Capitulo 16 Sorpresiva confesión...


"...Confía en mi...es la primera palabra que se me ocurre en una relación de pareja...de lo contrario...todo seria en vano..."

-SEÑORA!-escucho el grito de Amy detrás de ella haciendo escupir de inmediato el contenido de la copa completamente abrumada

-¿Qué sucede Amy?

-no debe beber eso mi señora-contesto- el señor pidió que no bebiera nada de alcohol, ni si quiera en reuniones aristócratas-confeso

-¿Por qué? nunca he bebido alcohol...-respondió aun sin entender

-el señor quiere cuidar la salud de la señora, ya que...bueno...quiere verla saludable –dijo, liberando un simple suspiro de la rubia sonriendo

-quiere cuidar mi salud, es muy tierno de su parte, solo que...-pensó mirando hacia la ventana perdiendo su vista en el horizonte- él...

-mi señora-entro a la habitación, hasta el lumbral de la puerta Kelvin con documentos en sus manos-tiene una reunión esta tarde con la esposa del emperador

-¿¿Qué??!!!! lo he olvidado por completo

Pov Serena

Miro por la ventanilla algo aburrida, liberando solo suspiros de mis labios, el paisaje es muy bello pero igual que hace media hora atrás es como si diera vuelta en círculos, o el simple hecho que no tengo ni la menor idea donde se encuentra mi esposo, es una preocupación para mi, se que puede cuidarse solo y esas cosas, pero..., el miedo y la inseguridad surgen en mi corazón, temo que me sea infiel, aunque me prometió que no lo seria, prueba de ello fue lo que paso en mi boda al momento que Esmeralda se le insinuó, una y otra vez veo la imagen de mi madre llorar por culpa de mi padre, jamás lo quiso, el solo hecho que estuviesen unidos era porque yo estaba en el medio

Mamá nunca quiso dejarme desamparada, eso le costo su felicidad y a mi me llevo a una vida de lujos pero solitaria y olvidada, no se si ella quería eso para mi, sin embargo, Diamante es una de las pocas cosas que me ha pasado buena en mi vida, por esa razón temo en perderlo, tengo miedo de quedar en el olvido, tengo miedo de ver a mis hijos sufrir...

Lentamente veo la gran muralla del imperio, el enorme palacio tras una pequeña colina se hace indestructible frente a mis ojos, un pequeño escalofrió recorre mi cuerpo, es mi primera reunión con la esposa del emperador, eso influye el hecho que mi esposo y su majestad se llevan bien, ¿tengo que tener la misma situación con su esposa? ¿y si no le simpatizo?, los escoltas reales custodian nuestro andar a medida que nos acercamos, Darien va hacia a la cabeza de mi carruaje, últimamente está algo distante, no entiendo porque, creí que ya habíamos mejorado un poco la relación de amistad entre los dos

Mis ojos aprecian un bello pueblo, todas las personas parecían felices al igual que la nación que administra mi esposo, se ve que es muy prospero y rico, hacían espacio mientras no adentrábamos al interior del territorio, al descender frente a un bellísimo jardín de flores doradas, que juraría que es lo mas hermoso que he visto en mi vida, un par de escoltas llegaron hasta nosotros, mientras que Darien me ayudaba a descender y ubicarse a mi lado, posando disimuladamente la mano en la empuñadura de su espada

-señora Black-hablo un joven peli castaño, de cabello largo amarrado con una coleta, de hecho me sorprendí un poco al notar que su mirada era casi igual a la de mi esposo, un par de ojos purpuras poco visibles de dejaban ver en aquellos cristales-bienvenida al palacio imperial, su majestad la espera

-muchas gracias-conteste -¿me puede decir su nombre, caballero?-el joven me miro extrañado, mirando hacia su compañero de cabello plateado con algo de complicidad, mientras que Darien se acercaba a mi oído susurrándome

-señora, no debe preguntar eso, es por seguridad de los soldados y la suya mi señora-me explico Darien mientras que solo podía ruborizarme avergonzada, he cometido mi primer error, y en el palacio imperial, soy un desastre

-lo siento...-confesé

-no se preocupe señora Black- contesto el joven con una sonrisa-con gusto le diré mi nombre, me llamo Taiki Kou y mi hermano- acerco al peli plateado- Yaten Kou

-es un placer conocerla señora Black- reverencio Yaten

-gracias...

