capitulo 2: reunion familiar

¿adivinen quien volvió? ¡yo! Y ahora les traigo el segundo capitulo, las canciones y personajes pertenecen a John R Dilwort creador de Coraje el perro cobarde

- hola querido amigo, que alegria tengo de volver a verte, debes preguntarte ¿por que estoy con mi querida Barbara en el auto de mi papá? Pues digamos que ire a visitar a mi tia Dorothi, mi tio Alister, sus hijos y sus nietos,- narró en su mente aquel rubio mientras viajaba en la parte trasera del auto con Barbara a su lado y Albert de piloto

Viajaron unas cuadras asta llegar a una casa de tamaño mediano, color blanca y parecia tener 4 abitaciones

- walá mis tios viven aqui, con su amado hijo, su esposa y nietos,- volvio a narrár el jóven en su mente mientras el auto se acercaba,- se que lo dije antes y lo sabes bien, cuando iba a ver a mi tia Muriel, y como aquella vez mi corazón se acelera conforme me acerco me siento tan bien y tan travieso, bueno no tan travieso,- dijo recordando aquel dia y con vergüenza recordaba lo que sucedió

Bajaron del auto y caminaron asta la entrada, Fred tenia miedo de como reaccionarán, hace mucho no los ve y no es como su tia Muriel, a ella tampoco la veia mucho, pero era con quien mejor relación tenia, sintió esos nervios como cuando fue a reencontrarse con Barbara, esta lo tomo de las manos para calmarlo. Fred respiró y esperó, Albert tocó la puerta y al abrirse se mostró a una mujer de avanzada edad de pelo largo con rulos de color blanco plateado, usa un vestido antiguo de color marrón bajo un saco color crema y zapatos negros. Ella era Dorothi Baggs, una mujer muy directa y controladora, sin olvidar a veces mandona, claro siendo la mayor, pero eso no quita que quiera a su familia.

- Albert mi querido hermano ¿que te trae a nuestra acogedora esquina del mundo?,- dijo alegre pero serena al mismo tiempo, trayendole a Fred gratos recuerdos de como lo recibe su tia Muriel

- las visitas, te tengo una sorpresa,- simultó el hombre mayor

- ¿que es?,- preguntó ella y Albert se hizo a un lado, viendo Dorothi a aquel rubio

- ¿Fred?,-

- hola tia Dorothi,- saludó Fred con tranquilidad

La mujer lo miró de arriba a abajo, se rascó los ojos para ver si no estaba soñando, su unico sobrino está ahí frente a el , se emocionó un poco pero recordó que el prefiere a Muriel y se puso algo seria

- ¿sabes que no es la fantastica cabaña de tu tia Muriel verdad?,- dijo imitando un tono burlón

- si, lo se,- respondio,- pero ya no se si me querrá otra vez,-

- no digas eso, yo si te quiero y me pones celosa de que prefieras a Muriel que siempre se olvida de nosotros,- simulto algo triste al recordar lo despistada que es su hermana y casi ni la llama,- la unica vez que me llamó fue para decirme que se volvio estrella de televisión,-

- no digas eso hermana,- dijo Albert

- si tia, mi tia Muriel nos ama a su modo,- respondió Fred

- mejor sigamos hablando adentro, pasen chicos,- los invito Dororhi a los tres

Al entrar vieron una sala bastante espaciosa, paredes adornadas de un tapiz color fucsia con rayas blancas,, unos sillones de color Rubí y una tele pequeña. En el sillón pequeño esta un hombre de unos 65 años, piel clara y pelo gris, viste una remera roja con cuello bajo un buzo marrón, pantalones grises y unas botas marrones, Alister es su nombre, es un sujeto bastante sereno y amigable, cuida de su familia siempre y para el nada es mas importante que su familia, su caracter amigable y nobles lo hacen parecer esos ancianos gentiles. Este leía su periódico alegremente cuando prestó atención a las visitas, vió a su cuñado y mejor amigo Albert, su querida esposa junto con Barbara, pero al ver a Fred se sorprendió, no tardó en levantarse contento, siempre lo considero como su sobrino y como a todos, le daba pena verlo encerrado en ese feo lugar

