Capitulo 14

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Esté café me cae como del cielo Hina—Madara rodó los ojos—a diferencia del grandulon, tú eres una gran anfitriona—Hashirama devoraba el desayuno preparado por la Hyuga.

—Hashirama tiene razón, muchas gracias por atendernos—añadió Indra, quien no tenía la intención de dar molestias y su idea era marchase, sin embargo, Hinata insistió en que se quedará y pasará al comedor con los otros invitados. Gengar se veía feliz y de no ser por la molestia de Madara, también ella se hubiese sentido contenta por tener la casa alegre con las personas cercanos a ellos.

Sasuke recibió un codazo por cortesía de Ino, ya que el chico no dejaba de reírse a causa de la expresión en el rostro de Madara, incluso intentó tomarle vídeo con el celular.

—No tienen nada que agradecer, nosotros nos sentimos muy contentos de tenerlos aquí y como ya lo dije anteriormente, son bienvenidos cuando lo deseen—en momentos como ese, Madara se preguntaba porqué su mujer era tan amable.

—¡Esa es mi linda y amable tía!—Hinata se sonrojó al escuchar a Obito, quien apenas se unía a ellos—¿Me regalarías un café bien cargado?—le pidió amablemente a la ojiperla.

—Esto no es un restaurante ¿porque no vas y lo preparas tú?—Madara se molestó al ver como su esposa ni lo pensó y de inmediato se puso de pie para ir a realizar el pedido de Obito.

—Ya no hables tan fuerte... me duele la cabeza ¿para eso insististe en que nos quedáramos? ¿Para luego portarte mal?—reprochó Obito logrando que las risas de Hashirama estallaran sin poder evitarlo.

—Aquí tiene—la chica le entregó una taza y de nuevo regresó a su lugar, aguantando la risa que le causó ver a Madara tan molesto al mismo tiempo que Obito y el Senju lo ignoraban deliberadamente sin mostrar la mas mínima preocupación.

Continuaron con el desayuno, hasta que finalmente los invitados se fueron marchando. La limpieza se llevó a cabo por el mismo equipo que envió Hashirama, así que la propiedad del Uchiha, quedó como si nunca hubiera habido una alegre noche de juegos.

...

—Al fin solos—soltó el azabache, rodeando la pequeña cintura de su mujer—Quiero que está noche salgamos a cenar fuera, después de todo, no hemos tenido tiempo de tener citas como pareja y es bueno ponernos al día ¿no crees?—la seductora voz en el oído de la chica, no dejaba lugar a las negaciones—Pero aún tenemos mucho tiempo libre para amarnos.

—Pero si hoy por la mañana estuvimos... bueno, ya sabes—la joven se sonrojó al recordar lo apasionado que se puso el azabache durante la madrugada y también por la mañana, donde incluso se ducharon juntos.

—Eso nos ha sido suficiente—sin mas, la instó a rodearlo con las piernas y subió las escaleras que lo conducirían a la habitación que ambos compartían. Pronto los gemidos se apoderaron del entorno y tal como lo acordaron, salieron a cenar solos.

...

El Lunes ambos regresaron a sus respectivos trabajos y tanto uno como el otro, escucharon a sus compañeros hablando del fin de semana en la propiedad de la pareja, no obstante, Hinata aún tenía la preocupación de la inminente visita de su familia, así que decidió arreglar un poco lo que diría y como se escaparía de darles la cara, al menos por el momento.

—¿Puedo hablar con usted?—Tobirama levantó la vista de su pantalla y enfocó las perladas orbes de la Hyuga. Ella se atrevió a acercarse cuando notó la puerta entre abierta.

—Por supuesto ¿en que le puedo ayudar Hinata?—desde que trabajaban juntos, ella conservó las distancias y la mayoría del tiempo, era él, quien iba hasta su oficina y no al revés.

—Escuché a unas de las modelos comentando sobre un pequeño desfile en Hong Kong y quería saber si yo puedo acompañarlas, después de todo, los diseños que usarán son de los míos y quiero que todo salga acorde con lo esperado—Tobirama arqueo una ceja y con ese simple acto, logró poner mas nerviosa a la chica. Ella no era buena mintiendo y desde que se vio envuelta en ese matrimonio con los Uchihas, había mentido mas de lo que mintió durante toda su vida.

