Capitulo 19

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

—Y bien ¿que les parece?—el sujeto apodado como el Raikage, sostuvo una de las fotografías entre sus manos y delineó con sus dedos los contornos de la imagen mostrada en ella.

—Me gusta, me gusta mucho—afirmó, mientras se lamía los labios. Orochimaru sonrió complacido con la respuesta—y por supuesto, la quiero para mi harén ¿cuándo puedes tenerla lista?—cuestionó con seguridad y sin soltar la fotografía.

—No tan rápido... como ya dije antes, hay muchos otros interesados en tenerla, no solo por su exótica belleza, sino también por ser la esposa de Madara Uchiha... inclusive, he pensado en lo mucho que obtendría prostituyéndola sin dejarla ir—Kabuto miró a los tipos ahí reunidos y sonrió. El plan de Orochimaru había sido un éxito, esa mujer los haría ganar muchos millones.

—Si decides quedártela, pagare lo que equivale a un año para que este solo conmigo—repuso Isshiki—el mal nacido Uchiha, arruinó muchos de mis negocios mientras estuvo en el ejército y será muy gratificante desquitarme con su bella esposa—Isshiki Otutsuki era pariente lejano de Indra y Ashura, con quienes nunca mantuvo contacto, ya que Indra también se encargó de truncar varios de sus negocios.

—Triplicaremos el precio—repusieron los gemelos Ginkaku y Kinkaku, quienes estaban al frente en el negocio de tráfico humano en Rusia—pero queremos que también consigas a la rubia que está con el sobrino de Madara—entre las fotos de la ojiluna, también se encontraban las de la noche donde homenajearon al Uchiha mayor, por lo tanto, Ino, apareció junto a Sasuke y Hinata, atrayendo la atención de ambos tipos—Es evidente que ellas nos generarán cuantiosas ganancias y también alianzas—Kabuto levantó una ceja y miró asombrado las cuantiosas sumas que esos tipos estaban dispuestos a ofrecer por esa mujer no obstante, ahora también se incluía la Yamanaka y eso podía ser mas arriesgado.

—Sera cómo matar dos pájaros de un tiro—repuso un alto hombre, quien se hacia llamar Zabuza. El sujeto era un despiadado asesino y traficante de armas—ganaré dinero con la Hyuga y mantendré un tiempo a esa hermosa rubia en mi cama—sin mas, el varón se guardó la fotografía donde se apreciaba Ino.

—Bien, ya veo que hay muchos interesados por la esposa de Madara, por lo tanto, en cuanto la tenga, la venderé al mejor postor... y para los que estén interesados en la señorita Yamanaka, deberán saber que de lograr conseguirla, el precio aumentará considerablemente, así que estén preparados con efectivo, ya saben que no acepto cheques—no había planeado ofrecer a Ino, pero ahora que lo pensaba, era una excelente idea. Siendo amigas, podía atraerlas al mismo tiempo con un buen plan y de ese modo, duplicar el capital.

—Escuché que Danzo quiere para él a la esposa de Madara ¿que hay de cierto en esa información?—preguntó Haku, un joven de aspecto femenino, quien era el socio de Zabuza.

—De ser así, podría interferir en la subasta—soltó el Raikage—Ese viejo es muy obstinado cuando se obsesiona y no ha pasado desapercibido el gran parecido que tiene esta preciosidad con Hikari Hyuga—quienes conocían a Danzo, fueron testigos de los muchos errores que cometió por estar enamorado de aquella hermosa joven, misma que se suponía, debía cuidar como a su propia familia.

—Efectivamente, ella es hija de la difunta Hikarí Hyuga—aclaró Orochimaru—pero eso no cambia nada las negociaciones... a menos claro, que le teman a Danzo—de inmediato se escucharon las protestas de los ahí presentes, argumentando que no temían miedo a nadie.

—De igual manera, si no lo sabe, él no podrá hacer nada para evitarlo—añadió Kabuto para apaciguar los ánimos.

—En lo que a mi respecta, ese anciano no tiene relevancia, por lo tanto, mi oferta sigue en pie y si decides ponerla en venta, desde ahora les aviso que me la quedaré para mi—repuso el Otutsuki, recibiendo una mortal mirada del Raikage, quien no pensaba dejar escapar a esa mujer, incluso si se veía obligado a asesinar al Otutsuki.

—Eso está por verse, pues nuestra oferta también sigue adelante—anunciaron los gemelos y pronto, los otros reunidos estuvieron de acuerdo con el plan inicial.

