Capitulo 10

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

—¿Te gusto la comida?—cuestionó Madara luego de unos minutos que les trajeron los platos elegidos.

—Si, en verdad es muy buena—sonrió con nerviosismo. No sabía lo que le estaba pasando cada vez que tenía cerca a su esposo. Su forma de hablarle, de verla y sobre todo, la forma en que la besaba.

—Me alegro—de nuevo mostraba esa sonrisa que la hacía temblar—quizás no esta a la altura de el lugar donde irías con el Senju, pero aún así es de los mejores de aquí—por supuesto que no iba dejar pasar la cercanía que su esposa mantenía con ese idiota.

—No se a dónde pensaba llevarnos Tobirama, pero imaginó que también buscaría algo cercano—repuso la joven sin notar la suspicacia de Madara al nombrar a su jefe.

—¿Todos los días salen con él?—al grano y sin rodeos, así era el azabache cuando algo le importaba.

—No, de hecho sería la segunda vez que lo haríamos, yo traje mi comida pero él dijo que Hashirama le canceló y aprovechando que aprobaron mis diseños, nos invitó a Konan y a mí—respondió restándole importancia.

—En ese caso, permíteme felicitarte, he escuchado que los dueños son muy estrictos al momento de elegir, especialmente Tobirama—no dejó de seguir todos y cada uno de los gestos que hacía la chica. Quería saber lo que pensaba, le inquietaba mucho saber que había dentro de sus pensamientos, sobre todo, los que iban dirigidos a él y al Senju.

—Gracias y si, tiene razón, ellos son muy exigentes, tanto así, que mientras Tobirama veía mis diseños, creí desfallecer de los nervios, pero luego sonrió y los aprobó, haciendo que lograra tranquilizarme—el azabache no estaba disfrutando la manera en que ella sonreía al hablar de ese imbecil, no obstante, continuó escuchando sin interrumpirla.

—Parece que lo admiras mucho, me refiero a la manera en que hablas sobre él—Hinata lo miro directamente en busca de sarcasmo, sin embargo, su esposo se veía calmo—y al parecer, a él también le sucede contigo.

—A decir verdad, no sólo es él, desde que llegue a laborar en la agencia, Konan la asistente de Tobirama, me trató muy bien, luego están Kaana y Ashura, ellos parecen complementarse a la perfección entre sí, logrando que la mayoría de quienes trabajamos para ellos, los admirémoos—el mesero llegó llevándose los platos vacíos y trayendo con él, los postres que Madara pidió con anterioridad—En cuánto a Tobirama, él es tan diferente a Hashirama, Hashirama, es un hombre encantador y siempre parece estar feliz, o al menos, trata de estarlo—el azabache sintió que deseaba asesinar a su mejor amigo. Hinata lo llamó "encantador"eso era lo único que le faltaba—en cambio Tobirama, él es tan... tan, tan parecido a usted—ambas orbes se encontraron durante un momento. Ella no supo porque dijo eso último, pero en realidad, era lo que pensaba. Madara no sabia si eso era el peor de los insultos, o por el contrario, viniendo de su esposa, se trataría de un alago. Lo cierto fue, que Hinata parecía admirar al antisocial ¿significaba que lo admiraba por su similitud en la personalidad?

—Vaya, es la primera vez que escucho algo así—el Uchiha sonrió, no obstante, ella fue consiente que no fue sincero.

—¿En serio? A mí me parece extraño que sea Hashirama su mejor amigo y no Tobirama—Madara soltó una carcajada atrayendo la atención de algunos clientes del restaurante, especialmente de las chicas. No era para menos, él se veía jodidamente sexy sonriendo así, aunque Hinata estaba comenzando a creer que su esposo lucía demasiado tentador, en todas sus facetas—Es evidente que no me conoces bonita... ese antisocial y yo, no nos soportamos...Cuando nos dirigimos la palabra es por mera cortesía y créeme, ambos sentimos exactamente lo mismo, en otras palabras, el sentimiento es recíproco—la chica se quedó pasmada al escucharlo. Era extraño que se llevará tan bien con un Senju y que al otro no lo tolerará.

