¿Mamá?


El mundo era un lugar completamente normal, la gente siempre estando del mismo humor que si bien a veces era bueno también era malo, había algunos días divertidos y otros días aburridos, pero en fin, uno no puede dejar de trabajar o obtener un empleo más divertido, esas cosas no pasarían nunca, o al menos no en esos tiempos.

La noticia de que una bebé brillante había nacido se expandió por todo el planeta y en muy poco tiempo empezaron a surgir personas con habilidades anormales llamadas quirks.

Cada una de esas personas tenía un quirk diferente pero no todos la tenían, hasta ese momento los quirk solo los tenían un 20% de las personas pero el número iba incrementando. Debido a esto, el gobierno promulgó una nueva ley donde las personas no podrían usar sus quirks a menos que fuera una emergencia o tuvieran un permiso para hacerlo.

La vida se hizo un poco más interesante para las personas de todo el mundo pero, sin un motivo por el cual usar su don, siguieron con sus vidas con total normalidad.
Aunque algunas personas habían violado esa ley usando sus poderes para su propio beneficio, robando, matando o cometiendo algún otro tipo de crimen, pero de igual forma muchos iban a parar a la cárcel.

Solo hubo un hombre que por más delitos que cometiera nunca fue atrapado, el hombre que provocó todo un caos y trató de imponer un nuevo orden mundial, All For One. Él tenía el don de tomar el quirk de otro o pasarlo a alguien más, le dio a su hermano menor un quirk que potenciaba su poder cuando creyó que era quirkless, pero se equivocó.

Apesar de que los dones apenas estaban surgiendo, el hermano quirkless conocido como Yoshi logró pasarle su quirk a otro, éste a otro y así sucesivamente. Los portadores apenas duraron 3 meses con el, querían potenciar el quirk a más no poder, en total fueron 7 los que pasaron el poder hasta que llegó a manos de Toshinori Yagi, alias All Might, un líder Yakuza de buenas intenciones.

Con el poder de 7 personas, más el suyo, All Might le dio pelea a All For One y acabó con su imperio del mal solo 2 años después de que comenzara. Después de derrotarlo All Might desapareció de las calles y se escondió de las autoridades por muchos años hasta que dejaron de buscarlo. Pero justo antes de perecer le pasó su poder a su sucesor y quien se convertiría en el nuevo líder de la banda Yakuza, el joven llamado Izuku Midoriya alias Deku.

Su grupo de Yakuzas se especializaba en la protección de los ciudadanos y exterminio de los criminales, a los más peligrosos los mataban y a los que no los dejaban en manos de la policía.

Las autoridades siempre tardaban en dar con sus objetivos, era por eso que cuando buscaban a los criminales solo encontraban cuerpos sin vida o simplemente cuerpos atados para evitar que escaparan, dependiendo de su grado de peligro. Pero nunca lograban atrapar a los responsables de eso.

El grupo Yakuza solo asesinaba a criminales, asesinos, personas corruptas o simplemente personas que ellos creían no merecían vivir, razón por la cual estaban los llamaban "Asesinos clase A". Eran respetados por otros grupos Yakuzas y conocidos por todos en la ciudad, todos excepto una chica castaña cuya vida estaba a punto de cambiar.

...

Ochako Uraraka era una chica que disfrutaba de su vida al máximo, haciendo muchos amigos y conviviendo con ellos, era muy alegre y casi siempre encontraba el lado bueno de las cosas, lo que la hacía muy amada en la comunidad donde había crecido. Sin embargo cuando llegó a la edad de 15 años se enteró de algo que definitivamente cambio su mundo.

Su madre estaba enferma y requería de medicamentos y tratamientos médicos que sus padres no podía pagar, apesar de sus esfuerzos lo único que pudieron hacer fue internarla en un hospital y rogar para que se recuperara, fue esa la razón por la que decidió estudiar medicina. Se graduó con honores a los 18 años y trabajó lo suficiente para poder pagar los medicamentos y algunos gastos atrasados, ayudando a su madre en todo lo que necesitaba.

Pero cuando creyó que había conseguido salvarla surgió otro problema. Dos años despues, unos estudios revelaron que la Sra. Uraraka tenía un tumor que necesitaba ser extirpado para poder salvar su vida, pero está vez ni la castaña ni su padre tenían el suficiente dinero como para pagar el costoso procedimiento. Parecía que la esperanza y las oportunidades se estaba acabando, más no sabían que muy pronto eso cambiaría.

...

Una castaña de 20 años se encontraba cerca de la salida del hospital donde trabajaba cuando fue detenida por sus compañeros de trabajo.

