto, y le causaba gran agrado.

-Es sin duda muy hermoso, realmente no se como agradecerles que me dejen quedarme con ustedes. -dijo Rosita claramente agradecida por la atención.

-No es nada cariño, es un gusto tenerte aquí, y no te preocupes por anda, anide te hará mas daño, no aquí. -dijo Della mientra tenia una mano sobre el hombro de la menor.

-Así es, tu no te preocupes, tu abuela volver antes de que te des cuenta, por lo mientras, estarás aquí, nosotros te cuidaremos... no lo dudes. -dijo Rico mientras le dirigía a la joven una sonrisa agradable.

Rosita aun tenia sus dudas y sus miedos, eso puede no desaparezca en un tiempo, pero aquí en la mansión, puede use haya una oportunidad, puede que realmente no tenia mucho de que preocuparse.

Y tal vez, y solo tal vez... puede que en serio tenga la oportunidad de alejarse del dolor, al menos por un tiempo.

-No se, pero algo me dice que esto... si que va a ser interesante. -pensó Rosita con clara emoción ante lo que sea que le depare ahora la vida

...

Y Fin.

Bueno, hasta aquí llega el capitulo, espero les guste.

Escuchen, he decido que voy a dividir por días el maratón, hasta aquí llega la primera parte, mañana llega la siguiente, a ver como continua.

Los invito a que dejen sus votos si les gusta el capitulo, además de que también los invito a que escriban sus opiniones sobre el capitulo en los comentarios, mañana se estrena la siguiente parte del maratón como mi próximo nuevo estreno, así que estén al pendiente, nos vemos.

Que lo disfruten.

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