Capitulo 7

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

El largo trayecto hacia Konoha, permitió que los pensamientos de Hinata viajaran a la vez que salió del que siempre fue su hogar. El día que se despidió de su familia, lo hizo con nostalgia de comenzar una nueva vida con el hombre que amaba y con el que pensó erróneamente, pasaría el resto de su vida. Aunque le dolió dejar atrás a sus seres queridos, se sentía feliz por hacerlo con su otra mitad... ¡Otra mitad! Si claro. Las lágrimas traicioneras resbalaron de sus orbes y de inmediato las limpió.

Su vida cambió mucho en tan poco tiempo y ahora era la esposa de alguien a quien apenas conocía. Sonrió al pensar en su actual esposo y no pudo evitar recordar su rostro llenó de confusión cuando le lanzó sus verdades. No pensaba decirle nada, pero ante los injustificados reclamos, no se pudo contener.

La noche anterior, luego de pasar el día con Neji, se había hecho tarde y su primo se negó a dejarla ir sola, así que él mismo la llevó y aseguró ir al día siguiente a recogerla. Después de todo, su auto estaba bien cuidado en el estacionamiento de las empresas Hyuga. Se despidió de Neji y se fue a su habitación ansiosa por darse un baño y ponerse ropa cómoda. En agradecimiento a Madara por comprarle el auto, se disponía a preparar la cena. Estaba en la cocina con el refrigerador abierto pensando en lo que prepararía, cuando escuchó voces en la entrada principal.

Ya con el delantal puesto, se dirigió hacia la entrada dispuesta a cuestionar que comida le gustaría, sin embargo la conversación proveniente del despacho la hizo parar en seco

Las voz femenina era la misma de la rubia que no le cayó bien y la misma que se refregaba sobre el cuerpo del azabache la noche de la cena en casa de Mito. No obstante, no fue eso lo que la enfadó, pues era evidente que ellos tenían algo, fue lo dicho por ella lo que la dejó pasmada ¿Acaso él si contaba sobre su falso matrimonio? Quizás tuvo que hacerlo para que ella no pensara mal y pudieran seguir adelante con el romance. Ellos acordaron no revelarle a nadie sobre el delicado asunto y al parecer, Madara no era muy confiable.

Sin querer continuar indagando se dispuso a irse antes que salieran, dado que se escuchaban muy acalorados y seguramente irían a otro lado, sin embargo, los gemidos combinados con los jadeos masculinos le dieron una clara señal de lo que ya estaba sucediendo ¡Vaya...! Después de todo el admirable héroe, no era tan correcto como ella creía. Frunció el ceño por tener que estar en el mismo sitio en el que ellos se demostraban cuantas ganas tenían el uno del otro. Subía los escalones dispuesta a encerraren su recámara cuando los ruidos sexuales cesaron ¿Ya? Se preguntó sorprendida.

Ella no tenía gran experiencia en el ámbito sexual, puesto que su único hombre fue Izuna, no obstante y a pesar de lo poco que compartieron juntos, él duraba mucho mientras le hacia el amor y francamente, dudaba que Madara con esa cuarta parte de tiempo hubiera logrado satisfacer a su amante... "Debe ser precoz" se dijo divertida antes de escuchar como él, le pedía a la rubia que abandonara la casa.

Ya encerrada en su habitación, se fue a la cama sin cenar. Perdió el apetito y ahora sólo sonreía pensando en ese arrogante y orgulloso hombre siendo un precoz. No iba poder verlo sin echarse a reír, ese fue el motivo por el que apenas se lo encontró mientras subía su equipaje... Sonrió reprimiendo sus impulsos de carcajearse, sin embargo, toda la diversión desapareció en el momento en que la acusó de ser inmoral ¿Como podía ser tan descarado para calumniarla mientras que era él quien rompió su propia palabra?

De nuevo sonrió al recordar las expresiones faciales que dejó en el Uchiha precoz. Eso le enseñaría a no darle clases de moral. Iba tan concentrada que el trayecto le pareció más corto y cuando reaccionó, ya se encontraba en los límites de Konoha. En ese momento sonrió genuinamente, ya que tenía muchas ganas de ver a su familia.

Apenas entró en los terrenos Hyuga, encontró los bien conocidos rostros de los trabajadores. Estacionó frente a la casa segura de haber llegado a la hora de la cena y ni siquiera lo había planeado.

—¡Hinata... mi niña!—la joven fue recibida por Ko, quien no tardó en darle un cariñoso abrazo—Te echamos mucho de menos—el Hyuga se veía muy contento con la repentina llegada de la joven a quien quería como a su hermanita.