—¡Conozco tan poco sobre usted!—exclamó desanimada sin saber el motivo. Madara estiró su mano y le levantó la barbilla.

—Ese no es ningún problema, yo mismo me encargaré de arreglar ese detalle y ahora con mayor razón, iré por ti con frecuencia... ¿ya ves? Hoy aprendiste algo sobre mí y ni siquiera lo planeamos—ella asintió sin dejar de verlo y en ese momento, Madara la instó a sentarse en la silla junto a él. Apenas lo hizo, no perdió el tiempo y la beso. Hinata se dejó llevar por las sensaciones que él le hacía sentir. No estaban actuando, pues no había nadie conocido y tampoco era necesario dar tantas muestras de amor en público. Lo que sucedía era porque ambos lo deseaban y cada vez que lo hacían, les era más difícil separarse.

—E-es hora de volver—Hinata recuperó un poco de cordura y se percató de la hora.

—Contigo el tiempo se va muy rápido—pagó la cuenta y caminó con la Hyuga tomándole la mano—Esperó que está noche podamos cenar juntos, desde que comenzaste a huir de mi, tampoco veo a Gengar y lo que es más intrigante, es no saber que hice para que me evites cuál vampiro evita el sol—le abrió la puerta del auto y ella subió aún incrédula de la acusación.

—Yo no, bueno, quiero decir—Madara se acercó a ella una vez que subió al asiento del conductor.

—No digas nada, me conformo con que ya no lo hagas, además, tengo que hablar contigo sobre la celebración que habrá en honor a mi nombramiento en la policía. No será algo tan serio como lo fue la última y por supuesto, te quiero a mí lado--la chica se sonrojó—Puedes invitar a Neji y también a tus amigas si lo deseas.

—¿De verdad?—no pudo evitar emocionarse al escuchar que podía invitar a Neji y ni hablar de sus amigas. Estando con ellos no se sentiría tan intimidada con personas a las que no conocía.

—Por supuesto y como se trata de algo familiar, ellos también pueden llevar a sus parejas—el varón disfrutó la encantadora sonrisa que mostraba su esposa, era claro que había acertado al ofrecer invitar a quienes apreciaba—No conozco por completo a todos los oficiales, detectives y de más contribuyentes en el departamento de investigación, así que también yo, tendré que conocer a los invitados al igual que lo harás tú—Hinata asintió y el auto estacionó en el mismo lugar dónde estuvo antes de salir juntos.

—Entonces nos veremos en la tarde... hasta luego y gracias por la invitación a comer—la ojiluna no pensó que su esposo bajaría con ella, pero se equivocó, puesto que el Uchiha, ademas de abrirle la puerta, la acompañó hasta la entrada de la agencia. Ella veía a todos regresando de comer y una extraña sensación de molestia la inundó, al percibir como algunas de las modelos le sonreían descaradamente a su esposo, sin importarles que era con ella con quien caminaba y que era su mano la que sostenía. Madara notó el cambio en la actitud de su esposa y aprovechó el momento para tranquilizarla de la mejor manera, al menos para él.

—Cuídate bonita—sin que ella lograra reaccionar, el azabache ya la tenía entre sus brazos dándole otro beso. Los murmullos de alegría por ver una pareja tan enamorada, se mezclaban con los desanimadnos por no tener oportunidad con el galán. Hinata entró en el elevador muy avergonzada, no obstante, una vez que las puertas se cerraron, se tocó los labios y sonrió llevándose la otra mano a la altura del pecho ¿Que había sido todo eso? ¿Que le estaba pasando a su cordura?

[...]

