14. "Regaño"
Podría decirse que el silencio se hizo inminente, pero solo se oían murmuros por parte de los países que estaban ahí.
-Quiero que todo el mundo salga, ahora. -Se oyó la voz de Austria por todo el lugar. -Y quien comente algo de lo que a escuchado aquí, allá fuera, juro que le va a ir mal.
Su voz se oía seria, podría ser común, pero, hubo algo en su tono de voz que, hizo que los demás se sintieran incomodos.
El austriaco se encaminó a donde estaba aquella pareja, cuando estuvo lo suficientemente cerca, tomó al mexicano del cuello de la camisa.
-Tú vienes conmigo. -Dijo con ese tono estricto que lo caracterizaba. Empezó a jalar a México el cual empezó a quejarse. -¡Húngria! Llevaté a Alemania.
Ordenó antes de salir por la puerta, la castaña asintió y fue con el alemán para tomarlo de la mano y empezar a llevárselo de allí. Este no decía nada, aun procesaba lo que habia pasado momentos antes.
[....]
-¡Sueltame! ¡Que me sueltes Roderich! -Exclamaba el pelinegro, tratando de zafarse del agarre del castaño.
-¡Que diablos te ocurre! -Grito, mientras le daba la vuelta al menor y lo podía contra la pared. -¡Acabas de armar una puta escena ahí dentro!
No le importaba si perdía aquella "decencia", estaba furioso, que mas le hubiera gustado que fuera por algo menor, pero eso, eso se había salido de control.
El mexicano también lo miraba del mismo modo, pero los ojos amatista del mayor eran mucho mas serios que los oscuros ojos molestos del menor.
-¡En que diablos pensabas cuando dijiste todo eso! -Exclamó el austraico. México no contesto, a lo que el de lentes gruño, lo tomo de la muñeca y empezó a caminar, no era el lugar para hablar de eso.
[....]
-Soy un idiota... -Dijo el alemán que se encontraba en la habitación de la húngara, la cual dio ligeros golpes en la espalda del rubio.
-Claro que no Alemania. Solo no supiste como reaccionar. -Comentó la muchacha. -Trata de calmarte un poco Ludwig, se que esto se solucionará.
-¡¿Pero cómo?! -Exclamó el menor mientras ponía su cabeza en sus manos y recargaba sus brazos en sus rodillas. La castaña solo trato de ser comprensiva ante la situación presentada. -Lo mas seguro es que México me odia...
-Alemania, por favor. -Dijo ella en tono serio. -Se que México te ama como tú lo amas a él. El problema aqui, es que ninguno a sido del sincero con el otro.
El alemán miro a la húngara. La cual estaba frente a él, tenia las manos en la cintura y su cejas estaban ligeramente fruncidas.
-¿No lo hemos sido? -Cuestionó, ella asintió tomando nuevamente la palabra.
—¡Por supuesto que no! Cualquiera lo notaría a kilómetros, tú ocultas algo, él oculta algo... ¿Alguna ves se han tomado el tiempo para hablar de las cosas que normalmente no hablarían en una conversacion normal?
—¿Cómo qué? —Preguntó el alemán, ella suspiro ¿acaso no se daba cuenta?
—Por ejemplo... ¡Tú! ¿Has hablado con México por lo que te reclamo? ¿O tú le has preguntado sobre sus relaciones pasadas? Lo más seguro es que, se decían ustedes cuanto se amaban... Pero, ¿han hablado de lo que podría incomodar del otro? —Una de las manos de la húngara estaba frente de él, mientras la otra aun sostenía su cintura.
—No... Nunca hemos hablado de algo así. —Contestó, Hungria asintió.
—Ahí esta el problema Alemania. —Comentó. —Tal ves ya es tiempo de ser totalmente sincero ¿no?
[...]
—No, tú fuste el del error también. —Contesto con dureza el austriaco mientras estaba igual, frente al menor. México se encontraba de brazos cruzados mientras miraba al mayor. —No solo Alemania debe disculparse ¿has pensado que esto también es tú culpa?
—¿De que lado estas? —Reprocho molesto, Roderich suspiro mientras se sostenía el puente de la nariz levantando un poco sus lentes.
