Capítulo 13: INFINITY WAR (Parte 7).

Wakanda.

-¿Adónde fueron?-preguntó Steve-. Strange, adónde fueron.

Ante las miradas confundidas de los héroes, Ancestral volteó a verlos.

-Ya se los dije-explicó-. Sólo en uno ganamos. 

Al escuchar eso, los héroes entendieron que muy probablemente América era la única que podía salvarlos o condenarlos, dependiendo del resultado de la pelea.

-Hay que encontrarla y ayudarla-dijo Stephen-. Sea o no ella quien debe derrotar a Thanos, no quiere decir que no podamos ayudarla.

Volteó a ver a Ancestral.

-¿Cierto?

-Si les digo lo que debe pasar, ya no va a pasar-dijo Ancestral-. Así que la verdadera pregunta es, ¿qué te dice tu corazón?

Stephen meditó esas palabras por un momento.

-Vamos por nuestra hija-dijo finalmente.

-Andando-dijo Christine.

-¿Y cómo la encontraremos?-preguntó Tony-. Por lo que vi, esa niña puede ir adónde sea, tal vez ya estén fuera de la Vía Láctea.

-Entonces esperemos que sigan en la Tierra-dijo Christine-. Porque si es así, sé cómo podemos hallarlos.

Nueva York.

América y Thanos libraban una batalla de proporciones nunca antes vista. Con la Gema del Poder, América ahora era capaz de golpear con mucha más fuerza que antes y hasta era capaz de hacer retroceder al Titán varios metros, lo cual teniendo en cuenta que pocos habían logrado tal hazaña antes no era decir poco. Aún así, Thanos no estaba dispuesto a rendirse. Ya había llegado muy lejos. No iba a rendirse ante nada ni nadie, mucho menos una niña. De un golpe, el Titán finalmente fue capaz de lanzarla por el aire, haciendo que América se estrellara contra el parabrisas de un auto y provocando los gritos de sus ocupantes.

-¡Disculpen, disculpen!-exclamó América-. Perdón por la molestia, ¿pero podría detener el auto por favor? Gracias.

El auto se detuvo, permitiendo que América se reincorporara.

-Bueno-dijo sobándose la espalda-. Ese sí me va a doler mañana.

Thanos reapareció frente a ella. De pronto, varios vehículos de la policía y Control de Daños los rodearon. Por su parte, Yuri se acercó a Cleary.

-Cleary que te quede claro, no más muertes innecesarias en mi ciudad-dijo firmemente-. Neutralizamos a los objetivos sin fuerza letal. Es. Todo.

-Olvídalo, Yuri-dijo Cleary-. Tengo órdenes de muy arriba de eliminarlos a ambos. Aleja a tus hombres y deja que yo me encargue, a menos que quieras ser procesada por obstrucción.

Cleary se alejó sin esperar respuesta, dejando a una muy enojada Yuri en medio de la calle. A ese paso, cuando Control de Daños lograra su objetivo ni siquiera la Estatua de la Libertad quedaría en pie.

Mientras, América y Thanos seguían peleando. Por increíble que sonara, el Titán por fin se estaba cansando. América estaba todavía más exhausta. Los dos estaban heridos. Realmente, la pelea se había convertido en un enfrentamiento de voluntades. Dependiendo de quien tuviera más deseos por ganar, la mitad del universo desaparecería o no.

-Señora-dijo América a la conductora del vehículo contra el que había chocado-, ¿me permite su auto?

-Bueno, pero la palanca de freno se atora.

-Oh, créame-dijo América sujetando el vehículo-, ese no va a ser problema.

Arrojó el vehículo contra Thanos antes de propinarle otro golpe que hizo retroceder al Titán. Los ciudadanos y la policía veían como se desarrollaba la escena, no muy seguros de lo que estaba ocurriendo.

-Comisionada Watanabe, tenemos francotiradores apuntando a la niña-dijo uno de los policías-. ¿Tenemos permiso para disparar?

Yuri sólo observaba lo que ocurría. Había algo que le decía que esa niña no era una enemiga, que aquello estaba mal.

-¿Señora?

-No-dijo finalmente-. Alguien podría salir herido, mantengan sus posiciones.

-Sí, señora.

Stacy la miró sorprendido.

-¿Tomaste una decisión, entonces?

-Si Control de Daños quiere jugar a la guerra, mi departamento no va a ser parte de eso-dijo Yuri-. Y no voy a dejar que conviertan esta ciudad en la nueva Afganistán. Sígueme, necesito que me ayudes con algo.

Por su parte, los héroes finalmente habían llegado a Nueva York a través de un portal hecho por Ancestral. Gracias al hechizo localizador que Ancestral y Wong habían usado antes para encontrar a Wanda, habían encontrado a América. Y justo a tiempo, ya que la ciudad no parecía que fuera a resistir mucho más aquella batalla.

-¡Ahí están!-exclamó Stephen-. Resiste, niña, ya vamos.

