Capítulo 12: INFINITY WAR (Parte 6).

Obsidian estuvo a punto de aplastar a Visión con su martillo, pero en eso Hulk y América aparecieron y se pusieron entre él y el androide.

-¡Ah, no, no lo creo!-dijo América y señaló a Hulk-. No mientras mi nuevo amigo y yo tengamos algo que decir al respecto.

-Niña con poderes tener razón-dijo Hulk gruñendo-. Niña con poderes caerle bien a Hulk.

-Eh... ¿gracias?-dijo América, sorprendida de que Hulk pudiera hablar, aunque pareciera cavernícola. Volvió su atención hacia Obsidian-. Veamos qué puedes hacer.

Ambos comenzaron a pelear contra Obsidian. Incluso con sus fuerzas combinadas, les costaba seguirle el paso al enorme acólito de Thanos. Lo mismo pasaba entre Midnight y los tres hechiceros, quienes resistían a duras penas invocando armas y escudos.

-¡Es demasiado fuerte!-exclamó Christine.

-¡Concéntrense!-dijo Wong-. ¡Recuerden lo que aprendieron!

Lo hacían. Stephen invocó una especie de látigo con el que mantenía a raya a Midnight y Christine usaba escudos de energía para defenderse y atacar, entre que Wong atacaba a Midnight con todo lo que tenía. Pero ni siquiera Wong parecía capaz de darle verdadera batalla a Midnight, quien finalmente lo derribó y lo hirió en un costado con su lanza.

-¡Wong!

Stephen quiso atacar, pero también fue derribado y antes de que Christine interfiriera, Midnight le puso la lanza en el cuello, incapacitándola.

-Pensé que en esta pocilga de planeta, ustedes ofrecerían una buena batalla-dijo Midnight-. Pero tal parece que sólo son más de lo mismo.

Antes de que pudiera ensartarle la lanza, una especie de energía roja la cubrió por completo, elevándola. Christine volteó y vio que Wanda se había unido a la batalla. La pelirroja elevó a Midnight en el aire y dejó que una de las sierras la destrozara, con algo de sangre cayéndoles encima.

-Okey-dijo Christine, exhausta y recostándose en la tierra-. Eso fue complicado, y asqueroso.

-Levántense, tenemos que irnos-dijo Wanda, pero notó que los tres hechiceros estaban agotados-. A menos que quieran tomarse unos minutos.

-Sí...-dijo Stephen jadeando-. Quizás... todo el día...

-Ya somos dos-dijo Wong exhausto.

De vuelta con América y Hulk, Obsidian realmente les estaba complicando las cosas. América no tardó mucho en darse cuenta que el gigante era tan fuerte como Hulk pero sí sabía pelear a diferencia del gigante verde. Ella sólo aprovechaba su velocidad para esquivar sus golpes mientras Hulk seguía golpeando.

-¡HULK APLASTA!

-¡Toma esto!-exclamó América arrojándole un árbol a Obsidian. Éste apenas lo sintió y embistió a Hulk, incapacitándolo por un rato, antes de sujetar a América y azotarla contra el piso.

-¡Agh, ya me cansaste!

Como pudo, América cerró el puño y golpeó el suelo, abriendo un portal hacia el Sol. Tiró a Obsidian a través de él y volvió a tierra.

-¡Adiós!-dijo América antes de cerrar el portal, exhausta. Se recargó contra un árbol y volteó a ver a Hulk-. Oye, grandote, ¿estás bien?

Al recibir como respuesta un gruñido, América lo tomó como un sí y recargó la cabeza en el árbol, recuperando fuerzas.

Tras la caída de sus líderes, las tropas de Thanos fueron rápidamente superadas y empezaron a huir, aunque Carol y Thor destruyeron sus naves mientras los soldados acababan con las tropas que quedaban en tierra.

-¿Ya ganamos?-dijo Tony-. No fue tan difícil.

Sin embargo, había algo raro en el ambiente. Incluso con la batalla concluida, todos sentían que algo no estaba bien.

-No creo que sea tan fácil-dijo Rhodes.

Por su parte, Wanda junto a Wong, Stephen y Christine. Estos dos últimos pudieron recordar cómo se respiraba cuando vieron que América estaba bien, cansada pero bien. Wanda fue hacia Visión.

-¿Estás bien?-preguntó Wanda.

Pero antes de que pudiera responder, un nuevo dolor de cabeza azotó la mente de Visión.

-¿Qué tienes?

