(Especial) - ¡Fiesta de Reborn y Tsuna!
Antes que nada... como dice en el título, es un especial, para celebrar el cumpleaños de Tsuna y Reborn ;u; hubiese escrito algo para cada Quien, pero el 13 no tuve ni un rato pequeño para escribir y decidí hacerle algo a los dos... ('~' ;) supongamos que esto está pasando antes de que Kyoya se enfermara...
Asdfghjkl es algo confuso [?]
LITERALMENTE, LAS COSAS QUE YA HAN PASADO... AÚN NO HAN PASADO...
*se mata por pendeja*
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Un castaño perezoso se despertó, para su sorpresa, temprano sin necesidad de haber programado una alarma; era sábado, para ser exactos, 14 de octubre. Tsuna se levantó de su cama y recorrió su habitación con la mirada; había algo sumamente extraño, pero no se percató de lo que era. Un día antes, Reborn viajó a Italia para celebrar su cumpleaños con sus antiguos compañeros de trabajo dándole un poco de espacio al castaño quien, como era de esperarse, había olvidado lo importante de la fecha en la que estaba.
Sawada terminó de arreglarse y, antes de poder salir de su habitación, escuchó la ventana abriéndose lentamente haciendo que el décimo Vongola se volteara casi de inmediato para asegurarse de que no fuera un ladrón; al asegurarse de que su temor no fuera cierto, en lugar de aliviarse, se preocupó más al identificar a la persona que estaba entrando por su ventana.
—Hm, herbívoro — Hibari cerró la ventana después de haber entrado y le entregó un sobre a Tsunayoshi—. El bebé dijo que te lo diera cuando fueras a salir de tu habitación.
— ¡¿Eh?! ¿Hibari-san, cuánto llevas esperando? — Inquirió un Tsuna sorprendido, tomó el sobre que Kyoya le había dado y esperó hasta que el contrario le respondiera.
—Ábrelo — ordenó Hibari sin decir algo más, dejó su mirada sobre las manos de Sawada y esperó pacientemente a que el castaño hiciera caso a su única instrucción.
El joven Vongola abrió el sobre, sacó una carta azul y empezó a leerla:
"Ciaossu, Dame-Tsuna.
Cuando estés leyendo esto seguramente Hibari se encuentra cerca de ti, para que los dos salgan con vida tienen que salir de casa y dirigirse al parque de Namimori. Alguien que conoces te estará esperando con otra carta.
Ciao-ciao".
El castaño cerró los ojos y dejó escapar un suspiro; ¿ahora qué tenía planeado el demonio de Reborn? Hubiese preferido ir solo a que Hibari lo acompañara, pero le daba miedo incumplir las condiciones que le marcaban en la carta por lo que tendría que pasar cierto tiempo con el demonio de Namimori, aunque no quisiera.
—H-Hibari-san, tenemos que ir al parque — tartamudeó Sawada un tanto nervioso y, después de que Kyoya asintiera en silencio, empezó a caminar siendo seguido por el carnívoro.
Rokudo Mukuro se encontraba sentado en una de las bancas del parque mientras pensaba en lo que debía de hacer cuando Tsunayoshi y su compañía aparecieran; Reborn le había dado instrucciones a Mukuro de que tenía que darle el sobre que llevaba en su bolsillo y acompañarlo hasta el lugar indicado en la carta. Mukuro esperaba con ansias poder pasar el día con el castaño a solas, sería como una cita de cumpleaños; sin embargo, las cosas no serían así.
—Cabeza de piña — saludó, a su manera, el azabache cuando llegó a la banca donde se encontraba Rokudo; cuando ambos cruzaron miradas el ambiente cambió drásticamente.
—Kufufu~ Ave-kun, hola — Mukuro se levantó y, haciendo a un lado a Hibari, se acercó a Sawada—. Reborn-san me dijo que te entregara esto.
El guardián de la niebla le entregó el sobre al castaño y, cuando éste lo agarró, lo rodeó con uno de sus brazos para después lanzarle una mirada retadora a Kyoya quien se limitó a desviar la mirada; Tsuna, por su parte, ignoró a ambos y empezó a leer la carta:
"Lo estás haciendo bien, Tsuna.