Compañero: Que te vaya bien Uraraka y ten cuidado en las calles.

Uraraka: Por favor Yuhiko, solo voy a mi casa por la ruta más corta, ¿no es tan peligroso, verdad Aiko?.

Aiko: Yuhiko tiene razón Uraraka, conozco el camino y es por esos rumbos por donde los Yakuza Asesinos clase A suele pasearse. - dijo preocupada.

Uraraka: ¿"Asesinos clase A"?, debes estar bromeando, está mañana pasé por ahí y no noté nada extraño, todo parecía muy normal.

Yukiho: ¿Creiste que estarían rondando por ahí todo el día?, deben cuidarse de las autoridades aunque ni siquiera la policía ha logrado atraparlos. No por nada son los más peligrosos de todo el país. Lo bueno es que solo matan a los criminales y corruptos. - explicó aliviado - Pero aún así hay que tener cuidado.

Uraraka: Lo tendré en cuenta, si no vuelvo mañana llamen a la policía jajaja. - bromeó antes de despedirse.

Salió del edificio y siguió su ruta a casa, caminando por las calles de la ciudad de Mustafu deseando llegar a su hogar y poder descansar después de un arduo día de trabajo en el hospital. No obstante, mientras caminaba, notó un auto negro con las ventanas polarizadas que se movía lentamente por las calles, cosa que se le hizo raro pero se le hizo aún más raro ver otros 2 autos iguales haciendo lo mismo, por lo que empezó a preocuparse un poco.

Llegó a la carretera principal y espero la señal para avanzar al igual que otras personas a su lado cuando vio a alguien en el suelo recargado en una pared.

Se trataba de un niño de pelo negro y gorra roja cuya rodilla estaba cubierta de sangre por una herida. Miraba a varios lados de la calle como si estuviera buscando a alguien de entre las personas que pasaban, pero la gente parecía alejarse e ignorarlo, al ver eso se acercó a él y se puso a su altura para poder hablar.

Uraraka: Hola pequeño. - saludó llamando su atención.

Niño: Hola. - saludó de vuelta con una ligera sonrisa.

Uraraka: ¿Estás perdido?.

Niño: No, solo quise estar aquí. - frunció el ceño cuando su herida empezó a arder.

Uraraka: ¿Qué te pasó en la rodilla?. - preguntó mientras lo examinaba y limpiaba la sangre con un pañuelo.

Niño: Unos niños me empujaron y me corté con un pedazo de vidrio.

Uraraka: No parece muy profunda, espera. - sacó una pequeña venda de su bolso y empezó a envolver la herida - Deberías curarte pronto.

Niño: Gracias señorita.

Uraraka: Mi nombre es Ochako Uraraka.

Niño: Soy Kota.

Uraraka: Bien Kota, debo irme, espero verte pronto. - acarició su cabello con suavidad y se levantó para poder cruzar la calle.

El pequeño se quedó sorprendido, pensando en lo que pasó y como la mujer lo había tratado, nadie había hecho eso aparte de la persona que lo criaba, por lo que decidido y contento se levantó del suelo, corrió hasta la castaña que estaba cruzando la calle y la abrazó.

Uraraka: ¿Kota? ¿qué pasa?.

El niño no contestó y en su lugar levantó su cabeza para verla y mostró la sonrisa más grande que tenía para después decir algo que sorprendió a la castaña.

Kota: ¡Mamá!. - exclamó apretando su abrazo.

Uraraka: ¡¿Qué?!. - preguntó llamando la atención.

Kota: ¡Tío, encontré a mamá!.

De repente se escucharon los motores de varios autos acercándose a la zona, las personas parecieron identificar el sonido ya que corrieron despavoridamente fuera de la calle y muchas de las tiendas cercanas cerraron sus puertas, la calle quedó desierta, excepto por los vehículos estaciinados y ellos dos.

Los 3 autos que la castaña había visto antes los rodearon, eso la asustó pero para su sorpresa el niño no parecía asustado. Cuando una de las puertas del auto se abrió, Kota tomó la mano de la castaña y le dijo que entrara, cosa que ella obedeció sin saber por qué.

Dentro del auto solo había un conductor de cabello rubio cenizo que cubría su rostro con un antifaz y una capucha y un hombre peliazul de lentes que estaba a su lado y tenía un cubrebocas negro.

Hombre: Perdón por esto señorita pero no puede ver el camino. - tapó los ojos de la chica con un trozo de tela y la amarró a su cabeza.

Uraraka: ¿Qué está pasando? ¿adónde vamos?. - preguntó asustada.