—También yo—Ko la condujo adentro de la residencia donde iba siendo saludada por los empleados quienes al igual a Ko, también la apreciaban mucho.

—¡Miren quien llegó!—tal como pensó... su familia se disponía a cenar. Haunter fue el primero en correr hacia ella, mientras que su padre y Hanabi la veían sorprendidos.

—¿No les da gusto verme?—la morena acariciaba al perro que se veía feliz de estar cerca de una de sus dueñas.

—¿Porque no avisaste que venías?—Hanabi también se unió al abrazo y segundos después, el patriarca ya la tenía sujeta contra su pecho.

—Hija... que alegría me da verte—el mayor miró hacia la puerta buscando a su yerno—¿Y Madara no vino contigo?—de nuevo la ojiperla se preparó para mentir.

—Él se quedó en los cuarteles del ejército, ha estado muy ocupado y yo tenía muchas ganas de verlos—tal como le sucedió a Neji, su familia le creyó todo y pronto ya se habían sentado a cenar.

—Eres mala Hina, ayer que hablamos, no me dijiste que ibas a venir—se quejo Hanabi.

—Quería que fuera una sorpresa, ademas debía estar segura de mi nuevo trabajo—Hiashi la miró con orgullo.

—¿Y lo conseguiste?—ella sonrió.

—Hoy por la mañana firme contrato de exclusividad con la agencia de modelos Senju Otsutsuki—la castaña abrió la boca con asombro, dado que era uno de los lugares más mencionados en el mundo de la moda y su hermana había dado un gran saltó siendo parte de ese imperio.

—¿Trabajarás para ellos?—la morena asintió—No esperaba menos de ti... eres la mejor—Hiashi también la felicitó y ella continuó narrando como fue que gracias a Ino, logró ser considerada para ese alto puesto.

...

Como era de esperarse, el día siguiente continuaron con los cuestionamientos acerca de como era la familia Uchiha y de nuevo, su corazón dolió al mencionar los nombre de los integrantes, incluyendo a Izuna.

Kiba llegó a verla y junto a su hermana, los tres se fueron a dar un paseo a caballo. Anduvieron por los verdes prados cercanos a los terrenos Uchiha y sin querer pensar en Izuna, desvió su atención a los castaños notando algo en el comportamiento de ambos. Llevaban cuarenta minutos a caballo y aún no discutían, sino todo lo contrario, ambos se veían felices, mostrando miradas indiscretas anudado a la complicidad, lograron que sus dudas se dispararan.

—Veo que ustedes dos ya se llevan mucho mejor—Hanabi se sonrojó y Kiba se rascó la nuca mientras veía a otro lado en un intento de escapar ante el escrutinio de su amiga. No sabía como iba tomar las cosas y se sintió inseguro—Acaso hay algo que debo saber?

—Kiba y yo comenzamos a salir cuando te fuiste—el varón casi se atraganta por la sorpresa—y dos semanas atrás nos hicimos novios—Hanabi soltó la noticia lo más rápido que pudo para no titubear.

—Te juró que no me he aprobado de ella—Kiba intentó aclarar la situación—y no pienses que era un secreto, ya que tu padre si lo sabe, además iba decírtelo pero no tuve tiempo—los castaños se colocaron con sus caballos frente a frente con el caballo que montaba Hinata en espera de su reacción.

—Tardaron mucho en darse cuenta de su gran atracción—afirmó sonriendo dejando a la pareja perpleja—No me miren así, ustedes parecían ser los únicos en no aceptar lo mucho que se gustaban—Kiba soltó el aire que mantuvo contenido. Que su mejor amiga aceptará el noviazgo, lo tranquilizó pues su opinión era muy importante para él y lo último que quería era quedar en malos términos con ella.

Hanabi por su parte, sólo sonrió por la reacción de Kiba. Ella sabía que Hinata no lo tomaría de mala manera y se lo dijo muchas veces, sin embargo, él no se sentía tranquilo hasta saber que lo aceptaba.

[...]

Dentro de un restaurante ubicado cerca de la agencia de modelos, se encontraba Tobirama Senju cenando con su hermano mayor. Hashirama espero hasta la hora de salida de su hermano para reunirse con él. Tenían tiempo sin verse así que el mayor hablaba sin parar mientras que el albino sólo se dedicaba a escuchar.

—¿Porque no admites que la echas de menos y la quieres de regreso?—Tobirama se molestó por la terquedad de su hermano. Era claro que amaba a Mito y se negaba aceptarlo.

—¿Y que sentido tiene admitirlo? Ella quiere algo diferente a lo que yo quiero—soltó frustrado.

