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El rey caminaba por los pasillos, había acabado todo su trabajo acumulado y podía ser libre, enfocarse en otras cosas, pasar el tiempo con su hijo por ejemplo, o incluso vigilar las clases del pequeño pelirrojo.

La verdad no sabía cómo Chuya lo había hecho, pero este logro convencer al menor de que querer una vida diferente estaba bien, tenía el mismo valor o incluso más, tuviera sangre real o no. Su único problema andante era Ango, quien tenía teorías algo divertidas acerca de las verdaderas intenciones del Nakahara

Solo deseaba calma por primera vez, ¿era demasiado pedir un poco de calma o paz para variar?, Odasaku al menos intentaba menguar la situación invalinando las acusaciones más Ango persistia en lo mismo — Dazai, solo piénsalo, ese sujeto es demasiado extraño, ¿qué nos garantiza que realmente sea de fiar?

— Chuya no practica magia

— ¿como lo sabes?, ¿qué nos garantiza que realmente sea eso la verdad?

— Ango, no pueden controlarme con magia – expreso el rey negando con la cabeza, solo estaba allí caminando por los pasillos escuchando acusaciones sin sentido

— Dazai, admitelo, es demasiado extraño ese tipo, que su belleza no te deslumbre, logró convencer a Chuu con facilidad

— yo se lo pedí – Exclamo nuevamente Osamu un poco cansado del tema a decir verdad

— ¿como sabemos que realmente no planea atacamos?

— de habernos querido atacar, hubiera empezado por Sora, quien compartía con el todos los días – Odasaku esta vez decidió responder para frenar todas aquellas acusaciones sin sentido, su amigo estaba cansado y solo quería tomar un baño con agua caliente para tumbarse en su cama, no tendría que estar pasando por esta tontería

— Dazai, enserio, deberías tener a ese sujeto bajo vigilancia, pensé que serias más precavido

—de acuerdo, quieres que tenga vigilado a Chuya, lo haré, pero ya deja el tema estoy cansado Ango, no quiero estar inmerso en esta tontería

El nombrado solo se marchó dejándole a solas con Odasaku quien suspiro a la par de el, no estaba entendiéndo a que se debía aquella reacción del contrario. Pero tampoco quería ser parte de eso — ¿enserio le vas a vigilar?

Las orejas del rey se movieron ante las palabras de su amigo, se mantuvo en silencio unos minutos y luego solto aquel suspiro largo en un intento de drenar su cansancio — no, Chuya no representa una amenaza, de habernos querido atacar lo hubiera hecho ya, a tenido miles de oportunidades

— ¿y que piensas respecto a él?

— mm, bueno es alguien realmente noble, hermoso, dulce, su voz es demasiado melodiosa, su presencia me causa tranquilidad y calidez

Odasaku suspiro posando su mirada en aquel atardecer que se reflejaba en la ventana, no espero aquella respuesta, se escuchaba en un tono lleno de sinceridad. No hizo más preguntas incesesarias, después de todo si Dazai no creía a Chuya como una amenaza no había nada que hacer, todo estaba bien el único que parecía en contra a la presencia del Nakahara era ango, y aun no entendía por que

El rey siguió su camino hasta sus aposentos mientras Odasaku se encargaria de que la cena estuviera a tiempo suponiendo que Osamu querría comer y luego dormir. Ninguno de los dos se había percatado de la presencia de ambos pelirrojos quienes habian escuchado aquella conversación tanto Chuya como Chuy no sabían ni siquiera como tomarse esa situación.

Si bien Nakahara sentía algo de alivio al saber que el rey confiaba en el, a su vez sentía que estaba imperturbando con su presencia, ¿como podía hacer para demostrarle a ellos que no era una mala persona?. El menor quien alzo levemente su mirada se concentró en aquella expresión de parte de su mayor, sus orejas estaban levemente caídas — sabes, el maestro Kunikida me enseñó, que no pueden hacerte sentir inferior, no si tu lo permites

—¿y eso que significa? – indago el mayor tal vez no comprendiendo aquel significado en esas palabras

— bueno, el rey confía en ti, ¿a quien le importa si el señor Ango dude de tu bondad?

