Capitulo 6

                    El Principito (N)

- ¡No mi niña! - lloraba con histeria la señora Ofelia. - ¿Quién puede ser tan malvado para llevársela?.

- Esto es obra de la cobra - Voltee a ver a la señora Ofelia con una mirada no tan conocida por mi. La del enojó.

Zorro sólo se quedó quieto durante unos instante siguiento viendo mi mirada. No sabía zorro que decir. Volte a ver a la señora Ofelia. Pose mi mano en el hombro de la abuela de Alicia.

- No se preocupe nosotros la encontraremos - sonreí. Camino zorro hacia nosotros.

- ¿sabe de algún lugar donde pueda estar su nieta? Eso no serviría de mucha ayuda - inquirió mi amigo peludo.

- Si, es posible que este en el asilo de enfermedades mentales. No queda lejos está a 3 pueblos de aquí. - la señora Ofelia saco de un baúl que estaba cerca de la puerta. Tomó un mapa y nos indicó donde está. El pueblo se llama Rutledge. Tome el mapa, zorro y yo nos dirigimos a la puerta.

- Esperen... - dijo la señora Ofelia. Fuimos hasta la sala. - Esperen un momento - subió las escaleras.

Zorro y yo nos sentamos en un sofá a esperar. En unos minutos bajo la señora con ropa bien doblada y una pequeña bolsa café. Un uniforme azul fuerte y una pistola encima de todo.

- Van a necesitar esto - aclaró la señora Ofelia.

- Muchas gracias pero... ¿por que el uniforme? - pregunté cuando me entregó las cosas.

- A los 14 años se unió a escondidas a una escuela de alquimia para aprender todo sobre el trabajo de su padre pero parece que ella sabía casi todo así que se unió a la militar también.

- Vaya no lo sabía - dije rascandome la cabeza. Esa información no me la sabía. Nos acercamos a la puerta.

- Cuidense Muchachos - Se despidió de nosotros.

Saque mi libreta. Le sople a una hoja y salió un bote. Me subí en el. Lance ambas anclas al cielo y se enganchó con las nubes que había. Después zorro se subió al bote de remo.

Zorro me indicaba donde ir aún que este nublado y no se veía nada. Seguimos con la dirección de la estrellas.

- ¡Es a la derecha! ¡No! ¡Izquierda! - dijo Zorro mirando el mapa. Me volteó a ver por ayuda - ¡Creo que ya nos perdimos principito! - dijo desesperado mi amigo. Solté una pequeña risa. - ¡¿Que están chistoso?! - pregunto mi amigo. Limpio  una lágrima que me salió por reír.

- Nada sólo que ya llegamos - dije al fin.

- ¡En serio! ¡¿No bromes?! - grito.

- Si mira por ti mismo - dije. El se acercó a la orilla de el barco.

- ¡Es cierto principito! - volvió a hablar con alegría y festejo.

En minutos bajamos. El lugar era obscuro y horrible nada comparado al lugar que horas antes estábamos. El lugar estaba en ruina como si fuera un pueblo fantasma.

Caminamos hasta encontrar el asilo de enfermedades mentales.

Entramos sin problemas alguno. Todo está en completa oscuridad.

Avanzamos hasta una escalera que llega hasta el sótano.

El sótano fue lo peor que haya visto. Había personas encerradas en celdas como si fueran animales. Sus paredes todas maltratadas, la pintura desgastada de color verde bajo. Algunas de las celdas tenían barrotes oxidados y puertas con una pequeña ventanita.

- ¡Auxilio! ¡Ayudeme por favor! ¡Cof... Cof...! - gritaba una voz familiar que conocía a la perfección.

Corrimos hasta llegar a una celda que tenía una ventanita de plata.

- ¡Alicia! - grite. Abrí la puerta como si nada. ¿Cómo pueden dejarla sin ningún seguro? - ¡Alicia pensé que no te encontraría! - la abrace, su cuerpo estaba helado. Ella me empujó.

- ¡No grite! - Dijo tapandose las oidos

- No estamos gritando - dijo Zorro.

- Lo siento - soltó un suspiro.

- ¿Qué pasó? ¿ Por que... estas así? ¿ Qué te hicieron? ¡Responde! ¡Fue la cobra! - exclame sin levantar la voz. Mi voz se escuchaba angustiada. Al mirarla me fijé que le faltaba su ojo izquierdo. No dejaba de sangrar el hueco. Su rostro tenía sangre y algunas cortadas. Sus brazos también cubiertos de sangre.