—En efecto, en dos días partirá Kaana con cinco de nuestras modelos, pero no creímos que usted quisiera acompañarla, después de todo, estarán de regreso para el Sábado—se trataba sólo de la grabación para una película donde se mostraba una pasarela con algunas modelos para una de las escenas. Era algo rápido, por lo tanto, no querían molestar a la ojiperla, sin embargó, si ella quería ir, ellos estarían contentos de contar con su apoyo en caso de necesitarla.

—¿Entonces no me necesitan allá?—las esperanzas de lograr ausentarse durante la visita de su padre se iban desvaneciendo y tendría que inventar algo mas.

—Por el contrario, estoy seguro que Kaana se sentiría muy complacida si usted va con el equipo—de inmediato apareció una radiante sonrisa en el rostro de la chica, lo que no pasó desapercibido por el Senju. A él, le dio la impresión de que ella quería huir de algo, o quizás de alguien ¿acaso tendría problemas con el Uchiha? ¿Sería culpa del atrabancado de su hermano por sugerir esa locura de los casinos?

—Gracias, será toda una experiencia para mí—agradeció sin dejar de sonreír con alivio. Por lo menos, no mentiría sobre no estar en la cuidad.

—Dígame Hinata ¿está todo bien con su esposo? Se que es una pregunta personal, pero sería una pena que por culpa de los disparates de mi hermano, hubiera tenido un conflicto con su marido... Hashirama a veces puede ser muy imprudente y él, ni siquiera se da cuenta.

—No, no, no—se apresuró a negar—todo está bien y su hermano no causó ningún problema, al contrario, desde que lo conocí, Hashirama sólo me ha causado una excelente impresión, es una persona a quien respeto y admiró—el albino soltó un suspiro de alivio, por lo menos ese tonto, no había causado problemas—le agradezco mucho su preocupación y créame, todo esta bien con Madara.

—En ese caso, vamos con Kaana para informarle que usted también irá con ella—ambos se pusieron de pie y salieron de la oficina.

—Hasta que te encuentro Hina... mira lo que llego para ti—Konan sostenía un llamativo arreglo floral.

—¿Para mi?—se sonrojó al imaginar que Madara las envió debido a la acalorada mañana que tuvieron durante la ducha.

—Eso dijo el repartidor que las entregó—Tobirama volvió a comprobar que ella no mintió en cuanto estar bien con el Uchiha ¿entonces porque parecía querer huir de la cuidad? Quizás sólo eran ideas suyas y la joven si deseaba asistir a la grabación.

—Llévelas a su oficina, nosotros nos adelantaremos a la oficina de Kaana—ella asintió y se apresuró a dejarlas a la vista, luego abrió la tarjeta. Para la hermosa mujer que no abandona todos y cada uno de mis pensamientos...De nuevo sonrió sintiéndose especial. Madara se tomó el tiempo de enviarle flores. Esa noche se encargaría de agradecerle con una deliciosa cena y también prepararía un sexy conjunto de lencería diseñada especialmente para usarla con él. Sin querer regresar a sus labores sin antes agradecerle el significativo detalle, le envió un mensaje de texto y se apresuró a alcanzar a su jefe.

—Pasa Hina... ya me contó Tobirama y créeme, me alegra mucho poder contar contigo—la ojiluna sonrió—Mis planes eran irme el Miércoles en la mañana, pero prefiero que lo hagamos mañana en la noche, así podemos pasear por la ciudad ¿que te parece?—cuestionó Kanna.

—Para mi, es perfecto, después de todo, casi no conozco nada de Hong kong—sin pretenderlo, se ausentaría evitando darles la cara a su hermana y a su padre y al mismo tiempo, hacía feliz a su jefa. Luego de su regreso iría a Konoha para ver a su familia, lo importante en ese momento era ganar un poco de tiempo.

—No se diga más, ahora mismo cambiaré mi vuelo y conseguiré un boleto, como una habitación para ti—Hinata asintió y se marchó de regreso a su oficina junto a Konan, mientras que la Otsutsuki y Tobirama, concretaban los últimos detalles del viaje.

[...]

—¿Tienes la orden de cateo?—preguntó Madara a Itachi cuando arribaron junto a Obito al domicilio de un sospechoso en el tráfico humano.

—La tengo, no me arriesgaría a presentarme sin ella—respondió lo que para él era obvio, además de sentirse ofendido por la pregunta.