- Fred querido muchacho, que alegria verte,- le dijo feliz mientras lo abraza, Fred tambien lo abraza con cariño, es el unico esposo de una de sus tias que lo quiere de verdad, no le molesta que Justo no lo quiera pero le alegra que Alister lo quiera

- tio Alister, te eche de menos,- le dijo sin romper el abrazo

- tambien yo sobrino querido, que bueno que puedas venir,- respondió,- queríamos verte pero ese lugar nos deprimia a todos,-

- si, fue horrible pero ya estoy aquí con Barbara y con ustedes, tambien estoy bajo tratamiento por mi obsesion,- conto el joven hombre con calma,- cambiando de tema ¿los demas?,-

- oh fueron a hacer las compras, vendrán pronto,- dijo Dorothi

- ¿entonces estan sólos?,- esa fue Barbara la que preguntó curiosa

- no, estamos con nuestro querido perro Bongo,- dijo Alister mencionando a su mascota y posteriormente llamándolo por su nombre,- ¡Bongo! ¡ven aquí muchacho!,-

En eso un ladrido grabe se escucho y Albert fue a abrir la puerta, alli entro un gran perro san bernardo color marron con marcas blancas, al verlo Fred no pudo evitar recordar a un cierto perrito similar a este. El perro se acercó a Fred sigilosamente y lo olio, Fred lo acarició y al notar lo amistoso que es el rubio, Bongo se le lanzo encima lamiendolo.

- aww le agradas,- dijo Barbara con ternura

- lindo perrito,- dijo contento el rubio,- que hermoso cachorro tienen, que bueno que no me tiene miedo,-

- ¿por que lo haria?,- dijo Albert

- digo como soy alguien desconocido y mi postura es de temer,- respondió

- Fred, uno no puede tener miedo sin antes conocer en persona a la persona, la unica forma en que Bongo te tenga miedo sin conocerte antes, seria si le metiera cosas negativas como que eres espeluznante y horrendo,- Alister le respondio con la sabia verdad de aquellas palabras,- por lo mucho te tendria desconfianza, pero por lo que veo le agradas mucho a nuestro pequeño,-

Fred absorbió toda esa realidad en su mente, comparo al gran canino con el pequeño Coraje, el si le tenia terror incluso antes de conocerlo en persona, eso sin mencionar cuando los encerraron en el baño y Fred no contuvo su obsesion. Pero Bongo era alguien diferente, era un perro bastante sumiso y tranquilo, como el, pero tambien es cariñoso y amigable, no demostró terror si no protección cuando lo vió a Fred, pero luego lo adoró. Despues de librarse del peso de aquel canino Fred fue a sentarse en el sillón junto a Barbara, Bongo se pozo en sus pies, aquel rubio le callo bien al perrito, Fred lo acarició pero al tocar ese pelo volvió a sentirse como antes, sentia unas ganas de cortarle el pelo al perro y sudaba de la emocion, en eso Bongo se dió cuenta y se levanto a lamerle la cara para posteriormente acostarse en su regazo, Alister vio la escena y lo enterneció

- Bongo es un buen perro enfermera, siempre que alguien tiene un ataque de ansiedad lo nota y los calma,- respondió el anciano con inteligencia en su voz sorprendiendo a Fred

- creo que lo necesito en mi vida,- dijo el muchacho en broma mientras acaricia al enorme animal

Fred continuó acariciando al perrito, el silencio llegaba de sorpresa y eso es bueno, Allister volvió a leer su diario, Barbara prendió la tele con el permiso de Dorothi, ella y su hermano fueron a la cocina a preparar la merienda, todo era tranquilo como a Fred le gusta, en eso la puerta principal se abre y una familia de 4 personas entro. El primero es un hombre de pelo castaño, corpulento, viste una camiseta deportiva color azul vajo una chaqueta de cuero negro, pantalones deportivos negros y botines. A su lado una mujer rubia cuyo pelo le llega asta la espalda, viste un lindo vestido de diseñador color lila, un sombrero del mismo color y unos zapatos de tacón. Los acompaña una adolecente rubia con el pelo asta el cuello, viste una camiseta blanca bajo una bata de músico de color marrón, pantalones negros y zapatillas. Tambien un adolecente de pelo castaño, usa una vestimenta algo espeluznante como una camiseta negra con una calavera bajo de una chaqueta también color negro, unos pantalones marrones y zapatos gastados, bastante espeluznante para un chico de su edad. El hombre miró a su al rededor y vio a aquel rubio pariente suyo, la felicidad de ver a su primo lo invadió y no tardó en ir a abrazarlo