Antes de despedirse, Orochimaru les dijo que los llamaría cuando la tuviera en sus manos y muy lejos de Madara. Los sujetos estuvieron de acuerdo y poco a poco, se fueron marchando con una agradable satisfacción. Si bien es cierto que no podían tocar al Uchiha, sería extraordinario dañarlo por medio de su mujer, misma que además, les haría ganar miles de dólares.

—¿De verdad cree que no habrá problemas con Danzo? Me refiero a que él es uno de los principales traficantes del país y además, también tiene conexiones en el departamento de justicia—Kabuto aun tenía dudas sobre las repercusiones que podría traer vender a esa mujer, ya que no solo se echarían encima a Madara Uchiha, sino también a Shimura. No podían dejarse engañar por su edad, pues ese tipo solía ser muy despiadado cuando se trataba de salirse con la suya.

—¡Vamos!—Orochimaru sonrió ante las dudas de su cómplice—No me digas que te estas acobardando ¿o es que no confías en mi?

—No es eso lo que quise decir, pero ambos conocemos bien a Shimura y sabemos de lo que es capaz.

—Ya deja de preocuparte y déjalo todo en mis manos—con una siniestra sonrisa y unas palmadas en el hombro del peligris, Orochimaru se alejo del salón donde se llevó a cabo la reunión. Kabuto soltó un suspiro y optó por confiar en su mentor, después de todo, él siempre actuaba con la misma sagacidad de una serpiente y hasta el momento, les había dado muy buenos resultados.

[...]

—Me alegro mucho de verla ya más tranquila?—Hinata sonrió genuinamente—¿Su familia está bien?—así era Tobirama Senju, quien siempre aparentaba desinterés y apatía hacia las personas que lo rodeaban, pero solo era una mascara, dado que el hombre se preocupaba por quienes consideraba cercanos a él y ella se sintió afortunada de formar parte de ese selecto círculo.

—Le agradezco mucho por preguntar—aceptó el café que ella le ofreció, como el folder donde se hallaban los diseños que le había pedido antes de irse a Konoha—y mi familia se encuentra bien, aunque un poco apresurada con los preparativos para la próxima boda de mi hermana.

—¿En serio?—ella asintió—¿Y para cuando es la boda?—ya no hacia falta disculparse por inmiscuirse, pues ellos ya habían dejado ese periodo atrás y ahora mantenían un nivel de cordialidad y respeto mutuo.

—En dos meses—el Senju arqueo una ceja y ella sonrió—créame, también pensé que Hana estaba embarazada, pero no es el caso—Tobirama se apenó por la deducción de lo que pensó.

—Lo siento, no fue mi intención—el Senju sostuvo la invitación que ella le entregó y suspiró sintiéndose mas avergonzado.

—Por favor, no se disculpe, le aseguró que incluso mi padre lo pensó y contrario a lo que creí, Hanabi ni siquiera se sintió ofendida—ella le fue narrando lo sucedido y pronto él también se estaba riendo.

—Espero que todo salga bien y cuando necesite ausentarse, solo avíseme y yo me haré cargo de todo.

—De hecho—la joven debía informarle sobre el vestido. No es que ellos le fueran a prohibir diseñarlo, de eso estaba segura, sin embargo, tenía un contrato firmado y debía portarse profesionalmente—Hanabi me pidió diseñar su vestido de novia y no puedo iniciar nada hasta tener su aprobación.

—Es evidente que no nos equivocamos con usted—la ojiluna no supo si era un cumplido, o por el contrario, se trataba de un reproche—Desde que llegó aquí, ha demostrado un alto sentido de profesionalismo, incluso ahora que se trata de su propia familia—ella dejó escapar el aire y se sonrojó—y sobre su petición, nos sentiremos agradecidos de brindarle lo que desee para su proyecto. Está de más aclarar, que Kanna también estará de acuerdo conmigo, así que debe darse prisa, dos meses es muy poco tiempo, pero estoy seguro que lo logrará.

—Se lo agradezco mucho y le garantizo que no descuidaré mis deberes con ustedes—el albino lo sabía, por lo tanto, ni siquiera dudo en darle una vez más toda la confianza que ella misma se ganó por sus méritos.

...

Tal como le aseguró Tobirama, Kanna llegó a su oficina y puso a su disposición todo lo que pudiera necesitar, no obstante, Hinata ya tenía la mayor parte de sus herramientas en su hogar y de ese modo, no interferiría en su trabajo.

Nadie habló sobre lo ocurrido con ese arreglo de flores, pero ella se percató de la vigilancia que había en el estacionamiento, como en las puertas de la agencia y ese detalle le dio una ligera sensación de tranquilidad a su alma. También estaba la vigilancia que Madara se empeñó en darle, por lo tanto, podía concentrarse en todos sus pendientes, sin preocuparse de mas.