—No le hagas ese tipo de preguntas a Itachi, recuerda que él, es "don perfecto" y jamás se olvidaría de algo tan importante cómo te sucedería a ti, o a mí—añadió Obito revisando su chálelo anti balas.

—Como sea—soltó con fastidio el azabache mayor. Tenía varías semanas siguiendo la pista de esa organización y finalmente daban con uno de los involucrados, razón por la cual, optó por hacerse cargo personalmente, aunque muy dentro de sí, también lo hizo por cuidar de sus sobrinos, tal como lo hacía en el ejército.

Obito tocó la puerta, mientras Madara les ordenaba a sus hombres lo que debían hacer una vez dentro de la residencia. Cerca de dos minutos, la puerta se abrió, mostrando a una mujer de cabello rojizo.

—¡Uff, pero cuanta belleza reunida un un mismo sitio!—la joven chica miró a los tres azabaches, deteniéndose directamente en Itachi, a quien le guiñó un ojo—¿En que puedo ayudarlos?

—Tenemos una orden para revisar esta residencia—Itachi le mostró el documento donde lo comprobaba.

—Esperen... ¿puedo saber el motivo de esta intromisión?

—Tenemos informaron de que en este sitio se encuentra refugiado el prófugo de la justicia de nombre Kidomaru... y de ser así, será mejor que lo diga ahora—advirtió Madara.

—No se que me hablan—el semblante burlón de la chica se desapareció al escuchar el nombre de su compañero, ademas no tenía cómo impedir que los agentes entraran a la propiedad, o sería arrestada por obstaculizar la investigación. Tenía que pensar en algo y debía ser rápido—pero eso no parece importarles, así que por lo menos, no hagan desorden—fingió estar tranquila aunque estaba muy lejos de sentirse así. Madara la ignoró y junto a sus hombres, se adentró en la propiedad, al igual que lo hicieron sus sobrinos. No tenían ninguna orden para retener a la chica, por lo tanto, prosiguieron  dejándola atrás, oportunidad que ella aprovechó para huir. No era tonta y sabía que al revisar, ella no iba salir bien librada.

En cuanto atravesaron la entrada del jardín que los conducía a la residencia, miraron todo aparentemente en orden. La edificación se veía muy grande y el jardín tenía flores, como si perteneciera a una familia de ciudadanos promedio.

—Todo se ve en orden—anunció uno de los agentes, dándoles la señal para avanzar. Sabiendo que ya era seguro, todo el equipo entró y no perdieron tiempo. Revisaron todas las habitaciones del segundo piso, mientras que los Uchiha se encargaron del primero.

Luego de una hora, los agentes del segundo piso fueron bajando sin haber encontrado nada de importancia y se dirigieron al jardín trasero. Madara se frustró por no encontrar pruebas que les permitiera avanzar, hasta que escuchó la voz de Obito llamándole a él y también a Itachi.

—Tienen que ver esto y será mejor que llamen a una ambulancia—Obito había encontrado una puerta que conducía al sótano, mismo que albergaba a mas de diez chicas entre los quince y los veinte años de edad. Ninguna de ellas hablaba el mismo idioma, dejando claro que eran extranjeras, seguramente raptadas de otros países.

Las condiciones en las que las mantenían eran inhumanas, ya que cada una ocupaba una jaula, tal como si fueran animales en las ventas de mascotas, por lo tanto, seguramente a ellas también las exhibían como si fueran animales al mejor postor.

—Una a una las fueron sacando y el equipo médico se hacía cargo, ya que ellas se mostraban sumisas, seguramente por el maltrato psicológico al que las sometieron.

—Giren una orden de arresto en contra de la chica que abrió la puerta, estoy seguro que se dio a la fuga y es igual de culpable que todos en dicha organización—Madara salió de la casa y miró con los brazos cruzados como se llevaban a esas pobres niñas, de pronto sintió su celular vibrando. No lo pensó y miró el nombre de Hinata en la pantalla. Sonriendo accedió al texto. Gracias por tomarte un poco de tu valioso tiempo para pensar en mí. Esta noche retribuiré tu lindo detalle. Sonrió pensando en lo que harían esa noche y con un carraspeo de garganta, su sonrisa fue sustituida por la expresión de molestia al saberse interrumpido por sus dos inoportunos sobrinos.