Ambos combatientes estaban ya en sus últimas, pero el Titán Loco era más necio. Incluso con América en poder de una de las gemas, Thanos fue capaz de arrojarla varias manzanas lejos. Aún adolorida, América tampoco se iba a dar por vencida, ella también podía ser muy testaruda.

-Esto sólo va a terminar de una forma, niña-dijo Thanos-. No importa lo que hagas, esa gema será mía.

-No lo será-dijo América-. Y después de hoy, ya no vas a aterrorizar a mi mundo, ni a ningún otro.

-¿Aterrorizar? ¿Eso es lo que crees de mí?-dijo Thanos-. ¿Quieres saber lo que es realmente aterrador?

Usando la Gema de la Realidad, Thanos hizo una proyección de un mundo diferente a la Tierra, que parecía más avanzado.

-¿Sabes lo que es esto?

-No sé, ¿tu hogar?-dijo América.

-Lo fue, y era muy hermoso-dijo Thanos-. Titán era su nombre, y era como muchos otros planetas. Demasiadas bocas que alimentar, pocos recursos. Y al enfrentar la extinción, les ofrecí una solución.

-Genocidio.

-Pero al azar, imparcial, justo para ricos y pobres por igual. Dijeron que me había vuelto loco. Y lo que predije...

Mostró una nueva proyección de Titán, esta vez como un planeta desértico y en ruinas.

-Pasó.

-¿Entonces qué? ¿Tu plan es matar a millones de personas en todo el universo para erradicar el hambre y la pobreza?-dijo América-. Estás más loco de lo que pensé.

¿Y cuál es tu plan, entonces?-dijo Thanos-. De todos los mundos que existen, la Tierra es uno de los más caóticos y violentos. 

-¿Y vas a matar a la mitad de este mundo sólo para darnos una lección?

-Con las seis gemas, sólo tengo que tronar los dedos para que la mitad de la vida muera y la otra mitad tenga la oportunidad de prosperar-dijo Thanos-. Tú, en cambio, pretendes jugar a que eres una especie de heroína para esta gente, que puedes arreglar sus problemas, ser su modelo a seguir. Nunca te escucharán, ni a ti ni a tus amigos. No importa cuanto se esfuercen, al final, fracasarán. Al final, este mundo, morirá.

Todos los civiles escuchaban aquel debate filosófico, intrigados ahora por cuál iba a ser la respuesta de aquella misteriosa chica.

-Tal vez-dijo América-. Pero aún así creo, debo creer, que todavía tenemos esperanza, que aún hay bondad en cada uno de nosotros, y que vale la pena luchar por los demás. Porque el día que dejemos de creer en eso, el día que perdamos la esperanza, nos volveremos iguales a ti. Y yo nunca me volveré como tú. No importa qué. Nunca, dejaré de pelear.

-Que así sea.

Reiniciaron la pelea. América siguió lanzando golpes al cuerpo del Titán mientras éste usaba las gemas que tenía para confundir y atacar a la chica, quien apenas resistía gracias a la Gema del Poder en su bolsillo. Pero a la menor distracción, el Titán se la quitaría. Y como en realidad no tenía ningún plan, América sólo pensaba en resistir cuanto pudiera para evitar que Thanos recuperara la gema. Sólo un poco más.

Finalmente, Thanos usó la Gema del Espacio para teletransportarse en el momento en que América iba a darle otro golpe al rostro y después reapareció detrás de ella para arrojarla contra el asfalto, listo para quitarle la gema.

-Me cansé de juegos, niña-dijo Thanos, sangrando y malherido, pero con fuerza suficiente para seguir-. No creíste que esto acabaría de otra forma, ¿o sí? 

América miró detrás de él. Sonrió.

-Y ahora-dijo Thanos quitándole la Gema del Poder-, morirás aquí, sola.

-No...-dijo América dedicándole una mirada burlona a Thanos-. No estoy sola.

Entonces, la Stormbreaker cortó la mano del Titán con las gemas y luego, Carol lo tomó del cuello por la espalda para arrojarlo por la calle. Furioso, Thanos se levantó, pero fue retenido por Carol y luego por Hulk, cada uno sujetándolo de un brazo, permitiendo que los demás héroes lo atacaran una y otra vez hasta dejarlo casi muerto. Drax se le acercó con sus cuchillos en alto.

-Por Ovette-dijo el Destructor atravesando a Thanos con los cuchillos-. Y por Camaria.

Le sacó las cuchillas, dejándolo caer ante él.

Todo había terminado. Thanos estaba a segundos de morir, los Vengadores tenían en su poder las gemas. Ellos habían vuelto a ganar.

-Se acabó-dijo Stephen, sonriendo un poco.

Sin embargo, Ancestral no estaba tan optimista. Sabía que todavía no se acababa. Sabía que realmente así no debían de haber acabado las cosas, lo que tuvo que haber pasado de no haber sido por la intervención de América desde el principio. Y también sabía que cuando una tragedia se evitaba, el destino la reemplazaba con otra. Con las pocas fuerzas que le quedaban, Thanos activó algo en su muñeca.