Izuna escuchaba el relato de Sasuke hacia Shisui, sobre la tarde que pasó con Hinata y Madara. Él había ido a entregar unos documentos en la oficina de Shisui y antes de entrar, logró escuchar la conversación. Madara iba mucho mas lento de lo que pensaba, pues estaba seguro que aún no habían mantenido intimidad, no obstante, le dolía mucho saber que estaban juntos bajó el mismo techo. Extrañaba demasiado a Hinata y sólo quería verla por unos momentos, de ese modo, podía darle un poco de paz a su corazón. A esas alturas, ya no le importaba si ella se entregaba a su hermano, mientras regresará con él cuando logrará divorciarse, lo pasaría sin pensarlo, después de todo, una vez que la tuviera, la haría olvidar todo lo que vivió separada de él, sin embargo, eso se veía cada vez mas lejos de cumplirse.

—Pasa tío—lo llamó Shisui apenas lo miró parado frente a la puerta—llegas a tiempo para que nos termines de contar sobre la misteriosa mujer—por diferentes motivos, el tema se había ido posponiendo y ellos tenían mucha curiosidad.

—Será mejor que te sientes, porque de aquí no sales hasta que nos digas que fue lo que pasó entre la esposa de Madara y tú—Izuna suspiró derrotado, sin embargo, no podía permitir que continuaran juzgando mal a la mujer que amaba.

—Primero que nada, repetiré lo que ya dije... esté es un asunto muy delicado y por lo tanto, debe permanecer entre nosotros, incluso estoy haciendo mal en contárselos, sin embargo, tampoco puedo permitir que la juzguen mal cuando ella no hizo nada para merecerlo—la curiosidad de los menores se fue en aumento y seguían sin entender nada sobre ese embrollo—En una de las muchas discusiones que mantuve con Mei, decidí que era tiempo de separarnos y mientras me tomaba un tiempo a solas, opté por arreglar los desacuerdos con Madara. Supe por medio de Hashirama que mi hermano tomaría vacaciones en los próximos meses y fue así que llegué a Konoha—suspiró recordando la primera vez que la miró.

—Continua, no quiero que alguien, o algo nos interrumpa y no logremos saberlo todo—soltó Shsui con impaciencia.

—Desde el primer día que llegue a Konoha la conocí y quedé fascinado con ella, sin embargo, ese mismo día, también comenzó todo el engaño de mi parte—los menores recordaron las fechas en que Izuna tomo un tiempo en la empresa y a su regreso, lucía diferente, alegre y con mas entusiasmo—Gracias a la placa con el nombre de Madara, la misma que me entregaron cuando lo creímos muerto, las personas me confundieron con él y yo cometí el error de no aclarar las cosas... Continué con el engaño frente a todos y la enamoré, haciéndome pasar por mi hermano ¿entienden porque les digo que ella no tiene ninguna culpa? Me case con Hinata, haciéndome pasar por Madara, llegué tan lejos con el engaño, que incluso hice uso de sus documentos legales—la sorpresa de ambos chicos no pudo ser menor, dado que no se esperaban algo de tal magnitud.

—¿Hablas en serio?—Sasuke se apresuró a cuestionar antes que lo hiciera Shisui.

—Quisiera decir que no, pero de nada serviría... y lo que es peor, el matrimonio es auténtico y ahora ella está legalmente casada con Madara.

—Pero si aclaran todo, simplemente pueden con facilidad disolver el matrimonio—repuso Shisui.

—Si, tienes razón, el problema es que...—Izuna guardó silencio sintiéndose avergonzado frente a sus dos sobrinos.

—Tu irías preso por usurpación de identidad ¿no es cierto?—cuestionó Sasuke.

—Así es y no me importaba si con eso conseguía quedarme con ella, sin embargo, Madara no quiso denunciarme y en su lugar, él sería expulsado del ejército sin honores, fue ahí cuando intervino Hinata y acordó conservar el matrimonio por un mínimo de dos años, de ese modo, nadie del ejército sospechara que no fue real.

—¡Vaya!—ambos chicos se quedaron sin palabras.

