De vuelta al Instituto

Suena la alarma del recreo y como siempre, los alumnos salen disparados hacia el patio como una estampida. Por suerte, puedo seguir  aquí integrada entre ellos. La mayor parte de ellos sigue pensando que  soy "rarita", pero siguen sin saber qué hay distinto en mí. Es decir, nadie piensa ni por asomo que yo podría ser una extraterrestre.

Caminamos por los pasillos en dirección al patio. Valentina y Evelin vienen conmigo, hemos quedado con Alexandria fuera. Desde aquel viaje, nos juntamos siempre las cuatro en los descansos. ¡Qué pena que Alexandria no esté en la misma clase! A un lado, reparo en un chico que está solo, sentado en un banco. Parece que la alegría del recreo no va con él, está como en un mundo aparte. Parece triste.

—Vamos allí — les digo a mis preciosas amigas, señalando al chico.

Cambiamos de dirección hacia él. Mis amigas han entendido por qué les he dicho eso. Me conocen bien y tienen muy buen instinto, han entendido al instante que el aislamiento en el que está el pobre, no es para nada, normal. Es un chico de complexión grande, lo que en este  planeta dirían "sobrepeso". Tiene pinta de ser alguien de buen corazón, un poco asustado.

—¡Hola! —le digo sonriendo.

El chaval, como despertando de un sueño, sale de su ensimismamiento y me mira sorprendido. No se esperaba que nadie le saludase.

—Hola... —me contesta con cierta desconfianza.

—¿Cómo te llamas? —le pregunto.

—Me llamo Travis.

Evelin se sienta a su lado ¡chica lista! Valentina sigue conmigo de pie. Ellas también le saludan.

—Hola Travis. ¿Qué haces aquí solo? ¿No quieres salir a jugar? —le pregunta Valentina.

Travis se pone realmente triste en el mismo momento que recibe la pregunta.

—Bueno... La verdad es que... no tengo amigos.

—¿Cómo? —responde sorprendida Evelin.

—Sí... todos se meten conmigo.

—¿Por qué? —pregunto sorprendida aunque, en realidad, no tanto.

—Porque estoy gordo —contesta con decepción.

—¿En serio? —le digo asombrada.

—Bueno, si... tienen razón.

—¡Oye! ¡No les des la razón!—le riñe Valentina en buen tono. Parece que esa frase le descoloca por completo. Es como si se hubiese acostumbrado a hablarse mal a sí mismo.

—¿Qué pasa en este instituto? Es increíble —les pregunto con asombro a mis amigas.

—No es este Ina, son la mayoría —me responde mi amiga Evelin, no sin cierta decepción. —Casi todos los de la zona son así.

—¿Quieres decir que es normal recibir insultos? —lanzo la pregunta aunque en realidad, ya estaba medio advertida acerca de los humanos.

—Sí... a veces son sólo bromas —contesta Valentina. —Entre amigos se pueden llamar "gordo", "enano"... cosas así. El problema es cuando te lo dice alguien que no es tu amigo.

Me quedo completamente petrificada mirándolas. Durante un breve lapso, no tengo nada que decir. Todos los de la conversación detectan por mi silencio, que estoy a punto de decir algo con mucha indignación.

—No son bromas. ¡No son bromas! —les digo. —Yo siempre os llamo "bonitas", "guapas", os doy las gracias, os abrazo... ¡No me apetece nada deciros algo feo! ¿Cómo os sentís cuando os digo "bonita"?

—Bien la verdad —contesta Evelin.

—¿Y si te dijera que eres...? —Me quedo con la frase inacabada, no consigo pensar nada que podría decir un insulto a mi amiga "como broma" y que no le molestase. —... que eres... ¿tonta? —en el momento de decir esto, me siento fatal. No entiendo cómo pueden decir que es una  
broma entre amigos. Evelin cambia su cara completamente, me ha entendido.

—No me gusta, nada. Me gusta que me llames bonita. Quiero que sigas haciéndolo.

—¡Claro que lo haré! Puedes estar tranquila —le contesto sonriendo.

—Ina, no entiendes... —me dice Valentina dándome a entender que son una especie diferente, sutilmente intenta ponerme en la línea de que aquí son las cosas diferentes.

