Manzana Roja - Parte 1

Lo primero que Adam vio al despertar fue el techo de una habitación cubierto por la oscuridad. El reloj en la pared marcaba las 3:33 de la madrugada, el castaño se levantó apresurado con miedo en sus ojos dorados, su pecho se sentía pesado y aunque busco no había rastro de la herida que aquella pecadora demoniaca le había hecho, Adam aún seguía vivo y felizmente respirando, aquello le provoco una gran sonrisa por haber logrado salir ileso de aquella batalla.

Cayendo de vuelta a la cama, Adam dejo que un suspiro abandonara sus labios, si él estaba bien eso significaba que Lute se había encargado de él y lo había llevado a algún hospital en el cielo, sin querer perder más tiempo, salió de su habitación intentando encontrar a su subordinada y preguntarle lo que había sucedido, necesitaba saber si la purga había concluido con éxito y si todas sus chicas habían sobrevivido.

Nada más salir, Adam supo que algo no andaba bien, las personas en el pasillo eran humanos, no había rastro de algún ángel con alas o personas recién llegadas con apariencias distintas, era un hospital del mundo humano, el castaño recordó haberlo visto en algún momento de su existencia. Un doctor al notarlo desorientado se acercó a ayudarlo, lo había reconocido como el paciente que había ingresado en estado delicado y que ya tenían por desahuciado.

Señor, deténgase un momento – El doctor lo tomo del brazo, Adam se sintió incomodo por el tacto, pero no huyo del toque debido a su escasa fuerza – Me alegra ver que al fin despertó ¿Podría por favor acompañarme de vuelta a su habitación? Todavía necesita descansar.

Adam asintió no muy convencido, pero sin tener más opciones siguió al hombre, tenía ganas de gritar y salir corriendo, pero sin un plan en concreto jamás pensaría en irse, además aún se sentía bastante débil, hasta apenas había reparado en las vendas que rodeaban su vientre y el ligero sangrado que se provocó al sacarse la intravenosa en su apuro por buscar a Lute.

El medico lo sentó en su cama y empezó a hacer una revisión rápida, para descartar algún inconveniente que necesitara atención inmediata, al notar que el castaño estaba en sus sentidos, comenzó a hacerle preguntas – Voy a hacerle unas preguntas de rutina, responda con sinceridad ¿Recuerda su nombre? ¿Dónde vive? ¿Recuerda cómo llego aquí?

Adam lo miro con extrañeza y contesto la única pregunta que sabía y mentir con las otras dos, no se fiaba de aquel sujeto – Me llamo Adam, no se donde vivo... yo no recuerdo nada, solo mi nombre....

Entendido, le recomiendo descansar por esta noche y mañana continuaremos con unas pruebas ¿Sí? – comento el doctor a modo de calmarlo, la falta de memoria era algo preocupante y sabía que era mejor no perturbar al castaño con comentarios innecesario, lo mejor sería descansar.

Aunque no quería, Adam siguió las instrucciones del doctor y se acostó refunfuñando, maldiciendo su estúpida suerte y deseando que aquello solo fuera una pesadilla, quizás mañana al despertar todo estaría bien y estaría en cama listo para otra mañana de entrenamiento con sus pequeñas asesinas, tampoco descartaba que Dios lo enviara a la tierra a modo de castigo por fallar en la purga anual, incluso podría se alguna prueba para juzgar si era digno de volver al cielo.

Al día siguiente fue llevado de un lado al otro, los médicos no encontraron nada en las radiografías que le hicieron y concluyeron que su milagrosa recuperación era algo afortunado, con un poco de terapia y descanso volvería a estar en optimas condiciones. El doctor que lo había atendido, le paso el expediente a la zona de psiquiatría, para que ellos continuaran con su caso y le indico a una enfermera que llevara a Adam para su primera consulta.

Adam aun no ponía un pie adentro y ya quería irse, por lo que debes en cuando soltaba comentarios mordaces expresando su insatisfacción, la enfermera solo le sonreía ignorando sus arrebatos y le indico que pasara a la oficina. La mujer que lo atendería le ofreció sentarse frente a ella y sonrió con calma, termino de leer el expediente y ya tenia una idea del porque su nuevo paciente asistía con ella, debía admitir que su historia no era alentadora, pero era necesario explicarle su situación para que tomara una decisión.

Bienvenido, es un gusto conocerlo señor Engel, soy la doctora Eleonor Sánchez – se presentó la mujer, Adam la miro sin verdadero interés, ya tenía planeado escapar durante la noche, por lo que no era necesario prestarle atención a la doctora, mucho menos recordar su nombre.