Visión abrió los ojos, aterrado.

-Está aquí. 

El viento empezó a soplar de forma extraña. Steve se acercó a Visión y Ancestral lo siguió.

-Todos a mi posición-dijo Steve-. Tenemos compañía.

-¿Qué es eso?-preguntó Natasha.

Los héroes se reunieron, mirando nerviosos hacia todas partes. De pronto, un portal apareció cerca de Hulk, quien ya se había levantado, del cual surgió quien más temían.

Todos los héroes contemplaron al Titán aterrados. No necesitaban preguntar para saber quién era.

-Cap-dijo Bruce-. Es él.

-Atento todo el mundo-dijo Steve-. ¡A sus puestos!

Como si estuviera dando una vuelta por el parque, Thanos avanzó tranquilamente por el lugar, apenas prestándole atención a los héroes que se atrevían a hacerle frente. El primero en atacar, y en caer, fue Hulk, quien al tratar de lanzarle un golpe fue arrojado contra un muro de piedra. Steve, T'Challa y Sam también cayeron, Thanos ni siquiera necesito usar las gemas para derribar al rey de Wakanda.

Al ver eso, Visión se dio cuenta de que ya no tenían más tiempo ni opciones.

-Wanda-dijo y la susodicha volteó a verlo-. Destruye la gema.

-No-dijo firmemente, pero Visión insistió.

-No pueden detenerlo, pero nosotros sí-dijo el androide-. Wanda, tú tienes el poder para destruirla.

-¡Que no!

-¡Tienes que hacerlo, por favor!-dijo Visión jadeando-. Ya no... tenemos tiempo.

Los hechiceros y América veían la escena con tristeza. Después de todo el esfuerzo, ¿realmente así era como debía terminar?

-No puedo-dijo Wanda.

-Sí, sí puedes-dijo Visión colocando la mano de Wanda en su frente-. Si obtiene las seis gemas, la mitad del universo morirá. Y no es justo.

Al ver la expresión de dolor de Wanda, Visión sonrió levemente.

-No deberías ser tú, pero así es-dijo-. Tranquila, tú nunca me lastimarías... Sólo te siento a ti.

Con todo el dolor de su corazón, Wanda comenzó a destruir la gema. Mientras tanto, los héroes, al darse cuenta de lo que hacía y dándose cuenta que no había otra manera, decidieron retrasar a Thanos tanto como pudieran. Pero incluso con todos sus poderes y habilidades combinadas, no podían enfrentar al Titán. Con e incluso sin las gemas, Thanos los hizo caer uno a uno, sin dificultad. Siguió avanzando, decidido a conseguir las dos gemas que le faltaban. Al final, sólo Stephen, Christine y Ancestral quedaron de pie y se dispusieron a enfrentar a Thanos con todo lo que sabían. Ancestral creó nuevamente una especie de abanicos de energía con los que empezó a cortar la piel del Titán, mientras Stephen lo retenía con aquel látigo y Christine lo golpeaba con sus escudos. 

América, mientras tanto, se había quedado en el piso, totalmente en shock. Ya había intuido que el Titán era peligroso. Pero si sus ojos no la engañaban, lo que estaba viendo no lo hubiera imaginado ni en sus peores pesadillas. Todo ese poder, esa fuerza, ¿cómo era siquiera posible pelear contra algo así?

Thanos se quitó de encima a Stephen y Christine, pero Ancestral era tan ágil y rápida que ni siquiera podía rozarla. Ella siguió defendiéndose y cortando la gruesa piel de Thanos, pero éste tampoco cedía. Mientras, Wanda seguía destruyendo la gema de Visión.

-Sigue...

Wanda sólo lagrimeaba, viendo como aquel a quien amaba moría por su propia mano y ante sus ojos.

-Te amo-dijo Visión justo antes de que la gema explotara, haciendo retroceder a Thanos y Ancestral, deteniendo su pelea.

Al ver que la Gema de la Menta ya no existía, Thanos, lejos de enojarse, caminó hacia Wanda.

-Te entiendo, mi niña-dijo el Titán Loco-, mejor que nadie.

-Tú nunca entenderías-dijo Wanda con rabia. Thanos no se inmutó ante el insulto.

-Hoy he perdido más de lo que te puedes imaginar.

-En eso tienes razón-dijo Stephen reincorporándose-. Perdiste, la Gema de la Mente ya no existe. Se acabó.

Los demás, Vengadores y Guardianes, se recuperaron y rodearon a Thanos, listos para matarlo.

