53. El Silencio
Todo está quieto, desordenado, confuso, pero inmóvil. El bosque está de nuevo sumergido en el silencio que le corresponde. Por todas partes se observan zonas de árboles arrancados, vegetación pisoteada y rota, cuerpos inmóviles y otros retorciéndose. Todo son signos de la violenta batalla de alta intensidad que acabamos de librar. Ya no hay caza de seres inocentes.
Todo ha terminado.
Después de haber anulado al último de los cazadores, la paz volvió a reinar este lugar.
—¿Vais a buscar a Evelin? —les pregunto a mis amigos.
—Por supuesto —contestan casi a la vez Despian y Mahla.
—De acuerdo, yo voy a recoger a Valentina. Nos vemos ahora.
Salto por los árboles en dirección a mi amiga. Sé dónde está, en todo momento las teníamos localizadas. Voy a buscarla a ella porque es la que queda más cerca de mi posición actual. Reboto en cuatro árboles hasta que en el último salto caigo a su lado, ya visible. Valentina se gira de forma brusca creyendo que todavía podría ser alguno de los cazadores.
Tan pronto como nos vemos cara a cara, le sonrío. Me alegro mucho de verla en estas condiciones.
—¡Hola! —exclamo con alegría.
Valentina se relaja. Sus hombros se descuelgan al verme. Me reconocer al instante.
—¡Hola! ¿Se ha acabado? —Mi amiga entiende en mi actitud y comportamiento que ya no hay peligro. De todos modos todavía necesita una confirmación.
—Se ha acabado —le digo con tranquilidad.
—¡Toma! —Valentina lo celebra apretando su puño de golpe. Se nota que se libera de estrés en ese mismo momento.
Mi amiga se acerca a abrazarme y yo la abrazo con ganas. Me apetecía mucho darle esta noticia. No paraba de pensar en ello mientras estábamos luchando en el bosque.
—¿Evelin y Alexandria?
—Sí, todos estamos bien, también Mahla, Despian y Aëhl que nos han encontrado y han estado luchando estos últimos minutos. Sólo he venido a buscarte. Nos están esperando allí.
—¡Genial! —Valentina observa en la dirección que estoy indicando.
—¿Vamos?
—Sí —responde muy contenta.
Caminamos por el bosque, con calma, sabiendo que no hay nada más de lo que preocuparse. No tenemos prisa y aprovechamos para descansar un poco. Mi amiga está derrotada, así que en especial por ella, llevamos ritmo de paseo. La llevaría con gusto en brazos, pero no creo que me lo permitiese.
—Oye..., gracias por venir a por mí —le digo. Siento cómo me ablando por dentro al decírselo. Estoy a punto de llorar.
—Era lo único que podíamos hacer. Vendría a por ti siempre.
—Gracias Valentina. —Una lágrima se desliza por el ojo. No rompo a llorar, pero estoy en el límite. Creo que Valentina no puede verlo, pero conoce mis tonos de voz y sabe de mi estado, seguro.
Me siento a gusto con humanos así como amigos. Nunca pensé que llegaría a tener unas amigas terrícolas tan buenas. Mucho menos, después de lo que me habían dicho de ellos antes de venir. Sabía que, en general, no podía confiar en esta especie y que debía tener cuidado. Me sentía tan sola. He tenido muchísima suerte de poder conocerlas.
—¿Queréis parar a dormir? —le pregunto. Sé que ellas lo necesitan.
—¡No!, quiero salir de este bosque lo antes posible. Ya dormiremos al llegar —responde.
—Tienes razón. Puede venir cualquier persona al bosque. Es buena idea, porque aunque nos hemos salvado de los cazadores, sigue habiendo prensa por aquí. Quizás esté llegando más gente incluso. Mejor salgamos cuanto antes. Pero si necesitas descansar, tan sólo dímelo ¿vale?
—Claro. Pero es mejor para todos salir de aquí. Además, llevo dos días sin cobertura. Espero que mis padres no se hayan preocupado. Tengo que llamarles.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top