—¿Que puede ser tan grave para que te niegues a cumplirlo? Tu siempre has hecho todo para hacerla feliz ¿porque ahora es diferente? Es claro que no has dejado de amarla.

--Quiere que formalicemos lo nuestro y que abandone el ejército para formar una familia—Tobirama arqueo una ceja. Eso fue inesperado, pero al mismo tiempo sonaba muy sensato, pues no se podía sólo formalizar mientras Hashirama continuaba al mando del ejército, el matrimonio pasaria por largos periodos de separación y a eso se debía el pedido de la pelirroja—Todo empeoró con el repentino matrimonio y próximo retiró de Madara, fue después de que él diera ese pasó, que ella me echó por no acceder a siquiera pensarlo... No creí que fuera tan grabe, porque en ese momento me pareció descabellado—el castaño tenía un aura de depresión, lo que fastidiaba al albino.

—Creó que ya serviste por muchos años a nuestro país, ademas, puedes buscar un puesto en la política ¿quien mejor que tu para ser gobernador? Pronto comenzarán las contiendas para dar a conocer los candidatos y estoy seguro que no tendrás problemas en ser considerado—el mayor lo miró como si lo hubiera insultado—¿Que? No dije nada que no te hayas planteado anteriormente ¿o que? ¿Piensas quedarte en el ejército hasta que alguien más joven tome tu lugar?—Hashirama se quedó en silencio procesando la información.

—¡Demonios! Tienes toda la razón—soltó el castaño bebiendo de golpe el trago que sostenía en la mano—Mi vida estaba en completo orden y así debió permanecer... de no ser por Madara, nada de esto hubiera pasado—confesó sonriendo y su hermano rodó los ojos por el rápido cambio de humor.

—Ahora que mencionas al Uchiha... tuve el gusto de conocer a su esposa un par de días atrás y debo decir que me quede sorprendido de ver a alguien como ella siendo la esposa de ese... tosco engreído—no era secreto para nadie la antipatía que existía entre Madara y Tobirama. Nunca se habían faltado al respecto, pero simplemente, no se toleraban.

—¿En serio?—el albino asintió—Hinata es adorable y en ellos aplica lo que se dice de los opuestos que se atraen—tenía sentido dado que eran muy diferentes—¿Y donde la conociste?

—Estábamos necesitando un diseñador y Kaana la recomendó a ella, luego de entrevistarla, termine contratándola y el Lunes comienza a laborar con nosotros—Hashirama sonrió complacido, pues la esposa de su amigo le dio muy buena impresión y por lo que pudo escuchar, ella tenía talento—Espero no equivocarme pero estoy seguro que ella sera una buena adquisición para nuestro equipo.

—¡Ya veo...! También a ti te logró impresionar ¡eh!—Tobirama se limitó a guardar silencio y recordó que en efecto, ella le causó muy buena impresión... Estaba seguro que ella no iba causar problemas laborales como les sucedía a muchos nuevos talentos.

—Regresando a tu problema ¿piensas buscar a Mito? Porque tu humor es algo volátil e impredecible cuando no estas con ella.

—Aún tengo que pensarlo, además, no se si querrá verme luego de lo que pasó la última vez que nos vimos—el Senju recordó cuando Mito se puso como fiera y terminó echándolo sin miramientos.

—No te tomes mucho tiempo pensándolo recuerda que alguien más puede ganarte el lugar en su corazón—la cena continuó y al separarse, los dos tomaron caminos diferentes, sin embargo, Hashirama había escuchado los consejos de su hermano sobre retirarse y pensó que quizás él tenía razón... tal vez era hora de retirarse y tomar otro proyecto en su vida.

[...]

—El monitor mostraba la pequeña figura mientras el médico realizaba los movimientos sobre el abdomen de Mei. Izuna estaba parado a un lado con su hijo en brazos mirando hacia la pantalla.

—Es un niño—afirmó el médico mirando a los padres.

—Tendrás un hermanito para jugar—afirmó Mei a su primogénito.

—¿Esta todo bien con él?—cuestionó Izuna con preocupación y sintiéndose culpable por no poseer la misma emoción que tuvo con Kento, no obstante, el bebé también era su hijo y desde que supo de su existencia, ya lo quería.

—Este jovencito está en perfectas condiciones—el azabache asintió. A pesar de los múltiples desacuerdos con su esposa, esa mañana no pudo declinar acompañarla al cheque médico. Lo único rescatable de ese fracturado matrimonio, eran sus niños y Kento era prácticamente la única alegría que le quedaba al llegar a su hogar después de pasar el día en la oficina. Desde la maldita noche de la cena en casa de su hermana, no dejaba de lado la amargura que le causó ver a su hermano besar a Hinata. A partir de eso, su ánimo decayó considerablemente, pues sabía que si Madara se lo proponía, terminaría enamorando a su ojiperla y logrando que ella lo olvidará, no obstante, también su hermano terminaría perdido por ella y cometiendo locuras, tal como las cometió él.