—Ya no hay nada que hacer aquí, debemos regresar para mandar a quienes se encargarán de interrogar a las chicas, puesto que deben ser personas quienes puedan entender sus idiomas para que se sientan mas seguras y nos digan de dónde son, así podremos comunicarnos con sus familiares—sugirió Itachi dejándolo atrás al igual que lo hizo Obito. Ambos primos prefirieron irse antes de soportar el mal humor del mayor al ser interrumpido.

Durante el resto del día,  se encargó del proceso que se llevó a cabo y aunque no lograron capturar al fugitivo, lograron rescatar a esas niñas antes de que las pusieran a la venta. Seguramente, alguien en la cuidad iba a estar muy molesto por truncarle el negocio y eso lo hacía sentir muy, pero muy bien.

—Hay buenas noticias—Obito entró en su oficina sin tocar la puerta.

—Deberías tener un poco de respeto, me apena pensar en que hacías lo mismo con tu anterior jefe—la sonrisa nerviosa en el rostro del azabache menor, le dio la respuesta—Me lo imaginaba... ahora di a lo que viniste—a decir verdad, Madara moría por terminar ese molesto papeleo para ir en busca de su linda mujer.

—Yahiko arrestó la chica a cargo de la residencia, su nombre es Tayuya y tiene un amplio historial criminal—el Uchiha de cabello corto lanzó una carpeta donde aparecía toda la documentación de la chica.

—Vaya vaya... esto si que es una buena noticia—soltó Madara—pídele a Itachi que se haga cargo del último interrogatorio—la admiración que mostró la chica por su sobrino, tenía sus ventajas, ya que al usar los métodos interrogativos de los otros detectives, aparecía el apuesto y bondadoso Itachi para rescatarlas, haciéndolas confiar en él, por lo tanto, las confesiones no tardaban en llegar, incluso las mujeres parecían aliviadas de quitarse ese peso de encima.

—Pero claro—Obito sonrió—no sabes lo mucho que disfruto ver su expresión cuando le pedimos que lo haga... eso se saca por ser "el agente mas encantador"—tras lo dicho por su sobrino, incluso Madara sonrió. Sabía muy bien que Itachi odiaba hacerlo y no por que le fuera difícil, sino por las burlas de todos sus compañeros y especialmente, de sus familiares.

—No te aproveches o te obligaré a que lo hagas tu vistiendo sólo bóxers—la amenaza pareció funcionar, ya que el chico salió de su oficina lo mas rápido que pudo. Madara negó con la cabeza y se apresuró a concluir con sus labores.

Finalmente logró terminar y condujo a su hogar. Su esposa ya le había enviado varios mensajes de texto avisando que ya lo esperaba, por lo tanto, no se distrajo.

Apenas llegó, Gengar fue a su encuentro, jugó unos minutos con él y el perro de nuevo se fue hacia los guardias.

—Ya estoy aquí bonita y espero que estés lista—debido a las prisas con las que salió, ni siquiera se quitó el chaleco y el arma, por lo que se veía demasiado atractivo para la ojiperla, quien apareció arriba de las escaleras vistiendo la provocativa lencería que diseñó especialmente para usarla con su esposo. El Uchiha la miró y subió lentamente, sabiéndose admirado por ella. Él intentaba no lanzarse sobre ella para poseerla ahí mismo... Hinata lo había vuelto su esclavo y la amaba mas que a su propia vida.

—¿Estuviste en la calle? ¿Expusiste tu vida?—cuestionó la Hyuga en cuanto él la tomó entre sus brazos y sintió la textura del chaleco. No era tonta y sabía que sólo los usaban cuando había riesgo de recibir impactos de balas.

—No—mintió para borrar la preocupación de su hermoso rostro—se me ocurrió vestirme así, sólo para ti—la joven se sonrojó y de nuevo se dispuso a admirar lo tentador que se veía Madara con esa ropa—¿Te gusta lo que vez?

—Si, me gusta mucho... te vez—los labios masculinos callaron las confesiones de la joven—te vez irresistible—confesó movida por el calor que sentía dentro de todo su cuerpo. La idea perfecta debía ser cenar primero, pero ella cometió el error de usar esa ropa, por lo tanto, Madara no se contuvo.

—Me querías aquí para esto ¿verdad? ¿Quieres gozar con mi polla ¿eh?

—¡Madara!—lo reprendió por la manera vulgar en la que le hablaba, no obstante, eso la encendió mas de lo que ya estaba.

