¿Hibari Kyoya y Sasagawa Kyoko?
El líder del comité disciplinario de Namimori pensó que la estúpida flor soltó pétalos porque vio al causante de sus sentimientos herbívoros; así que tiene a cuatro personas en su lista de sospechosos. Kyoya supuso que la chica idol era la culpable de su problema, después de todo, era la única chica que vio en el grupo que iba a morder hasta la muerte; el azabache sacó una carpeta que ponía "Sasagawa Kyoko", sacó las pocas hojas que había dentro de ésta y empezó a leerlas. Como Hibari lo supuso, era una herbívora como cualquier otra; sin embargo, él intentó, sin poder conseguirlo, pensar que no sería tan malo estar con ella.
El silencio incómodo que había brotado en un pequeño grupo fue interrumpido por un estornudo de Kyoko, provocando que todos los que estaban presentes se encogieran levemente de hombros por el tan inesperado estornudo; el castaño le dio un pañuelo a Kyoko por si lo necesitaba y se ruborizó levemente.
— ¿Te estás enfermando, Kyoko-chan? — Preguntó Tsuna con un gran tono de curiosidad en su voz y, antes de que ella pudiera responder, comió un poco más de su almuerzo.
—Primero Hibari y ahora Kyoko, ¿no es algo extraño, Juudaimei? — Comentó Gokudera un tanto pensativo, dejó la caja vacía de su almuerzo en el suelo y mandó su cabeza hacia atrás para poder ver las nubes.
—Jajaja creo que lo de Kyoko fue un estornudo normal, ¿o no? — Takeshi sonrío y se terminó el sushi que su padre le había dado.
—Yamamoto-kun tiene razón — dijo Kyoko con una pequeña sonrisa en su rostro, pero, después de haber recordado como había actuado Hibari en la mañana, esa sonrisa se borró casi de inmediato—. Me preocupa algo Hibari-san.
— ¿P-Preocupada? — El décimo jefe Vongola se sorprendió bastante cuando escuchó el comentario de Kyoko; él pensó que si ella estaba preocupada, aunque fuera un poco, por su guardián de la nube es porque le agradaba y, suponiendo que lo último fuera cierto, era cuestión de tiempo que ella se enamorara del líder del comité disciplinario.
— ¿Por qué no, en lugar de decir estupideces, vas a verlo? — Sugirió un molesto guardián de la tormenta mientras se acostaba sobre la azotea y buscaba una cómoda posición para estar ahí el resto del receso.
—Vamos, Gokudera, no seas grosero con una chica — Yamamoto rascó nerviosamente su mejilla izquierda y dejó escapar un suspiro con tranquilidad.
—Esa es una buena idea, yo me retiro... Los veo en clases — Kyoko se levantó, se despidió de todos sacudiendo la mano y, sin vacilar, caminó en busca del carnívoro.
— ¡E-Espera, Kyoko-chan! — Suplicó el castaño mientras se levantaba lo más rápido que podía para después seguirla, claro, sin antes ser seguido por sus guardianes quienes se encontraban en una discusión.
Antes de que Kyoko preguntará por el líder del comité de Namimori, él salió de uno de los salones casi al mismo tiempo que Tsuna encontró a la idol de la escuela. El ambiente se puso tenso, el décimo jefe Vongola sabía que no podía permitir que Kyoko estuviese a solas con Hibari, pero le daba miedo hacer un alboroto y pagar las consecuencias; el azabache no se había percatado de la presencia de ellos dos debido a que seguía leyendo las hojas de Kyoko, aunque ya era la décima vez que lo hacía.
— ¡Yo, Tsuna! — Exclamó Yamamoto cuando, después de haber caminado por un buen tiempo, encontró a su amigo omitiendo la presencia del carnívoro.
Hibari reaccionó al saludo del guardián de la lluvia, cerró la carpeta que tenía en las manos y se preparó para sacar una de sus tonfas, pero, al recordar que aún era hora de receso, sólo se les quedó mirando provocando que el ambiente se pusiera más tenso.
— ¡Juudaimei! — Gokudera finalmente encontró al décimo jefe Vongola y fue con él para quedar entre Tsuna y Yamamoto; después de haber hecho eso, se dio cuenta que Hibari estaba ahí.