—Gracias por todo—los tres salieron del consultorio y se dirigieron al auto. Izuna acomodó a su hijo en el asiento infantil, luego se fue al lado del conductor. Debía ir a dejar a Mei y a Kento en su casa y él regresaría a la oficina, donde pasaba la mayor parte del día.

—¿Que pasa contigo últimamente?—inquirió Mei dado que su esposo parecía actuar en automático, ya ni siquiera peleaba con ella como lo hacía anteriormente, ahora sólo la ignoraba y se la pasaba suspirando mientras jugaba con el niño. No tenía pruebas, pero sospechaba que su ánimo tenía mucho que ver con Madara y con la mocosa Hyuga.

—Ahora no Mei... no frente a Kenzo por favor—no tenía la intención de repetir lo mucho que lamentaba haberse casado con ella y lo idiota que fue al dejarla embarazada de su segundo hijo. Aunque Kento era pequeño, no le haría ningún bien escuchar los constantes desacuerdos entre sus padres.

—¿Entonces cuando? ¿Cuando si estarás dispuesto hablar?—las hormonas de Mei la llevaban al límite—Tienes tiempo de estar muy raro y aunque no me lo digas se que peleaste con Madara y ustedes dos nunca antes se habían ido a los puños—el azabache continuó en silencio y no dejó que las provocaciones de su esposa lo hicieran reaccionar. El sentimiento de tristeza parecía carcomerlo por dentro y su vida se semejaba a un hoyo oscuro de dolor, aun se negaba a perder lo único bueno que había podido conseguir además de Kento... Hinata era su razón de sonreír y saberla tan ajena después de ser suya, lo hacía hundirse más y más en el dolor.

Bajo a su hijo cuando llegaron y después de darle un beso, se despidió de ambos para regresar a la oficina donde lo esperaba una junta con inversionistas extranjeros.

...

—¿Como está tu esposa y el bebé? ¿Ya saben el sexo?—cuestionó Shisui cuando lo miró saliendo del elevador. Sasuke se unió a ellos y los tres se dirigieron a la sala de juntas donde esperarían a sus posibles socios.

—Todo bien... y será otro niño—respondió sin emociones, lo que llamó la atención de sus sobrinos, quienes también se percataron del cambio que mostraba los últimos días. Ellos dos eran muy cercanos a él, incluso se pusieron de su lado en el conflicto de Mei, mientras que Itachi y Obito, eran más cercanos a Madara.

—¿Te pasa algo? No te veo muy entusiasmado como lo estuviste antes de nacer Kento—soltó Sasuke intentando descifrar el verdadero motivo por el que su tío se encontraba en ese estado.

—Lo mismo de siempre... ya saben, las continuas discusiones con Mei—por supuesto que ellos lo sabían, puesto que tiempo atrás les comentó sobre el inminente divorcio, sin embargo, ella volvió a quedar embarazada y el divorcio pasó a segundo plano ¿Sería que había encontrado a otra mujer? ¿Acaso se enamoró de alguien más y ella se enteró que no habría separación?

—Te enamoraste de alguien mientras planeabas el divorcio ¿no es cierto?—Izuna se dio la vuelta en la silla que ocupaba y evitó la mirada de ambos chicos. Ellos no necesitaban una afirmación, su actitud se los dejó en claro.

—Sabes que siempre puedes contar con nosotros para cualquier cosa que necesites, así sea incorrecta—añadió Shisui—Ahora cuéntanos ¿quien es ella?—el mayor se quedó en silencio pensando en si debía confesar o no, sobre la identidad de Hinata, no obstante, debía decirles todo lo que hizo. Ellos no lo juzgarían y su carga sería mas llevadera.

—Lo que les voy a decir es algo muy delicado y como tal, involucra a personas inocentes dejándome a mi, como el principal culpable... Me enamoré perdidamente de una mujer a la que engañé y...—los dos sobrinos se tuvieron que quedar con la duda debido a la llegada de los inversionistas. Izuna suspiró y agradeció no haber dicho nada, quizás era mejor no confesar nada por el momento.

[...]

Madara pasó los dos días posteriores a la partida de su esposa, en su finca sin querer salir a ningún lado. Paso de estar molesto, avergonzado y finalmente ansioso ¿como iba poder disculparse con ella luego de lo que hizo? ¿Porque fue tan descuidado? Ella le estaba haciendo un favor y él no cumplió con lo único que le pidió.