— a mi, no quiero causarle problemas al rey

— jumm como yo lo veo, no eres un problema para el rey, si fuera así, creeme estarías muerto

El mayor trago con esfuerzo sintiendo su cuerpo tensarse abriendo paso al miedo y al terror ¿moriría? ¿El rey intentaría matarlo?. Ahora más que nunca sentía que su presencia allí no encajaba en ese lugar, las ganas de marcharse de alejarse y jamás volver le invadian

Pero asu vez, no queria abandonar Sora, el sabia perfectamente lo que se sentía aquella desolación cuando pierdes a alguien muy querido, el jamás volvió a su familia ni siquiera les recordaba desde que tenía uso de razón siempre estuvo solo. No supo que responder, después de todo deseaba encerrarse en su habitación sintiéndose abatido por aquellos pensamientos

¿Que pasaba si el rey se dejaba llevar por aquellas dudas? ¿Realmente podría matarlo?, tenía miedo, y a su vez se sentia tan ofendido el hecho de siquiera pensar que algún momento esté podría dudar de él o sus acciones. Estando en la soledad de su habitación su mirada puesta en la ventana estando a oscuras el resplandor tan brillante de la luna se colaba por los cristales siendo esa única iluminación en medio de la oscuridad.

Su mirada estaba puesta en sus manos donde sostenía un medallon con demasiada delicadeza, como si temiera a romperlo, nunca había sido suficiente para nadie, eso lo sabía perfectamente había un solo amor en su vida más aquel dolor punzante de soledad atormentaba en sus vidas como espinas clavando se en su piel cada vez más profundo aumentando su propia desolación ansiando un poco de afecto, de cariño, deseando el amor y calidez de una familia

Si tuvo pequeños romances qué jamás duraron demasiado ni lograron llenar el vacío de su corazón, siempre eran los mismos comentarios "eres demasiado ingenuo" "eres demasiado bueno" "simplemente no somos complemento" y por supuesto, su favorita "no eres tu, soy yo"

Escucho el golpeteo en la puerta de la habitación, mordió sus labios reprimiendo algun tipo de sonido, después de todo estaba demasiado abatido, su corazón presionando en sus viejas heridas e inseguridades. Dolía, era insoportable, ni siquiera podría contener aquel torrente insesante que le dominaba en ese momento. Más aquel golpeteo se hacía más insistente y su voz estaba demasiada cortada por el llanto que quería reprimir.

¿Acaso se había enamorado del rey?, no, no era un romance novesodo, al contrario sus sentimientos venían desde hace mucho, todo su cuerpo se tenso cuando escucho la voz del rey tras la puerta, mostrando su genuina preocupación ¿qué podía decír? No quería preocuparle, más tampoco deseaba verle, ansiando qué el dolor en su pecho cesara al menos por unas horas

— hey chuchu, quería invitarte a dar una vuelta conmigo, claro si eso deseas digamos que es una compensación de no haber estado tan presente estos últimos días

Por fin escucho su voz, quiso negarse, decir algo, más de su boca no salía ni una sola palabra era como si al momento en que abriera la boca todo aquel llanto retenido saldría sin si quiera poder detenerse. Aquel suspiro lleno de resignación escapó de los labios del rey — entiendo, no quieres verme, entonces me retiro descansa

— ¡no te vayas!

Su voz había salido en una súplica llena de desesperación, como si temiera a la soledad que le embriagaba y torturaba a su alma. Dazai quien estaría apuntó de dar un paso alejándose de la habitación escucho por fin su voz, más su tono uno quebradizo y lleno de desesperación, no dudo más ingresando en la habitación

Todo estaba a oscuras más podía ver la silueta del pelirrojo siendo iluminado por la luz de la luna, escuchaba sus débiles quejidos y gimoteos lleno de desesperación, de dolor, pudo sentir su pecho apretarte ante esa imagen jamás pensó que encontraría a Nakahara en una situación como esa, siendo invadido por miles de sentimientos y pensamientos negativos

Se acercó a él abrazandole con fuerza escuchando como su llanto incrementaba, su manera de aferrarse desesperadamente a su ropa le partió el corazón — estoy aquí.. Ssh.. Tranquilo

No respondio, al contrario oculto su mirada en su pecho sintiendo la debilidad de su propio ser traicionarle, le era imposible articular alguna palabra a causa del llanto y cada vez parecía incrementar mientras se aferraba al cuerpo del castaño quien le sostenía en su regazo abrazandole con fuerza como si supiera que su presencia sería lo único que deseaba en ese momento.