¿Mmm?—respondió sin dejar de chupar y morder los pezones por encima de la ropa, al mismo tiempo que avanzaban a la recámara, donde finalmente la despojó de las finas prendas. Sin dejar de verla, comenzó a desvestirse. Hinata parecía hipnotizada, él se veía tan tentador con esos pantalones negros ajustados a sus fornidos muslos. En segundos quedó igual a ella y sin juegos previos, se hundió dentro del interior femenino. La ojiperla gritó por la ruda intromisión, pero la sensación de sentirse llena por él, sustituyó cualquier dolor—Ahora si gózala bonita—le dijo entre sensuales jadeos.

Llevaban minutos haciendo el amor y ya habían probado diferentes posiciones, hasta quedar con la chica en cuatro, mientras el azabache se adentraba cada vez mas profundo dentro de ella. La pasión, las caricias y demás demostraciones de amor, pronto llegaron a su punto máximo, concluyendo con un arrasador orgasmo de ambos. Fue muy satisfactorio para el Uchiha, terminar al mismo tiempo que terminó ella.

—Ahhh—jadeo la morena al sentir que el azabache salía de ella. Él se recostó de espaldas al colchón y pronto la aprisionó entre sus brazos.

—Estuviste increíble bonita—no mentía, acababa de tener una gran satisfacción.

—No digas esas cosas—escondió el rostro en su pecho, causando la risa del azabache. Durante el sexo, Hinata perdía todo rastro de timidez y era capaz de enloquecerlo, pero cuando la pasión bajaba, ella volvía a ser como era—mejor bajémoos a cenar—de no ser porque en verdad moría de hambre, el azabache hubiera preferido quedarse con ella sobre su pecho hasta la mañana siguiente.

En minutos ya se hallaban en la mesa con la cena servida. Ambos comieron en silencio, al mismo tiempo que se reían en complicidad cuando sus orbes se encontraban. Estaban por terminar cuando Madara dirigió su atención al gran arreglo de flores colocado sobre la mesa.

—¿Y esas flores?—por alguna razón, perdió el deseo de seguir comiendo y se puso de pie para tomar el pequeño sobre.

—Son las mismas que me envíate a la oficina ¿porque crees que te envié el mensaje para agradecerte?—la risa que mostraba la ojiperla se desvaneció al ver como Madara leía la tarjeta para luego apretarla en su puño.

—Yo no envíe esto—la joven se puso de pie muy sorprendida—¿a quien demonios le permites que se tome tantas confianzas contigo? ¿Como es eso que son para la hermosa mujer que no abandona sus pensamientos?

—Debe tratarse de un error, estoy segura que hay una explicación... cálmate Madara—el rumbo que estaban tomando las cosas la asustó, la morena nunca había visto a Madara tan molesto con ella, incluso parecía estarla culpando de algo que ella no podía controlar.

—¿Como me pides que me calme cuando aceptas flores de otro hombre? Estoy seguro que debe tratarse del imbecil de Tobirama, seguramente pasa el día pegado a ti y tu ni siquiera te preocupas en poner límites—el tono de voz, como las acusaciones iban en aumento.

—Por supuesto que no, él es un caballero incapaz de faltarme al respeto, ademas estaba conmigo cuando las recibí y también creyó que tu las enviabas—ella trataba de encontrar un explicación válida pero la actitud de Madara no la dejaba pensar con claridad.

—Si no fue él ¿entonces dime quien mas sabe dónde trabajas? ¿CREES QUE SOY ESTUPIDO?—segado por los celos, levantó el arreglo y lo arrojó contra el piso, dejando trozos de vidrio esparcidos por todos lados, revueltos con agua y flores. Hinata no le respondió y se marchó dispuesta a subir las escaleras. Por mucho que lo amara, no le iba permitir que dudara de ella.

Ni bien puso el pie en el primer escalón, sintió que su brazo era sostenido con rudeza—SUÉLTAME—le ordenó muy herida.

—Respóndeme Hinata ¿quien es tan cercano a ti para tomarse esas atribuciones? Estoy seguro que si no se trata del Senju tuvo que ser Izuna... seguramente se están viendo a mis espaldas ¿no es cierto?—los furiosos gritos de Madara fueron silenciados por el golpe de una bofetada sobre su mejilla.