- ¡Fred!,- dijo el sujeto y lo abrazó con cariño y algo de fuerza, pues de la felicidad no pudo medirla, estaba feliz de ver a su primo libre

- Anthoni,- dijo con dificultad al respirar, Anthoni se dio cuenta de eso y lo soltó

- perdon por eso, es que te extrañe,- dijo apenado mientras ayudaba a su primo a respirar

- no, no importa, tambien los extrañe,- dijo calado mientras acomoda su traje, en eso ve a los demas con asombro,- tus pequeños han crecido,-

- si, asi es,- dijo

Alister Baggs el primo de Fred, un hombre muy amable y atletico, les gusta los deportes de contacto porque lo hacen sentir mas comodo, tiene tambien un carácter rudo que lo convierte en un buen .guardaespaldas para su familia. Esta casado con Katherine su querida esposa, una mujer adicta a la moda, es algo criticona y egocéntrica con la ropa pero suele ser un poco amable de vez en cuando pero igual quiere a su familia y a su gran amiga Barbara. Sus hijos, Celina de 16 años, le gusta mucho la musica clásica y toca instrumentos muy tranquilos como xilófonos, y su querido hermano menor Osvaldo, un chico de 13 años con gustos sobre cosas de terror, le gusta lo espeluznante y aterrador, pero no es lo unico que lo caracteriza.

- hola tio Fred,- saludó el chico pero su voz sonó extraña, algo rasposa y fría, como si de un monstruo se tratase

- hola pequeño Osvald,- saludó el rubio mientras le acariciaba la cabeza,- as crecido mucho, tu hermana tambien,-

- tio Fred no te hemos visto desde que tenia 7 años, tu estabas encerrado en ese lugar feo,- dijo la rubia sin intención de lastimar, pero Fred no se ofendió para nada

- lo se, lamento si se traumaron,- dijo avergonzado el hombre

- ¿traumarnos? ¡estubo genial!,- dijo Osvaldo recordando su infancia, llendo a visirar al primo de su padre en ese lugar para barberos espeluznantes

- lo unico que me causaba a mi era lastima, no queria verte allí,- dijo Celina

- al menos pudiste salir de ese asqueroso lugar,- dijo Katherine asqueada,- Barbara querida, tienes suerte de seguir con el y el de estar contigo,-

- si, asi es,- respondió la rubia de trenzas largas

En eso todos se sentaron, Anthoni al lado de Fred y Katherine al lado de Barbara, los niños se sentaron en el piso, luego llegaron Albert y Dorothi con las tazas de te y las galletas. Todos se prepararon para la merienda con el te y las galletas, charlaron mientras merendaban

- y bien Fred ¿que hiciste estos años?,- dijo Alister a su sobrino

- queremos saber sobre tu vida,- siguió Dorothi

- bueno, no fueron grandes cosas, estubo muchos años internado en el hospital mental para barberos espeluznantes, luego digamos que me escapé jeje,- esta ultima risa la hizo con pena mientras los demas se asombraban

- ¿que paso despúes?,- pregunto Osvaldo

- me fui a la granja de mi tia Muriel con ganas de verlos, al llegar a la cabaña toque el timbre y ella me atendió,- dijo emocionado recordando a su tia querida

Flasback

Fred salio del auto bus rumbo a aquella cabaña, su corazon latía de la emoción por llegar y ver a esa anciana que era su tia, a su esposo y su amado perro. Toco el timbre con alegria en su interior mientras narraba en su mente