Lo siguientes es algo sencillo: tienes que ir con Mukuro y Hibari, sin que se peleen, hasta la cafetería del centro.
En ese lugar encontrarás a dos de tus guardianes, tendrás que comprarles algo a todos para que te den la siguiente carta".
Tsunayoshi suspiró con pesadez, observó a sus dos subordinados y notó la pelea de miradas que se estaba dando a lugar; ¿por qué él tenía que pasar por esas cosas?
— ¿P-Por qué no vamos a la cafetería? Les compraré algo si no se pelean — prometió el castaño obteniendo la atención de los dos, ambos asistieron y los tres empezaron a caminar hacia el lugar indicado.
Al parecer, el joven Vongola estaba manejando perfectamente la situación; hizo una negociación sin que él perdiera mucho y, posiblemente, podría convivir un corto tiempo con algunos miembros de su familia.
— ¡Juudaimei! ¿Qué hace con ellos dos? — Gokudera se sorprendió bastante al ver que el castaño llegó a la cafetería con Kyoya y Mukuro.
—Yo, Tsuna — saludó Yamamoto con una pintoresca sonrisa dibujada en su rostro y, al darse cuenta que el décimo Vongola no estaba solo, dirigió su mirada a los dos mayores de estatura—. Hola.
—Tch... Sawada, voy a querer un café mediano — ordenó Mukuro, se sentó en una silla que estaba afuera del local y tomó un periódico que estaba sobre una mesa.
—Yo quiero zumo de coco, herbívoro — Hibari se sentó en una silla que estaba enfrente de una mesa demasiado alejada a la de Mukuro y sacó sus tonfas para limpiarlas rápidamente.
—Malditos, ¿qué se creen para hablarle así al Juudaimei? — se quejó un Gokudera molesto; no podía aceptar que la gente le faltara al respeto a Tsuna.
—Vamos, Gokudera, es la condición que nos dijo Reborn — le recordó Yamamoto a Hayato, se sentó a un lado de Mukuro e hizo una señal para que Gokudera se sentara a un lado de él—. Yo voy a querer un chocolate caliente, Tsuna.
—Se dice "por favor", idiota del béisbol — regañó el guardián de las tormentas al escuchar la petición de Takeshi—. Juudaimei, yo voy a querer café también, por favor.
—Claro... — el castaño entró a la pequeña cafetería y pidió lo que sus subordinados querían para luego salir y dárselos.
Hubo una que otra discusión por culpa de Gokudera, pero Sawada, con ayuda de Yamamoto, cambiaba de tema para evitar que las discusiones continuaran o pasaran a algo más grave; Hayato, al terminarse su café, le entregó un sobre al décimo Vongola y levantó su pulgar en señal de aprobación.
"Me sorprendes que hayas llegado hasta esta carta, Dame-Tsuna.
Por último, tendrás que volver a casa con tus cuatro guardianes sin que inicien una pelea.
Te estaré esperando".
Tsunayoshi se lamentó mentalmente; ¿cómo lograría ir con todos ellos sin que se peleen? Quizás debería de hacerles un favor a cambio de un buen comportamiento; pero, ¿qué tipo de favor estaría bien?
—Kufufu~ ¿Qué dice la carta, Sawada? — Inquirió Rokudo al ver el rostro pensativo del castaño después de haber leído la carta.
—Dice que vayamos a mi casa — respondió Tsuna sin dejar de pensar la manera de poder ir a casa sin problemas—. ¡Ya sé! ¡Hay que hacer una carrera!
— ¿Cuál es el premio? — Preguntó Kyoya con cierto interés; si había una buena recompensa, claro que participaría.
—Eso suena divertido — comentó Yamamoto y sonrió ampliamente.
— ¡Claramente el Juudaimei va a ganar! — Aseguró Hayato sin duda alguna.
—Oya, oya... si el premio es interesante participaré — dijo Mukuro bajando, para mostrar interés, el periódico que estaba leyendo.
