Capítulo 6: Almuerzo.

Unos minutos después, América y Kate estaban sentadas en la cafetería del Complejo comiendo pizza por sugerencia de América. Kate observaba sorprendida como la chica frente a ella podía echarse dos rebanadas al mismo tiempo.

-Te gusta mucho la pizza, ¿verdad?-dijo Kate.

-Es la mejor comida del mundo-dijo América con la boca llena.

-Me recuerdas a mi perro, Lucky-dijo Kate-. A él también le gusta mucho la pizza.

-¿Cómo te atreves a comparar a alguien tan genial como yo con un simple puchini?-protestó América.

-Él también es bastante genial aunque no lo parezca, te encantará cuando lo conozcas-dijo Kate.

-¿Dónde está ahora?-preguntó América.

-Está en Nueva York, lo dejé al cuidado de Jack antes de mudarme acá.

-¿Quien es Jack?

-Podría decirse que es mi padrastro-dijo Kate-. Era el prometido de mi madre antes de la última Navidad, aunque ahora es más como mi tío quedado.

-¿Extrañas a Jackie?-bromeó América.

-Mucho-dijo Kate fingiendo una cara de pena.

Ambas se rieron por la pésima actuación de Kate.

-Hablamos por teléfono a diario, estamos bien-dijo Kate.

-Oye, sobre lo que hablamos hace rato, hay algo que quiero saber-dijo América.

-Dispara.

-Bang-dijo América haciendo una pistola con los dedos.

-Ouch-Kate se volvió a reír y fingió estar herida-. Me refiero a que preguntes.

-Dijiste que en tu antigua escuela conociste muchas parejas homosexuales-dijo América-. Me preguntaba si tú fuiste parte de alguna de ellas.

Kate, que estaba tomando un poco de refresco, casi se atraganta con la bebida al escuchar esa pregunta.

-¿Q-Qué te hace pensar eso?

-Pues, no sé-dijo América-. Creo que le dicen gaydar, la capacidad intuitiva de las personas de percibir la orientación sexual de las personas.

-Guau, es la primera vez que escucho sobre eso-dijo Kate.

-Leí al respecto cuando recién descubrí mi propia orientación-dijo América-. En privado, obviamente.

-Lees mucho también, ¿verdad?-dijo Kate-. A primera vista no te ves como la niña nerd del salón.

-¿Cómo me veo?-preguntó América-. ¿Rebelde, extrovertida, que no sigue las reglas en ningún lado y golpea a todo el que considera un idiota?

-Lo dijiste tú, no yo-dijo Kate.

Ambas volvieron a reír.

-Muy buena, pero no te vas a escapar de mi pregunta, Kate Bishop-dijo América-. Entonces, ¿alguna vez te han gustado los chicos... o las chicas?

América arqueó las cejas.

-No me dejarás en paz hasta que te responda, ¿verdad?-dijo Kate.

-Si que sabes leer a las personas-dijo América sonriendo.

-Aprendí de Clint-dijo Kate.

-¿Entonces...?

Kate se sonrojó bastante por esa pregunta. Si era 100% honesta...

-Un poco de ambos-dijo en voz baja, totalmente inaudible.

-¿Cómo?-preguntó América acercándose.

-Ya lo dije, si no escuchaste ni modo-dijo Kate.

-No es justo, no escuché la respuesta-dijo América acercándose cada vez más-. Repítelo.

-No lo haré-dijo Kate.

-Sí lo harás.

-¿Cómo pretendes obligarme? ¿Empujándome por uno de tus portales? Porque no te creo capaz

-No, pero tengo otros métodos-dijo América moviendo sus dedos-. Este lo usaba con mi hermanita Donna para que dejara mis cosas en paz...

-¿Qué?

Y antes de que Kate pudiera detenerla, América empezó a lanzarle un ataque de cosquillas. 

-¡Detente!-decía Kate entre risas mientras trataba de apartarla-. ¡Dios, cualquiera podría entrar y vernos!

-¡Entonces, confiesa!-dijo América sin cesar su ataque-. ¡Confiesa o te irá peor!

-¡Nunca!

-Si tú lo dices...

Los dedos de América siguieron haciéndole cosquillas a la joven arquera entre las costillas. Incapaz de soportarlo más, Kate con respiración agitada, se rindió.

-Dije...-dijo tratando de recuperar el aliento-... que un poco... de ambos...

-Oh, guau-dijo América-. Entonces, ¿bisexual?

-Creo-confesó Kate avergonzada-. Es decir, desde los doce entendí que me gustaban los chicos. Fue a los quince cuando entendí que también me gustaban las chicas.

Kate se ocultó el rostro, totalmente rojo, entre las manos.

-Hey, tú misma lo dijiste hace rato-dijo América-. No hay nada de qué avergonzarse para personas como nosotras. 

-Sí-dijo Kate separando lentamente las manos de su rostro-. Creo que es más fácil dar consejos que seguirlos.