—¡A mi me respetas! Te recuerdo que no fui yo quien faltó a nuestro convenio revolcándose con mi amante en tu oficina—se deshizo del agarre y corrió a la que era su habitación donde cerró con llave, para acto seguido, arrojar todo lo que había sobre el peinador. Nunca en toda su vida, ella tuvo que recurrir a tal acto, pero Madara fue capaz de hacerla perder los estribos. Sintiéndose menos molesta, se puso a llorar. Ni siquiera había podido despedirse de él, ya que al día siguiente, de la agencia se iría al aeropuerto y estaría fuera por algunos días. Desde la tardé le envío un mensaje a Hanabi para informarle sobre su viaje y la chica la tranquilizó diciendo que el deber estaba primero.

Madara se palpó la mejilla y miró el desastre que hizo. La culpa comenzó a tomar el control sustituyendo los nuevos sentimientos posesivos o mas bien, de celos. Nunca se había sentido así y no le gustaba, pero perdió por completo el control al imaginar que ella lo estuviera engañando con otro.

Arrepentido, se fue a servir un trago mientras evaluaba el desorden y a medida que se iba tranquilizando, fue limpiando todo, era lo menos que podía hacer antes de ir a darle la cara y disculparse con ella, no obstante, al entrar en su alcoba la encontró vacía, su bonita no estaba dentro. Salió e intentó abrir la puerta de donde seguramente se hallaba, pero la puerta tenía el seguro puesto. Gruño frustrado, pero decidió dejarla calmarse por esa noche.

...

La mañana siguiente, la ojiperla subió una pequeña maleta a su auto y dejó una nota sobre la cama. Aún estaba muy molesta como para enfrentar al azabache, así que se despidió de los guardias y les encargó mucho a su Gengar.

Arribó a la agencia siendo la primera, lo cual agradeció, ya que sus ojos estaban hinchados y no quería que nadie la viera en ese estado. Entró en su lugar de trabajo acompañada de un café, necesitaba estar bien despierta.

Paso un par de horas enfocada en los nuevos diseños y no se percató de la llegada de Kaana.

—Buenos días Hina ¿ya estás lista?—la morena respondió al saludo y afirmó ya estar lista—Me alegró porque el vuelo sale en una hora.

—¿Tan pronto?—Kaana sonrió con la reacción de la chica.

—Lo que pasa es que ya no encontré boletos para la tarde y los únicos disponibles eran los que conseguí ¿estás de acuerdo? Dímelo con confianza, no habrá problema si te parece muy apresurado.

—No es problema, me parece bien salir lo antes posible—aunque trataba de sonreír, la Otsutsuki notó los ojos hinchados, ademas, parecía muy interesada en partir, no obstante, ella no la cuestionó, dejaría que la chica quisiera desahogarse cuando estuviera lista.

—Entonces démonos prisa, Ashura está abajo esperando por nosotras para llevarnos al aeropuerto—la morena arregló su lugar de trabajo y tomó su bolso donde tenía las llaves de su auto. Tobirama le aseguró que no se preocupará por el coche, ya que la agencia tenía vigilancia de día y de noche.

Ashura cargó la maleta de Hinata y regresó al lugar del conductor. Los tres conversaron sobre los restaurantes que pensaban probar durante el viaje, como también los sitios turísticos. Justo al momento de despedirse, la ojiluna se limpió una lágrima al ver el amor entre sus jefes. Se suponía que esa mañana debía haberse despedido de Madara como lo había estado haciendo desde que comenzaron acercarse, sin embargo, no fue así y eso le dolió. Creyó que la buscaría en su recámara y al no encontrarla, leería la nota que le dejó, por lo cual esperaba recibir un mensaje cuestionando, pero de nueva cuenta, no fue así.

...

Madara casi no pudo dormir y no fue hasta la madrugada que logró quedarse dormido. Eran las nueve con diez, cuando escuchó su celular. Itachi se escuchaba molesto por su ausencia y le pidió darse prisa. Se dio un baño y salió a toda prisa, ahora tendría que esperar hasta la tarde para reconciliarse con Hinata, lo cual le causaba gran molestia, pues ni siquiera iba poder invitarla a comer debido a su llegada tarde.

[...]