Kota: Vamos a casa.

Hombre: Arranca Bakugo.

Bakugo: Soy Dynamight idiota, estamos trabajando y no me des órdenes. - dijo enojado mientras conducía.

La enfermera no entendía lo que pasaba, se sentía asustada y confundida, se supone que éste sería un día normal donde después de trabajar regresaría a casa y tomaría un relajante descanso, pero en vez de eso terminó conociendo a un niño en la calle y ahora estaba siendo llevada a un lugar desconocido.

No podía identificar el curso del camino, giraban a la derecha, luego a la izquierda y otra vez a la derecha pero por su velocidad no podía saber a cuantas cuadras cambiaba de dirección y no conocía bien el lugar, así que practicamente estaba perdida.

Minutos más tarde llegaron a su destino, le ordenaron bajar el auto y pudo apreciar mejor la edificación exterior, tenía grandes muros y portones de metal reforzado en la entrada que una vez abiertos mostraban una casa que no parecía muy grande, solo era de un piso pero al acercarse pudo apreciar que la casa estilo japonés era muy amplia. Tenía varios árboles y arbustos bonsái en la entrada. Los hombres de los otros autos salieron y se dispersaron por la casa.

Uraraka siguió a los 2 hombres del auto por la casa acompañada del niño hasta que escucho uno gruñidos que la alertaron.

Uraraka: ¿Ti-tienen perros?. - preguntó asustada.

Kota: No, nosotros no tenemos perros.

Uraraka: Uff que alivio.

Kota: Nosotros tenemos lobos. Y ahí vienen. - señaló al frente.

Uraraka: ¡¿Qué?!. - miró adelante y notó 2 lobos de color negro y gris que la veían con ojos nada amistosos.

Los lobos empezaron a avanzar lentamente hacia ellos, estando más cerca acortaron el espacio corriendo y después derribaron al pelinegro.

Kota: ¡Basta, ya basta!. - exclamó en el suelo, como si sus mascotas lo estuvieran devorando pero solo le hacían cosquillas - ¡Basta jajaja, dejen de lamerme!. - pidió con la cara llena de baba hasta que los lobos se detuvieron y él los abrazó - Yo también los extrañé.

Con la bienvenida finalizada, las mascotas peludas prestaron atención a la castaña y le gruñeron un poco.

Kota: No, esperen. - se paró frente a la castaña y detuvo a los caninos - Ella es mi mamá, es de nuestra familia.

Ellos parecieron entender y se sentaron moviendo sus colas. Curiosa, la castaña se acercó a ellos y empezó a acariciar sus cabezas a lo que estos se dejaron mimar.

Uraraka: Son muy tiernos.

Kota: Él se llama Hikary. - señaló al lobo negro y luego a la gris - Y ella se llama Amary.

Bakugo: - revisó su teléfono y leyó un mensaje - Maldición, Camie me está esperando. Carácter lateral....

¿?: Ingenium. - corrigió cansado.

Dynamight: Tu nombre es Iida, ya terminamos el trabajo, como sea, dile a Deku que saldré está noche. Nos vemos mañana. - dijo antes de salir por la puerta.

Iida: Vamos, el jefe debe estar esperando.

Siguieron su camino hasta llegar a una habitación, el hombre de lentes abrió la puerta revelando a otro hombre de cabello verde y raíces negras, pecas en las mejillas y traje elegante. La castaña comenzó a sonrojarse.

Estaba sentado frente a un escritorio, mirando algunos archivos hasta que los vio a ellos.

Kota: ¡Papá!. - corrió hasta el hombre y saltó hacia él que apenas se levantó lo tomó en brazos.

Midoriya: Kota. Llegaste más temprano está vez, ¿qué le pasó a tu rodilla?. - preguntó al ver su venda.

Kota: Raki me empujó y me corté con un vidrio aunque no me duele mucho. Pero papá ¡por fin encontré a mamá!. - informó feliz a su padre y dirigió su mirada a la castaña sonrojada frente a ellos.

El hombre hizo lo mismo y observó a la castaña a los ojos, quedándose atrapado en esos orbes color avellana que también lo miraban.

Midoriya: Kota ¿puedes salir y acompañar a Iida a la sala? Tengo que hablar con tu madre a solas.

Kota: Okey. - se bajó de los brazos de su padre y caminó a la salida acompañado del peliazul, dejando a los adultos sólos en el lugar.

Midoriya: Muy bien señorita, quiero que me diga su nombre. - habló firme y con tono autoritario.

Uraraka: S-soy Ochako Uraraka. - contestó con temor.

