Recuerdos felices, situaciones amargas

Una hora y media antes del final del capitulo anterior

Uraraka: Y eso fue lo que pasó. Sé que es duro pero él nunca dejó de esforzarse para hacerte feliz - dijo mientras lo abrazaba.

Kota: Hubiera querido que me lo dijera antes

Uraraka: Pero no fue así y ahora tienen que afrontar el problema, no te angusties, él te estará esperando para que puedan hablar y disculparse - besó su frente y salió de la habitación.

El pelinegro se quedó en silencio, pensando en sus palabras, él seguia enojado pero sabía que no le haría bien a nadie que siguiera así por siempre.

Se levantó y salió de la habitación para dirigirse al sótano, ahí guardaban muchas cosas y entre ellos, tal vez, alguna foto de sus padres.

Buscó entre las cajas polvorientas sin éxito al principio, hasta que encontró una caja en el fondo donde finalmente halló lo que buscaba.

Era un marco con una foto de Izuku, sus padres y él. Todos sonreían en la foto, su madre lo cargaba estando envuelto en una manta, su padre los abrazaba a los dos y el peliverde los abrazaba a ellos.

Se parecía mucho a ellos, las lágrimas que desvordaban sus ojos cayeron en la foto y limpiaron la superficie sucia. Estaba por irse cuando encontró un disco dentro de la caja que le llamó la atención.

El disco no tenía caja ni nada escrito en él, pero no parecía dañado por lo que si se podría ver lo que contiene.

El niño fue a la televisión que había ahí y puso el disco. Sus tíos veían programas grabados y películas ahí, así que no habría inconveniente.

Lo primero que se vio fue el suelo, luego la cámara subió y mostró al peliverde sosteniendolo a él cuando era un bebé.

Midoriya: Sé que les prometí cuidarlo y protegerlo pero... nunca he cuidado a un bebé - lloró comicamente mientras el niño también lo hacía.

Iida: Debe tener hambre, aquí dice que los bebés también tienen un horario estricto para comer - dijo a la vez que grababa.

Midoriya: Pues démosle de comer - caminó hasta Bakugo y le dio al niño, después agarró una papilla y se la dio - vamos, come  - le acercó la cuchara pero el bebé la golpeó salpicando su cara y haciéndolo reír.

Bakugo: ¡Jajajaja, buen trabajo, mocoso!

Iida: Espere, no puede darle papilla aún, sólo hasta después de los 6 meses

Midoriya: Entonces prepararé un biberón y listo - se fue a prepararlo y minutos después regreso - ahí está

Bakugo: Debes dárselo mientras lo cargas idiota, ora - se lo entregó y se fue.

Midoriya: De acuerdo - acomodó al bebé y le dio el biberón para que empezara a comer, lo cual hizo - ésta es la primera vez que alimentó a un bebé

Minutos después cuando Kota terminó de comer, miró al peliverde y empezó a tomarse el estómago y a hacer pucheros.

Kota: Ugh waa

Midoriya: ¿Qué le pasa?

Iida: Probablemente son los gases, aquí dice que después de comer es necesario darles palmaditas leves en la espalda para que eructen - leyó el libro.

Midoriya: Muy bien - empezó a darle palmaditas.

Iida: "Asegurece de ponerse un pañuelo en el hombro para evitar que el bebé..." ¡señor detengase! - ordenó muy tarde.

Midoriya: ¿por qué...?

*Burp

*Buagh

Midoriya: Era por eso - dijo asqueado con el hombro cubierto de vómito.

Kota: jeje

Midoriya: Iida, traeme una servilleta

Kota estaba riendo ante esto, había vomitado sobre el hombro de su padre y probablemente no fue la última vez.

Ahora veía como lo bañaba en una tina pequeña mientras el se reía y como le cambiaba el pañal con una máscara de gases puesta.

Midoriya: Agh, listo. Bakugo, llevate esto - le entregó el pañal envuelto.

Bakugo: Lo tiraré a la basura - habló asqueado y cubriéndose la nariz.

Midoriya: No, tengo una mejor idea

Más tarde ese día

Midoriya conducía un auto mientras era perseguído por otro y en el asiento de atrás estaba Kota en una silla para bebés, riendo por el viaje.

Midoriya: ¡Tomen esto idiotas, ahora Dynamight!

Bakugo: ¡Shine! - lanzó un pañal al auto y este se estrelló en el parabrisas, ensuciandolo por completo.

Los hombres a bordo del vehículo sacaron la cabeza por la ventana para ver, pero al hacerlo otro pañal les cayó en la cara haciendolos estrellarse.

Midoriya: ¿Grabaste eso, Ingenium?

Iida: Lo tengo en vídeo

Más vídeos fueron pasando por la pantalla mientras el pelinegro los veía con una sonrisa, aunque el peliverde no sabía como tratar con un bebé, fue mejorando con el paso del tiempo.

Uno de los vídeos lo mostró a él jugando en la alfombra con algunos bloques hasta que logró levantarse.