-Los admiro-dijo Thanos-, por su disposición, su devoción hacia su causa, su coraje y voluntad. Admiro que estén determinados a hacer lo que sea necesario para detenerme. Quizás no somos tan diferentes.

-Nosotros-dijo Ancestral con calma-, jamás seremos iguales a ti.

-Tal vez no-dijo Thanos mientras el Guantelete volvía a brillar-. Porque a diferencia de ustedes, yo ya no tengo nada que perder.

Antes de que pudieran hacer algo, una explosión de energía los mandó a volar a todos.

-Por eso-dijo Thanos-, con o sin las seis gemas, aunque tenga que destruir este universo un átomo a la vez, no me detendré, empezando con ustedes.

-No creo que pase-dijo Ancestral, preparada para reanudar el combate.

-¡¿QUÉ ESPERAS?!

Reiniciaron el combate. Los dos hicieron alarde de su poder y agilidad. Aún con su enorme tamaño, Thanos era capaz de esquivar los ataques de Ancestral mientras intentaba atacarla. Ésta también lo esquivaba y conjuró dos cuchillos en sus manos con los cuales atacaba al rostro del Titán, pero sin causar gran daño. Peleando tan cerca, era increíble que ninguno de los dos pudiera asestar un golpe, alguien tenía que ceder.

Pero no fue así. No fue hasta que Stephen, tratando de ayudar a su maestra, intentó atacar a Thanos sólo para ser neutralizado e inmovilizado en el aire por Thanos.

-¡Stephen!-chilló Christine.

Al ver eso, América finamente reaccionó y se lanzó contra Thanos, asestándole varios golpes y tratando de empujarlo a través de un portal para alejarlo lo más posible. Pero el Titán no tuvo problemas en reducirla y la  sujetó del cuello.

-¡Insecto!-dijo Thanos antes de aventarla. América quiso atacarlo, pero el miedo a su vez hacía que se retuviera, ya no estaba tan segura de poder luchar contra alguien como Thanos. A pesar de sus poderes, no se sentía capaz.

Thanos siguió golpeándola y prácticamente la arrastró por el suelo, antes de volver a tirarla al suelo y pisarla como si no fuera más que una hormiga.

-Tal vez domines muchos poderes-dijo Thanos mirando a América con desdén-. Pero al final, nunca serás nada más que una niña débil y asustada.

-Basta-dijo Ancestral y se paró junto a ellos-. Déjala vivir, y te daré la gema.

Todos miraron a la Hechicera Suprema como si se hubiera vuelto loca.

-No pretendas engañarme, hechicera-dijo Thanos, a lo que Ancestral negó con la cabeza.

-No...

América intentó levantarse, pero estaba demasiado adolorida como para hacerlo. Ancestral, por su parte, abrió el Ojo de Agamotto y le entregó la Gema del Tiempo a Thanos, dándole justo lo que necesitaba para seguir. Thanos se retorció un poco al sentir el poder de la gema fluyendo a través de él.

-Aún no es tiempo de victoria-dijo-. Pero no importa. Ahora, yo soy el Maestro del Tiempo.

América no entendía nada. ¿Por qué? ¿Por qué la Hechicera Suprema la elegiría a ella por encima de todos los demás? Al tratar de levantarse, fue detenida por Stephen y Christine, quienes se acercaron a ella seguidos por Ancestral.

-¿Estás bien, América?-preguntó Christine.

-Eso creo...-dijo débilmente-. No pude... lo siento...

-Eso no importa-dijo Ancestral-. América, pon mucha atención. Como dije, sólo en un futuro de catorce millones ganamos. Lo que no te dije, es que en todos los demás futuros, tú no estabas.

América, aún en medio del dolor, entendió lo que Ancestral quería decir.

-No... no puede ser-dijo-. Es imposible. Ellos... ellos son los héroes más fuertes y ni así pudieron vencerlo. Yo soy sólo... yo. 

-América...

-No puedo hacerlo-América volteó hacia Stephen con lágrimas en los ojos-. Tenían razón, no estoy hecha para esto. Los alejé, los traté horrible, fui egoísta, todo por algo que jamás existió.

Stephen sonrió con dulzura.

-No, América, tú tenías razón-dijo-. Te dijimos que escondieras tus poderes como si tuvieras que avergonzarte de ellos, y fue un error.