- pensaba en lo emocionado que estaran al ver que llegó el, gritaran ¡pasa Fred ¡excelente! ¡hurra querido muchacho! Te vez tan, travieso,- dijo Fred en su mente, espero unos segundos y la puerta se abre mostrando a una mujer albina, usa un vestido color mostaza con un overol amarillo encima y unas botas grandes, sin olvidar sus lentes

- oh Fred, mi querido sobrino ¿que te trae a nuestra acogedora esquina del mundo?,- preguntó alegre la mujer al verlo, su felicidad era notable, y la emocion por la llegada de su sobrino era mayor

- las vacaciones,- respondió aquel hombre rubio y procedió a entrar con el permiso de su tia querida

Fin del Flasback

- luego lo conoci a el, ese adorable cachorro adulto de pelo rosado, no solo su pelo me tentó, si no su tierna imagen de perro miedoso, se veia adorable tratando de avisarle a mi tia sobre esto,- movió su muñeca para mostrar esa pulsera de papel, con el numero para llamar al hospital psiquiatrico por si hay problemas,- no era un perro cualquiera, parecia mas una persona por como caminaba y balbuseaba en lugar de, ya saben, ladrar,-

- ¿y que pasó despues?,- dijo Alister interesado por la historia de su sobrino

- mi tia le ofreció a Coraje acompañarme asta al baño, el se negó con un aullido, pero mi tia lo regaño y el aceptó diciendo, "esta bien lo hare, pero no quiero",- imito la voz de aquel canino, algunos como Katherine, Selina y Dorothi no le creían o les costaba creerse el cuento de que era un perro de pelo rosa que balbucea y habla, pero los demás prestaron atención al monólogo del rubio, en especial Barbara que al reconocer las palabras Fred, soledad y cabello, sabia lo que vendria, no estaba enojada ni mucho menos traumada, pero si interesada

- ¿y como lo rasuraste?,- pregunto la chica rubia con interes en su voz Fred se sintio un poco apenado al escuchar esa pregunta de su mujer y "victima", comenzó a jugar con los dedos por la pena y la vergüenza

- bueno, Coraje estába atras de la puerta del baño y yo entré, escuche a Justo decirle que me de las toallas y ¡slam! Nos encierró a Coraje y a mi en el bañ o,- continuo apenado por recordar lo que paso despues, Barbara y los demas estaban indignados por lo que hizo aquel sujeto que dice ser el esposo de Muriel, pero Oscaldo solo queria que llegue la parte espeluznante de la historia

- ¿y de ahi lo rasuraste?,- dijo el chico con emocion, sus gustos por lo aterrador lo insitaron a preguntar

- no, solo lo vi con ansias, temblaba de miedo al verme, le dije *Coraje.. tu pelo... me recuerda a la primera vez que supe como me hacia sentir el pelo", el seguia temblando, lo tome gentilmente y lo senté en el inodoro, le puse las cortinas de la bañera como bata de barberia, agarre mi rasuradora y le corte un poco el pelo de su cabeza,- decia aun avergonzado,- la parte que mas te gustaria escuchar Osvaldo querido seria esta, cuando lo caché en el inodoro lo saque de ahi, su pelo mojado me recordaba a Barbara y comencé a rasurarlo a lo loco pero con delicadeza, mientras el pobre gritaba de horror,-

Todos excepto Barbara y Osvaldo se sorprendieron sorprendieron al escuchar eso, Celina,Katherine y Dorothi sintieron lastima por el perro, sintiendo lo horrible que debió ser para el, Alister, Albert y Anthony tuvieron lastima por el pobre de Fred, no pudo contenerse y eso les hizo sentir una pena en su interior. Barbara y Oscaldo no tanto, el castaño sintio alegria por escuchar eso que suena tan espeluznante y aterrador como le gusta, terror psicológico lo llama y eso le encanta, Barbara sintió igualdad por el perro, lo mismo le paso a ella y recordo como fue aquella tarde. Fred por otro lado estába apenado, en ese tiempo estaba mal de la cabeza y no podia ver cuando alguien tenia miedo, pero ahora podia imaginarse lo traumante que fue para el perro osea, el sobrino que ko conoce de su dueña viene de visita y lo rasura, debió ser bastante aterrador para el, Bongo lo noto triste y se le apoyo ensima, el rubio no tardo en acariciarte la cabeza

