Capitulo XIV
---ꈊ---
Baekhyun
Miré mi reflejo en la ventana del auto estacionado frente a la oficina del señor Park, acomodé el traje color negro que Soo me dió en la mañana y por acto de reflejo mordí uno de mis dedos.
No entendía el porqué Soo tenía que ir solo por el dinero, digo, era una cantidad enorme y me daba tanto miedo que lo asaltaran y le hicieran daño, que la idea de estar a solas con el señor Park no me causaba tanta emoción. Pero debía hacerlo, ya no quería ser una carga para nadie, debía hacer las cosas por mi mismo, sin depender de nadie.
Suspiré con cansancio y me encaminé a la oficina del señor Park, como siempre antes de entrar me recibió la misma secretaria, con su típico rostro serio y como de porcelana. ¿Cómo se vería ella sonriendo?.
-Buenos días, tengo una reunión con el señor Park.
-Buen día señor Byun, puede pasar, el señor Park lo espera.
Me contestó con voz automática y sin darme una mirada, era linda pero un poco maleducada. Toqué la puerta de la oficina y en seguida el señor Park estaba abriendo y dejándome pasar, aún tenía tanta vergüenza por el show que monté estando ebrio, verlo tan elegante y pulcro, con unos lentes y una sonrisa en su labios solo me provocaron más vergüenza mezclandolo con nervios y una emoción inexplicable.
-Tome asiento señor Byun, hoy hablaremos de la inversión en su producto y cuando comenzaremos a meter el producto en mi restaurante. También si le fue útil el primer cheque que se le fue entregado al señor Hwang.
Mientras tomaba asiento en el sillón a un lado del otro donde se sentó el señor Park, me quedé en blanco. No tenía idea de lo que debía decir, como decirlo o si solo tenía que mover la cabeza. Todo ese tema era desconocido para mí, recuerdo las palabras de Soo pero simplemente no puedo hablar como el lo hace.
«A veces repite las palabras que el dice, si te pregunta solo dí 'si señor Park, no señor Park' , si da una propuesta contesta 'me parece bien señor Park', si habla de negocios solo trata de que él de todas las propuestas y solo dí que estás de acuerdo»
Me aclaré la garganta y con miedo le hable al señor Park. -Usted decide cuando comenzaremos a darle el producto, si fuera por nuestra cuenta hoy mismo estaríamos entregándole la mercancía y si nos ayudó mucho el pago que hizo, estamos muy agradecidos con usted-. Sonreí un poco apenado por hablar tan rápido y por sentirme tan tonto.
El señor Park tomó unos papeles, los ojeó y me miró con una sonrisa pequeña.
-Me alegro señor Byun, es solo un pequeño apoyo, además yo también ganaré algo de ésto, por mi parte creo que sería bueno meter el producto lo antes posible, tal vez en una semana, en lo que termina el contrato con el otro proveedor.
Apenas le iba a decir que estaba de acuerdo con él, cuando una mujer delgada y elegante, de cabellera castaña, bastante hermosa entró a su oficina. El señor Park y yo la quedamos viendo, su rostro lleno de enojo desapareció en cuanto me vió y me dió una sonrisa forzada, con cierta manera que no supe descifrar y sin más, se acercó al señor Park dándole un abrazo por detrás.
-Cariño, al fin te encuentro, siempre que vengo aquí dicen que estás ocupado, no es justo, solo quiero que veas unos trajes para la boda-. Se quejó en un tono agudo la mujercita.
Pero sin duda eso de la boda me descolocó, hacía menos de una semana que el señor Park y yo casi nos besamos y de la nada esa mujer habla sobre una boda, no lo recordaba muy bien por el alcohol que tomé aquel día, pero estaba seguro de que casi nos íbamos a besar, entonces, ¿porqué hay un cariño y boda saliendo de los labios de esa chica?, ¿Boda?, ¿Boda de quién?, ¿De un familiar?, ¿de ellos?.
El señor Park miró su reloj sin mucho interés y se disculpó conmigo por la interrupción y con ese mismo desinterés que vió su reloj le dijo a la mujer que irían mañana a ver esos trajes. A la castaña no le bastó esa respuesta, hizo una mueca y después se alejó de él y me miró con seriedad, pero nuevamente me dió esa sonrisa fingida y forzada.