[...]


¿Hablas en serio?—Madara asintió, era él quien más consternado había estado desde que habló con el padre de su esposa acerca de Shimura y su insana obsesión por ambas mujeres Hyuga—Ese vegeté podría ser su abuelo ¿como puede pensar en tener para él a una mujer como Hinata?—Obito se sintió asqueado con la idea—además, dudo mucho que aun funcione su maquinaria—de no haber sido por el codazo que le propinó Itachi, Obito estaría soltando carcajadas, sin embargo, considerando la seriedad del tema, entendió el mensaje y se silenció.

—Es inesperado, aunque viniendo de él, no debería sorprendernos—repuso Itachi. El muchacho se veía pensativo y Madara supuso que estaba atando cabos mentalmente, tal como lo hacía en las investigaciones—No esta de mas decir, que deberas reforzar la vigilancia hacia Hinata, es evidente que ella corre peligro.

—Lo se y créanme, recurriré a absolutamente todo lo que conozco para no perderla de vista... literalmente, todo—aseguró con seguridad.

—¿Y que pasa si resulta no ser Shimura?—cuestionó Obito luego de pensarlo detenidamente.

—Me estaba haciendo la misma pregunta—añadió Itachi, quien estuvo planteándose diferentes posibilidades.

—Esa misma pregunta me hizo el señor Hyuga... y al no tener una respuesta, él me sugirió mudarnos a Konoha, cree que Hinata estaría mas segura allá, el sitio donde todos la conocen y por ende, el lugar que la mantendrá segura, tal como sucedió con su madre, sin embargo, a pesar de ser una buena alternativa, no es una solución permanente. No puedo truncar su carrera por no ser lo suficientemente bueno para mantenerla segura—Madara se palpo las cienes con frustración, estaba entre la espada y la pared. Sus sobrinos eran los únicos con quienes podía desahogarse y entre mas información tuvieran, sería mejor para mantener segura a su esposa—¡Maldita sea, nunca me había sentido así!—exclamó elevando la voz.

—Tranquilo, no es bueno perder el enfoque, en estos momentos es cuando mas alerta debes estar y aunque es una situación complicada, debes pensar como detective—Itachi sabía que un solo error, podía resultar fatal y eso exactamente era lo que esperaba el acosador.

—Lo se, pero con solo imaginarla en peligro, siento que se me acaba el mundo—el comentario no sorprendió a Obito, pues él seguía creyendo que el matrimonio había sido como le contaron a todos, sin embargo, para Itachi era diferente y ahora ya no tenía dudas, su tío estaba muy enamorada de la ojiluna.

—En mi opinion, creo que debes informarles a tus amigos mas cercanos, me refiero a Hashirama e Indra, ademas, no podemos dejar de lado a Neji, él también podría ayudar, después de todo, él ha demostrado cuidarla como un fiel guardián—sugirió Itachi.

—Estoy de acuerdo—Obito coincidió con su primo—incluso, Shishi, el tío Izuna y Sasuke, también podrían ayudar cuando no estemos cerca—Madara se atragantó con su bebida e Itachi suspiró. Claro, eso hubiera sido muy buena idea, sin embargo, Izuna era alguien a quien la pareja no quería cerca.

—Por ahora prefiero que esto quede solo entre nosotros, recuerden que además de ustedes, nadie de la familia Uchiha está capacitado para enfrentar problemas como este—Obito quiso argumentar, pero Itachi apoyó a Madara en su decisión—Sobre Indra y Hashirama, supongo que no tengo otra alternativa, después de todo, luego del incidente en la agencia, ya deben saber que algo está ocurriendo—el azabache sabía que Tobirama no diría nada, aunque le doliera admitirlo, el tipo era un hombre de honor y se mantendría en silencio, no obstante, Kanna ya lo sabía y por ende, debió comentarlo con Ashura, así que era cuestión de tiempo para que surgieran las preguntas de sus amigos.

—¿Y ya se lo dijiste a ella?—cuestionó Itachi.

—Le comenté sobre el peligro que corre, pero no le dije nada sobre mis sospechas acerca de Danzo, ya saben, tampoco es ético lanzar acusaciones sin tener pruebas que lo respalden, además, tendría que contarle todo lo que hable con su padre y no se como lo podrá tomar.

—Yo se como lo tomará—soltó Obito, atrayendo las miradas hacia él—con asco—señaló lo que para él, era obvio—y no bromeó, creo que al saberlo, ella optará por mantenerse alejada de ese viejo rabo verde.

