(Bonus) - ¡Aguas termales!

Habían pasado tres meses desde que Hibari se había recuperado, las cosas estaban yendo bien para la nueva pareja; aunque para todos seguía siendo un secreto su relación, podían convivir normalmente a solas. Kyoko se deprimió al ser rechazada por Tsuna y no quiso salir de casa por un buen tiempo haciendo que Ryohei, enojado por ver así a su hermana, fuera a la casa de Sawada a golpearlo. Hibari, al enterarse de aquello, se enojó lo suficiente para tener un duelo con el boxeador convirtiendo la pelea en un espectáculo en la escuela.
Reborn, al enterarse de todos los problemas que había, propuso salir de la ciudad con la finalidad de ir únicamente a las aguas termales para tomar un descanso de todo el estrés; todos accedieron fácilmente ante la idea del tutor.

Como dicho lugar no contaba con habitaciones grandes, la familia Vongola de la décima generación tenía que separarse en pequeños grupos; claro, Reborn aprovechó aquello para organizar los grupos como él quería.
—El viaje es para descansar y divertirse, pueden hacer lo que quieran excepto pelearse — Reborn empezó a hablar atrayendo la atención de todos—. A las siete nos reuniremos todos aquí e iremos a cenar; hasta entonces.
Todos, excepto Hibari, asistieron alegres y corrieron a sus habitaciones para poder descansar después de tantas horas de viaje; no hacía falta mencionar quien era el compañero de habitación de Sawada ya que era más que predecible. El tutor seguía pensando que Kyoya aún no decía lo que sentía por lo que no se le hizo mala idea poner a los dos jóvenes juntos.

Hibari con la maleta que Tsuna había olvidado en su casa la vez que tuvo que cuidarlo en mano (al parecer, lo que se quedaba en su casa se convertía en su pertenencia) entró a la habitación junto con el castaño y caminó para explorar el lugar; era algo pequeño, pero a ninguno de los dos les molestaba aquel detalle.
—Hibari-san — Tsuna dejó su nueva maleta sobre una mesa, la abrió y empezó a buscar lo que se pondría.
— ¿Hm? — Kyoya abrió las ventanas para dejar que el aire entrara y deslizó una puerta para entrar a lo que parecía ser un armario vacío.
—No sé como decirlo... — El castaño sacó el yukata que se pondría y, pocos segundos después de esto, empezó a quitarse la ropa para luego ponerse aquella prenda—. Creo que me siento feliz por estar aquí contigo.
— ¿Crees? — Repitió el guardián de la nube, hizo lo mismo que él joven Vongola y salió del lugar en el que se encontraba dejándose ver luciendo su yukata.
— ¡¡Wooaa!! ¡¡Te ves bastante genial!! — Los ojos de Tsuna empezaron a brillar cuando vio al azabache, un rubor apareció en sus mejillas y decidió sentarse un rato.
—Hm — Kyoya desvió la mirada y se sentó en la otra silla, que se ubicaba enfrente del décimo Vongola—. También se te ve bien, herbívoro.
— ¡G-Gracias!
—Herbívoro.
— ¿Pasa algo?
— ¿El bebé aún no sabe de lo nuestro?
— ¿R-Reborn? N-No...
—Ya veo... — Hibari se levantó y caminó hacia la puerta principal para después deslizarla—. ¿Nos vamos ya?
— ¡Claro! — Tsuna se levantó con un salto y, emocionado, caminó en compañía del demonio de Namimori.