-Creímos que al hacerlo te protegeríamos-dijo Christine-. Pero la verdad es que nos estábamos protegiendo a nosotros mismos. Porque teníamos miedo de que te arrebataran de nuestro lado. Y dejamos que ese miedo nos controlara, nosotros también te alejamos y no te escuchamos. Pero escúchame, el destino quiso que tú tuvieras estos poderes por una razón, así como quiso que llegaras con nosotros a cambiar nuestras vidas para mejor. Y también te quería aquí, porque tú eres quien puede detener esto.

-¿Cómo pueden estar tan seguros de eso?

-Porque te conocemos, niña-dijo Stephen-. Porque eres nuestra hija, eres América Palmer-Strange. Eres fuerte, brillante, y la mejor persona que hemos conocido y eso sin contar tu capacidad de abrir portales con las manos. Y créeme, de todos nosotros tú eres la que le va a patear el trasero a ese gigante morado idiota. Lo sé, yo creo en ti. Todos lo hacemos.

América sonrió levemente al escuchar eso. Había estado esperando por mucho tiempo para escuchar esas palabras por parte de Stephen y Christine, sus padres. Ahora, no sólo sentía el deber de seguir peleando, sino el impulso para hacerlo. 

Escucharon un grito ahogado detrás de ellos. Parecía que Thanos había usado la Gema del Tiempo para recuperar la de la Mente. Ya tenía las seis juntas.

-Ve-dijo Stephen guiñándole un ojo. América asintió, pero antes los abrazó.

-Si algo pasa-dijo América-. Díganle a Donna que la amo.

-Tú se lo dirás-dijo Christine-. Ve antes de que me arrepiente.

Más decidida, América se levantó y empezó a correr hacia el Titán. Thor, por su parte, había arrojado la Stormbreaker hacia el pecho de Thanos, incapacitándolo.

-Te dije, Thanos-dijo Thor oprimiendo el hacha contra el pecho del Titán-, que morirías por eso.

Aún así, Thanos juntó los dedos.

-Debiste apuntar a la cabeza-dijo a punto de tronar los dedos.

-¡NO!

Pero en el último momento, un golpe propinado por América abrió un portal que los llevó a ella y al Titán Loco lejos de ahí, a Nueva York. Fue el único lugar que se le había ocurrido a América, haciéndolos aterrizar a ambos en medio de la calle.

Mientras tanto.

En la sede del Departamento de Policía de Nueva York, los oficiales vieron a través de las cámaras la aparición de América y Thanos en medio de la calle.

-¡Comisionada Watanabe!-exclamó uno de ellos-. ¡Volvió, el objetivo está en la Quinta Avenida y no está sola!

-Avisen a Control de Daños, díganles que lleven artillería no letal a la Quinta Avenida de inmediato-dijo Yuri mientras Stacy la seguía desde atrás-. Avisen a todos. Quiero a cada patrulla, oficial a pie y fuera de servicio en la Quinta Avenida, ahora. Atrapemos a esa niña y saquemos a Control de Daños de nuestra ciudad ahora.

Quinta Avenida. Nueva York.

Thanos se levantó, sorprendido. Miró a América, quien tenía los puños cerrados y veía a Thanos desafiante.

-Aún no termino contigo.

-¿Crees que puedes detenerme?-dijo Thanos avanzando hacia ella, mientras la genta alrededor de ellos corría-. He vencido a los más grandes héroes de este mundo y todos los demás, he visto dioses morir por mis propias manos, ¿y crees que una niña con poderes puede desafiar al Titán Loco?

-No lo sé-dijo América-. Pero al menos puedo proteger a las personas que me importan de ti.

-¿Aún si mueres por ellos?

-Hay personas por las que vale la pena. No me hubiera dado cuenta de eso si no fuera por ti. Gracias.

Thanos dejó de avanzar. ¿Qué estaba haciendo? Ya tenía lo que quería, no necesitaba una pelea absurda y sin sentido. Levantó la mano con el Guantelete, tronó los dedos y... nada. Confundido, volteó hacia su mano y abrió los ojos de par en par: la Gema del Poder no estaba. Al voltear hacia América, ésta tenía la gema en su mano.

-No me pude resistir-dijo-. ¿La quieres? Ven por ella, berenjena.

Furioso, Thanos embistió contra América, pero con la Gema del Poder ella pudo resistir el ataque. América sonrió, aunque no se confió del todo. Sólo tenía una oportunidad y si Thanos lograba quitarle la gema se habría acabado el juego. Para ganar y salvarlos a todos, tendría que hacer valer su oportunidad al máximo.


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