—Intenté arreglar las cosas, después de todo, soy culpable, no obstante, ella no me perdonó que la engañara y encima Mei llegó mostrando a mi hijo y a un nuevo embarazo, dejando claro que estuve con ambas al mismo tiempo... Hinata creyó en mí ciegamente, incluso aceptó quedarse recluida en la casa dónde vive, sin ejercer su carrera, todo por amor a mí. Ella se quedaba prácticamente sola toda la semana, mientras yo la engañaba diciéndole que estaba en misiones del ejército, incluso cuando Madara llegó a su propia casa, en la misma que yo la llevé, Hinata lo llamaba por mi nombre y él no aclaró la situación, no me expuso, prefirió quedarse callado mientras ella lo consideraba un mal hermano. No fue hasta que yo me presente después de una semana, que todo mi engaño se vino abajo.

—¿Estás diciendo que ellos están juntos para que Madara y tú no salgan afectados?—Izuna asintió a la pregunta de Shisui—¿Entonces esa mujer los está ayudando aún después de haber sido engañada?

—Así mismo es y créanme, preferiría ser expuesto y pasar una temporada en la cárcel, a saberla cerca de Madara... Algo me dice que muy pronto, él terminará enamorándola y entonces si la habré perdido para siempre.

—¿Quien más sabe sobre esto?—inquirió Sasuke.

—Itachi, Kakashi y ahora ustedes dos—respondió con pesar.

—Tu me conoces y sabes que te aprecio mucho, incluso mas que a Madara, pero no entiendo como fuiste capaz de hacer algo así—Shisui no se pudo quedar sin reprocharle su proceder, dado que prácticamente acorraló a su hermano, quien a pesar de estar molestó con él, nunca de hubiera animado a denunciarlo, incluso si le costaba su propia carrera y credibilidad.

—Lo se, se que soy un bastardo por poner a mi hermano en esta situación, sin embargo, les juro que no estaba pensando con claridad, yo me enamoré como un loco de Hinata y el miedo a perderla cuando se enterara que estaba casado, me llevó a tomar esa despreciable decisión... creí que cuando lograra divorciarme le contaría todo y ella me perdonaría, no obstante, volví a caer en los juegos de Mei y la volví a embarazar, limitando por completo mis planes de divorcio—no era secreto para los dos sobrinos la deteriorada relación en el matrimonio de Izuna y cuando también ellos pensaban que el divorcio estaba por salir, la mujer volvió a embarazarse, obviamente por la debilidad del mismo Izuna, ya que un embarazo es de dos y fue él, quien prácticamente cayó en la lujuria, olvidando que ya tenía a alguien mas, en otras palabras, estaba en la cuerda floja y gracias a sus malas decisiones, cayó de cara al piso.

—Y yo que la estuve observando con la falsa creencia que estaba jugando con ustedes dos... ahora entiendo su nerviosismo cuando sentía mi escrutinio—soltó Sasuke—y aunque lo que diré será doloroso para ti, debo decirlo... también yo estoy seguro que es cuestión de tiempo, antes que ellos se enamoren, o quizás ya lo están, dada la química que muestran estando juntos. Madara se ve feliz cuando ella está junto a él y la chica se pone nerviosa al momento de compartir besos y abrazos—el dolor que sintió Izuna al escuchar a Sasuke fue muy agudo. No era lo mismo pensarlo por sí mismo, a que otra persona también lo notara—además, escuché por Ino, que esa chica está trabajando en la agencia de modelos donde Tobirama Senju es uno de los dueños y al parecer, el tipo quedó muy conforme con ella—otro duro golpe en el corazón del mayor.

—Y justamente ahora, que estoy atado por completo a Mei... ya sea por mi hermano, o por otro hombre, se que no volvería conmigo y quizás ese sea mi castigo por todas los errores que he cometido, desde casarme con Mei, aún cuando fue la prometida de mi hermano, hasta engañar y romperle el corazón a mi princesa, la cual me entregó todo de ella sin sospechar nada, yo fui el primer hombre en su vida en todos los aspectos y me aproveche de su inocencia—soltó con melancolía. Los chicos ya no supieron que mas decir y él en su lugar, les dio una sonrisa cargada de tristeza antes de regresar a la soledad de su oficina, donde continuaría hundiéndose en el mar de recuerdos y el arrepentimiento.