Solo llámeme Adam – comento el castaño.

Bien, Adam ¿Sabe el motivo de su visita? – pregunto tanteando el terreno que tenía para trabajar.

Mi amnesia – comento como si fuera obvio – dígame algo más interesante.

En parte es correcto, debe saber que su falta de memoria puede deberse a un trauma, mismo que usted ha vivido – comento la doctora con seriedad, permitiendo que Adam mantuviera aquella actitud la doctora volvió a habla– El hospital está dispuesto a ayudarlo económicamente y con su tratamiento, pero necesitamos valorarlo para asegurarnos de que pueda tomar una decisión.

¿Decisión? ¿Qué decisión debo tomar si ya me van a ayudar? – comento con confusión el castaño.

Seré directa Adam, usted llego al hospital por complicaciones de parto - La doctora comprendió que aún no le habían dado todo el contexto de su situación, por lo que decidió ser lo más directa posible, por la actitud del hombre, la doctora intuía que no tomaría enserio palabras dichas con delicadeza - Sus vecinos, llamaron a emergencias al escuchar sus gritos al dar a luz solo en su apartamento. Usted no buscaba ayuda, no intento llamar a emergencias, quería morir con su bebe.

Adam se congelo, ¿Había dicho parto? ¿Tener a un bebe? ¿Él? ¡Imposible! ¡Él era un hombre por el amor de dios! ¡¿Cómo mierdas se embarazarían?! Intentando calmar su mente, Adam se sentó derecho y proceso con cuidado las palabras de la doctora, necesitaba una explicación mas larga y urgente, su mirada llena de pánico se dirigió a la doctora, su primer pensamiento fue zarandearla e incluso golpearla, pero sus labios pronunciaron una única pregunta inesperada.

¿Cómo está mi bebe? – su bebe, dijo su bebe, se repetía constantemente, ¿Porque se refería a él como suyo? No lo conocía y ya sentía que quería cargarlo, Adam quería golpearse por tener esos instintos arraigados, pensamientos odiosamente intrusivos que había mantenido desde el Éden, desde la perdida de Caín y Abel durante el exilio siempre había sentido el vacío en sus brazos.

Esta bien, pero continuara en observación unos días más, puedes verla más tarde – comento la doctora, dispuesta a darle toda la información que necesitara – Adam, no necesitas preocuparte, aun tienes tiempo para pensar y tomar una decisión.

¿A qué decisión se refiere? – volvió a preguntar Adam ahora verdaderamente interesado en la plática.

Sobre su bebe... en si desea cuidarla o darla en adopción – respondió la doctora – Aun tiene tiempo, le recomiendo pensar con cuidado, el hospital tiene un convenio con una asociación para omegas dispuesta a velar por su seguridad, ya sea con o sin bebe.

... Supongo que gracias – comento Adam incomodo, en el fondo sabia que ya no estaba en su hogar y probablemente tardaría mucho tiempo en regresar, por lo que no estaba demás aprovecharse de aquella ayuda que le daban, su intento de fuga fue cruelmente desechada - .... Una duda mas ¿Qué es un omega?

La tarde fue una llena de aprendizaje y disgustos, la doctora se tomo su tiempo para explicarle a Adam sobre los géneros secundarios y como funcionaban los omegas, no le cuestiono nada, sabiendo de su amnesia y le dio un bote de supresores, además de un collar anti-marca, para usar en caso de emergencia, además de indicarle sobre los periodos de celo y como enfrentarlos, cosa que disgusto por completo al castaño y casi destruye la oficina sintiéndose rebajado de tal forma.

La doctora lo miro con tranquilidad, ya estaba acostumbrada a esos arranques en sus pacientes, sobre todo en aquellos recesivos que apenas presentaban un genero secundario cuando pensaban que solo eran betas, al terminar su consulta despidió a Adam y lo dejo que lo llevaran a su habitación para descansar, el ahora omega se recostó con un creciente dolor de cabeza, no había pasado ni un día y ya quería suicidarse.

Ahora que tenia tiempo para atar cabos, supo que había intercambiado lugares con una versión lamentable de si mismo, una que acabo muerto en un apartamento después de dar a luz, mientras que el murió por una serie de apuñaladas, aun no se decidía si era mejor estar muerto o no, pero ya era demasiado tarde para quejarse, era Adam, el primer hombre de la humanidad, nada en el mundo lo derrumbaría y no porque fuera un omega dejaría que lo pisotearan, el haría construiría su propio camino cueste lo que cueste.