La mayoría de los chicos ya habían entrado al agua caliente, parecían estar distraídos ideando un plan que no notaron la presencia del azabache junto con el castaño quienes, ignorando los murmuros del grupo, se metieron al agua decididos en relajarse.
—Hibari-san, voy a ver que es lo que se traen entre manos.
—Hm — Hibari se fue lo más lejos que pudo, se sentó y buscó una posición cómoda para estar; lo único que quería en ese entonces era tomar un descanso bien merecido.
—Eh, chicos — Tsuna se acercó a sus amigos.
— ¡¡Ah, Juudaimei!! — Gokudera se volteó rápidamente tras escuchas la voz del joven Vongola e hizo una sonrisa nerviosa—. ¿Está disfrutando el agua?
—Yo, Tsuna — Yamamoto sonrió inocentemente y caminó un poco para quedar a un lado del décimo.
— ¡Sawada, nos asustaste al extremo!
— ¡Wuajajaja! ¡Lambo-san no dirá nada!
—Dame-Tsuna, no hagan escándalo — Reborn salió al encuentro de la pequeña multitud y se sentó para descansar—. ¿Sabes que día es hoy, Tsuna?
— ¿Eh? ¿Sábado?
—Jajaja, Tsuna... No bromees...
— ¡Vamos, Juudaimei, piense un poco!
—Tsuna-nii está rankeado en el sexto puesto como la persona que más olvida fechas importantes.
— ¡Por eso te va extremadamente mal!
— ¡Wuajajaja! ¡Tsuna olvidó el cumpleaños del...!
—Cállate — Reborn le propinó un fuerte golpe al infante vestido de vaca con tanta fuerza que lo sacó volando.
— ¿Eh? ¿Cumpleaños?
— ¿No lo sabes?
— ¿Ese bastardo no le ha dicho?
—Aún así no es motivo suficiente... — Comentó Ryohei no tan animado como normalmente lo está.
—Tsuna-nii, hoy es cinco de mayo.
—En otras palabras — añadió Reborn algo serio—, el cumpleaños de Hibari.
— ¿Q...? ¡¿Por qué nadie me lo dijo an...?!
El sonido de la bazooka accionándose interrumpió al castaño, todos caminaron hasta encontrarse la nube rosa desapareciendo y todos, a excepción de Reborn, se permitieron hacer un sonido de asombro.
—Vaya, vaya, buenas noches, joven Vongola  — Lambo adulto se levantó y fue a sentarse a la orilla dejando únicamente los pies adentro del agua.
— ¿Hm? — Hibari adulto no quiso levantarse de donde se encontraba para que el agua le cubriera hasta la cintura y dejó escapar un suspiro con pesadez después de haber visto a los jóvenes.
— ¡H-Hibari adulto! — El castaño se acercó, con lentitud, al guardián de la nube y observó sus ojos grisáceos; aún, después de 10 años, seguían siendo un arma mortal para su corazón.
—Qué mal... ¿Qué se supone que vamos a hacer ahora? — Cuestionó Yamamoto.
—Hay que hacer otro plan, síganme — Reborn caminó para alejarse de la pareja siendo seguido de todos los demás.
—Tsuna — Kyoya sujetó el brazo del castaño, lo jaló hacia él, ocasionando que éste quedara a algunos cuantos centímetros lejos del otro, y lo tomó de la barbilla suavemente—. ¿Por qué estoy aquí?
—E-Eh... S-Supongo que Lambo uso la bazooka de 10 años... otra vez — Sawada estaba nervioso, sus mejillas empezaron a colorarse e intentó alejarse un poco del azabache—. ¿Estás bien, Hibari-san?
—Hm — Hibari soltó al contrario, dejó escapar un suspiro e hizo una sonrisa ladina—. Así que era eso.
— ¡¿Eh?! ¡¿Me usaste para sacar información?!
—Hm.
—No has cambiado nada en diez años.
—Hm.
— ¿Solamente dirás eso?
—Hm.
—Ah... Ya habíamos hablado de esto antes.
—Recordé lo molesto que te pones cuando hacía eso — contestó el azabache en modo de defensa—, sólo quería aprovechar.
— ... — El castaño puso los ojos en blanco y caminó para alejarse del carnívoro—. ¿Vas a salir ya?
—Me gustaría, pero... — El demonio de Namimori no parecía tener intención alguna de levantarse, desvío su mirada a la multitud que lo veía ocasionalmente y dejó escapar un suspiro—. Estoy desnudo.
— ¡¿Q-Qué?! ¡¿Y tu toalla?!
—Quizás en el futuro.
—A-Ah...
— ¿Quieres que salga así?
— ¡¿Qué?!
—No veo que te muevas.
— ¡Ya voy! — El joven Vongola se fue corriendo para tomar una toalla extra y, con la misma velocidad que antes, volvió con el adulto para entregarle dicho objeto—. Toma.
—Hm — el azabache tomó la toalla, se la amarró alrededor de su cintura y se levantó sin dificultad alguna para después empezar a caminar—. Ya recuerdo.
— ¿Recuerdas? — Repitió un Tsuna confundido, se adelantó algunos cuantos centímetros al carnívoro y se puso de nuevo el yukata que llevaba.
—Sí — Kyoya tomó el yukata que supuso que era de él, lo extendió en el aire y, tras ver el tamaño, se lo colgó en el hombro—. Hm.