Intentando pensar con claridad se mantuvo realizando labores que lo mantuvieron ocupando, como arreglar la piscina en su totalidad, también se encargó de los jardines y todo lo que veía... cualquier cosa era mejor que pensar en el ridiculo que hizo frente a la Hyuga.

El Domingo se levantó temprano y salió a correr como lo hacía a diario. Ese día regresaría Hinata y como en pocas veces en su vida, se sentía muy ansioso ante lo que pasaría cuando se miraran. Miles de posibilidades invadieron su cerebro, las cuales no eran buenas.

Se duchó y bajó las escaleras con la intención de ir a la cocina, no obstante, la presencia de alguien lo hizo detener sus pasos.

—Hasta que terminaste, necesitaba hablar contigo... es urgente—Madara puso los ojos en blanco.

—¿No crees que es algo temprano para invadir mi casa?—las risas del Senju resonaron por toda la propiedad, logrando que el azabache se rindiera, iba tener que escuchar hablar a su amigo, de cualquier cosa que lo estuviera atormentado.

—¡Vamos...! No seas gruñon y mejor desayunemos lo que compré para los tres, aunque es una lástima que tu linda esposa no nos acompañe... ya me dijeron los guardias que no se encuentra aquí—Hashirama quería conversar con Madara pues no había dejado de pensar en lo que habló con su hermano y al día siguiente fue a casa de Mito. Sin saber como lo recibiría, cometió la estupides de comprar un cachorro de pastor Alemán. A su ex novia le gustaban mucho los animales, incluso en varias ocasiones le pidió comprar uno... Sin dudarlo, estaba seguro que con eso, sería mas fácil pedir disculpas, sin embargo, todo le salió mal... Mito era alérgica a los perros y la mascota que le pidió era un gato. La fémina lo echo de su apartamento, en el cual tampoco se permitía tener perros. La pelirroja le reprochó llorando que durante todo el tiempo juntos, no la conocía y por ende, tampoco la amaba lo suficiente como para prestarle atención.

—¿Que te tiene tan preocupado Hashirama?—el Senju salió de sus pensamientos y miró a su amigo buscando la mejor manera de contar lo que tenía en mente... hubiera preferido que Hinata estuviera cerca, Madara era más dócil con ella.

—Después de pensarlo por mucho tiempo, creo que también me retiraré del ejército... le dejaré mi puesto a las nuevas generaciones—Madara no se sorprendió, dado que ya se lo esperaba, sobre todo, con el rompimiento con la Uzumaki—Como era de esperarse Mito no me volvió a llamar y fui yo quien fue hasta ella, incluso le lleve un pequeño regalo—algo andaba mal según los pensamientos del Uchiha, de lo contrario, Hashirama no estuviera con él, dándole rodeos al tema.

—¿Y que pasó? ¿Te perdonó?—se estaba impacientando.

—Bueno... ella ni siquiera me dejó contarle nada, porque apenas le presente el regaló y me echo a la calle—el azabache se tomo el puente de la nariz ante los lloriqueos del hombre mas poderoso de todo el ejército... Era increíble lo que hacía el amor en las personas.

—¿Que fue lo que le regalaste para que reaccionara así?—estaba seguro que ese tarado le llevó ropa en otra talla, quizás mas grande y la fémina creyó que la consideraba gorda. A veces las mujeres eran todo un misterio y no sabían con que podían ofenderse.

—Yo... bueno, lo que sucede...—no sabía como iba a reaccionar ante su pedido—es sólo que no puedo regresarlo y por ahora no puedo tenerlo conmigo, así que lo traje para ustedes... creo que Hinata estará contenta.

—Hashirama estás agotando mi paciencia... ¡Habla de una maldita vez! ¿Que demonios compraste para que te echarán?—ahora ya estaba preocupado, por las intenciones del castaño. El Senju no dijo nada, salió por unos segundos y al regresar, traía una correa sosteniendo el cuello de un cachorro con él. En realidad Madara quería asesinar a su amigo.

—¡Aquí lo tienes!—Hashirama puso las manos juntas como si estuviera rogando—¿Apoco no es adorable?

—Si mal no recuerdo, Mito mencionó que era alérgica a los perros y que siempre quiso un gato—el castaño puso un aura deprimida, ya que incluso su amigo lo sabía y él que vivía con ella, no le prestó atención—¡Eres un tarado!—le gritó furioso, cuando miró al cachorro orinándose junto a la chimenea—No se quedara aquí, búscale otro sitio—Madara no iba dejarse convencer, el perro se iba y eso era todo.