—¡Increíble!—Shisui se quedó mirando la puerta por donde se marchó su tío y se sintió muy mal por él, incluso le dio lástima verlo tan derrotando, sin embargo, también Madara era de su familia y aunque siempre se mostró mas fuerte en torno a los sentimientos, seguía siendo un humano y como tal, debió sufrir las consecuencias de las acciones de Izuna y por otro lado, estaba la chica, la cual no tenía nada que ver con ellos y terminó en medio de un gran lío. Sin duda alguna, estaban en un problema en el que a nadie le gustaría estar.

—Ahora me siento culpable de haber juzgado mal a la Hyuga, incluso la última vez que la miré, no hice mas que poner en tela de juicio su relación con Madara—añadió Sasuke.

—No quiero ni imaginar lo que sería capaz de hacer Mei si se entera de lo sucedido, ya que es evidente la atracción que aún sigue sintiendo por Madara... Se que Izuna es culpable, pero aún así, no puedo dejar de sentir pena por él. Su esposa no lo ama y tampoco él la ama a ella, luego encuentra el verdadero amor y termina echándolo todo a perder, quedando de nuevo en un círculo con Madara—concluyó Shisui.

—Lo se y también me pasa lo mismo, sin embargo, pienso que él mismo se lo buscó y a estas alturas, lo mejor es permanecer neutrales y en silencio, de lo contrario quiénes mas perjudicados saldrán, serán Madara, la chica y los niños—sugirió el menor poniéndole fin a la complicada conversación que había tenido.

[...]

Neji fulminó con la mirada a su prima, la cual hacia un esfuerzo sobrehumano para no reírse de él. El castaño permaneció en silencio con los brazos cruzados sobre su pecho sin dejar de reprochar las acciones de la ojiperla.

—Entonces que le parece Matsuri ¿puede acompañar a mi primo a la celebración de mi esposo?—la chica se sonrojó y se puso muy nerviosa, incluso derribó el contenedor dónde colocaba las plumas y demás artículos de la oficina—No se trata de algo muy formal, pero la mayoría de los invitados estarán acompañados de sus familias y parejas, por lo tanto, Neji no cuenta con nadie además de mí—mintió, sin embargo, sólo en parte, dado que no quería ver a su primo sin tener con quien platicar mientras se conocía con los otros invitados.

—Por supuesto, bueno, si el señor está de acuerdo—respondió la chica sin poder creer que tendría la posibilidad de pasar una noche acompañando a su apuesto jefe.

—Él esta de acuerdo ¿no es así nii-san?—de nada servía negarse, la ojiperla ya había formado su plan y a esas alturas, no iba a romper el entusiasmo de su secretaria.

—Así es y ofrezco una disculpa por ponerte en esta situación, espero que hayas tenido otros compromisos esa noche—el chico se veía serio, sin embargo, también sintió vergüenza al notar por primera vez, los atrayentes y brillantes ojos de su secretaria. Debía ser sincero consigo mismo al admitir que nunca antes prestó atención a la apariencia de Matsuri, no obstante, la insistencia de Hinata, lo hizo fijarse en su persona comprobando que en verdad era muy bella.

—Entonces, no se diga más, los veré a ambos en la fiesta—la Hyuga camino hacia su primo y le dio un beso en la mejilla.

—Me pagarás por esto Hinata—la chica rompió en risas por la amenaza de su primo, pues se lo dijo para que sólo ella pudiera escuchar.

—¡Que cosas dices nii-san! No te preocupes por el vestuario, sera una fiesta familiar así que sólo vístete como tú quieras—se acercó a la chica y también se despidió dándole la mano—Neji es tan cuidadoso con su apariencia—Matsuri sonrió, pues desde que comenzó a trabajar para el perfeccionista hombre, nunca miró que alguien pudiera tratarlo así y que él se quedara sin hacer nada al respecto. Admitió que la ojiluna no le cayó bien cuando la miró por primera vez, pero luego de conocerla, le pareció simplemente encantadora.

—¡Suficiente Hinata!—la reprendió el varón.