—Siento no tener ropa que te quede — se disculpó el décimo Vongola después de haber pasado media hora buscando entre sus cosas.
—Hm... Tendré que quedarme aquí hasta que el efecto de la bazooka pase — Kyoya se sentó en una de las sillas y cerró los ojos para poder pensar un rato.
—Hibari-san.
— ¿Hm?
— ¿Qué fue lo que recordaste?
—Que olvidaste mi cumpleaños.
— ¡¿Eh?! ¡L-Lo siento mucho! Pero tú nunca me lo dijiste.
—Lo sé, te enojaste por eso.
—Uh...
—Pero aún así fue un buen cumpleaños.
— ¿Ah? ¿Por qué?
Los ojos del azabache se abrieron y, como un Halcón que encuentra la oportunidad perfecta para atacar a su presa, mandó su mirada al menor.
—Fue nuestra primera vez que... — Hibari adulto fue rodeado por una nube rosa indicando que volvió a su línea del tiempo.
— ¿Eh? — Tsuna estaba tan ruborizado que bien podría decirse que estaba a punto de estallar, retrocedió algunos cuantos pasos hasta que su espalda tocara la puerta cerrada y puso los ojos en blanco; ¡debía ser una confusión, pero tenía sentido!
Como Sawada no le iba a dar nada por su cumpleaños, lo más seguro era que el carnívoro pidiera algo para "perdonarlo".
—Herbívoro... — Kyoya recorrió el lugar con la mirada, tomó de la mesa su yukata y decidió ponérselo para dejar la toalla sobre la silla—. ¿Te hizo algo el yo del futuro?
—N-No... — Sawada no podía ver a Kyoya al rostro, estaba tan avergonzado que esto le impedía levantar la mirada, caminó de lado sin dejar de darle el frente al azabache e intentó abrir la puerta.
—Dices algo, pero tu actitud dice otra cosa — el líder del comité caminó de manera amenazadora hacia el contrario y colocó su mano en la puerta, al lado de la cabeza de Tsuna, como si lo estuviese acorralando, mientras con la otra lo sujetaba de la barbilla y obligaba a que lo viera—. ¿Sucedió algo?
—Y-Ya te dije que no...
— ¡Venga chicos, ustedes dos son los únicos que faltan! — Era la voz de Yamamoto, se encontraba cerca.
La puerta se abrió ocasionando que el azabache cayera afuera de la habitación con el castaño debajo de él; debido a la caída, el yukata de Tsuna se recorrió lo suficiente para dejar la mitad de su pecho desnudo mientras que Hibari había caído de manera que cualquiera, con los conocimientos básicos del tema, que los viera malinterpretaría la situación.
— ¡Está atacando a Tsuna-nii, hay que ayudarlo! — Fuuta estaba preocupado por el castaño, tironeó la camisa de Gokudera y señaló a la pareja.
— ¡No veas, Fuuta! — Gokudera reaccionó algo tarde, cubrió los ojos del infante rubio y, con un gran rubor en sus mejillas, se alejó un poco junto con Fuuta—. J-Juudaimei... N-No sabía que era de esas personas.
— ¿Ese era tu regalo te cumpleaños, Tsuna? — Yamamoto intentó mantener su sonrisa habitual y, al igual que Hayato, retrocedió un poco—. Le diremos a Reborn que te duele el estómago.
— ¡¿Ah?! ¡N-No! — Tsuna logró ponerse de pie, ayudó rápidamente al azabache a que hiciera lo mismo y se acercó muy poco a sus amigos—. ¡N-No es lo que parece!