Su respiración era demasiado agitada y ni siquiera sentía fuerzas para tomar distancia del mayor, tampoco podría saber con certeza cuanto tiempo había pasado desde que el rey a estado consolando le, ahora que estaba más calmado apoyando su cabeza en el pecho del mayor quien masajeaba sus cabellos tratando de darle confort, sentía como con su cola intentaba mantenerle abrigado dándole así más cercanía para acurrucarse en su pecho

— estas tan congelado – le escucho decir al castaño quien con delicadeza le tomaba en brazos para subirle sobre la cama recostando lo. Miro como con su magia encendió la chimenea calentando un poco el ambiente dentro de su habitación y ciertamente jamás se había sentido cuidado ni validado, hasta ahora – ¿qué ocurrió?, ¿te sientes bien?

Su pregunta resono, más nunca fue obligado a responder, Dazai frotaba su cabeza contra sus cabellos disfrutando del suave contacto de su cabello, era tan cedoso y suave. Era como si sus mimos tiernos y efímeros lograrán buscar su comodidad — ¿qué tiene mi chuchu? ¿No me dirás?

Aquel tono dulzon e infantil que había comenzando a usar solo con el le hizo estremecer por lo que solo correspondió a sus mimos acariciando los cabellos del mayor quien hizo un puchero al no recibir su respuesta

— ¿no me dirás?..

Aquella súplica en las avellanas del rey le hizo doblegarse y soltó un suspiro pesado frotando su nariz con la impropia sin saber siquiera si su tierna acción sería correspondida, más, si fue haci, Osamu correspondía a sus gestos y caricias en busca de más mimos incluso su cola se entrelazaba junto a la suya atrayandole más a su cuerpo, una situación tan íntima y a su vez tan reconfortante de la cual no quería que se acabará jamás — me gusta – lo único que decidió decir en ese momento mirando aquel brillo aparecer en las avellanas del castaño

— oh, mi lindo chuchu es tan tierno..

— callate..

Si, era un poco extraño pero a su vez el rey le trataba con tanta familiaridad qué solían parecer dos adolocentes peleando por tonterías, el rey le daba solo ese trato a él, se sentía halagado y a su vez feliz de saber que podría actuar con el de manera tan normal.

Dazai odiaba cuando todos seguían sus órdenes al pie de la letra, siempre era tan fastioso que el resto le hablara con tanto respeto entendía su posicion, más a su vez, solo deseaba ser el mismo, sin finjimientos, sin mascaras qué ocultar de otras personas, solo el, Dazai Osamu, un simple hombre que deseaba encontrar una razón para seguir viviendo.

Con Chuya desde que dio aquel paso a esa amistad podía ser el mismo aunque este a veces se le salía palabras llenas de respeto también descubrió que era una fiera y era divertido hacerle enojar aunque también podía ser tan tierno que provocaba abrazarle y mimarle durante horas sin cansarse

— ¿quieres algo de comer?

— no.. Quiero quedarme así unos minutos más Samu..

— de acuerdo de acuerdo, como el rey ordene

Sus mejillas se pintaron de rojo vivo, ante aquel nuevo apodo que había escojido para eso mismo, para verle ruborizado, soltó una pequeña risita y negó con la cabeza hundiendo su cara en su hombro, el pelirrojo desprendia un dulce aroma a manzanas que le transmitía tanta paz, la mano del más bajo se aferro en sus cabellos masajeando le ni siquiera se dio cuanta cuando se había quedado dormido allí entre los brazos y caricias del pelirrojo disfrutando efímeramente de aquella serenidad qué le ofrecía el pelirrojo

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