—Está bien, no te molestes, ya me voy o de lo contrario llegaré tarde—la Hyuga había aprovechado la hora de la comida para ir en busca de su primo. Desde esa mañana, preparó comida para su primo y por supuesto para la secretaria. Sabía que si se los pedía sin previo aviso, les resultaría muy difícil negarse y no se equivocó.

Salió con la intención de regresar a su trabajo, donde también invitó a sus compañeros, después de todo, ya había hecho lo que planeó, ahora sólo le faltaban sus amigas, con las que quedó de verse al salir de la agencia. Las cuatro se reunirían en un restaurante sugerido por Sakura.

Habían pasado dos días luego de la invitación de su esposo y desde ese día, le llamó avisando que no lograría salir a tiempo, no obstante, cenaban juntos en la casa que compartían. Él le dio todos los detalles de la fiesta, al mismo tiempo que jugaban con Gengar. Para su mala suerte, de nuevo se encontraría con Izuna y obviamente su familia, sin embargo, ya no sentía la misma opresión en el pecho que sentía tiempo atrás. No sabía exactamente a que atribuir ese hecho, aunque probablemente, todo fue gracias a las continúas muestras de confianza que le brindaba Madara, puesto que al estar cerca de él, le resultaba mas fácil comportarse sin recaer en la tristeza.

[...]

—¡Ya está frentona! Deja de estar pegada a tu teléfono—soltó Ino con molestia, ya que Sakura no había dejado de estar respondiendo mensajes en su celular—No le pasará nada a tu galán si lo haces esperar un poco, se supone que vinimos aquí para distraernos.

—¡Ayer terminamos!

—¿Que? ¿Como que terminaron?—preguntaron las dos amigas.

—Llegó cinco minutos tarde a nuestra cita ¿Que le pasa? ¿Cómo fue capaz de hacerme esperar?—Sakura se veía molesta, no obstante, sus amigas parecían querer ahorcarla.

—Oh, claro, ya lo puedo imaginar... seguramente estás en tus días y el pobre de Gaara fue con quien te desquitaste ¿no es cierto?—la pelirrosa abrió la boca intentando decir algo pero sin lograrlo—¿Me equivocó?

—Bueno, yo... eso no tiene nada que ver con el hecho de llegar tarde—se defendió sin querer darle la razón a la rubia.

—Sólo responde frentona ¿estás o no estas en tus días?—Sakura no tuvo otro remedio que asentir con la cabeza, después de todo, sus amigas la conocían tan bien, cómo la conocían sus padres.

—Pero ya me disculpé y el muy cretino se está haciendo del rogar—Tenten comenzó a reír y antes de continuar, llegó Hinata.

—¡Hina!—la castaña se levantó y fue hacia ella—Por fin te dejas ver—la ojiperla saludo a las otras dos amigas y finalmente tomó asiento con ellas.

—Cuéntanos ¿como te esta yendo en tu vida de casada?—se apresuró a cuestionar Sakura, quien se animó a guardar su celular.

—Ha sido toda una aventura, en otras palabras, un completo cambio de vida—respondió con las mejillas ruborizadas. Si le hubiesen preguntado eso los primeros días que siguieron luego de descubrir el engaño de Izuna, se le vería con la mirada triste y casi a punto de llorar, sin embargo, ahora sólo podía imaginar a Madara como su esposo.

—Me lo puedo imaginar, sin contar que te casaste con uno de los hombres mas cotizados de la cuidad... La cerda ya nos contó que se ven muy enamorados y me da mucho gusto por ti—concluyó la Haruno, mostrando una repentina mueca de disgusto cuando escuchó un nuevo mensaje en su celular.

—Gracias... y aunque hubiera querido que me acompañaran en mi boda, no fue posible, puesto que todo se realizó muy rápido debido al trabajo de mi esposo, ni siquiera Neji logró estar presente—las amigas entendieron sus razones y si hubiera alguna duda, se disipó por la ausencia de Neji, ya que él era muy importante en la vida de Hinata.