Midoriya: Será mejor que te sientes para que pueda explicarte que es lo que está pasando, y lo que va a pasar. - se sentó en su silla y tecleó algo en su computadora portatil.

Uraraka se dejó caer en la silla por el miedo y trató de controlar sus nervios.

Midoriya: Lo diré de esta forma. Como jefe de esta organización mis deberes son algo que me impidie tener mucho tiempo libre por lo que siempre estuve muy ocupado y cuando tuve a Kota no pude pasar mucho tiempo con él como quería, así que un día vino a mi oficina y me pidió una madre. - explicó sorprendiendo a la castaña - Como no podia conseguirle una le dije que saliera a la calle y que buscara a la persona que él quisiera que fuera su madre y al parecer te eligió a ti. ¿Alguna pregunta?.

Uraraka: ...¿Qui-quién eres tu?.

Midoriya: Supongo que mereces saberlo. Mi nombre Izuku Midoriya o también puedes llamarme Deku y soy el jefe Yakuza de "Asesinos clase A". - contestó sin importancia, sorprendiendo y asustando a la chica - Ahora esto es lo que harás. Serás la madre de mi hijo y vivirás aquí, no importa lo demás, tendrás comida, techo y una buena vida, solo no hagas nada que pueda arriesgarnos. Tampoco podrás salir a la ciudad sin que uno de mis hombres te acompañe.

Uraraka: Espera, ¿no puedo salir?. - preguntó a lo que él negó - No puedo hacer eso, ¿qué pasa con mis pertenencias?, todo en mi apartamento...

Midoriya: Eso no será problema, mis hombres ya fueron a tu casa y empezaron a guardar todas tus cosas para traerlas hasta acá.

En la habitación de Uraraka

Un rubio con un rayo negro en su cabello se encontraba guardando la ropa de la chica cuando vio su ropa interior y sobrio maliciosamente.

¿?: Oye Mineta, mira esto. - llamó al hombre más pequeño.

Mineta: Ohh es nuestro día de suerte, buen trabajo Kaminari.

Justo cuando estaban por hacer sus marranadas una chica pelimorada los detuvo y los golpeó.

Kaminari: Jiro ¿qué rayos te pasa?.

Jiro: Nombres clave, estamos trabajando recuetdas. Ahora entiendo por qué el jefe me mando con ustedes. Ya dejen de hacer eso y pónganse a trabajar.

De vuelta con el jefazo

Midoriya: Enseguida traerán tus cosas aquí.

Uraraka: No puedo quedarme aquí, tengo que trabajar y.... - calló al ver que el hombre fruncir el ceño.

Midoriya: Ya no volverás a ese hospital.

Uraraka: ...¿Cómo sabes que trabajo en el hospital? ¡¿y cómo sabes dónde vivo?!.

Midoriya: Estoy leyendo tu expediente. - mostró la informacion en la computadora - Digamos que tengo un contacto con la policía.

Uraraka: Pero no puedo dejar mi trabajo, no después de la broma que les dije a mis compañeros. - dijo avergonzada a lo que él pecoso la miró expectante - ....Les dije que si no volvía mañana llamaran a la policía.

Midoriya: - se palmeó mentalmente y le acercó su teléfono - Llamaras al hospital y renunciarás.

Uraraka: Pero... - sin querer discutir más con el hombre de mirada intimidante, tomó el teléfono y marcó al director del hospital - Quiero renunciar.

Director: ¿Uraraka estás segura?, acabas de entrar.

Uraraka: Si, estoy segura. Surgió algo y no podré ir al hospital. - dijo con algo de miedo.

Director: ¿Pasó algo malo? ¿por qué te tiembla la voz?.

Uraraka: No pasó nada malo, es que yo.... - pensó en una excusa creíble y luego recordó algo que la hizo entristeserse - Acabo de ver la película del perro que muere al final.

Director: Entiendo...¡yo también lloré con esa película waaahhh!. - lloró triste.

Uraraka: Me tengo que ir, adiós. - colgó el teléfono y se lo entregó al pecoso - ¿Y ahora? ¿cómo voy a pagar el tratamiento de mamá?.

Midoriya: No te preocupes por nada, yo me encargaré de todo apartir de ahora. - habló como si supiera lo que pensaba la castaña - Por cierto, olvidé una cosa. - miró a la castaña y se levantó de su asiento, cosa que ella también hizo, se acercó lentamente hacia ella haciéndola retroceder hasta que chocó contra la pared y habló - Ya que serás la madre de mi hijo, también serás mi esposa.

Uraraka: ¡¡¡¿Qué?!!!.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top