- Principito una pregunta a la vez. No seas imprudente - comentó Zorro.

- Lo siento... ¿Dime que pasó? - toque su mejilla fria. Voltee a ver la ropa que tenía; su ropa estaba manchada de sangre y más sus mayas y sus piernas. ¿Qué le habían hecho?. Trate de ocultar mi ira.

- Es el experimento el Ave Fénix. Quieren hacernos inmortales pero no es posible sólo la piedra filosofal puede hacer eso. El Doctor Dumby está obsesionado con esto. Nos usa como sus ratas de laboratorio. Este experimento es un suero que causa dolor de cabeza, dolor en el cuerpo que te deja sin energía alguna, sensibilidad en los oidos, vomitar sangre incluso la muerte. Llevo dos el mezcló la primera para quedar inconsciente después el... el... - Alicia no podía hablar. Había salido una lágrima de su otro ojo

- ¿El que? ¿Alicia? - la mire fijamente. Secando su pequeña lágrima.

- Abuso de mi - solto el llanto. Coloco su cabeza en mi pecho. Nunca antes me había sentido inutil. Sentía como me hierve la sangre - Lo siento mucho principito - Se disculpó.

- ¿Por qué te disculpa? No es tu culpa - la mire confudido.

- Yo fui quien trajo la cobra hasta aquí - lloro nuevamente pero esta vez mirándome a los ojos.

- No pasa nada. Si estás aquí es por alguna razón - le consolo acariciandole el cabello.

- No merezco tu perdón ¡Lo lamento mucho! - nuevamente volvió a disculpase.

- Zorro - llame la atención de mi amigo de aventuras. Mi tono de voz había cambiado a una furiosa - ¿Puedes caminar? - ella asentio. En eso trato de pararse fue inútil se tapaleapa a un lado al otro. Iba caer pero la agarre antes de que se cayera de ocico al frío piso. La cargo estilo princesa.

Subimos al primer piso. Al pasar a una habitación. Alicia me pego el hombro.

- ¡Bajame! - Me ordeno. Hice caso omiso. Solté un pequeño quejido ante el golpe.

Pudo poderse de pie con mi ayuda. Rode su hombro izquierdo con mi brazo izquierdo y viceversa para que ella pudiera caminar.

Ella se sentó en la cama. Ella buscaba algo en un cajón cerca de la cama.

- ¡Maldición! - grito - ¡Se llevó mi pistola! - llevo sus manos a su cara. En eso recuerdo lo que me dio su abuela.

- Por cierto tu abuela me dio algo para ti - le dije. Saque mi libreta y sople en una hoja para que salieran las cosas.

Las cosas salieron y se colocaron en una mesita de noche. Alicia novio las cosas.

- ¡Perfecto! - dijo al ver la arma. Urgo entre las cosas hasta encontrar una pequeña bolsita, para mi sorpresa también había una pequeña bolsa en la bolsita. Abrió la segunda bolsa que traía un ojo de vidrio. Se puso el ojo ella misma como si nada, 9bviamente había usado alquimia.

- ¡Qué asco! - hablo zorro. Mire  mi amigo con cara sería. El ojo falso era del mismo color de sus ojos pero ambos se tornaron color azul.

- Tranquilo. Lo se Es asqueroso pero es la única forma que me deje de sangrar. - comentó. Tiene razón dejo de sangrar su ojo hasta se limpió el rastro de mancha de la área de rostro.

Alicia agarró el uniforme. Nos miro a ambos.

- ¡Ahmm! ¿Pueden darse la vuelta o salir al pasillo! - pregunto.

- ¡Oh si! ¡Claro! - respondí. Zorro y yo salimos del cuarto.

Minutos no había dicho nada ni si quiera si ya había acabo de cambiarse. Abrí la puerta. Ahí estaba ella con un tazón de agua color blanco. Lo tenia cerca de cabells ya recto. Estaba ya cambiada.

- ¿Qué haces? - pregunto zorro.

- Me pinto el pelo - respondió como si fuera obvio.

- ¿Por qué? - pregunté.