—¿Ya tienen los que les pedí?—cuestionó Danzo a uno de sus aliados y este asintió—Ahora mas que nunca quiero desquiciar a ese mal nacido—Hidan y Kakuzu esperaban afuera y guardaron silencio para escuchar—Cada día envíen directamente a su hogar, un arreglo de diferentes florerías y no olviden pagarle a un desconocido para que lo haga, también incluyan los sugestivos mensajes para la dama.

—Sera un placer señor, por culpa de ese Uchiha, Tayuya está presa y nosotros perdimos la residencia donde realizábamos parte de nuestras ventas.

—No tienes que decirlo, fui yo quien mas capital perdió con la intromisión de Madara... y con sus acciones, sólo adelantó mis planes con respecto a su hermosa mujer. Después de todo, mataré dos pájaros de un solo tiro, me vengaré del Uchiha por meterse donde no debía y de Hiashi Hyuga, por robarme la mujer que sería mía—Kakuzu miró a su compañero para evaluar su reacción y tal como lo supuso, Hidan ya tenía una sonrisa llena de malicia.

—Ese viejo rabo verde me pondrá al ángel en una charola de plata y no pienso desaprovechar esa gran oportunidad—soltó Hidan una vez que se alejaron del despacho perteneciente a Shimura.

—¡Hidan!—lo nombró su compañero.

—Estarás de acuerdo conmigo que soy mucho mejor ejemplar que la momia esa... figúrate a mi hermoso ángel teniendo que acostarse con ese anciano—Kakuzu lo imaginó y sintió náuseas—¿Lo vez? Ni siquiera tú eres capaz de soportar imaginarlo, mucho menos ella. Dejaré que el vegeté se encargue de hacer el trabajo sucio y cuando crea que tendrá su premio, seré yo quien se la lleve lejos—el peli plateado debía admitir que Danzo lo había sorprendido con su plan de enviar flores a la chica, de ese modo, comenzaría a sembrar la semilla de los celos en el engreído Uchiha. Un plan bastante ingenioso, incluyendo el hecho de cubrirse la espalda enviándolos de diferentes florerías, pero lo que mas le agradó fue saber que ya tenía la dirección de la dama.

—Debemos estar preparados para lo que viene—añadió Kakuzu—escuché que Orochimaru está muy molesto con el anciano por perder a las chicas. El médico ya las tenía ofrecidas y ahora tendrá que buscar cómo sustituirlas, además, me ordenó que aniquiláramos a Tayuya para evitar que confiese—Hidan sonrió con satisfacción. No era la primera vez que se deshacían de un prisionero para evitar que hablara de más y por supuesto, tampoco sería la última.

—Entonces llama a Zetsu para que altere las cámaras de las celdas. Dile que coloque uno de los vídeos que ya tenemos almacenados, entre menos nos vean por esa zona, es mejor—afirmó Hidan antes de escuchar a Shimura llamándoles.

—Ya lo llamé y por lo menos, no lograrán interrogarla durante el día, pues Orochimaru envió a uno de sus abogados, apegándose a su derecho de guardar silencio—la idea era evitar que hablara dándole una falsa sensación de seguridad y confianza, para después dar el golpe final. Quienes trabajaban para ese desquiciado tipo, no sabían que sólo la muerte podía liberarlos, ya que ni estando en prisión, lograban salvar sus vidas.

[...]

—Hasta que llegas tío... tenemos un problema—era raro mirar a Itachi perder la compostura y esa mañana el muchacho se veía frustrado.

—Tuve un contratiempo ¿que pasa?

—Sucede que cuando estábamos interrogando a esa chica, llegó su abogado y ya no pudimos hacerle mas preguntas.

—¡Maldita sea!—esa noticia aunada al problema que tuvo con Hinata, lo pusieron al límite—¿Ahora como diablos obtendremos información sobre el paradero de sus cómplices?

—Se me ocurrió que quizás debámoos trasladarla mañana al reclusorio de mujeres donde una de nuestras informantes se le acerque fingiendo ser otra reclusa... sólo necesito tu aprobación.

—Dalo por hecho, mañana a primera hora, pueden trasladarla—Madara abrió uno de los cajones y saco un documento. Lo firmó y colocó el sello del departamento de investigación—Aquí tienes, sólo se lo entregas al director del reclusorio y todo quedará arreglado.

Durante el día no tuvo tiempo ni de salir a comer, de no ser por el ramen que le llevó Obito, no hubiera comido nada. Tampoco logró acceder a los mensajes de su celular evitando que pudiera saber algo de su mujer, por lo tanto cuando logró salir, condujo a toda prisa.