—Madara... no tengo a donde llevarlo, ademas ya le gustó tu finca, incluso escarbó en el jardín—el Uchiha sintió que una vena le palpitaba en la frente. El tarado dejo que esa bestia entrara en el jardín que acababa de arreglar.

—Controla a esa bestia y sácalo de mi casa—el cachorro mordía uno de los tenis de Madara y el control del moreno se terminó por completo.

—Eres un insensible—el Senju se disponía a llevarse el cachorro, cuando escucharon la puerta de la entrada ser abierta seguida de voces.

...

Hinata se despidió de su familia en Konoha y salió muy temprano con rumbo a la finca donde vivía. Su intención era llegar a media mañana para preparar todo lo necesario, puesto que el día siguiente sería su primer día en el trabajo.

—Bienvenida señora—la morena correspondió al saludo de los guardias y se adentró en la propiedad. Uno de ellos siguió el auto y le ayudó con el equipaje.

—Gracias por todo—el varón asintió, al mismo tiempo que abría la puerta para que ella entrará—Sólo dejé todo en el piso, yo lo llevaré mas tarde a mi habitación—el guardia colocó la maleta en el piso. Escucharon ruidos y ambos miraron adentro—¡Hola bonito...!—la Hyuga se colocó a la altura del cachorro  y este no tardo en lamerle el rostro—Sientes el olor de Haunter ¿verdad?—estaba tan entusiasmada con el adorable animal que ni siquiera pensó de dónde venía.

—Con permiso señora—el guardia se despidió sonriendo y mirando la escena.

—¡Hinata estás de regreso mi amor!—la morena frunció el ceño y se levantó molesta. Estaba lista para poner en su lugar a Madara por burlarse de ella y cuando estaba por hacerlo, enfocó a Hashirama Senju sonriendo frente a ella—¿Como estuvo tu viaje bonita?—Madara camino hacia ella, la abrazó y la beso en los labios, mientras ella maldecía internamente.

—Todo bien... incluso llegué temprano—no podía ser grosera frente a Hashirama, así que continuó—¿Como esta señor Senju?—saludo al castaño con respecto.

—No me llames señor Senju, después de todo, eres la esposa de mi mejor amigo y me enteré que desde mañana, trabajaras con mi hermano... para ti soy Hashirama, sólo llámame así ¿de acuerdo?—la ojiperla asintió y Madara frunció el ceño sintiendo que algo se le escapaba de las manos.

—¿De quien es este cachorro? Es precioso—aprovechó para liberarse del abrazo del Uchiha y de nuevo se puso a la altura del animal.

—¿Te gusta?—el azabache fulminó al castaño con la mirada, al intuir sus intenciones.

—Claro... es la misma raza que mi Haunter, el perro que papá nos regaló a mi hermana y a mi—la morena sonreía contenta por los juegos del perro.

—Hashirama es hora de que te ret...—el castaño lo interrumpió deliberadamente.

—Me alegó que te guste porque lo traje como regalo para ustedes... ¡Claro...! Si estas de acuerdo—Madara quería gritar por la frustración. Era demasiado para un solo día. Primero el regreso de su esposa, luego el trabajo de ella con Tobirama y como cereza del pastel, su amigo queriendo imponerle un perro—Dire la verdad, lo compré para mi novia pero ella es alérgica a los perros y no tengo a donde más llevarlo—Hinata se conmovió con la tristeza del castaño y por la suerte que correría el perro en caso que ellos no lo aceptaran.

—¡Por todos los cielos!—abrazo emocionada al animal—Si si claro que estoy de acuerdo... muchas gracias Hashirama, estoy muy feliz y lo cuidaremos muy bien ¿verdad Madara?

—¿Estas segura bonita? No tienes que aceptarlo sólo porque no tiene a donde ir, de ser así, yo puedo buscarle un buen lugar para vivir—el Uchiha no estaba de acuerdo, no creía que pudiera compartir la casa con un perro.

La ojiperla se percató de la discrepancia entre ambos amigos. Era claro que Madara no quería al cachorro y Hashirama trató de convencerlo sin éxito hasta que llegó ella... De verdad iba disfrutar dar una respuesta—Por supuesto que estoy segura mi amor... quizás después podemos buscar otro más, yo amo los perros—se puso de pie y se acercó a él colocando sus pequeñas manos en el pecho masculino de forma sugestiva—No hay problema contigo ¿verdad mi vida?—levantandose de puntitas, le roso los labios con los suyos, luego dejó besos en el cuello mientras bajaba los pies. Quería echarse a reír sintiendo como el cuerpo de Madara se puso rígido por los toques y lo único que pudo hacer fue asentir con la cabeza. No es que ella se sintiera bien al estar cerca de él, pero quería al perro y sabiendo que con eso molestaba a su precoz esposo, el sentimiento se duplicaba.