A la mañana siguiente, en el momento en el que el medico y una enfermera entraron para darle su desayuno, además de su chequeo, otra enfermera entro trayendo consigo un carrito con un bebe dentro. Adam al instante supo que era el bebe que había tenido esta versión suya, una parte de si no quería mirarle porque si lo hacia entonces seria real, pero otra tenia curiosidad, antes de que el medico ordenara llevarse al bebe, Adam se acercó dándose valentía para ver a la pequeña dentro.

Sus ojos se llenaron de lágrimas que caían incontrolablemente, frente a él estaba una pequeña niña, un bebe con un mameluco rosa, piel blanca, cabello plateado y ligeras pecar en su rostro. Adam la tomo en brazos cargándola con cuidado y la experiencia que años cuidando niños le trajeron, la pequeña abrió sus ojos dorados y miro a los de Adam con intensidad, el castaño reconocería ese pequeño rostro donde quiera que fuera, era imposible no reconocerla.

Con voz temblorosa, le hablo a la pequeña – Me alegro de verte, Lute

El doctor se sintió conmovido por la reunión e indico que registraran a la niña con el nombre de Lute Engel, los días siguientes fueron un poco mas fáciles, Adam asistía a sus terapias y fingía que progresaba en ellas, que no tenia intenciones de atentar contra su vida, además de mantenerse firme en su decisión de cuidar a su hija por si mismo, las clases de maternidad fueron excluidas de su itinerario luego de demostrar lo capaz que era.

Lo más difícil vio unos meses después, fue dado de alta del hospital. Su apartamento fue dado en renta a otras personas, demostrando lo desesperados que estaban por echarlo. El casero le entrego a la policía una maleta con su ropa y una mochila con sus cosas mas importantes, papeles, identificaciones, un par de libretas y unos cuantos suministros de higiene. La asociación de protección omega fue indulgente con él, decidieron reubicarlo en un alberge cercano al hospital para que no se le hiciera difícil continuar con sus terapias, le dieron un cuarto pequeño y un horario de inscripción, tendría que aprender alguna profesión y demostrar que podía sostenerse económicamente para poder independizarse.

Adam dejo a Lute en la cuna de la habitación y reviso sus cosas, noto que tenia solo unas cuantas prendas de vestir y abrigos, Lute tampoco tenía mucha ropa para sí misma, aunque eso no le preocupaba a Adam, los bebes solían crecer con demasiada rapidez, dentro de un par de años tendría que empezar a preocuparse por el guardarropa de su hija – Hay Lute, en este mundo somos pobres y de los mas jodidos.

La pequeña emitió ligeros sonidos dando a entender lo escuchaba, Adam sonrió ante el sonido y continúo buscando entre las cosas, intrigado por su contenido miro la libreta gastada que estaba en su mochila, era una especie de diario, Adam sonrió burlo ante eso, que infantil era tener uno y escribir secretos íntimos, cualquiera podría leerlos para luego burlarse. Sin miedo a represalias, Adam leyó una pagina al azar buscando entretenimiento.

"Padre me abandono, le dije un millón de veces que odiaba a ese hombre, le dije cuanto miedo sentía al tenerlo cerca, pero me ignoro completamente y me entrego por unos cuantos billetes ¿Tan poco valgo para él? Tengo miedo, no quiero que llegue la mañana, porque se que cuando ese hombre venga por mí, nadie más podrá mis gritos llenos de súplica."

Adam sintió que aquella página era desconcertante, palabras demasiado duras para alguien tan joven según veía la fecha, abriendo otra página al azar continúo leyendo, deteniéndose en una arrugada y con la tinta corrida.

"Hace medio año que tuve mi primer celo, Intenté lo más que pude esconderlo de ese hombre, pero hace unos días se me terminaron los supresores y no conseguir más, ese hombre al que debo llamar mi esposo me encontró y me obligo a estar con él, ¿Por qué me siento sucio? ¿Porque a pesar de mi falta de lucidez en ese periodo, aun siento sus manos tocando mi cuerpo? Se supone que no debería recordar nada ¿Entonces porque todo se siente tan vivido en mis recuerdos? Quiero que alguien me abrace y me diga que todo estará bien, pero lo único que me espera es esa desagradable sensación ¿Por cuánto más debo soportarlo?"

Adam fue rápidamente hasta la ultima pagina del diario, la ultima que se había escrito antes del desafortunado desenlace y su llegada a ese lugar, la hoja estaba ligeramente maltratada, parecía que intento arrancarla, pero luego se arrepintió.