- te apuesto a que Muriel no hizo absolutamente nada para ayudarles,- dijo Dorothi rompiendo ese silencio que habia en el comedor

- ¿ah?,- dijeron todos

- es verdad, cuando eramos niños siempre fue asi, incluso de grande,- volvió a hablar la mujer,- cuando eramos niñas yo me quede encerrada afuera y los insectos me atacaron, nunca me gustaron los bichos, yo gritaba por ayuda, en ese momento mamá y papá salieron y me quede cuidando a Muriel y Albert que era un bebé, mientras gritaba a mi hermana que me ayude ella solo me miraba contenta, seguro creyó que estaba jugando con esas cosas,-

- Dorothi tiene razón, Muriel es muy despistada e ingenua,- respondio Albert a lo que decia su hermana mayor,- cuando yo era pequeño recuerdo que andaba con ella paseando por el paqrue, yo fui a ver a los patos pero me empezaron a perseguir pir el pan que tenia y uno quiso picarme ¿saben lo que ella dijo? "Ay hermanito hiciste nuevos amigos",-

Ellos no se equivocaban, como sus hermanos tenian razon sobre aquella mujer albina escocesa, es una mujer muy ignorante al peligro a menos que ella lo este, eso no quiere decir que ellos no vean la bondad y la dulzura de su hermana Muriel es muy dulce y amable con los demas a pesar de haber sido una niña muy traviesa y malcriada a los 3 años. Fred se sorprendió al escuchar esas historias de sus tia y su papa sobre Muriel, pero a la vez sintió que decían la verdad

- pues lo unico que yo recuerdo que hizo fue preguntar su todo estaba bien con nosotros, Coraje queria irse yo vi como rasguñaba la puerta, en eso mi tia le dio un plato con bocadillos los cuales yo tome y le.. le llene la boca de esos,- conto Fred esa parte

- pobrecillo,- dijo Celina

- despues de haberlo rasurado, casi le rasuro su colita pero eso ya seria una locura,- hizo la misma señal que cuando se lo decia al perro,- pero el antes habia llamado a mis caseros, en un descuido mio, ellos vinieron y me llevaron al hospital mental, fui a juicio y me condenaron perpetua en el hospital mental, luego de unos meses yo habia sido travieso con 2 compañeros mios y muchas veces me llevaron al cuarto solitario, estuve alli mucho tiempo, luego me iban a hacer un examen para ver si yo estaba listo para reintegrarme en la sociedad, no fue asta que recibí la carta de Barbara que reaccione, volvi a la realidad y mi mente dejo de fantasear, vi que estaba en un lugar feo y queria irme, mi niño interior me pedía a gritos salir de allí, me llevaron a hacer la prueba y dio positivo, pero los doctores me preguntaron que si yo me arrepentia, en vez de escuchar a mi mente escuche mi corazon, decia que no queria morir encerrado. Asi que les dije que si, con sinceridad respondi y ellos tuvieron razon en dudar, me dieron el ok y despues de buscar mis cosas me fui con Barbara,-

- que linda historia,- dijo Katherine con lagrimas en sus ojos

- que bueno que pudiste salir hijo y que reaccionaste, no sabes lo mucho que te extrañamos,- dijo Albert feliz por su hijo, este sonrió como siempre y tomo el sorbo de te que casi se enfría, comió las galletas de su tia con gusto

- ¿quieren quedarse a cenar?,- pregunto Dorothi a la pareja

- claro que si, ¿tu que dices cariño?,- dijo Barbara

- ¡claro quee si!,- respondió alegre el rubio

- que bien, asi les podre contar las leyendas que escuche por ahí,- dijo Osvaldo,- algunas son muy aterradoras ,-

- estoy ancioso por escucharlas,- dijo Fred

Aca termina otro episodio, pronto hare mas no se preocupen, ¿que leyenda les contara Osvaldo a Fred y Barbara? Eso lo sabremos pronto

Saludos
@MontanaHatsune92
@RCurrent
Y los demas

Su héroe con amor travieso

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