—A ella le incomoda su presencia y ahora entiendo porque—el mayor de los tres se sintió furioso al recordar la cercanía de Shimura hacia Hinata. Seguramente estaba planeando la mejor manera de tenerla y ese pensamiento le hizo hervir la sangre.

—Mejor aun—añadió Itachi—estoy seguro que debes buscar la manera de decírselo y en esta ocasión, no como detective, sino como su esposo que se preocupa por ella—lo quisiera o no, Madara debía mantener la cabeza fría en la investigación y al mismo tiempo, estar presente como un buen marido para Hinata.

[...]

Sakura, Ino y Tenten, sonrieron al ver llegar a la ojiluna. Las cuatro quedaron de reunirse en un restaurante para cenar y ponerse al día. La morena saludó a todas y una vez que pidió una bebida, abrió su bolso para sacar las invitaciones de la próxima boda de Hanabi y Kiba.

—Entonces estos dos se nos adelantaran—soltó Ino, pensando que la hermana de Hinata era menor que ellas y ya se pensaba casar. Sakura se aclaró la garganta y recordó las continuas discusiones que había estado teniendo con Gaara, ambos se encontraban en un constante estira y afloja, en el que ninguno quería ceder. Sus amigas decían que su novio era un santo y que era ella quien lo llevaba al limite y ese pensamiento la hizo reír, ya que las reconciliarones eran increíblemente placenteras y es ahí, donde ambos confesaban cuanto se amaban.

—Tienes razón, pero en mi caso, estoy segura que todas me dejaran atrás—repuso Tenten, ya que apenas llevaba un mes de haber formalizado el noviazgo con Yahiko.

—No estes tan segura, mira Hina, ella y Madara sólo tenían seis meses de conocerse y terminaron casándose apresuradamente—la ojiluna se sintió un poco incómoda al recordar lo ocurrido con Izuna, aunque a diferencia de antes, ahora ya no había dolor—¿Y como lo tomó tu padre? Digo, ya sabemos lo protector que es con ustedes y en menos de un año, ambas hijas contraen matrimonio—cuestionó Sakura, sintiendo curiosidad por la reacción del patriarca Hyuga.

—A decir verdad, yo estuve muy preocupada por la reacción que podía tomar, pero lo acepto muy bien... él solo quiere sabernos felices, además, Kiba y Hanabi se quedaran a vivir en el rancho, de ese modo ya no se quedará solo—Hinata les contó lo sucedido en la reunión con los familiares de Kiba y pronto estallaron las risas. No era un secreto para nadie el carácter que poseían las féminas de la familia Inuzuka, especialmente la matriarca y evidentemente, avergonzaron al único varón—Y antes que lo olvide, ustedes pueden invitar a sus novios, como a sus amigos cercanos, ya saben que Hanabi y Kiba, estarán muy contentos de recibirlos, además,  le entregaré invitación a la familia de Madara, por lo tanto, espero que ellos también nos acompañen, después de todo, papá ofrecerá el rancho para los invitados que viajen hasta Konoha.

—Genial, muero de ganas por volver a Konoha y que mejor ocasión que la boda de tu hermana—soltó Sakura—y por la estancia no te preocupes, estoy segura que mis padres le darán la bienvenida a Gaara—los padres de la Haruno al igual que la familia Hyuga, vivían en Konoha y constantemente pedían conocer a Gaara. El pelirrojo estaba dispuesto a hacerlo, de hecho, a eso se debían las constantes discusiones, pues el pelirrojo no entendía el porqué ella se negaba a presentarlo con ellos.

—Frentona, eso quiere decir que por fin darás el siguiente paso —se burló Ino.

—Pues, ya no puedo seguir aplazándolo, después de todo, él ya me presentó con sus hermanos y su tío Baki, por lo tanto, es mi turno de llevarlo a conocer a mis padres—se encogió de hombros sin dejar de sonreír. Ella continuó dandole largas a dicha reunión y con la próxima boda, ya no podría hacerlo.

—¿Y porque lo estuviste aplazando? ¿Acaso no te sientes segura de tu relación?—Hinata se preocupó por su amiga y no pudo evitar hacer los cuestionamientos.

—¡Hina!—exclamó Ino—La frentona está enamorada hasta la médula, lo que sucede es que tiene miedo de formalizar... y en cierto modo la entiendo ¿quién podría ser tan paciente para aguantarla?—Sakura se cruzó los brazos con molestia, mientras Ino y Tenten estallaron en carcajadas.

—No se trata exactamente de eso, aunque si debo admitir que necesitaba estar completamente segura de lo que sentíamos el uno por el otro, después de todo, no pensaba volver a repetir lo ocurrido con Naruto—aclaró la Haruno, ya que en su momento, también creyó amar al rubio.