—No te preocupes, aquí lo importante es que tú estés feliz—añadió Tenten y las cuatro comenzaron a conversar. Recordaron los días en Konoha y lo que habían estado haciendo en el lugar donde vivían. Pronto, el tema de conversación regreso hacia el carácter de Sakura y la ojiperla sonrió sintiéndose mas ligera. Eso era lo que necesitaba, estar cerca de sus amigas y familiares para volver a ser la misma de antes.

—Escuchen, en unos días se hará una celebración en honor a mi marido por su nombramiento en la policía y me dijo que podía invitar a quienes yo quisiera, así que me encantaría verlas ahí—Ino ya lo sabía, pues Sasuke la había invitado desde la noche anterior, sin embargo, para las otras chicas fue una grata sorpresa y por supuesto, aceptaron sin dudarlo. La Hyuga les dio toda la información acerca del lugar y la hora.

Cerca de las once, las cuatro se despidieron y cada una se fue en sus vehículos. Hinata no podía creer que fuera tan tarde y cuando miró el celular, había algunos mensajes de su esposo. Él le preguntaba si todo estaba bien e incluso se ofreció en ir a buscarla si así lo necesitaba. Se reprendió mentalmente por no haberse percatado del tiempo y también de los mensajes.

Antes de arrancar el motor, le envió un mensaje dónde le informaba que ya estaba en camino. Condujo el trayecto sabiendo que era la primera vez que lo hacía a solas, a altas horas de la noche, otra de las enseñanzas de su padre... Evitar en la manera posible exponerse a conducir por caminos solitarios sola y de noche, ya que las estadísticas muestran niveles de crimen mas altos a esos horarios. Sin duda alguna, no le diría nada y evitaría volver hacerlo.

Apenas cruzó el portón de la entrada, divisó a Madara caminando de un lugar a otro, con Gengar tras él, siguiendo todos sus pasos. Por un momento, ella no pensó que todo eso se debiera a su ausencia, más bien creyó que algo había sucedido adentro de la casa. Así fue, hasta que estacionó y en cuestión de segundos se vio presa en los fuertes brazos del azabache.

—¡Maldita sea Hinata, me tenías muy preocupado!—el tono de reproche fue lo primero que percibió—Te dije que no condujeras, que te quedarás con tu primo hasta mi llegada y sabía que no habías leído mi mensaje, tampoco respondes las llamadas—la joven se sintió mal y al mirar el celular, se dio cuenta que se había quedado sin pila, debido a eso ya no logró recibir ni llamas, ni mensajes.

—Lo siento mucho, lo que pasa es que estando con mis amigas después de tanto tiempo, no me di cuenta de lo rápido que transcurrió la tarde... no era mi intención preocuparlo—el tono de culpa utilizado por ella, tranquilizó al Uchiha, después de todo, ella ya había llegado sana y salva. Estuvo al borde de la locura desde que llegó y no la encontró, pues su esposa llegaba primero. Sin querer pensar mucho, paseó con Gengar, luego se duchó y cuando volvió a mirar el reloj, ya pasaban las ocho de la noche, fue en ese momento que envió el primer mensaje de texto sin obtener respuesta. Espero un tiempo antes de enviar el siguiente, poniendo su ansiedad en niveles críticos. Estaba a punto de llamar a uno de sus contactos para buscar el número de Neji, cuando ella le envió un texto donde le decía que ya iba a ponerse en marcha, sin embargo, le pareció muy peligroso, pues el trayecto hacia la finca es muy solitario y lo único que hay a los alrededores son bastos bosques. La inquietud sólo empeoró al tratar de comunicarse con ella y no recibir respuesta. Esa maldita espera había sido de las peores, sobre todo, luego de saber de primera mano, la cantidad de asaltos que hay hacia las mujeres. Dentro del ejército no se enteraba de lo mismo que siendo el jefe en su departamento de investigación.

—Esta bien, lo bueno es que ya estás aquí—Gengar se veía feliz y después de acariciarlo, los tres entraron a la casa—¿Ya cenaste?—le preguntó rompiendo el silencio.