- Para que no me reconozcan - respondió acercándose aún más al tazón. Puso sus manos en su pelo haciendo la alquimia. Su pelo negro se volvió blanco.

- Tranquilo no me va maltratar el pelo sólo es algo de tinte natural y gis. Si fuera un tinte regular no podía transmutarlo a mi pelo - comentó. Se veía mejor de lo que estaba; entonces volvió a toser escubiendo sangre - Estoy bien - dijo ella sonriendo.

Salimos del cuarto. Corrimos hasta llegar s un campo de margaritas. El cielo no alubraba luz en absoluto. Sólo neblina.

- ¡Alicia! ¡¿Donde estas?! - grite. La había perdido cuando llegamos a este lugar. Si no mal pienso este lugar aún sigue siendo el pueblo Rutledge creo que es el único sitio hermoso.

-¡ Alicia ! - grito zorro que seguía a mi lado. - No veo nada en esta niebla principito - hablo zorro.

- Yo tampoco puedo ver nada - respondí. ¿como le haremos para encontrar Alicia en este lugar si no podemos ver nada?. Seguí avanzando hasta que ya no vi zorro.

- Parece que perdieron a alguien - me susurro al oído una voz familiar.

- ¡La cobra¡ - dije entre dientes con odio. Sabía cuando aparecía no era nada bueno. Volte para verlo. Ahí estaba el con su forma real. - ¿Qué quieres? -

- Veo que estas perdido en un pueblo casi abandonado - Se arrastró  de costumbre haciendo círculos alrededor de mi.

- No estoy perdido - dije.

- Y Dime ¿donde estas tu amigo y la chica esa? - pregunto con hipocresía.

- No tengo que responderte - hable con rudez.

- La chica es una mentirosa - hablo la cobra - Ella me estaba ayudando a mi a convertir en una chimera parlante, así que tarde o temprano ella te va traicionar. Es como ella se ve - susurraba al oído.

- Ella jamás haría lo que tu le pidas - le apunte con mi dedo anular - Ella no sería capaz de hacerlo.

- creas o no. Ella escapó con mi ayuda.  Esta loca, por alguna razón la tenían encerrada ahí - poco a poco me enroscaba.

- Ella no está loca. Ese lugar que lo hacen llaman asilo de enfermedades mentales está lleno de mentiras incluso experimentan con ellos y sabré que más hacen ahí hasta violaciones  - conteste con ira. No iba a tolera que se burlara de Alicia sin antes conocerla y sin menos saber  que crueldad hacían ahí.

- ¿Acaso te haz enamorado de ella? - divago con mohín.  Después soltó una cargada.

- ¡No! ¡Ella es una amiga, la aprecio mucho...! ¡Le prometí a su abuela traerla de vuelta! - Dije.

- Ni tu mismo te crees esa mentira - río nuevamente - aún que debo admitir es hermosa más que tu rosa. Tiene carácter pero esta cuerda. No sabe ni como se llama la pobre chica. Es una traicionera, hará lo mismo contigo - siguió hablando y acercándose más.

- ¡No lo creo! ¡No te creo ninguna de tus palabras¡ ¡Ella ha sido honestad y buena persona! ¡Por alguna razón te traicionó! - volví a defenderla.

- ¿cómo puedes hablar de ella como si la conocieras? ¿Seguramente no estás enamorado? - pregunto con picardía. Tiene razón no puedo seguir negando lo que es obvio.

- ¡Si me enamoré! ¿Y que? ¡El amor no te hace débil, sólo trata de ayudar y proteger a la persona que amas! ¡Tu eres el único que no entiende lo que es el amor! ¡Jamás lo vas a conocer! - con tanta rapidez me enrosco en su cola. No lo volte a ver a la cara. No iba a verlo. - ¡Si me enamoré y tu que tendrías tu que decir! ¡Yo...! - en eso se escucha un sonido. Como el de un disparo.

La cobra volteó a ver al lado que se escuchó el ruido del arma.

- ¡Alicia! -










¡Hola mis corazones de Acero!

Por fin les traigo un capitulo nuevo de esta historia. Lamento el haberme tardado hasta yo misma no se porque me tardó demasiado en publicar. Se que el capitulo es corto pero espero les haya gustado el capitulo. Voten y comenten yo siempre los leo aunque nobles responda porque no se que decir.

Mili Out ~♡

☆☆☆

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top