"Estoy por terminar mi embarazo, es una suerte considerando los golpes que mi esposo me dio con la esperanza de perder a este bebe, mi esposo salió de casa por trabajo, no me dijo cuando volvería, ni mucho menos a donde iría. Intento sobrevivir con lo poco que tengo, pero he llegado a mi limite, ya no tengo ni para un pedazo de pan. Este bebe.... Yo aun no se si quiero tenerlo, temo por el y temo por mi ¿Qué puedo ofrecerle aparte de infelicidad? ¿Puedo siquiera llegar a amar a mi bebe? Si se parece a ese hombre, no estoy seguro de poder brindarle mi cariño y eso me atormenta, porque sé que este bebe no merece nacer sin amor. Si existe alguien que escuche mis suplicas, por favor concédale a mi bebe el afecto que soy incapaz de darle"

El castaño cerro de golpe la libreta llamando la atención del bebe, quien comenzó a soltar ligeros sollozos ante el susto, Adam se levanto y la tomo en brazos arrullándola para hacerla volver a dormir – Lamento si te asuste Lute, estaba leyendo... un cuento de terror... sabes, probablemente no se a donde haya ido tu verdadero padre, pero si de algo estoy seguro es que te abría amado mas que nadie.

Intentando olvidar el diario, el castaño se levanto muy temprano en la mañana, alimento a Lute y desayuno algo ligero, se puso ropa cómoda y bajo para visitar a la orientadora, estaba dispuesto a encontrar un trabajo adecuado para independizarse lo mas pronto posible, viendo las opciones que tenía, eligió la que mejor se le daba y le permitía cuidar la niña al mismo tiempo, la mujer no estuvo muy segura ya que Adam planeaba saltarse la escuela, pero se lo concedió, no había motivo para frenarlo en sus deseos.

Le consiguieron trabajo en una florería y el resto dependía de él. Fueron duros meses para Adam, quien se la vivía trabajando, cuidando a Lute y sobrellevando su nueva constitución, solo bastaron unas semanas para que su olfato se desbloqueará, inundando su nariz con una gran cantidad de olores. Ahora se arrepentía de trabajar en una florería, ya que el aroma de las flores llegaba a abrumarlo por momentos y el contante movimiento de personas lo mareaba, aun asi no se rindió.

La doctora Sánchez le dijo que eso indicaba su recuperación y que era una buena señal, por lo que debía aprender a no abrumarse, con los días Adam logro identificar a alfas de omegas e incluso el sutil aroma de los betas, logro reconocer su olor, un aroma a naranja y canela, mientras que el de Lute era una combinación del suyo y aroma a leche. Los doctores dijeron que era debido a su edad y al no tener genero secundario ella no produciría su propio olor hasta presentarse a los 10 años.

A seis meses de su llegada, Adam había logrado conseguir un departamento cómodo, un trabajo decente y era financieramente estable, podría incluso gritarle al mundo que era el amo y tenía todo bajo control, nada podía ponerlo de rodillas e incluso si tenia que comenzar de nuevo lo haría y superaría sus límites. Ese día había llevado a Lute al parque para disfrutar de un merecido día libre, la pequeña dormía en su carriola cansada por el paseo, mientras el disfrutaba de un buen libro.

Sin embargo, el sonido de un llanto desesperado llamo su atención, con cuidado tomo a su hija y camino buscando el sonido, había en el aire un ligero aroma a manzana y madera, Adam llego hasta su destino viendo el intento fallido y desesperado de un alfa al calmar a su bebe, el omega sentía la desesperación por su olor y lo frustrado que estaba por no poder hacer nada.

Apiadándose de él, el castaño hablo – Si la sostienes así, solo la harás llorar más ¿Por qué no le das un poco de leche? Podría tener hambre.

El hombre detuvo sus acciones. En cuanto el hombre se giró hacia Adam se arrepintió de haber seguido el llanto, maldijo a Dios, se maldijo a sí mismo y a todo el puto mundo, el alfa le miraba con unos ojos carmesí llenos de silenciosas suplicas de ayuda. La odiosa voz que no esperaba volver a escuchar lleno sus oídos - Odio admitirlo, pero ¿Podrías ayudarme por favor?


¡Al fin pude terminar este capitulo! ヘ( ̄ω ̄ヘ)

¡Gracias por leer, nos vemos en la siguiente actualización! °˖✧◝(⁰▿⁰)◜✧˖°

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