—Si gracias—la chica realmente se sintió mal por haber sido tan descuidada—¡Escuche!—ya estaban cada uno frente a las puertas de sus habitaciones, pues ya pasaba la media noche—Siento mucho haber sido descuidada, le prometo que no volverá a ocurrir—Madara se acercó hasta ella, dispuesto a estudiarla, averiguar porqué ella no podía sentir el mismo deseó que él sentía por ella. Llevaban tiempo juntos y Hinata no había hecho el menor esfuerzo por mirarlo como a un hombre, uno que ardía de deseos por tenerla, por sentirla suya—M-Madara... ¿que esta haciendo?—en ese momento el cuerpo de Madara la había acorralado contra la puerta y no había lugar a donde ir.

—Eres mi esposa Hinata—el azabache se desquició al mismo instante que acercó su hambrienta boca al cuello femenino. Apenas sintió su embriagador aroma y ya no se pudo contener. Besó el cuello de su esposa y la escuchó gemir, aumentó los movimientos, al mismo tiempo que recibía mas gemidos por parte de la chica. Sabía que la respuesta de ella era debido a la forma en que la abordó, sin embargo, no era algo que ella hubiera deseado y ese sólo pensamiento, logró regresarle la cordura. Si bien es cierto que la quería hacer suya, pretendía que fuera porque ambos así lo deseaban y no sólo por ser él, quien la estuviera sometiendo. Lo único que iba conseguir, era alejarla y quizás ya no le iba permitir acercarse. Se alejó lentamente y se giró dispuesto a entrar en su habitación.

—¡Eh!—la joven se quedó en la misma posición sin lograr comprender y lo miró en busca de una explicación.

—Lo siento bonita—se mantuvo con la mano en el pomo de la puerta, pero sin girarse a verla—¡Buenas noches, que descanses!—no dijo nada mas y entró en su recámara cerrando la puerta tras él. Hinata se quedó con una amarga sensación y con un dolor en el vientre, mismo que le aparecía cuando no lograba deshacerse del nudo que se formaba al sentir ecxitacion. El movimiento de Gengar la regresó a la realidad y pronto se recompuso logrando abrir la puerta. Sin saber porqué, las lágrimas bajaron por sus mejillas. Pasó de sentirse confundida, a estar decepcionada y por último, se sintió muy molesta.

Se fue a la ducha sin dejar de reprenderse por haber sido tan débil. Si Madara hubiera continuado, ella no lo detendría, sin embargo, él se detuvo repentinamente.

Se fue a la cama y finalmente se calmó. No sabía porque había pasado por alto ese detalle. El hombre seguramente no tuvo una ereccion, ademas, era precoz. Se dijo a sí misma en un intento de consolarse, no obstante, muy en su interior, todo lo que se decía, era a causa de estar molesta y ardida.

...

Los dos días que siguieron a esa desastrosa noche, ella regresó a su postura de ignorarlo. Se iba muy temprano y regresaba antes que él.

Madara suspiró y por primera vez en su vida, se sentía perdido. Hinata lo había desarmado y ya no tenía idea como debía proceder hacia ella. Su esposa lo había vuelto a ignorar y esa noche debían ir juntos a la fiesta. Terminó de arreglarse y salió de su habitación. Miró la puerta de su esposa y por un momento, se detuvo con la intención de tocar. Quería saber si ella ya estaba lista, sin embargo, no hubo necesidad de hacerlo.

—¿Esta listo o debo irme en mi propio auto?—Hinata lo veía sin emociones desde el inicio de las escaleras, era claro que ella había terminado antes y al no ver señales suyas, se molestó y subió a llamarlo.

—No es necesario, iremos juntos—ella se giró sin esperarlo y el azabache la siguió dispuesto a poner fin al conflicto que sin querer causó. Se lo dijo a sí mismo.

Continuara.

Me disculpo por demorar más de la cuenta y trataré de ya no hacerlo. También lamentó las faltas de ortografía que seguramente se me escaparon, en cuanto las encuentre las iré corrigiendo. Las próximas actualizaciones, serán Amar o ganar, seguida de Cuando tú llegaste, o No quiero ser ella, la primera que logré terminar es la que subiré 😊💕

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