10. "Amargo 1/2"
—Tiempo atrás. —
Iba llegando al país inglés, venia a disculparse por la pelea... Aunque no había sido su culpa.
¡Eso no importaba! Debía disculparse... Eso es lo que haria una buena pareja ¿no?
Le había llamado a Allistor, pero este simplemente no respondió ninguna de sus llamadas... Tal ves estaba molesto.
Así que le hablo a Arthur, este le dijo que debía salir, pero le dejaba las llaves en algún lugar. Que su hermano estaba ahí...
Tal ves Inglaterra debió decir que el pelirrojo había llegado con Países Bajos.
Cuando llego, tomo las llaves y abrió, la gran casa de los cuatro hermanos estaba mi solitaria... Hasta que oyó ruidos en la parte de arriba.
—¿Escocia? —Preguntó, su voz hizo eco por toda la casa. No recibió respuesta. —Allistor, soy México.
Volvió a llamar, pero nuevamente no recibió respuesta por parte del escocés. Suspiro y empezó a subir por las escaleras. A cada paso que daba, los sonidos se oían más... Pudorosos.
Empezó a sentir opresión en el pecho a cada paso que daba... A cada voz que escuchaba.
Una era de Escocia, no dudaba de ello, pero la otra, no sabia identificar de quien era. Cuando estuvo cerca de la habitación de su novio, presto más atención a las voces.
—Ngh~... M-mas... Dame más~... —¿Eran gemidos? Esa era la voz de Allistor... ¿No? La puerta estaba ligeramente abierta, como si le dieran la invitación a pasar. Se sostuvo el pecho, le dolía cada ves mas, con la mano que le quedaba libre, empujo la puerta, él no se movió del umbral.
Cuando esta se abrió por completo, sus ojos también lo hicieron. Podía ver a su novio siendo embestido una y otra ves por el holandés.
Sintió un nudo en la garganta y los ojos arder, el pelirrojo se aferraba a la espalda del mas alto, mientras gemía su nombre.
El corazón le latía rápidamente, haciendo mas doloroso todo... O, tal ves todo dolió mas cuando el escoces lo miro, sus ojos verdes chocaron con el oscuro del mexicano.
Juan lo vio parpadear, para tomar al europeo del rostro y besarlo, como si él no estuviera ahí.
—T-te amo Joep... Ah~... Te amo... —Le repitió. ¿Por qué seguía ahí? ¿POR QUÉ NO HACIA NADA? ¿Por qué solo observaba?
Holanda no se daba cuenta de la presencia del menor, así que no noto el dolor en los ojos de la joven nación.
No dijo nada, no armo un escándalo... Simplemente dio media vuelta y... Se fue, no lloró, no soltó alguna queja.
Al llegar al recibidor, solo tomo su maleta y salio de la casa.
Camino en silencio, las calles de Londres se notaban más opacas y frías ahora. La lluvia empapo la cuidad, como a muchos... A Juan no le importo, parpadeo unas cuantas veces y se detuvo frente a una cabina de teléfono. La calle estaba solitaria, solo estaba él y el teléfono, se metió en aquel lugar, viendo como la lluvia empapaba los vidrios.
Se recargo en uno de sus tres lados y... Se deslizo, mientras las lágrimas salían al igual que el dolor.
Decir que solo lloro, seria mentir, porque, la cabina telefónica sufrió daños. Había sido tan estúpido, tan idiota... Tan ciego.
Todos se lo habían advertido, pero él los ignoró. Todos se lo había dicho, pero él decidió seguir con su propia mentirá. Veía su mano ensangrentada por haber roto uno de los cristales.
—Te di todo de mí... —Dijo levantándose poco a poco. —Pero no importa... Porque... Nada volvera a ser como antes... Esta es la última ves que juegas conmigo, Allistor.
Saco alguna prenda de su maleta y envolvio su mano. Su mirar era sombrío, su expresión sería. Su corazón estaba roto, pero en parte él mismo se lo había buscado.
Salio de la cabina telefónica y volvió a emprender su camino.
[....]
—Te juro que estaba ebrio, no sabia lo que hacia. —Decia el pelirrojo frente del mexicano.
—Si, no importa. —Dijo con voz calma el menor. Escocia se sorprendió por su respuesta, él esperaba un berrinche de parte del americano apenas se vieran.
—¿Qué? —Pregunto confundido.
—Que no importa, si estabas ebrio, no importa. —Su voz era indiferente. Se levanto de la mesa de aquel restaurante donde el escocés lo habia citado. —Me tengo que ir.
—¿Ir? ¿A dónde? —Pregunto molesto, esa no era la actitud que se esperaba del menor.
—Oh, nada importante. Voy a ir al aeropuerto, voy a casa de Rusia. —Dejo el dinero suficiente de lo que ha la consumido y empezó a irse. Escocia hizo.lo.mismo y siguió al menor.
—¿Por qué vas para allá? —Volvio a cuestionar, siguiéndole el paso al menor. Este se volteo con una radiante sonrisa.
—Porque tendremos una cita. —Su tono de voz se vol lo alegre, el mayor lo tomó del brazo.
—¿Cómo que una cita? Tú eres mi pareja, no puedes salir con él. —Le reprocho, México lo miro, aun se le veía radiante.
—Cariño, si tú puedes coger con Holanda, excusandote que estabas ebrio. Yo puedo salir con quien se me de la gana. —Su voz sonó alegre, y se soltó con brusquedad del mas alto. Escocia estaba incrédulo ante la actitud del menor. —Nos vemos después~
Volvió a emprender su camino, más Allistor. Volvió a caminar y volvió a detener al menor.
—¡Quién diablos te crees mocoso! —Exclamo, el mexicano molesto, lo pateo en su zona genital. Haciendo que el escocés se doblara por el dolor.
—¿Por qué no te vas a coger con Holanda? ¿No le habías dicho que lo amabas anoche? Vamos que nadie te detiene, no te preocupes por este mocoso. —Su voz se oyó calmada, Scott levanto la mirada, viendo una sonrisa en el menor. —Además... ¿Qué es una cita cuando tienes pareja, si a tu novio le gusta que le parta el culo un europeo tacaño? Por favor Escocia, estas hablando con un simple mocoso que no entiende de esas cosas.
Poso sus manos detrás de su espalda, dio la media vuelta y volvió a caminar, debía ir al aeropuerto donde Inglaterra lo esperaba con su maleta.
A pesar de haber planeado que el menor lo viera tener sexo con Joep, la falta de atención, de ver que el menor no pedía su atención, o una muestra de cariño a él, lo hizo sentir extraño.
Pronto se daría cuenta de lo que había perdido, por no valorar el amor que el mexicano le brindaba.
—Ohayo Perez.
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