—Ya veo—murmuró la ojiperla. Luego de lo ocurrido con Izuna, ella no podía opinar al respecto, pero por lo que observó, Sakura y Gaara parecían muy enamorados y en su noviazgo no había secretos que podrían destruir el corazón de uno de ellos—e independientemente de la decisión que tomes, sabes que siempre podrás contar con nosotras—la ojiluna hablaba en serio y no dudaría en ayudar a sus amigas.

—Gracias Hina—la pelirosa se sintió mas ligera, ahora solo tenia que informar a Gaara.

Las conversaciones continuaron y sin percatarse de nada, las horas avanzaron. Hinata se sintió tan relajada con sus amigas, que por momentos, se olvidó de las advertencias hechas por su marido. Si bien es cierto que contaba con personal de seguridad, no era correcto ser tan irresponsable.

Tratando de enmendar su error, busco el celular entre sus cosas, encontrándolo en silencio y con múltiples llamadas de Madara.

—¿Pasa algo Hina?—le preguntó Tenten al verla mirando hacia afuera del restaurante

—Si, es solo que Madara me ha estado llamando y no escuche mi celular—respondió, tratando de restarle importancia, aunque por dentro, estaba nerviosa. No quería preocupar a Madara.

—¡Oh cíelos! Será mejor que lo llames lo antes posible, de lo contrario, no tardará en llegar aquí—aseguró Ino—y créeme, lo digo por experiencia. Sasuke se ha presentado en mi trabajo para saber porque no respondo sus llamadas.

—Y no solo eso—añadió Tenten—tiempo atrás, nos llamó a nosotras para cerciorarse que ella estaba bien—Ino negó con la cabeza. No podía negarlo, ya que el azabache solía ser muy impaciente—A veces me pregunto ¿que se sentirá tener a alguien que se preocupe tanto por ti?

—¿Tener a un macho territorial?—cuestionó Sakura—Te aseguró que si Yahiko se porta así, lo mandaras a volar... Ese comportamiento inseguro resulta muy irritante—soltó Sakura, ya que Gaara también tenía ese tipo de arranques, mismos, que les habían traído muchas discusiones.

Mientras esperaban la cuenta, las conversaciones continuaron, al mismo tiempo que la ojiperla intentaba enviar mensajes a su marido, donde le explicaba el motivo de la demora. Solo esperaba que Madara no se enfadara con ella.

—Mañana no tenemos que trabajar ¿que tal si nos vamos a bailar?—sugirió Sakura—Claro, invitando a los varones—Ino y Tenten sonrieron atraídas por la idea y sin pensarlo, enviaron mensajes a sus parejas para hacer el plan, no obstante, Hinata solo quería marcharse lo antes posible.

—Madara y tú , también vienen con nosotros ¿verdad Hina?—Ino miró hacia ella en busca de una respuesta.

—¡Hinata!—la joven palideció al escuchar su nombre.

[...]

—Bien, ya estamos aquí ¿que era eso tan importante de lo que nos querías hablar?—Madara termino su turno en el trabajo y llamo a sus dos amigos del ejército, después de todo, era Viernes y su esposa también se reuniría con sus amigas—¿Acaso es para anunciar una nueva noche de casino?—Hashirama estalló en carcajadas, mientras Madara rodaba los ojos. Indra no fue tan claro como el Senju, pero también sonrió divertido ante el entusiasmo del castaño.

—Esto es algo serio y para que te enteres, no volveré a permitir otra noche de juego en mi propiedad.

—¿Eh?—la risa del Senju desapareció, e instantáneamente fue reemplazada por una aura de tristeza. Eso si que satisfacía al Uchiha—No importa—soltó recuperando el ánimo—solo debo pedírselo al ángel que tienes por esposa y ella nos ayudara—de nuevo Hashirama estuvo por reír, sin embargo, algo en la mirada de Madara, lo hizo comprender que la reunión, era para hablar de un tema serio.

—Hmph—bufó el azabache y no pudo argumentar con el tarado, ya que tenía razón.

—Esta bien, me disculpo por mi imprudencia, ahora cuéntanos ¿porque estas tan tenso? ¿Hinata está bien?—el castaño se puso serio y rápidamente asoció el estado de ánimo de su amigo con la mujer que amaba.

—Sabes que puedes contar con nosotros para cualquier problema que tengas, para eso son los amigos—añadió Indra, quien también se percató del semblante de Madara.

—¡Somos mas que amigos!—exclamó Hashirama—Nosotros somos como hermanos, así que cuéntanos todo—Madara finalmente dejó escapar un suspiro cargado de ansiedad. Por supuesto que él lo sabia, ellos siempre estarán ahí para ayudarlo, no obstante, tampoco pretendía ser una carga.