Al caer la noche Tsuna dejó un plato con una rebanada de pastel a un lado de Hibari quien, sentado afuera de la habitación, se estaba acomodando el yukata para que éste dejara de deslizarse por su cuerpo.
—Perdón por no poder darte un regalo — Sawada se sentó a un lado de éste, le entregó un tenedor y esbozó una pequeña sonrisa—. Pero también fue tu culpa por no haberme dicho antes.
—Hm — Kyoya tomó un pedazo del postre con el tenedor y se lo acercó a Tsuna para que éste comiera—. No me gusta celebrarlo.
—Eh... Qué aburrido — el castaño hizo un puchero algo molesto y dejó escapar un suspiro—. El pastel es para ti, Hibari-san.
—Hm — el azabache comió un pedazo del postre, cortó otro con el tenedor y, como lo había hecho antes, se lo acercó al joven Vongola—. Es mucho para mí.
—Eh... Bueno... Gracias — Tsuna, avergonzado, desvió la mirada y comía sumisamente los pequeños trozos de pastel que su pareja le daba.
—Herbívoro — Kyoya dejó el tenedor sobre el plato vacío, se volteó levemente para poder ver el cielo estrellado y, rodeando al joven castaño con uno de sus brazos, lo acercó.
— ¿Pasa algo? — Sawada recargó su cabeza en el hombro del carnívoro y subió un poco la mirada para poder ver el rostro de Hibari.
—Es nuestra primera vez que vemos las estrellas juntos — el azabache esbozó una sonrisa de felicidad y continuó observando los cuerpos celestes que parecían estar suspendidos en el cielo.
El corazón del castaño dio un vuelco; eran contadas las veces que Hibari sonreía como si nada, pero cada vez que lo hacía lograba enamorar aún más a Tsuna ocasionando que en éste empezara a desarrollar un sentimiento por proteger la sonrisa de su pareja.
—Kyoya... — El joven castaño, atrayendo la atención del contrario, cerró los ojos y, con lentitud, se acercó al rostro de éste con la intención de besarlo.
Hibari tomó la barbilla de Tsuna para acercarse él también, pero, cuando faltaban milímetros para cometer aquel acto típico de las parejas, una bala que pasó rozando los cabellos del azabache provocaron que ambos se separaran rápidamente.
—Dame-Tsuna — el responsable de aquella bala salió de entre los arbustos y, con un aura asesina rodeándolo, se acercó a la pareja sin dejar de apuntarlos con la pistola—. ¿Tienes algo que decir?
— ¡HIIIIII, R-Reborn! — Sawada empezó a temblar del miedo, retrocedió para alejarse lo más que podía de su tutor y alternaba la mirada entre los dos azabaches—. E-Esto... Yo... Eh... Hibari-san y yo somos... pareja... desde... F-Febrero...
—Hm.
— ¿Cuándo tenías planeado decirme? — Reborn saltó hacia el castaño para quedar sobre su pecho y dejó su pistola peligrosamente cerca de la frente de su alumno.
—Y-Yo... E-Eh... ¿L-Lo siento?
—Hm.
—Error — León dejó su forma de pistola para convertirse en un martillo con el cual Reborn golpeó a Tsuna ocasionando que éste se quedará dormido—. Mañana no los quiero ver juntos.
—Hm.

Y así, para la mala suerte de Tsuna, fue como el tutor sádico y sobre protector empezó a entrometerse en su relación con Hibari.

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Ahora sí...
Puede que nos veamos en otro proyecto, no lo sé...

Espero que les haya gustado 😍❤
Muchas gracias!! ❤
Ciao-ciao!! ✨❤

P.d. estoy pensando en escribir una nueva historia [?] No tanto de Hibari y Tsuna, ellos sí son pareja... pero [?] digamos que no es la canon de la historia... si les interesa pasen de vez en cuando a mi perfil, quizás la suba ^^

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