—Lo sabía, estaba seguro de haber encontrado el lugar perfecto para este pobre animalito... Te lo agradezco mucho Hinata, eres la mejor—el azabache aun no se recuperaba de la maniobra hecha por la Hyuga, se había burlado de él y ella lo sabía. Lo único que finalmente lo despertó del transe fue el desvergonzado comportamiento de Hashirama, quien de nueva cuenta, besaba la mano de su esposa.

—Dijiste que tenías una cita y creó que si no te retiras llegarás tarde—el Senju entendió la molestia del Uchiha y sonrío--después de todo, ya conseguiste un hogar para ese... para el perro.

—Tienes razón ya debo irme... De nuevo gracias Hinata y siéntete libre de pedir mi ayuda cada vez que lo necesites, nunca olvidaré este favor—el azabache rodo los ojos con molestia. Le urgía hablar con su esposa y ese tarado se negaba a marcharse.

—Al contrario... soy yo quien debo agradecerle por pensar en nosotros y la próxima vez que nos visite espero conocer a su novia—la morena tomó sus pertenencias y se llevó el cachorro con ella dejando a los varones atrás.

—Ya encontrare la manera de combrarme esto—Hashirama de nuevo se carcajeó y el Uchiha lo saco de la casa prácticamente a empujones. Miró las escaleras y no quiso esperar por más tiempo, debía hablar con Hinata lo antes posible.

—Debemos escoger un nombre para ti pequeño—el perro olfateaba toda la habitación mientras ella guardaba sus cosas antes de salir afuera con él—¿Que te parece Gengar?—ademas de Charizard, ese nombre era uno de los que quería para nombrar a Haunter.

—¡Hinata!—la ojiperla se giró y enfocó a su esposo en la puerta—Se lo que tuviste que presenciar y te debo una disculpa... no cumplí con parte del acuerdo y me excedí al acusarte injustamente sin merecerlo, siendo yo quien mantuve un comportamiento inadecuado—eso, si que sorprendió a la morena, que Madara se disculpara por su comportamiento, la dejó boquiabierta.

—Todo bien, usted no me tiene que explicar nada y quizás me excedí al pedir no traer a su mujer, después de todo, esta es su casa y no hay lugar más seguro para evitar que los vean juntos que aquí mismo— de hecho era lo más coherente.

—No, de ninguna manera volveré a faltarte al respeto, ella no regresará aquí y tampoco se acercará cuando estemos en público... ya se lo deje claro.

—Supongo que así es, aunque pensé que no diríamos sobre el falso matrimonio, sin embargo ella lo sabe todo... y tranquilo, no le estoy reprochando nada, simplemente es bueno saberlo para cuando también yo se lo aclaré a quien crea conveniente—la ojiperla pensaba en sus amigas y por supuesto en Neji, dado que era muy pesado cargar con todo ella sola. Madara por su parte, solo imagino que se refería a un hombre. Trató de explicar que Samui ya lo sabia, pero la morena ni siquiera le puso atención dejando claro que no le creía nada y que no le importaba lo que él hiciera con su vida. El saber que la ojiperla ni siquiera sintió celos, lo desanimó.

—¿Trabajarás con Tobirama Senju?—moría por saberlo pero no podía preguntarle a Hashirama, de hacerlo, sospecharía que no había comunicación entre pareja.

—Así es, antes de irme a Konoha firme contrato con ellos y mañana comenzaré... Como verá, la casa estará la mayor parte del día libre de mi presencia y usted puede sentirse libre—el azabache no se sintió feliz con la noticia, por alguna razón que no entendía, le molestaba saber a su esposa cerca del Senju.

—Yo tampoco estaré aquí Hinata... fui nombrado jefe de la policía en el mismo departamento donde están mis sobrinos... por lo tanto, ambos laboraremos durante el día y en mi caso, quizás también en la noche dependiendo del caso que investiguémonos—la morena lo miró con preocupación ¿porque su esposo siempre tenía que exponerse a los peligros? El perro se acercó a Hinata desviando sus orbes de las perlas negras en las que se había quedado atrapada.

—¿De nuevo expondrá su vida día tras día?—sabia que no tenía derecho a preguntar, sin embargo, no lo pudo evitar, esa era su naturaleza, preocuparse siempre por quienes la rodean y con él, no sería diferente.

—No lo haré como en el ejército, pero... siempre habrá peligros a los cuales enfrentarse y los enfrentaré con gusto sabiendo que de ese modo mantengo más seguras a las personas que son importantes para mí—su afirmación la hizo sin apartar la mirada de la ojiperla, quien terminó muy sonrojada. Era como si se lo estuviera diciendo a ella y ese pensamiento la abochorno.