—Se trata de Hinata—los dos varones fruncieron el ceño y permanecieron en silencio, esperando lo que seguía—ella está siendo acosada por alguien y aunque me apené reconocerlo, no tengo la certeza de la verdadera identidad del perpetrador—ambos compañeros apretaron los puños mientras escuchaban la narración del Uchiha—Yo... temo que antes de dar con ese maldito, ella pueda correr peligro.

—Es evidente que alguien se siente lo suficientemente fuerte como para enfrentarte, lo cual, significa que debe tratarse de una persona con vínculos en el bajo mundo, es evidente que solo alguien en ese ámbito, podría ser tan asado—afirmó Indra, a quien se le consideraba un experto en perfiles criminales dentro del ejército—Posiblemente, uno de los cabecillas—no es que no lo hubiera considerado, pero escucharlo de su amigo, lo dejó mas preocupado que antes.

—Tengo fuertes sospechas sobre Danzo Shimura, sin embargo y a pesar de saber que es un corrupto, no se le ha podido comprobar nada para asociarlo al bajo mundo—aclaró un tanto desanimado, ya que de ser ciertas las sospechas de Indra, su mujeres estaba en constante peligro. Quizás, debía considerar la sugerencia del patriarca Hyuga.

—¿Y que te llevó a sospechar de él?—cuestionó Hashirama con curiosidad y asco. Madara no tuvo otro remedio que narrarles lo que le contó Hiashi y durante largos minutos, el silencio se apoderó de la mesa que compartían.

—Bueno, que no se le haya probado nada, no significa que no esté involucrado, después de todo, los rumores en torno a ese viejo, continúan siendo un secreto a voces—replicó el Otutsuki—además, por lo que nos cuentas, es muy claro que tiene una oscura obsesión con tu esposa.

—Maldito degenerado ¿como puede pensar que Hina...—dejó colgando la pregunta, ya que ni siquiera podía decir lo que imaginaba—Pero no te preocupes, nosotros te ayudaremos a dar con el responsable... nadie, absolutamente nadie en esté mundo, debe ser intimidado de esa manera, e independientemente de lo mucho que queremos a tu linda esposa, lo que hace es ilegal y nos aseguraremos de que ese pervertido, no vuelva a molestar a nadie mas—aseguró Hashirama, antes de beberse por completo lo que aun quedaba de la botella sobre la mesa.

—Así es, además, contamos con personas dispuestas a ayudarnos y estoy seguro que tanto Ashura, como Tobirama, ya saben sobre esto ¿no es cierto?—Indra recordó una conversación que escuchó entre su hermano y Kanna, sobre reforzar la seguridad en la agencia y si lo pensaba detenidamente, podía asegurar que todo fue por lo ocurrido a la joven de hermosos ojos luna.

—Sobre Ashura, no estoy seguro, pero Tobirama si lo sabe, incluso, fue él quien me llamó para avisarme.

—Claro, entonces para eso me pidió tu numero ¿verdad?—el Senju mayor estuvo molestando a su hermano para que le contara el motivo de pedirle el numero de Madara, sin embargo, Tobirama no le contó absolutamente nada y solo se limito a decir que no era asunto suyo.

—Si y aunque nunca creí decir esto, estoy muy agradecido con tu hermano por la preocupación que ha demostrado en cuanto a la seguridad de Hinata... créeme, de no ser por él, estoy seguro que ella no me hubiera contado nada sobre el ultimo arreglo—quizás en otras circunstancias, Madara enfurecería con el antisocial por meterse en sus asuntos, pero luego de ver como cuidaba de ella, aparentemente sin motivos ocultos, no tuvo mas remedio que agradecerle.

—¡Cielos!—soltó Hashirama—Nunca creí que viviría lo suficientemente para escuchar algo así—Madara quiso molestarse al ver como se reía el Senju, sin embargo, luego de confesar lo que le habías estado preocupando, se sentía mas liviano y al igual que Indra, también se permitió sonreír.

—Y dime ¿ya les contaste a tus sobrinos?—cuestionó Indra—Estoy seguro que ellos pueden ser de gran ayuda, especialmente Itachi—Indra conocía a los muchachos desde que también pertenecía al ejercito y sabía que el menor era todo un genio y la mayoría del tiempo, lograba resolver los problemas mas enredados, mientras que Obito, era mas juguetón y a veces parecía despistado, no obstante, a la hora de mostrar seriedad, no fallaba y nunca parecía tener miedo a morir, motivo por el cual, Madara prefirió que abandonaran esa carrera.