—Sí que entiendo. Entiendo que no queréis aprender cosas nuevas. Igual que al salir del instituto aprenderemos una carrera o a conducir, podemos aprender algo nuevo —le contesto con mucha tristeza. Hoy estoy especialmente afectada por la historia del pobre Travis. Me ha puesto muy triste.

—Ya... tienes razón —Valentina se alinea conmigo. Se ha dado cuenta de que quizás simplemente se ha acostumbrado a ver esto. Es una chica estupenda, la quiero mucho.

—¿Por qué nunca os decís cosas bonitas? —pregunto.

Se hace un silencio enorme. Parece que tienen que pensar demasiado acerca de ello. Es realmente decepcionante.

—No se... supongo que te hace parecer débil, o algo así... —dice Travis.

—¿Débil? —le pregunto.

—Bueno... quizás no sea débil. Es posible que sea para quedar bien —responde intentando explicarse mejor—. Cuando estamos en un grupo grande, si se dice algo bueno de alguien, tú te quedas por debajo. Es miedo a quedarse atrás, supongo.

—¿Quieres decir que si yo digo que eres listo, me convierte a mí en tonta? —le pregunto.

—Sí, algo parecido. A lo mejor no te convierte en tonta, pero sí en menos lista que tú.

—Es un poco triste ¿no? No pretendo estar por encima de ti en todo. ¡Es imposible! Siempre serás mejor que yo en algo, más listo, más fuerte, más divertido... No tiene sentido ninguno.

Valentina interviene.

—Travis tiene razón. El típico que se mete con los demás, intenta estar por encima. Es como si al llamar tonto a alguien, feo, gordo... le convirtiese en alguien mejor. Él se vuelve el "bueno" y el abusado el "malo". Como lo que te pasó a ti con las animadoras, ¿te acuerdas? Pretendían ser mejores que tú y, en realidad, son todo lo contrario. Tienen seguidoras, pero nadie las quiere.

—Es una auténtica estupidez. No se brilla apagando a otros.

—¡Qué bonito Ina! —dice Evelin. Ella siempre detecta las cosas más bonitas que tiene alrededor. Es nuestro radar de ilusiones. Lo ha dicho en referencia a mi última frase.

—Oye Travis, esta tarde íbamos a jugar a un juego de cantar que tengo en mi casa. ¿Por qué no te vienes?

Travis se queda perplejo, está tan acostumbrado a ser el saco de boxeo del instituto que casi hasta le incomoda que lo tengan en cuenta para algo. Mi amiga Valentina ha hecho la jugada maestra invitándole, me encanta.

—Vale... pero yo no sé cantar.

—¡Ni nosotras! —dice Evelin rota de la risa. Tiene razón, es un desastre cuando lo hacemos.

Travis se ríe. Es la primera vez que lo veo un poco alegre durante esta conversación. Será nuestro nuevo amigo. Se le ve alguien con buen corazón. Estoy segura de que estaremos contentos juntos.

~~~~~~~~
Chicos, chicas, soy Ina. ¿Por qué no me ayudáis? Haced algo, cambiad. Decid cosas bonitas. No os insultéis, ni en broma. No riáis cuando alguien insulte a alguien ¡no es divertido! Quejaos cuando lo hagan! Incluso si no es a vosotros.

Escribid algo bueno en vuestra pizarra.

He visto muchas veces escrito en paredes y en pizarras cosas como "Rodrigo ballena", "Mariola puta". ¿Por qué no probáis a hacer lo contrario? "Rodrigo, eres un crack del fútbol"  "Mariola, nos gustaría ser como tú de guapa".

En serio, ¡Probadlo! Las paredes y pizarras de vuestros institutos se han vuelto el muro de la vergüenza. ¿Por qué no los transformamos en el muro del Honor? ¿Por qué no empezáis el día con una gran pintada en la pizarra? Nosotras vamos a hacerlo en el nuestro. Lamentablemente,  
mis geniales amigas y yo, no podemos ir a veros y ayudaros a hacer cosas bonitas juntas.

Cualquier cosa que se os ocurra estará bien, estoy segura.

Nosotras vamos a hacer lo siguiente: todos los días, antes de irnos, cuando el profesor se vaya, dejaremos escrito algo bueno de alguien, a modo de sorpresa. Incluso de nuestros profesores.

Os quiere, Ina.

#stopbullying
"No se brilla apagando a otros".

-------------------------------------------------

¿Os gustaría apoyarme, patrocinarme? www.patreon.com/spenctish

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top