—Herbívora, sigu... — Kyoya iba a tener otro ataque de tos por lo que se calló antes de poder terminar su frase, otra vez; antes de que empezara con su "espectáculo", Hibari tomó del brazo a Kyoko y, esforzándose por controlar la tos, caminó sin soltarla hasta llegar a la sala del comité donde se encerró con ella adentro.
La puerta cerrándose le advirtió a Tsuna que era cuestión de segundos para que su suposición se hiciera realidad; sin pensarlo más de dos veces, Sawada corrió a donde se ubicaba la sala y pegó su oreja a la puerta para ser capaz de escuchar la conversión. Claro, los guardianes de Tsuna no se iban a quedar atrás.
—Oye idiota del béisbol, el Juudaimei y yo espiaremos... tú vigila que no venga nadie del comité — ordenó Gokudera al percatarse que Yamamoto imitaba la acción del castaño.
—Jajaja que buena idea — reconoció Yamamoto para después alejarse un poco de la puerta y empezar a vigilar.
Kyoko se quedó sentada en uno de los sofás mientras Kyoya se metió a otro lugar para toser en paz, cuando él sacó varios pétalos y estuviese seguro que otro ataque no lo tomaría por sorpresa, salió de donde estaba y dejó la carpeta sobre el escritorio. Sasagawa Kyoko nunca antes había entrado a la sala del comité, por lo que estaba encantada de poder ver como era por dentro, así podría contarle a su mejor amiga, Hana Kurokawa, con detalles.
—Herbívora, te vas a quedar ahí hasta que yo diga — ordenó Hibari mientras se sentaba enfrente de su escritorio y empezaba a hacer la papelería que tenía pendiente.
Kyoko asintió en silencio, no quería interrumpir a Hibari en medio de su trabajo, se acomodó en el sofá y observó el reloj que estaba colgado en la pared de enfrente; hace cinco minutos las clases habían empezado.
El tiempo empezó a ir demasiado lento, al menos así fue para Kyoko, Tsuna, Gokudera y Yamamoto; Kyoya no parecía tener intención alguna de decir algo y Kyoko le daba medio hablar de algo que pudiera hacer enojar al demonio de Namimori. Hibari, cada cierto tiempo, miraba de reojo a la castaña para ver si lograba alguna reacción en él; sin embargo, por más tiempo que pasara, Kyoya se sentía como normalmente se sentía.
—Hibari-san, los encontré espiándolos — Tetsuya había abierto la puerta dejando entrar a tres miembros del comité sostiendo a los que se encontraban al otro lado de la puerta.
— ¡Idiota del béisbol, solamente tenías que vigilar! — Se quejó Gokudera mientras intentaba zafarse de los brazos de uno de los subordinados de Kyoya para poder darle una paliza a Yamamoto.
—Lo siento, estaba viendo el juego de béisbol de los novatos — se excusó, inútilmente, Takeshi sin borrar su sonrisa.
—H-Hibari-san, lo sentimos mucho... No nos muerdas hasta la muerte, p-por favor — suplicó un medioso Tsuna mientras lloraba mentalmente por su estúpida idea de espiar.
—Herbí... — Hibari ya no pudo terminar, por tercera vez, lo que iba a decir debido a que empezó a sentir esa irritación en su garganta que le indicaba que, inevitablemente, iba a toser.
El líder del comité se encerró donde lo había hecho cuando se entró a la sala con Kyoko y se permitió toser hasta sacar más pétalos; fue ahí cuando se dio cuenta que Kyoko no era la responsable de su enfermedad por lo que la eliminó de su lista mental dejando únicamente a tres personas como sospechosas. Tsuna se preocupó por su guardián, quizás no lo podía ver, pero, claramente, podía escucharlo; el castaño tendría que preguntarle al demonio de Namimori personalmente para asegurarse de su estado de salud.
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[?] Espero les haya gustado ;u;
Hibari no le gusta que los herbívoros lo vean toser :^) podrían aprovechar la situación y quitarle su puesto de carnívoro, o al menos así piensa él...
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