-La mayoría de las veces-dijo América-. Pero esto es diferente. Porque esta parte de nosotras, esta pequeña parte, es demasiado personal. Por eso casi no la compartimos con nadie más.

-Supongo.

-¿Jack lo sabe?-preguntó América-. ¿O Clint?

-Nadie-dijo Kate-. Soy como tú, no le dije a nadie de mi "secreto". Aunque no me avergüenza tanto, es simplemente que no había nadie a quién contárselo.

-¿Por qué?-preguntó América.

-Bueno, antes de la última Navidad Jack y yo no éramos tan cercanos-dijo Kate-. Y mi madre y yo éramos unidas, pero no tanto. Ahora que lo pienso, creo que ya estábamos desconectadas desde antes de que fuera a la cárcel.

Kate se tapó la boca luego de soltar esas últimas palabras.

-¿Tu mamá está en la cárcel?-preguntó América con curiosidad.

-Eso no... no quiero hablar de eso-dijo Kate desviando la mirada.

Naturalmente, América quería hablar de eso, pero al ver a Kate tan incómoda con el tema, y comprendiendo que era algo muy personal, decidió no insistir.

-Bueno, no hablaremos de eso entonces-dijo América-. Pero me parece que una parte de ti sí quiere hablarlo. Así que si sientes la necesidad de contárselo a alguien, quiero que sepas que soy muy buena interlocutora.

Kate sonrió.

-Gracias, América-dijo y señaló el cuaderno de dibujo-. Si te interesa, pudo darte algunos consejos para mejorar tus dibujos.

-¿Estudiaste pintura o algo así?-preguntó América.

-Jeje, no, mis calificaciones en todas las materias que no fueran deportes eran terribles-confesó Kate-. Pero tengo muy buenas ideas y tú las puedas plasmar, haríamos buen equipo.

-¿Un club de arte entre nosotras dos? Me parece genial-dijo América.

-A mí también-dijo Kate sonriendo-. A mí también.

Nueva York.

-En respuesta a la retirada de la policía de Hell's Kitchen, que se sospecha es resultado del más reciente ataque contra el Departamento de Policía de Nueva York, la comisionada Watanabe declaró: "Si para evitar la muerte de policías y civiles inocentes es necesario que mis hombres se retiren de Hell's Kitchen, así se hará. Pero nuestro compromiso con la justicia permanece intacto, y vamos a levantarnos de esta derrota". En otras noticias, el empresario Jack Duquesne anunció esta tarde su postulación para la alcaldía de la ciudad, prometiendo hacer todo lo que esté a su disposición para restablecer el orden en las calles y terminar con la escalada de violencia en la ciudad...

En una bodega abandonada, un corpulento y enorme hombre veía esta transmisión de noticias hasta escuchar que su viejo rival empresarial se postularía para alcalde, momento en el que apagó el televisor. De entre las sombras, la mujer de la máscara de oro salió a encontrarse con su jefe, Wilson Fisk.

-Maravilloso trabajo el que tú y tu jefa hicieron con la policía-dijo Fisk.

-He conocido a Yuri desde hace mucho tiempo, es terca como una mula-dijo la mujer-. Pero cuando hay vidas inocentes en riesgo, es mansa como una oveja.

-Bien, Hell's Kitchen ha sido sólo el principio de nuestro plan-dijo Fisk-. Ahora que tenemos el control del barrio, nuestra operación puede comenzar.

-Con el debido respeto, ¿no cree que los Vengadores puedan ser un problema?-cuestionó la mujer-. Ahora que están de vuelta en la sociedad, si se enteran de su plan, se vendría abajo todo.

-Es cierto, es cierto...-meditó Fisk-. Pero tengo entendido que tu jefa tiene los recursos para encargarse de que esos payasos con disfraces de noche de brujas no intervengan en nuestros asuntos.

-Es correcto.

-Llámala, y pídele de mi parte que se encargue-dijo Fisk-. Recuérdale que fui yo quien le dio acceso a la ciudad, mi ciudad, y si no cumple con su parte nuestra sociedad termina.

-Se lo diré, señor Fisk-dijo la mujer-. Pero antes, ¿aún recuerda ese favor que le pedí?

Fisk sonrió con maldad.

-Sí, lo recuerdo-dijo-. Y créeme, tengo muchas razones para no olvidarlo.

-¿Entonces?

-Tengo muchos contactos en la isla Ryker-dijo Fisk-. En unos cuantos días más, Eleanor Bishop no será más que un cuento precautorio sobre lo que pasa cuando te atreves a desafiar al Kingpin. Y su hija es toda tuya, como te lo prometí.

La mujer asintió y empezó a irse.

-¿Por qué tanto interés en las mujeres Bishop?-preguntó Fisk a lo que la mujer detuvo su andar.

-Sólo digamos... que son unas viejas amigas mías. 

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