¡San Valentín en Namimori!
Después de aquella noche, Hibari empezó a evitar a Tsuna durante el horario escolar, tuvo que esconder la maleta que éste había dejado en su casa para no verla y hacía todo lo posible para no pensar en el castaño, como ir a morder herbívoros hasta la muerte; y así fue durante semana y media.
Era trece de Febrero, un día antes para la fecha especial para las parejas, Tsuna se acostó boca arriba en su cama y observó, pensativo, al techo; había pasado un buen tiempo desde la última vez que habló con el azabache y se le hacía extraño no encontrarlo por los pasillos o en la azotea.
—Dame-Tsuna — Reborn entró a la habitación con una taza de café en sus manos y se sentó enfrente de una mesa que había en aquel lugar—. ¿Qué le darás mañana a Hibari?
— ¿Eh? ¿Cumple años?
—Mañana es catorce — respondió un poco irritado el tutor a la interrogante del castaño; empezaba a molestarle cuando olvidaba fechas.
— ¡Ah! Las mujeres son las que dan chocolates — le recordó Sawada, se sentó sobre su cama y dejó la mirada en el azabache.
—No pongas excusas, tienes mucho que agradecerle a Hibari.
—Eh... pero sería algo incómodo... Aparte, hace bastante que no hablamos.
— ¿Y?
— ... — El joven Vongola se levantó peresozamente, caminó para tomar su móvil y empezó a buscar un número—. Voy a necesitar ayuda.
—Excelente decisión — Reborn dejó su taza sobre la mesa y salió de la habitación con una sonrisa de victoria en su rostro.
—Espero que Kyoko-chan pueda venir, es una perfecta excusa para verla — comentó el décimo Vongola para sí mismo, dejó escapar un suspiro esperanzado y envió el mensaje que estaba escribiendo.
Al día siguiente, Tsuna llegó tarde, a posta, a la escuela para que el carnívoro lo mordiera hasta la muerte pensando que, con aquello, le serviría de excusa para verlo y entregarle lo que había cocinado con ayuda de Kyoko; sin embargo, lo único que recibió fue una reprimenda por parte de Tetsuya. Sawada suspiró de manera deprimida, caminó hacia su salón de clases pasando por enfrente de la sala del comité y se detuvo para observar la gran puerta de madera; podía entrar si quería, estaba seguro que Hibari se encontraba ahí adentro, quizás escondiéndose del castaño.
《No puedo seguir siendo el bueno para nada Tsuna... ¡Voy a darle lo que hice a Hibari-san! 》 pensó Tsuna con total seguridad en sí mismo, dio un paso al frente y preparó sus manos para empujar la puerta de madera; ¡era ahora o nunca!
—Jajaja, ¿en serio se lo vas a dar a Dame-Tsuna? — Tsuna reconoció de inmediato la dueña de aquella voz: Hana Kurokawa, entró en pánico y corrió para esconderse detrás de una puerta de una aula que, convenientemente, se encontraba sola y cerca.
—Oh, vamos... Tsuna-kun se lo merece — Kyoko defendió la acción que haría aquella tarde; tenía planeado darle un chocolate especial al castaño.
—No creo que el bueno para nada de Tsuna se merezca un chocolate de ti — comentó Hana en un intento en vano por hacer razonar a su amiga.
— ¿Y qué me dices...? — Las chicas se habían alejado lo suficiente para que Tsuna le fuera imposible seguir escuchando aquella conversación.
El joven Vongola salió de su escondite al mismo tiempo que el líder del comité había salido de la sala, los dos cruzaron miradas casi por instinto, dieron un paso hacia atrás como si estuviesen sorprendidos de verse y se hizo presente un silencio tan incómodo que ambos deseaban ser tragados por la tierra; Sawada abrió la boca con la única intención de decir algunas palabras, pero Kyoya volvió al lugar del que había salido cerrando la puerta, provocando que el contrario caminara para volver a quedar enfrente de la entrada cerrada. ¡Ahora sí, iba a entrar a fuerzas!
— ¡¡Juudaimei!! — Hayato corrió al encuentro del castaño, esbozó una amplia sonrisa y tomó al contrario de los hombros para conducirlo al aula—. ¡El idiota del béisbol fue rodeado por mujeres estúpidas, es nuestra oportunidad para estar lejos de él!