Gengar corrió a su encuentro tal como lo hizo el día anterior. Distraído con el perro, entró a la casa junto a él, sin notar que el auto de Hinata no estaba donde ella lo estacionaba.

—¡Estoy en casa!—habló fuerte pero no obtuvo respuesta. Entró en la cocina y la encontró igual que la noche anterior, tal como él la dejó—¿Hinata podemos hablar?—la llamó mientras subían las escaleras. Tocó la puerta en repetidas ocasiones y al no obtener respuesta, la abrió encontrándola sin llave. La recámara estaba oscura y en completo silencio. Encendió las luces y abrió la puerta del baño sin dejar de preguntarse donde se hallaba.

Estaba por salir, cuando una hoja sobre la almohada llamó su atención. No tuve tiempo de informarte, pero saldré a un desfile a Hong Kong... regresó el Sábado. Mi familia ya lo sabe y no te importunarán en mi ausencia. Eso era todo lo que decía, dejándolo pasmado. Ella se fue y no le dio tiempo de decírselo por la escena que le montó la noche anterior.

Reaccionó y de inmediato marcó su número, pero la llamada se iba al correo de voz. Sin saber que pensar, se quedó sentado sobre la cama, con Gengar haciéndole compañía. De pronto el perro se puso en alerta y corrió hacia el primer piso acercándose a la puerta. Movido por la curiosidad, el azabache lo siguió y en ese momento, tocaron la puerta.

—Señor, un mensajero acaba de traer esto—uno de los guardias le entregó un arreglo de flores y al no obtener respuesta de su jefe, se marchó llevándose a Gengar.

Madara colocó la flores en el piso y buscó la tarjeta sintiendo que su corazón iba salirse de la caja torácica. Para mi diosa la única que me hace perder la razón con sólo probar sus labios. Loco de celos intento comunicarse con la ojiperla durante horas, pero no lo logro.

Al día siguiente tuvo que ir al trabajo con su corazón lleno de dudas y apenas llegó, se encontró con la noticia de la muerte de Tuyaya. Al parecer, estando disgustado con su esposa, todo parecía salirle mal.

Al llegar a su solitario hogar sin haber podido localizar a Hinata, se encontró con otro arreglo. Chasqueó la lengua y de nuevo leyó la tarjeta. Por lo linda que te veías esta mañana. Estaba por gruñir cuando reaccionó. En esa ocasión, el Uchiha destrozó el florero afuera de la casa y se apresuró a indagar.

—¿Quien trajo esas flores?—cuestionó tratando de pensar mas como el jefe del departamento de investigaciones y no como el hombre enamorado que era. Si bien el segundo arreglo, logró hacerlo dudar, el tercero le dejó claro que alguien estaba intentando crear problemas ¿pero quien?

—Ayer fue una camioneta azul con el nombre de la florería en las puertas y hoy, fue un auto de otra florería... ellos dos dijeron lo mismo, que alguien pagó para entregarlas a la misma dirección y a la misma hora.

—Si continúan llegando, no vuelvan a recibirlos ¿de acuerdo?—los guardias asintieron. Madara se preocupó por la seguridad de su esposa, era evidente que sabían mucho sobre ella, pero no se trataba de alguien cercano, ya que no parecían saber sobre la salida de Hinata y fue ese detalle el que logró abrirle los ojos.

Si Hinata no respondía sus llamadas, haría a un lado su orgullo y le pediría ayuda al tarado de Hashirama, él podía averiguar con Tobirama. Estuvo a punto de marcar el número de su amigo, cuando recibió una llamada de su esposa. Respondió apresurado y logró escucharla, sin embargo, la recepción era muy mala y la llamada se cortó.

No tenemos buena señal, Kaana y yo, estuvimos con las modelos durante todo el día, estoy bien y en cuanto pueda te llamo. Suspiro luego de leer ese texto, aunque era muy frío, para él, fue lo mas reconfortante desde la última vez que la miró.

Continuara.

Me disculpo por la demora y por las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin notarlas, apenas las encontré y las iré corrigiendo. Para quienes siguen Acorralada, esa será la próxima actualización. Estoy tratando de finalizar la segunda parte del one shot Indrahina, pero es muy largo y cuando escribo, descuido las otras actualizaciones. Trataré de lograrlo, lo antes posible 😊💕

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