-la escoltaremos hasta su majestad –dijo Taiki invitándome a seguirlo, en tanto Darien se interpuso entre nosotros de manera protectora

-también iré mi señora, por ordenes de su esposo-dijo seriamente

-claro Darien -nos dirigimos hacia los interiores del palacio real, es un lugar muy hermoso con flores y decoraciones despampanantes, es sencillamente increíble, hasta que las puertas se abrieron, allí en un gran trono de oro, yacía una bella mujer de cabello rojo como el fuego intenso, mirada cálida, y sonrisa dulce, parecía una buena persona

-señora Black, le presento a su majestad, la emperatriz Kakyyu valle dorado-reverencie mientras ella se ponía de pie

-mucho gusto en conocerla majestad, soy Serena Black, duquesa de la nación Black

-gracias por haber venido, el honor es mío-contesto con una sonrisa –asi que es usted, la mujer que va a tomar mi lugar algún día, me alegro mucho

-¿Qué?- dije sin pensar, no entiendo de lo que esta hablando

-¿ el conde no ha hablado nada de eso con usted?- negué mi cabeza –entiendo, creo que es por su propia seguridad

-¿sobre que, su majestad?

-señora Black, usted y su esposo, son los herederos directos del imperio-mi mandíbula se dejo caer por la gravedad

-¿yo? ¿emperatriz?

-así es, por eso quería conocerla, y veo que usted es una muy buena persona, lo puedo notar en sus ojos, y con ello por eso se lo mucho que su esposo la quiere mucho-ese ultimo comentario me hizo ruborizar ¿acaso mi esposo ha cambiado desde que se caso conmigo? Es que su antiguo "yo", no lo conoció jamás

-gracias es un honor para mi, su majestad...-conteste, haciéndola sonreír

-espero que muy pronto pueda ver a niños correr a su alrededor

-¿eh?

-olvídelo...-dijo confundiéndome aun mas, cuando las puertas se abrieron sorpresivamente, haciendo que mis ojos se ampliaran como platos ¿Seiya?

-¿Serena?-pregunto él abiertamente-perdón majestad, y señora Black

-¿se conocen?-pregunto la emperatriz

-si-confesé- nos conocimos desde que somos niños

-es muy dulce, ¿Por qué no conversan mientras recorren mis jardines?-nos sugirió

-¿es enserio majestad?-reitero Seiya

-si Seiya, ella es su amiga de infancia, de seguro debe decirse muchas cosas ¿no?-le miro, mientras que él asentía seriamente

-¿desea acompañarme, señora Black?-pregunto él extendiendo su mano hasta mi, sonrojándome, los recuerdos de mi niñez regresan a mi mente

-gracias Seiya,-tome su mano con una sonrisa en mi rostro, dirigiéndome hacia el jardín de flores doradas sin imaginarme las consecuencias que me traería

Fin pov Serena

Darien se dirigía a seguir a la pareja, siendo interrumpido por la emperatriz de manera abrupta

-caballero no es necesario que la siga

-es mi deber, su majestad, con mi señor y soy el escolta personal de mi señora

-Seiya es un excelente caballero, además el palacio esta muy custodiado, no le sucederá nada

-no me preocupa eso...-pensó frunciendo el ceño, mientras Yaten y Taiki, se interponían en su camino de manera disimulada, mientras tanto, Serena y Seiya se dirigían al jardín, donde se perdieron entre senderos de ensueño y laberintos gigantescos

-¿Cómo estas Seiya? Hace mucho tiempo que no conversábamos como antes-dijo la rubia adelantándose un par de pasos para tomar con sus manos algunas flores

-es por la sencilla razón que me aliste a la legión ¿lo recuerdas?

-claro que lo recuerdo-contesto con una sonrisa- eras mi único amigo, cuando Sonoko y Esmeralda me hacían la vida imposible, recuerdo que una vez me dijiste que me sacarías de mi casa, para escaparnos para siempre

-aun lo recuerdo Serena, siempre recordé esa promesa-confeso mirándola de manera seria, mientras que ella arqueaba una ceja

-¿de que estas hablando Seiya?-pregunto la joven con una sonrisa inocente-solo son cosas de niños

-no Serena, tu me gustas, estoy enamorado de ti...

-¿Qué? – nuevamente dejo caer su mandíbula hacia la gravedad, incluso las flores que sostenía en su mano-¿es enserio?