-Ustedes pierden...-dijo antes de morir.

Arriba, en la atmósfera, la nave de Thanos se activó y se dirigió a la Tierra a toda velocidad.

-¿V.I.E.R.N.E.S.?

-La nave tiene un diámetro de 20 mil kilómetros y se acerca a una velocidad de 10 mil kilómetros por hora. A esa velocidad, va a partir el planeta a la mitad.

-Hay que detenerla antes de que eso pase-dijo Wanda.

Carol y América, quien se veía cansada pero decidida, compartieron una mirada de complicidad.

-¿Lista, América?

-Eso espero-dijo América-. Acabemos ya con esto.

Ambas salieron disparadas hacia la atmósfera, mientras la gente se quedaba observando. Se acercaban rápidamente a la nave, y mientras lo hacían América pensó una última vez en su familia adoptiva.

-Pase lo que pase-pensó sonriendo-, espero que sepan que los amo.

Ambas heroínas se estrellaron contra el motor de la nave, destruyéndola pero liberando un extraño gas en la atmósfera que se dispersó por el cielo. Aún así, la gente estalló en vítores y aplausos al ver la hazaña hecha por las dos mujeres. Entonces, vieron algo cayendo del cielo a toda velocidad y estrellándose en Central Park. Rápidamente todos fueron hacia allá, encontrándose con una América inconsciente y cuyas ropas estaban prácticamente calcinadas como resultado de la batalla y el reingreso al planeta. Todos la rodearon, siendo Stephen y Christine los primeros en llegar.

-¿Está...?

Christine fue incapaz de terminar la pregunta, mirando asustada a América.

-Desmayada-dijo Stephen aliviado luego de tomarle el pulso-. Tenemos una hija fuerte, Christine, una hija muy fuerte.

La castaña suspiró aliviada y entre los dos recogieron a América. En ese momento, más patrullas y miembros de Control de Daños, acompañados por el mismo secretario Ross, aparecieron.

Los civiles comentaban lo que había ocurrido y lo hecho por América.

-Esa niña nos salvó-dijo una mujer.

-¿Por qué?-preguntó un joven.

-Porque esa niña tiene más humanidad que cualquiera de nosotros-dijo Tony habiendo escuchado esa pregunta-. Es una verdadera heroína.

Los agentes de Control de Daños liderados por Cleary y Ross se acercaron.

-Apártense, esa niña es peligrosa y está bajo arresto-dijo Cleary, pero ningún civil se movió-. ¡Dije apártense!

-¡Oficiales!-Yuri y Stacy también llegaron y se plantaron frente a Cleary, Ross y sus hombres-. ¡Asuman posiciones y quédense donde están!

Todos los policías presentes obedecieron y le plantaron cara a Control de Daños, incluyendo a Ross y Cleary.

-¡Esto es ridículo!-dijo Ross-. ¡Esa niña es la amenaza, no nosotros!

-Señor secretario-dijo Yuri mostrando un folder-. Estos son documentos que demuestran que Control de Daños ha operado durante casi una década como una policía militar dentro y fuera de territorio estadounidense, suprimiendo libertades civiles y haciendo uso de fuerza letal excesiva totalmente innecesaria. En este momento, mientras hablamos, los federales ya están recibiendo la información, no deben tardar en llegar.

Ross y Cleary se quedaron fríos al escuchar eso.

-También tenemos evidencia audiovisual de que Control de Daños inició el conflicto días atrás donde una de sus unidades aéreas casi provoca una tragedia y esta niña sólo salvó vidas-dijo Stacy-. Me parece, caballeros, que el caso contra esta niña se desmorona a cada segundo que pasa, igual que su organización.

Sin otra alternativa, Cleary y Ross junto a los demás agentes de Control de Daños soltaron las armas y levantaron las manos. En ese momento, varios vehículos del FBI empezaban a llegar. De ellos bajaron varias decenas de agentes liderados por el agente Jimmy Woo.

-Thaddeus Ross, Peter Cleary-dijo Woo-. Quedan bajo arresto por ser sospechosos de obstrucción a la justicia, conspiración, daño a la propiedad privada y homicidio involuntario.

Mientras los derechos de los acusados eran dictados, la gente nuevamente empezó a celebrar mientras Stephen y Christine atravesaban la multitud con América en brazos. En el camino, se toparon con Yuri, deteniéndose en seco.

-¿Qué creen que hacen? Lleven a esa niña a recibir atención médica, ahora-dijo Yuri, a lo que ambos adultos le sonrieron agradecidos y siguieron su camino.

-¿Ya no perseguiremos a la niña voladora, entonces?-preguntó Stacy.

-La verdad, George, no tengo idea de quién o qué sea esa niña-dijo Yuri sacando un cigarrillo-. Lo que sí sé, es que no es nuestra enemiga. 

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