Midoriya: ¡Ya puede ponerse de pie! - se agachó a su altura y espero a un metro de él - ¡vamos Kota, ven acá!

El niño de 8 meses lo vio y empezó a caminar lentamente hacia él, se tambaleó un poco en el camino pero no se cayó, a pocos centímetros del peliverde, corrió con una sonrisa y fue levantado por el hombre.

Midoriya: ¡Bien hecho Kota, lograste llegar, pronto podrás correr y caminar sin problemas! - subió y levantó al niño varias veces hasta que lo detuvo frente a su rostro y él lo tomó

Kota: ¡Papá! - habló por primera vez.

Midoriya: ... ¿Qué? - preguntó sorprendido.

Kota: ¡Papá papá jajaja! - dijo una y otra vez.

El peliverde estaba muy feliz pero triste al mismo tiempo, esas palabras no deberían ser para él y aún así se sintió tan bien al escucharlo llamarlo así. Con lágrimas de dos emociones mezcladas, abrazó al niño contra su pecho y besó su frente.

Midoriya: No importa lo que pase, voy a estar siempre a tu lado, hijo, te lo prometo

Kota soltó algunas lágrimas, su primera palabra había sido para él y pudo entender sus pensamientos por medio de su mirada, no podía arrepentirse de nada.

Los vídeos siguieron mostrándose hasta llegar al último, en ese, el niño tenía 5 años.

Kota: ¿No me soltarás, verdad? - preguntó montado sobre su bicicleta.

Midoriya: Claro que no, yo te sostendré del asiento para que no te caigas, ahora vamos, no tengas miedo - comenzó a caminar a su lado mientras él pedaleaba y cuando agarró velocidad lo soltó.

Kota: ¡Lo hice, papá ya puedo andar en bicicleta! - exclamó emocionado.

Midoriya: ¡Así se hace hijo! - gritó viéndolo dar la vuelta al parque.

La cámara comenzó a grabarlo mientras paseaba y escuchó la voz del peliverde.

Midoriya: Sé que tal vez estás viendo este vídeo, probablemente lo encontraste o yo te lo mostré, pero sólo quiero que sepas que no pude pedir un mejor hijo que tu, y que no importa los años que pasen o como crezcas, yo siempre estaré ahí para apoyarte y ayudarte si lo necesitas. Te amo mucho hijo

El hombre vio al niño bajar de la bicicleta y correr hacia él para luego abrazarlo, entonces lo levantó para poder abrazarlo mejor.

Kota: Te quiero papá

Midoriya: Y yo a ti hijo - apretó el abrazo.

La grabación acabó ahí y Kota se encontraba llorando un poco más, ahora era consciente de lo que dijo y se dio cuenta de su error. Salió del lugar y fue a la oficina de su padre para disculparse, estaba por entrar cuando oyó sollozos de su padre.

Eso lo hizo sentir mal, pensó que no era un buen momento y salió de ahí, tomó su bicicleta y fue a dar una vuelta al parque cercano, pasaron unos pocos minutos y mientras iba pedaleando un auto negro pasó a su lado y oyó a alguien decir...

¿?: Rápido, quiero deshacerme de Deku de una vez

El niño se detuvo y observó el auto ir hasta un callejón cercano y detenerse, de ahí salieronndos hombres encapuchados y uno rubio con una cicatriz en el ojo izquierdo.

El niño se quedó pasmado, esa era la descripción que su madre le había dado del sujeto que asesinó a sus padres y ahora planeaba asesinar al suyo.

Con gran enojo, fue has dicho callejón dónde dejó su bicicleta y entró sin que nadie lo viera.

...

Midoriya: Preparen el auto y las armas - caminó hasta la sala y encontró a la castaña - ¿Kota no ha salido de la habitación?

Uraraka: No, puede que se haya dormido

Midoriya: Iré a verlo - fue a la habitación de su hijo y tocó la puerta varias veces - Kota, ¿estás ahí? - abrió la puerta y los buscó pero no estaba.

Bakugo: Ya está todo listo, los demás están afuera

Midoriya: ¿Sabes donde está Kota?

Bakugo: Yo que sé, pero su bicicleta no estaba en el garage - contestó antes de ver al peliverde correr - ¿Qué pasa Deku?

Midoriya: Quiero saber a dónde fue - prendió su computadora y comenzó a teclear.

La bici del niño tenía un chip de rastreo por seguridad, el peliverde no tardó en encontrarlo y al ver su ubicación, se asustó mucho.

Midoriya: No... no no no, ¡Bakugo vámonos! - ordenó corriendo.

Bakugo: ¡¿Dónde está el mocoso?!

Midoriya: ¡¡Está en el mismo callejón dónde está él, tenemos que ir rápido!! - día al auto donde los demás lo esperaban y arrancó.

Ya había perdido a varias personas que le importaban, no dejaría que pasara lo mismo con su hijo.

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