38. Sin salida


Después de asegurarme que el cuerpo queda cubierto por los matorrales, miro alrededor y vuelvo a saltar hacia un árbol, es la mejor manera de desplazarme desde aquí. Desde la altura, intento localizar deprisa a Alexandria. Veo que no lleva una dirección recta, sino que va haciendo eses. Más o menos ha ido localizando a algún cazador. Me temo que no podamos mantener esta situación por mucho tiempo.

Salto de árbol en árbol siguiendo a Alexandria para intentar indicarle las posiciones de nuestros perseguidores.

—Alexandria, cada vez estás más rodeada. Tienes que acelerar el paso.

—¿Hacia dónde?

—Intenta subir esa colina, es la mejor dirección ahora mismo.

—De acuerdo.

Alexandria sigue mis indicaciones. Yo intento atender a todo a la vez desde aquí arriba: la ruta de Alexandria, las direcciones y las miradas de los cazadores para que no se crucen con ella, el perro que husmea... Estoy cien por cien concentrada procesando toda la información.

Alexandria se aleja, así que doy un salto más hasta el siguiente árbol, para mejorar mi situación. Desde este nuevo ángulo vuelvo a vigilar a todos los persecutores. Una de las cazadoras saca de un bolsillo un comunicador. Es diferente a un teléfono móvil, pero seguro que se usa para transmitir voz ya que se lo acerca a la boca y susurra en él. Está mirando en dirección a Alexandria, creo que la ha visto. Al momento, otros cazadores cambian su rumbo hacia Alexandria.

En efecto. O la han visto o creen que puede andar por allí.

—Alexandria creo que te han visto. Apura, más rápido todavía. Creo que todavía no saben dónde estás con exactitud así que intenta no llamar mucho la atención, pero tienes que salir de ahí rápido.

—Vale —contesta mi amiga tensa. La situación se está complicando bastante.

Intento seguirla a distancia. Soy más útil cerca de ellos que al lado de ella. Es muy complicado saber dónde colocarse. Alzo la vista y veo de repente a dos personas salir de la parte alta de la colina, forman parte de un grupo diferente que no estaba antes por aquí. Uno de ellos parece localizar a Alexandria y señalarla. Está expuesta a su ángulo de visión y ella también los ve.

—¡Sal de ahí!

Alexandria empieza a correr hacia su izquierda, evitando a los nuevos exploradores y procurando no rodearse por los que ya llevaba detrás. Algunas parejas y cazadores aislados ven a Alexandria salir corriendo y uno de ellos intenta disparar un dardo contra ella, que acaba desviándose en todas las direcciones por causa de la vegetación, hasta que pierde fuerza en el último momento.

Ver semejante acción me da tanta rabia que me entran ganas de saltar a por él y retorcerle la escopeta pero, justo antes de dejarme llevar por una acción tan tonta, consigo controlar mi impulso y seguir aquí arriba manejar la situación desde las alturas. Busco entre todo el grupo de perseguidores de Alexandria a alguno que esté fuera de la vista de los demás, pero me es difícil ir a por alguno de ellos sin exponer mi situación. Sigue siendo ventajoso que crean que sólo está ella.

Comienzo a perseguirla desde los árboles, saltando de uno en otro. Parece que ya todos están alertados. En vez de perseguirla, se están desplegando intentando cercarla. A lo lejos un nuevo grupo viene haciendo una batida hacia aquí, parece que es inevitable que la rodeen.

—¡Corre preciosa! —le grito en su mente.

Alexandria comienza a correr a toda velocidad. Las fuerzas que ha ido recuperando poco a poco le permiten imprimir un ritmo de carrera un poco superior al de los humanos, espero pueda mantenerlo por tiempo. Pero la decisión de la ruta es casi imposible para ella y ha comenzado a acercarse al último grupo que llegaba.

—¡Hacia la izquierda! —le indico apresurada mientras yo también salto de árbol en árbol, persiguiéndola desde las alturas.

Mi amiga tuerce hacia su izquierda. Tiene que correr evitando matojos densos. Llega junto a un gran arbusto y, de un salto que alcanza los dos metros, pasa por encima de él. Con la inercia casi se choca contra un árbol pero utiliza las manos para esquivarlo y continuar su sprint. Está bastante fuerte, pero todavía necesita más energía.

Alexandria se ha vuelto un blanco móvil. Ya todos saben dónde está. Ahora mismo su posición no permite escoger una dirección segura. Intenta una nueva ruta, pero se encuentra en línea recta a otro cazador. Da media vuelta y ve a varios más siguiéndola. Está parada, intentando localizar un punto de huida. Son unos segundos vitales los que pierde y el cerco se cierra sobre ella. Estira la cabeza desesperada, buscando alrededor una zona de salida, es consciente de que apenas tiene a dónde ir. En cualquier momento puede ser alcanzada por un dardo.

Sus persecutores siguen acercándose, cada vez más y, cuantomás próximos están de ella, más reducen su paso. Puedo notar que le tienencierto miedo, no saben de lo que es capaz. Desgraciadamente yo sí soyconsciente de lo que podría hacer si estuviera en plenitud de sus capacidades. Nohay defensa posible. Está acorralada.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top