Y conocer al amor de su vida, que ahora era su esposa.

Habiendo dos carros, se dividieron, dos viajaron con Sirius y los recién casados, en el Audi.

Y los otros dos los escoltaron en el Mercedes Benz.

Llegaron al hotel a las 10 PM. Sirius entró primero y luego los jóvenes fueron escoltados por los cuatro guardaespaldas, hasta el último piso, donde se encontraba el penthouse.

Fueron recibidos por Narcisa, quién apenas los vió, los abrazó con ternura.

Tomando de la mano a los jóvenes entró con ellos a la sala, allí se encontraba Abraxas Malfoy esperándolos.

Abraxas se puso de pie, Draco se soltó de su madre y como un niño pequeño se abalanzó a los brazos del rubio mayor. Por fin conocía a su querido abuelo.

Abraxas se separó un poco de su nieto, para verlo mejor pudiendo reconocer sus ojos, su misma nariz, sus muecas, era como regresar en el tiempo para verse en el espejo.

No había duda alguna, Draco era un Malfoy, en toda la extensión de la palabra.

Luego se acercó Hermione, que conocía muy bien a Papi Abrax, ya que ella y Antares eran muy buenas amigas.

Hermione lo abrazó y besó emocionada. Sonreía por sus comentarios, más al saber que vivirían con él, ya que tenían una partida de ajedrez pendiente.

Abraxas pidió quedarse a solas con su nieto debían conversar, se le tendría que informar a Draco, todo lo que estaba sucediendo en Londres, para que supiera como defenderse de su suegro.

Después de escuchar todo lo que Abrazas le comentó sobre la situación de Flavio, su suegro y todo lo que sucedía en la mafia londinense.

Draco entendió que debía cambiar, que debía ser otra persona, que debía ser como su padre, a pesar que era la persona que más odiaba en el mundo, por todas las cosas malas que había hecho.

El joven rubio decidió cambiar convertirse en otro, convertirse en un ser arrogante, pendenciero,  prepotente para poder estar a la altura y poder vencer la dictadura que tenía Flavio Granger. Cambiar si con todos, menos con su amada esposa.

Draco hablaría con su castaña y le explicaría la decisión, que había tomado, sobre su cambio de personalidad.

Esperaba que ella, le entendiera, que en la intimidad de su alcoba sería el de antes, pero antes los ojos de los demás, él sería la copia exacta de su padre Lucius Malfoy.

Dos muertes en menos de una semana, y en la misma familia Malfoy, su familia era demasiado.

Granger necesitaba un escarmiento muy fuerte,  aunque ya lo habrían conseguido. 

Unir a las dos familias, que mejor lazo, el matrimonio,  y sus protagonistas, Draco Malfoy y Hermione Granger.

Ahora le pregunta sería, ¿Cómo lo tomaría, el gran Flavio Granger?.

Flavio al enterarse de la locura de su hija de contradecir su decisión y casarse con un medicucho de quinta y compañero de la universidad.

Un pobre muchacho bastatdo, hijo de una madre soltera, sin fortuna y con un futuro de médico si, pero sin especialización por falta de recursos.

- Ese sería su castigo por desafiarlo, dejarla vivir en la miseria para que aprenda a obedecer y luego de un par de años de sufrimiento buscarla, para exigirle que cumpla sus obligaciones como hija - pensó Flavio.

Pero estaba muy equivocado si pensará que para Hermione, quien heredó su mismo carácter,  la miseria sería afrenta.

Ella lucharía de igual forma en cualquier estrato social y resaltaría porque era una mujer muy inteligente.

Además que no estaría desprotegida económicamente porque Jean Jones, su madre de descendencia americana le habría heredado, un suculento fideicomiso para cobrarse cuando ella terminará su carrera.

Su hermano James tenía su propio dinero conseguido por medio de apuestas y trabajo sucio al igual que su padre. Pero al saber que podría perder la vida en cualquier momento, dejo documentación firmada de que su dinero solo podría heredar lo el primer hijo varón de su amada hermanita, Hermione Granger.

Lorraine que era una mujer muy astuta también tenía sus propios detectives y contactos.

Al enterarse de que sus planes de quedarse con el emporio de Flavio al casar a su hija con su tesoro de fueron a pique contrató un asesino a sueldo para matar al medicucho que había osado poner sus ojos y sus manos en su nuera.

Porque si sería su nuera. Ella no iba a perder todo ese dinero por un capricho juvenil. Su ambición era más grande que su propio amor de madre.

Para ella, su hijo y los hijos de los demás sólo eran joyas para intercambios de poder y atiborrar de dinero sus arcas.

Mientras la mujer de raza negra cavilaba en su mente, la forma más discreta de acabar con todo, lo más pronto posible. Sonó el teléfono.

- Sí soy yo - contestó la morena. No me interesa cuánto cobre, solo me interesa que sea el mejor. Ese medicucho debe morir hoy mismo.

Hermione debe llegar pasado mañana de Cambridge lista para casarse con mi hijo. - ¡Entiendes! - gritó.

Un moreno atractivo, alto, de sexys ojos avellanados entraba al Club Yellows esa noche.

- Quiero la mejor mesa que esté cerca del escenario - exigió el moreno al mesero que se le acercó.

- Sí señor enseguida - dijo el mesero colocándole además una costosa botella de whisky y dos vasos para su consumo.

Le recuerdo al Sr. Zabini que la srta. Pansy Smith se presenta hoy a las 9 PM. - ¿Desea que le enviemos flores?.

- No - respondió el moreno. Esta vez no le enviaré flores. Iré yo mismo, ya que quiero entregarle mi obsequio personalmente.

El mesero se despidió del moreno haciendo una exagerada reverencia.

Blaise se dirigió al camerino de la pelinegra sin permiso encontrando la semidesnuda,  la tomó de la cintura y la sentó sobre el tocador.

Se bajó el cierre de su pantalón y la penetró de una sola estocada. Y para que la pelinegra no gritara aprisionó sus labios con los suyos bruscamente, recorriendo con su lengua cada rincón de su boca.

Luego bajo al cuello y dejó una línea de besos desde su nuca hasta el inicio de sus senos. Masajeó, chupó y lamió sus pezones con devoción.

Pansy no se quejó solo disfruto cada caricia tosca y sexy que le daba el moreno. Le encantaba su amor salvaje.

Se había enamorado de él así, a su manera y Blaise también aunque nunca le oiriá decirle un "te amo", ya que fue criado así sin sentimientos.

El moreno sentía amor por Pansy, claro que sí. Pero al criarlo Lorraine sin ternura, sin atención.

Orilló al joven a buscar otro escape para no sentirse solo y que no le doliera su abandono. La droga.