—Eh... que el premio sea lo que el ganador quiera — dijo Sawada, sin pensar que aquello podría ser una mala idea, y se preparó para correr.
—Kufufufu~ si gano voy a poseer tu cuerpo, Sawada — el guardián de la niebla se relamió los labios al pensar lo fácil que sería ganar y, al igual que el castaño, se preparó para correr.
— ¡Bastardo! No se preocupe, Juudaimei; me aseguraré que el cabeza de piña no gane — Hayato le lanzó una mirada retadora a Mukuro, pero fue ignorado por dicho sujeto.
—Jajaja si yo gano seré la mano derecha de Tsuna — Yamamoto hizo una sonrisa despreocupada, fue donde estaba Sawada y lo imitó.
—Hm... interesante — Hibari se levantó y fue donde los demás esperando a que alguien diera la señal para empezar a correr.
—Cuando la piedra caiga al suelo, empezamos a correr — dijo Yamamoto mientras tomaba una piedra para después lanzarla.
Todos estaban atentos a la piedra, estaban preparados para empezar a correr cuando ésta cayera al suelo; cuando la carrera inició, los cuatro tomaron caminos diferentes.
Tsunayoshi no podía correr tan rápido debido de sus pensamientos de que lo que podría suceder si Hibari o Mukuro ganaban; debió de haberlo pensado mejor. Sawada bajó su velocidad, no tenía caso esforzarse si sabía que perdería.
— ¡Sawadaaaaaaaaaa! — Se escuchó desde atrás de Tsuna quien, antes de que la persona terminara de gritar, se volteó casi de inmediato.
— ¡¿Hermano?! — El castaño se detuvo completamente al mismo tiempo que Ryohei se detenía.
— ¿También estás entrenando? — Cuando Sasagawa terminó su pregunta empezó a trotar y lanzar golpes al aire—. ¿Cuántas vueltas la ciudad llevas?
—Eh... Ninguna, voy a mi casa — respondió Tsuna sin muchos ánimos y dejó escapar un suspiro deprimente.
— ¡Yo también voy a tu casa! — Ryohei tomó la muñeca de Sawada y empezó a correr llevándose por los aires al castaño—. ¡¡Hay que correr al extremo!!
Tsuna, para su sorpresa, fue el primero en llegar gracias a Ryohei quien entró a la casa sin esperar a que Sawada le abriera la puerta; el castaño se sentó en el suelo y esperó a la llegada de los demás competidores. El joven Vongola se sentía tranquilo, ahora lo único en lo que debía de pensar era el premio que iba a pedir.
—Oya, oya... Así que has ganado, ¿Sawada? — Mukuro fue el segundo en llegar, caminó hasta la puerta y la abrió para después entrar a la casa—. Si no te importa, esperaré adentro.
—Hm, herbívoro — Kyoya pasó de él y, como Mukuro había hecho, entró a la casa sin decir algo más.
— ¡Como era esperarse del Juudaimei! — Gokudera felicitó al castaño y ayudó a levantarse.
—Jajajaja parece que fui el último, ¿ganaste, Tsuna? — Yamamoto fue donde Sawada y lo rodeó con uno de sus brazos.
—Al parecer sí... — contestó el décimo Vongola, abrió la puerta de casa y, al dar el primer paso para entrar en aquel lugar, se sorprendió bastante.
— ¡Sorpresa! — Todos, desde los Varia hasta los Vongola de la primera generación, estaban en la casa de Sawada listos para celebrar.
—Feliz cumpleaños, Dame-Tsuna — Reborn saltó hacia el castaño y le dio un panqueque pequeño—. Por supuesto, también vamos a celebrar mi cumpleaños.
La fiesta fue bastante alocada; había discusiones y pelear por doquier, los niños corrían por toda la casa molestando a los mayores y Lambo no dejaba de tirar granadas casa vez que se caía. Tsunayoshi lloró mentalmente al percatarse que tendría que limpiar demasiado, pero, aún con todo eso, se divirtió tanto con todos que permitió que la fiesta durara hasta el día siguiente.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Espero que hayan disfrutado el especial ;u; ahora sí, el siguiente capítulo será la cena loca [?]
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top