–Disculpe mis modales, entré sin más y ni siquiera saludé. Buenas tardes, me llamo Oh Hani, soy la hija del alcalde Oh Eungo y la prometida del señor Park– con esa sonrisa se acercó a dónde estaba y me tendió la mano. –Un gusto.
Me levanté rápido y también le tendí la mano correspondiendo su saludo.
–Byun Baekhyun, soy socio del señor Park, el gusto es mío señorita Oh-. Le respondí dudoso
–Vaya, así que es socio, el señor Park no me había hablado de usted señor Byun. Podría preguntar, ¿Qué clase de negocios tienen?.
Tenía la intención de explicarle pero el señor Park se me adelantó y le dijo algo sumamente doloroso para ella.
'No tienes por qué meterte en mis asuntos, aún no estamos casados, no sobre pases los límites de una prometida'.
La señorita Oh le miró triste esperando algo que no supe entender, noté la vergüenza recorrer y llenar su bello rostro haciéndola hacer un puchero con los ojos llenándose de lágrimas; sin duda el selor Park podía ser un hombre frío y despiadado que simplemente me dió mucha pena ver tan triste a esa mujercita, después de un par de minutos la señorita Oh pidió disculpas a ambos, con el orgullo herido y con incomodidad se marchó rápidamente sin siquiera mirar atrás.
-Le pido disculpas a nombre de mi prometida señor Byun, a veces suele ser muy imprudente.
Me senté lentamente procesando lo que había ocurrido y pensando si debía decir algo, pero qué. Las manecillas del reloj pegado a la pared se escuchaban mucho más que antes, sentado en el sillón de cuero sintético, junto al silencio incómodo que quedó, las preguntas se seguían amontonado en mi mente, tanto que no soporté más y saqué el tema de su compromiso con muy poco tacto.
-Así que.. está comprometido señor Park–. Afirmé con ligera amargura en mis palabras, tratando de sonar lo más normal.
-Así es. Después de todo no es extraño, soy un hombre de casi treinta y cinco años, es lógico que me tenga que casar y formar una familia, ¿No lo cree Señor Byun?.
La naturalidad con la que dijo todo eso, me sentó mal, estaba casi seguro que aquel casi beso no fue producto de mi imaginación en mi borrachera. Entonces, ¿por qué parecía que el señor Park no le tomó nada de importancia a eso?, además a eso, ¿Por qué iba a besarme cuando estaba comprometido?.
-Pero claro, usted es un buen hombre, tiene dinero, estatus, clase, además que es un hombre bastante apuesto-. Dije tratando de sonar despreocupado, sentía un pinchazo en el pecho pero no sabía la razón, era tan nuevo para mí que fingir una sonrisa me costaba mucho más que otras veces y una extraña tristeza me comenzó a llegar.
-¿Soy apuesto señor Byun?-. Me preguntó si rodeos el señor Park.
-¿Eh?, Ah, pero claro que sí, usted es.. demasiado apuesto–. La pregunta fue inesperada, luego de contestar con la verdad, no pude evitar que mis mejillas se calentarán por verlo a la cara nuevamente, así que desvíe la mirada y mejor traté de cambiar de tema.
-Bueno, entonces nos quedamos en que en una semana comenzaríamos a-
-Aún no hemos terminado de hablar sobre mi guapura señor Byun, no cambié así como así de tema, me hiere el orgullo-. Me interrumpió con burla el señor Park. –A decir verdad, yo también pienso que usted es muy apuesto.
Lo miré con sorpresa y mi corazón dió un latido al escuchar ese pequeño cumplido. -¿Yo?-. Pregunté estupefacto y esperé expectante por la respuesta, olvidando por completo el tema de su boda y la tristeza que me dió saberlo.
–Pues claro–. Me contestó con encanto. Se levantó de su asiento, se acercó a mí, y se sentó en el sillón, justo a mi lado, rodilla con rodilla, hombro a hombro. -Su belleza es como la de un atardecer.
Nuestras miradas conectaron, la ilusión, vergüenza y un sentimiento desconocido me dejó pasmado, aparté la mirada cuando sentí que lo quedé viendo por mucho tiempo y porque mi pena era más grande que mi ego, nadie me había dicho tal cumplido y eso a mi corazón le hizo palpitar con ganas.