—Si, ellos ya lo saben y fueron precisamente ellos, quienes me sugirieron hablar con ustedes dos.

—Eso fue lo mejor que pudiste hacer, ya veras que entre todos, lograremos atrapar a la persona responsable—aseguró el Senju.

—Por lo pronto, no dejes de tenerla custodiada, de ser necesario, contrata guardaespaldas para que la sigan de cerca a todos lados.

—Claro, aunque ella no lo sabe, ya tengo dos guardias que la siguen sin ser notados, además, tomaré otras precauciones... no pienso bajar la guardia en ningún momento—como todo un veterano en ese ambiente, Madara ya había colocado un dispositivo de rastreo en el auto de su bonita y también compartían ubicación en los celulares, sin embargo, no era suficiente y muy pronto agregaría nuevas alternativas. Por otro lado, ella creía que los vigilantes eran oficiales haciendo su trabajo, aun no le contaba que eran guardaespaldas profesionales.

—Me parece muy bien, tú mismo puedes enseñarle a disparar, ella debe saber defenderse—sugirió Indra.

—Esa es una excelente idea, incluso lo puedes hacer dentro de la finca, recuerda que entre menos se expongan en lugares públicos, es mejor—Madara no lo había pensado, pero no era mala idea. Hinata debía saber usar una arma en caso de emergencia—y como de ahora en adelante, estarán mucho tiempo en la finca, nosotros les ayudaremos a no aburrirse.

—Agradezco tu buena fe, pero no te preocupes, nosotros no nos aburriremos, además, mi esposa pasará mucho tiempo confeccionando el traje de novia de su hermana y no tendrá tiempo libre—algo le decía al Uchiha que era mejor parar en seco a su amigo.

—Pues si, pero el estrés puede quitarle la inspiración, por lo tanto, la próxima semana volveremos a reunirnos en tu propiedad para otra noche de juegos.

—Eso les ayudará a ambos a distraerse un poco y aligerara la carga que atraviese ella luego de saber en peligro que corre—repuso Indra y ante la emoción de sus amigos, aunada a la preocupación sobre abordar el tema con su esposa, Madara ya no pudo arremeter en contra de sus amigos.

—Incluso, lo podemos hacer una vez por semana—el azabache dejó a un lado los factores anteriores y ya no se pudo contener. Molestó, dio un golpe sobre la mesa, lamentablemente para él, volvió a ser ignorado—y como me siento muy feliz, invitaré un trago para todos los aquí presentes—sin mas, se puso de pie y se giró con la botella mirando a los otros clientes—¡Salud para todos!—como era de esperarse, los vítores de los clientes agradecidos no se hicieron esperar, dejando a un Uchiha mas frustrado.

—Salud—Indra contenía la risa ante la molestia del azabache, ya que algunas chicas se habían acercando a agradecer personalmente el generoso gesto del apuesto castaño.

—Anda, brinda con nosotros—insistió Hashirama al verlo tan molesto.

—No estoy de humor, además, es hora de irme—antes que pudiera levantarse, el Senju volvió a tomar la palabra.

—AQUÍ NUESTRO AMIGO SE NIEGA A BRINDAR CON NOSOTROS... AYÚDENME A ANIMARLO—el azabache hizo una nota mental de golpear al tarado cuando tuviera oportunidad y ante la insistencia de los otros clientes, no le quedó otro remedio que acceder.

—Dame acá—le arrebató la botella al Senju y le dio el primer trago. Conforme la noche avanzaba, continuaron bebiendo y de vez en cuando le llamaba a su esposa. A pesar de no recibir respuesta, no se preocupó mucho, pues los guardias lo mantuvieron informado sobre su paradero.

Cerca de media noche, los tres salieron del bar y optaron por dejar sus vehículos para irse en taxi. A decir verdad, solo Madara tendría complicaciones, puesto que su hogar era el mas lejano, por lo tanto, sus amigos lo llevaron a donde se hallaba Hinata.

Durante el corto trayecto, Hashirama no dejó de parlotear con el conductor y de pronto se reía contagiando al hombre de mediana edad.

—Ahí esta ¿verdad?—Indra señaló hacia el restaurante con grandes ventanas, donde se habían estacionado.

—Los veré después—Madara abrió la puerta y bajó del taxi.

—Espera, nosotros también iremos contigo para saludar a Hina—sin esperar respuesta, Hashirama le pidió al taxista esperar un poco y se dirigió hacia la joven siguiendo al azabache.

—¡Hinata!—Madara se preocupó al verla tan pálida.

—No te asustes Hina, con el tiempo llegaras a acostumbrarte al  aspecto de monstruo que tiene tu marido—eso bastó para que la preocupación de la ojiperla desapareciera, dado que pronto se escucharon otras fuertes carcajadas.