— ¿A-Ah? Pero... — Tsuna cedió de mala gana a la acción de Gokudera, dejó escapar un suspiro de fatiga y caminó por su cuenta; ¡no podía estar deprimido, después de todo, Kyoko-chan finalmente le daría un chocolate!
El azabache abrió con lentitud la puerta al dejar de escuchar pasos, sacó la cabeza por ésta y miró ambos lados del corredor; no había persona o fantasma alguno.
—Hibari-san — Tetsuya salió de uno de los pasillos que daban al corredor que Kyoya estaba vigilando, saludó amablemente cuando se encontró al líder y caminó para quedar cerca de él—. ¿Está seguro de la orden que dio? Los estudiantes podrían enfadarse.
—Hm — Kyoya dejó descansar su espalda en el marco de la puerta—. Los dulces no se permiten en la escuela, lo dice el reglamento.
—Piense un poco en las consecuencias que podría traer — Kasukabe intentó convencer al carnívoro en no confiscar los dulces de san Valentín—. O podría pensarlo de otra manera... ¿No estuvo saliendo con una chica hace tiempo?
— ¿Hm? — El guardián de la nube alzó la ceja mostrando interés en el argumento de su subordinado.
— ¿No quiere saber si la afortunada le dará un chocolate hoy?
—Hm... — Hibari se alejó un poco de donde estaba recargado y caminó siendo seguido de Tetsuya—. Está bien, olviden la orden que di...
A la hora de receso Hibari se dio permiso de patrullar por los pasillos sin estar preocupado por encontrarse otra vez con Sawada ya que contaba con Hibird quien le avisaría si el castaño se encontraba cerca.
—No puedo creerlo, ¿en serio se lo vas a dar? — Cuestionó Hana mientras salía del salón junto con Kyoko.
—Ya te dije que sí — la castaña puso los ojos en blanco por tener que escuchar nuevamente la pregunta de su amiga.
— ¿Dónde se van a ver?
—Le pedí que atrás de la escuela.
—Típico.
El azabache prefirió dejar de escuchar aquella conversación, caminó a una de las aulas haciendo que los que estuviesen adentro salieran corriendo y sacó la cabeza por la ventana para encontrarse, debajo de un árbol, al castaño con un notable rubor en sus mejillas; Kyoya tenía que hacer algo para evitar que aquello ocurriera. El líder del comité salió por la ventana para saltar a un árbol que estaba cerca y, de ahí, bajar al suelo donde, antes de ir con Tsuna, tosió cierta cantidad de pétalos.
—Herbí...
— ¡Hibari-san! — Dino interrumpió al carnívoro, corrió para quedar enfrente de éste impidiéndole que continuara caminando y de su chaqueta sacó una pequeña caja.
— ¿Qué quieres? Tengo cosas que hacer — el azabache se percató que Sasagawa estaba a algunos cuantos metros de acercarse a su objetivo—. Muévete o te morderé hasta la muerte.
— ¡No seas tan malo! — El rubio hizo un puchero y le entregó la pequeña caja que contenía una generosa cantidad de pequeños chocolates sin saber que una persona lo estaba viendo—. Pensé que te gustarían.
Tsuna intentó desviar la mirada antes de que uno de los dos se dieran cuenta que estaba presenciando aquella escena, dio un paso hacia atrás por miedo a ser descubierto y apretó un poco los puños.
— ¡Tsuna-kun! — La castaña se posó a un lado del mencionado y, avergonzada, le entregó el chocolate que había hecho—. Por favor aceptalos.
Sawada, algo confundido, tomó la golosina que le habían dado y levantó un poco la mirada para ver, una vez más, a Hibari con Dino; no sabía que pensar o que sentir. Estaba feliz por recibir un chocolate en San Valentín, pero algo le estaba molestando.
—Por cierto, Tsuna-kun — añadió Kyoko haciendo que la atención del castaño volviera a ella—. Perdón por no haberme dado cuenta antes...
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Hola, hola! Quiero recordarles que aprecio tres millones su apoyo ❤✨ y, también, que como todo tiene un inicio, tiene un fin [?] No digo que el próximo sea el último, yo diría que dos o tres más [?]
Quizás pueda subir un "bonus" después de publicar el último... o algo así [?] No estoy segura xD
Qué dicen?
Ah... también he estado pensando en hacer una nueva historia [?] No lo estoy asegurando~
Hasta la próxima!!
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