—¡De ambos! —Exclamó, sabía lo difícil que era hablar con México estando enojado. —Mira, no tienes el derecho de reclamarle nada a Alemania... No le restriegas a alguien la confianza o los errores perdonados a esa persona ¿sabes? ¡Es como si tú me reclamaras por no ganarle a Alfred en 1867!
Exclamó levantando los brazos, Juan solo se recargo en el respaldo del sofá. A Roderich le costaba más hablar con él, que Hungría con Alemania. El mexicano solo le dijo "—Sabes que no te puedo reclamar por eso..."; El europeo se acerco al mexicano, para arrodillarse en el piso y tomar el rostro del moreno entre sus manos, ambos se miraron.
—¿Ves? Así como puedes ser tan sincero conmigo, debes serlo con Alemania. Tú lo dijiste bien, las relaciones funcionan con confianza, pero también con comunicación. —El mexicano tomo con su mano a la mano del austriaco. Cerro los ojos y dejos salir un suspiro. —Y si no le comunicas a Ludwig , sin reclamarle, como te encuentras, no podrás solucionar nada. México, dime con toda la sinceridad con la que siempre me hablas. ¿Amas a Alemania?
—Tanto como te amo a ti. —Contesto el americano, besando la palma de la mano de Austria el cual sonrió ligeramente.
—Entonces, escuchame bien. Vamos a salir de la habitación. Iremos con Hungría y hablarás con Alemania, ¿Entendido?
El moreno asintió mientras Austria lo acercaba a él y besaba su frente. México volvió a cerrar los ojos ante aquel gesto.
[...]
Ambos caminaban por los pasillos del hotel, era el ultimó día que estarían allí, mañana por la mañana, ya todos irían al aeropuerto para ir a si respectivo país..
Ninguno de los dos hablaban, más el austriaco ya había dicho todo lo que tenia que decir. El mexicano, bueno, lo que tenia que decir, debía ser con el germano.
México se detuvo, levanto la mirada que la tenia casi abajo, enfrente de él y Roderich, se encontraba su "padre" y Romano.
El sureño, estaba en una disputa menta, para decidir si le contaba lo que había pasado en el comedor o no. Lovino sabía de las relaciones del moreno, que no era virgen entre otras cosas, el ibérico, bueno, creía que Juan aun tenia a San Antonio de cabeza.
Los ojos verdes del italiano se encontraron con los oscuros del mexicano.
—¿Y entonces... Qué a pasado ahí dentro tío? —Cuestionó España. México negó suavemente la cabeza, aun con la mirada conectada al mediterráneo.
—México... —Dijo con voz algo nerviosa el castaño oscuro. —Sea... ¡Acabado por completo un plato de la comida de Inglaterra! ¿Puedes creerlo?
El moreno suspiro, Austria que se había detenido segundos después del moreno, hizo lo mismo. Italia del sur no tenía intencion en contar algo aun. Lo hacia mas por Juan que el macho patatas.
—Joder... Haber sino le duele el estomago después. —Comentó el castaño aun de espaldas, el austriaco y el moreno, se alejaron de ahí. Nuevamente todo era tranquilo, ya les faltaba solo un piso para llegar donde el germano.
—México... —Lo llamo una voz algo gruesa, pero con toques infantiles. El nombrado volteo, para encontrarse con el eslavo. Ambos se miraron. —¿Podemos hablar? Es importante.
Juan miro al ruso y después miro al austriaco que observaba al mas alto de manera reprobatoria.
Suspiro y comento.
—Claro Ivan. —El castaño volteo a verle, México tomo las manos de Austria y le dijo. —Ire hablar con Ivan y, prometo que lo más pronto posible iré con Alemania.
—Tú sabes lo que haces. —Comentó el austriaco casi en un suspiro.
Ambos soltaron sus manos, el castaño solo vio alejarse a su ex esposo con el eslavo.
—Solo espero que Rusia no este planeando algo...
—Ohayo Perez.
Demos una bienvenida a mi quería Beta, que acaba de iniciar con nosotros: ¡The_Hell_of_Lucy!
Den le mucho Love :'33
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