—Buenas noches señoritas—saludó Indra a las jóvenes, siendo imitado por el Uchiha, aunque esté ultimo, solo saludó con un asentimiento de cabeza, pues su concentración estaba en su esposa. Necesitaba saber que la había puesto tan nerviosa.

—Claro ¿donde están mis modales?—Hashirama también saludó a las amigas de Hinata y ellas respondieron divertidas—Y ya que estamos aquí, quiero tu aprobación para otra noche de juegos en tu hogar ¿que me dices Hina?

—Eso es genial—soltó Ino.

—Incluso, es mejor idea que ir a un antro—añadió Sakura.

—La última vez, fue muy divertido—Tenten se unió a sus amigas, quienes veían a la Hyuga en espera de una respuesta.

—Por supuesto que si, yo personalmente me ocuparé de todos los preparativos—para ese momento, Madara ya la había rodeado de la cintura y ella podía sentir el embriagador aliento a alcohol del moreno.

—Bien, ya tienes lo que querías, ahora puedes irte—refunfuño Madara.

—De hecho, nosotras también estábamos por irnos—aclaró Ino y acto seguido, todos se marcharon a sus respectivos hogares.

Hinata conducía su auto y el azabache estaba en el asiento del copiloto. Aún en su estado de ebriedad, Madara se mantenía atento a cualquier irregularidad que hubiera en el camino y eso lo hizo parecer molesto ante las suposiciones de la joven, por lo que prefirió guardar silencio durante el trayecto.

...

—¿Estas molesto?—finalmente cuestionó la joven al entrar a la habitación de ambos. Madara no había dejado de pensar en la mejor manera de contarle lo que ocurría y la pregunta lo tomó por sorpresa.

—Dime ¿hiciste algo para molestarme?—el azabache ya había terminado de quitarse la ropa y solo vestía bóxers negros. Ella aun vestía el bonito vestido acompañado de las altas zapatillas de tacón.

—No, yo no hice nada, pero de pronto llegaste y no has dicho nada desde que dejamos el restaurante—Hinata cerró los ojos al verlo avanzando lentamente hacia ella—Si estás así porque se me hizo tarde y no respondí las llamadas...—no termino de hablar, ya que sus labios fueron tomados por los masculinos.

—Tranquila bonita, no estoy molesto por eso—con prisa, la comenzó a despojar de las prendas femeninas y le besó el cuello. Su intención era contarle sobre Shimura, sin embargo, no quería arruinar esa noche—pero creo que mereces un castigo por acceder a las peticiones de Hashirama—la Hyuga soltó un jadeo luego de ser levantada por su marido.

—¿Qué haces?—preguntó sorprendida.

—Tu castigo será complacer a tu marido hasta que este satisfecho y comenzaremos con un baño de burbujas—la colocó sobre la encimera del baño y se dedicó a llenar la enorme bañera. La chica sabia que estaba algo pasado de tragos, lo que indicaba una cosa... la noche sería muy larga y apasionada—Anda, ven aquí—estaba tan concentrada pensando, que ni siquiera se percató del momento en que él ya se había sentado en la tina.

Hinata se deshizo de las últimas prendas y se éxito al sentarse observada. Sonrió coqueteando con el azabache y lentamente se fue sentando sobre su regazo. Quería burlarse de el, provocándolo hasta encenderlo mas de lo que ya estaba, sin embargo, Madara no pensaba esperar y tomándola de la cintura, se adentró en ella, de una fuerte estocada—¡MADARA!—lo llamó al sentirse invadida

—Eso es bonita, grita mi nombre, grita el nombre de tu marido, del hombre que te ama como un loco—esa noche, Madara la tomó con ímpetu y no se debía solo a los tragos. La ojiperla lo sintió mucho mas demandante y pasional que en las otras noches y lo atribuyó a los tragos, no obstante, el cerebro de Madara, no dejaba de pensar en la amenaza que había sobre ella y el temor a perderla, lo llevaba al límite.

Continuara.

Aquí está otro capítulo de esta historia, espero que les guste y también que disculpen la demora. Se que antes actualizaba con mas frecuencia, pero en estos últimos meses, he estado trabajando con todo y los fines de semana, por lo que apenas logro escribir un poco durante la noche. Sin embargo, aunque me demoré, no voy a abandonar ninguna de las historias y continuaré subiendo las nuevas a medida que vaya avanzando.

Me disculpo por las posibles faltas de ortografía que seguramente se me fueron quedando sin que las notara y apenas las encuentre, las iré corrigiendo.😊💕

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