-G-gracias señor Park–. Me animé a verlo otra vez y entonces su cercanía me puso peor, sus lentes de metal lo hacían ver tan bien, tan jovial, su cabello a pesar de llevarlo engomado, unos cabellos rebeldes caían por su frente, sus ojos con ese brillo natural, fácilmente se podrian confundir con las estrellas en el cielo, sus labios, esos delgados y de color rosa palo, me tentaban a tocarlos con suavidad con el dedo para después dejar un pequeño besito.
«Beso.
Nosotros casi lo hacemos.
Casi nos besamos.
Quiero besarlo.»
-Entonces, no lo dudes más-. Escuché su susurro ronco, no entendí porque lo decía, pero me incitaba más y más. No debía caer en esas palabras, no debía.
No. No debía.
Pero su rostro ya estaba demasiado cerca del mío, mis ojos seguían viendo sus labios, mi corazón seguía latiendo rápido, mi respiración se volvió errática y los escalofríos en mi cuerpo hicieron presencia.
No. No debía. Pero quería.
Cada vez sentía su respiración chocar con mis labios, su nariz rozar con la mía, su cercanía me ponía nervioso pero aún así lo disfrutaba.
-No hay marcha atrás-. No, no la había, más sin embargo no me dió miedo, lo estaba esperando y deseando, no sabía con exactitud lo que sentía por el señor Park, pero quería todo lo que el me ofreciera.
Era mucho mayor que yo, el tenía más conocimiento en el tema del amor, yo apenas y entendía una cosa, pero los sentimientos que tenía por él iban más allá de mi conocimiento, la emoción, la ilusión, la vergüenza, el nerviosismo, la calidez, la desesperación por un toque o una palabra, yo no sabía si eso era normal de sentir al lado de otra persona, tampoco si la intensidad con la que sentía lo era.
Pero justo con su rostro a centímetros del mío, con el aroma de su colonia colándose en mi nariz y su aliento caliente acariciando mis labios, eso dejó de importarme, no pensé en nada más que él y yo. Teniendo un momento íntimo como cualquier pareja, tal vez como dos personas que se quieren.
–No. No hay marcha atrás–. Lo afirmé para los dos. Para dejar atrás cualquier cosa que después me podría carcomer la mente.
–Nunca la hubo.
Entonces sus labios poco a poco se juntaron con los míos, llevé mi mano a su rostro y con mis dedos toqué su mejilla, con su lengua me delineó los labios, los abrí un poco y entonces sentí su viperina lengua dentro de mi boca, acariciando mi lengua e invitandome a hacer lo mismo.
Su mano fue a parar en mi cintura y como si dos animales fuéramos nos acercamos con desesperación, su lengua entraba y salia de mi boca, solo seguí e intenté lo mismo con la mía, muchas veces debido a mi inexperiencia nuestros dientes chocaban, pero el señor Park no le tomó importancia.
La mano que estaba en mi cintura poco a poco fue descendiendo hasta llegar a mi muslo, sentir ese suave toque me mandó escalofríos a todo el cuerpo más de los que ya sentía, un calor se instaló en mis mejillas, orejas y en mi entrepierna, lo último era nuevo para mi, ¿Qué sucedía?, ¿Porqué de repente tenía una erección?.
Me sorprendí tanto por un toque en mi entrepierna por parte del señor Park que me separé rápidamente de él. No porque no me había gustado, si no porque se sintió tan bien que me dió vergüenza y miedo al mismo tiempo.
Nos miramos con la respiración agitada y las mejillas coloradas, nuevamente sentí ese toque en el mismo lugar, cerré mis ojos y aguanté la respiración por lo bien que se sentía. Tenia tantas ganas de que el señor Park volviera a tocar que sin darme cuenta abrí más las piernas y esperé su toque.
Dos toques en la puerta y toda la magia se perdió.
---ꈊ---
¿Qué pensaron?, que ya iba a tener sexo en este capitulo? Pues noooo.
Baek está todavía chiquito y muy inocente para meterse con el viejito sabroso de Yeol, así como así a unas semanas de conocerlo.
Pronto vendrá un capitulo así, bien romántico y toda la cosa, o no sé, tal vez. ¿Ustedes que piensan?
Nos vemos en la próxima actualización
Se les quiere <3
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