—Q-que hay del cachorro ¿porque n-no lo quería aquí?—cuestionó desviando las orbes a otro lugar en un intento de controlar el nerviosismo ante sus pensamientos.

—Ahora que mencionas ese tema, debo decir que no jugaste limpió Hinata y tu lo sabes—la mirada de súplica que ella mostró era algo muy peligroso. Ella podía conseguir cualquier cosa que deseara si usaba sus encantos, aunque ni siquiera era consiente de hacerlo—Me provocaste con el único fin de conseguir lo que querías—afirmó con seriedad.

—L-lamentó mucho si se sintió así, pero yo quería quedarme con él—se formó un nudo en su garganta al pensar que Madara no lo quería en su hogar. No se le ocurrió pensar en eso y no iba ser justo para el cachorro recibir malos tratos—si-si su presencia no es grata, le pediré a Neji que busque un sitio donde puedan cuidar de él hasta que nuestro matrimonio concluya.

—No se trata de eso bonita... si me hubieras dicho que querías un perro yo mismo te lo traería hasta aquí.

—¿Entonces cuál es el problema?—preguntó confundida.

—Yo me refiero a los métodos que empleaste para lograr tus objetivos—la morena se tensó cuando el Uchiha se acercó a ella y lentamente levantó su barbilla consiguiendo que lo mirara, lo cual fue contraproducente para él, ya que apenas se vio dentro de esas exóticas perlas y sintió electricidad por todo su cuerpo. Hinata al igual que el azabache, también se quedó presa de las oscuras orbes. No era la primera vez que le ocurría y la primera vez, creyó que se debía al parecido de Madara con Izuna, sin embargo, ambos eran muy diferentes. Madara la ponía muy nerviosa y lograba que su corazón latiera con frenesí, incluso desde el primer día que lo conoció—No soy de hielo Hinata... y tu estás jugando con fuego—la sensual voz cerca de su oído le erizo la piel. El azabache se acercó más a ella completamente segado por ella por su aroma y su belleza que lo habían llevado al límite.

—¡Deténgase...!—la joven lo apartó justo antes de que la besara—No vuelva hacerlo—exigió cruzando los brazos sobre su pecho.

—¿De verdad no quieres que lo haga de nuevo?—se percató de lo nerviosa que la puso y quiso ir por más de ella—¿No te gustaría probarme a mi en vez de buscar a otro?—para ese momento ya la había acorralado contra la pared.

—¿Que le pasa? ¿De que habla? Esto no tiene nada que ver con nosotros... yo no tengo tiempo para sus juegos y usted ya tiene a alguien... No volveré a ser "la otra"de ningún hombre—sin decir más, la chica se liberó, tomó el cachorro y salió de su propia habitación, dejado a Madara muy confundido.

El azabache salió y se fue a su recámara... necesitaba un trago para tranquilizar su mente ¿que demonios le estaba pasando con esa mujer? Él nunca antes se portó así. Sirvió un whiskey y se acercó a la ventana con vista a la alberca. Desde ahí, la miró jugando en el pasto con el perro. No podía negar lo mucho que ella le atraía, incluso le molestaba saberla con alguien más, era claro que no la amaba, sólo la deseaba e inconscientemente se preguntaba porque ella no podía verlo de igual manera, sin embargo, conocía su forma de pensar y haberlo visto con otra mujer, sólo agrandaba la distancia que su esposa se encargó de colocar entre ambos.

Hinata le pidió a uno de los guardias cuidar del perro mientras ella estaba en la agencia. El varón asintió y ella se fue hacia los jardines. Se sorprendió con los cambios y no pudo evitar tocar sus labios, su corazón aún no lograba tranquilizarse y esos recuerdos empeoraban todo. Tratando de no pensar, jugo con Gengar y de nuevo se sorprendió con el bonito aspecto de la alberca, la cual ni siquiera era visible durante el tiempo que llevaba viviendo allí, al parecer, su esposo estuvo ocupado durante el tiempo a solas.

Aún sonrojada por lo sucedido con el azabache y por correr con su perro, se dijo a si misma que debía guardar la distancia lo más posible con Madara.


Continuara.

Me disculpo por la demora como por las faltas de ortografía que seguramente se me quedaron, en cuanto las encuentre las iré corrigiendo. Se que debía actualizar Cuando tú llegaste, pero terminé primero este capítulo. Trataré de finalizar Arrepentidos y El acuerdo, pero no garantizo que no escriba otras actualizaciones de No quiero ser ella y de Acorralada. Les agradezco la paciencia.😊💕

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