Capítulo III

1 de julio de 1994. 8:30am.
4 de Privet Drive. Recibidor de la entrada.

Narra Sirius:

Llegué entusiasmado a la casa donde sabía que vivía mi ahijado. Me sorprendió encontrar la puerta entreabierta, por lo que me acerqué con cautela, sólo para encontrarme con una escena que logró conmoverme, a mí, Sirius Black.

Me aclaré la garganta, haciendo que los dos adolescentes se separaran sobresaltados. La chica, me parece que su nombre era Hermione, tenía los ojos y la nariz enrojecidos.

—Hola, Harry.—saludé, con una media sonrisa—

—¡Sirius!— me saludó Harry, con  sus ojos verdes brillando— Yo... Esto... Por favor, pasa.—Logró decirme, sin soltar a la chica en sus brazos; no sé por qué, pero me hizo sentir incómodo—

—Gracias, pero no hace falta. Ve por tus cosas. Te espero aquí.—Le dije, recomponiendo mi expresión relajada—

—Bien, ya vuelvo...—soltó lentamente a la chica, que se cruzó de brazos, y se alejó corriendo rumbo a su habitación—

—Eres Hermione, ¿cierto?— Le pregunté a la chica, en un intento de hacer conversación, así como saciar mis dudas—

—Sí, señor Black.—respondió con voz queda—

—Dime Sirius, niña. "Señor" me hace sentir viejo.—Le dije, haciendo un gesto despectivo con mi mano derecha—

—Sirius.—dijo Harry, regresando, con su baúl y la jaula de su lechuza en sus manos— Necesito hablar contigo.—añadió, su mirada era intensa, me ví accediendo a su petición—

Salimos un momento del recibidor, directo a la sala de estar de los Dursley. Allí Harry me dijo lo que había ocurrido, y por qué Hermione Granger estaba allí.

—¿Puede venir con nosotros?—Me preguntó—

Lo ví fijamente a sus brillantes, e hipnotizantes, ojos verdes, que me miraban esperanzados. Suspiré derrotado antes de responder: —Bien. Supongo que tendremos que pasar a recoger sus cosas también.—Terminé de decir con una sonrisa—

—Gracias, Sirius.—dijo antes de abrazarme—

El sonido de unos tacones nos hizo separarnos, fue entonces que ví a la hermana de la pelirroja, mirándonos fijamente, cruzada de brazos.

—Espero nunca volver a verlos, Black.—dijo con desdén—

—Creeme, yo tampoco deseo volver acá, y mucho menos dejar que Harry regrese a este sitio.—afirmé, pasando mi brazo izquierdo sobre los hombros de mi ahijado—

—Bueno, ya váyanse. —Volteó rápidamente sobre su hombro. —Cuidalo.—dijo moviendo sus labios apenas, antes de darse la vuelta y desaparecer por la puerta de la cocina—

—Bueno, Harry. Nos vamos.—dije poniéndome de pie, trayendo a Harry conmigo pues no lo había soltado.

Cuando salimos de la casa de los Dursley, fuimos a casa de Hermione, donde la chica recogió sus cosas. Crooksanks saltó sobre mí apenas me vió, lo saludé con una sonrisa cómplice y una caricia en la cabeza. Encogí los baúles, los guardé en un bolsillo y nos aparecí en el número 12 de Grimmauld place; Hedwig había sido enviada por delante.

Una vez allí, sólo podía pensar en que ahora tendría que hacer más papeleo, porque es muy posible que Harry quiera que Hermione se quede con nosotros.

Fin del capítulo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top