-si, Serena, me prometí a mi mismo que te sacaría de tu familia y te llevaría muy lejos de tu casa, ahora es cuando –se acerco a ella mientras mas avanzaba Serena retrocedía

-no, ahora soy una mujer casada Seiya

-te sacare de la casa de tu esposo entonces, todo tu matrimonio fue arreglado

-lo se, desde el primer momento, pero no quiero alejarme de él-confeso la joven-él es mi familia y el hombre que amo

-pero...

-ya has escuchado a mi esposa, ella me ama a mi- ambos miraron al dueño de esa voz, acercándose hacia ellos con una sonrisa confiada y andar elegante e imponente-creo que mi esposa, te dejo muy en claro que ella me ama a mi-le abrazo desde la cintura, besando sus labios de manera apasionada frente al joven peli negro, estrechándola aun mas fuerte contra su cuerpo

-Diamante!

-¿Cómo esta mi querida esposa?-le pregunto en un susurro sobre sus labios-no puedo dejarte sola ni un segundo, ya que han varios mosquitos sobre ti

-Diam...

-Serena, por favor cariño, regresa al carruaje, regresaremos a casa, ¿de acuerdo?-ella asintió apenada, retirándose del lugar sin antes mirar a Seiya con el ceño fruncido y con dolor, alejándose de ellos, hasta que el peli plateado se dirigió al caballero, quien se mantenía en guardia

-crees que no se tu secreto Diamante

-di lo que quieras, ella es mía, nadie me apartara de su lado-pronuncio con voz oscura-primero muerta en mis manos que en brazos de otro hombre

-¿Cómo es posible que se haya enamorado de ti? Solo la engañas, solo quieres un heredero para mantener tus tierras nada mas-le reclamo, cuando rápidamente es tomado del cuello por parte de Diamante

-ella me ama, lo se, lo descubrí desde la primera vez que hicimos el amor-le confeso con una sonrisa- y debo decirte que su piel es la mas exquisita que cualquier mujer en esta tierra

-maldito...

-¿y sabes que es lo mejor?-sonrió con sarcasmo-que ella es solamente mía, y me encargare en recordárselo cada noche –lo soltó haciendo que tosiera de manera escandalosa-la próxima vez que te vea cerca de mi esposa, ya no habrá advertencias, solo preparara tu espada para morir en mis manos ¿escuchaste?

-ella te dejara lo juro

-ya veremos, nunca lo permitiré-se alejo de él, dándole la espalda, mientras que él lo observaba con un profundo odio y rencor-nunca lo permitiré, nadie me alejara de ella, ella es mi universo y mi vida...

Por otra parte, Serena se encontraba incomoda sentada en el carruaje, esperando a su marido, incluso había olvidado despedirse de la emperatriz, mirando por la ventanilla que su esposo se acercaba no con una mirada amistosa, abriendo la puerta del trasporte mirándola seriamente

-Diamante...

-vámonos-ordeno cortante, solo emitió aquella palabra en toda el camino de regreso, haciendo que a ella le doliera en cierto modo su indiferencia, enrojeciéndola de la frustración que causaba la confusión que estaba envuelta

-yo no tuve la culpa-dijo mirándolo a los ojos

-no digas nada Serena

-pero...

-silencio-pronuncio duramente, causando un hipo en ella, obligándola a desviar la mirada hacia la ventanilla con ojos cristalizados, tratando lo mas posible de no derramar lagrimas, orgullosa de la su verdad, mientras que Diamante la miraba fijamente, viendo como sus suaves manos estrujaban la falda de su vestido, sonriendo de lado

Una vez en la casa, todos se alejaban de la pareja quien ingresaban a su hogar con un aura diferente rodeándolos por completo, llevándola directamente a su habitación mientras el anochecer se hacia presente, cerrando la puerta con seguro

-voltéate-le ordeno

-¿Qué?-pregunto sorprendida, mientras que él rápidamente atrapo sus manos apoyándolas sobre la pared dejándola mirando el muro -¿Qué vas hacer?-reitero mientras volteo levemente viendo como su marido se desatada el cinturón de su pantalón, haciéndola estremecer ¿va a golpearme? –pensó rápidamente-pero yo no he hecho nada...-se dijo así misma, haciendo temblar su cuerpo, no era que no quisiera decir nada en su defensa, pero su voz se atoro evitando que emitiera alguna palabra, ni si quiera un NO, por otra parte, Diamante bajo con rapidez los lazos del vestido de la doncella dejando su espalda desnuda, Serena solo se limitaba a cerrar los ojos –Diamante...-decía mientras sentía como se acercaba, cuando recibió las suaves manos de él en una tierna caricia que la envolvía su abdomen y su cintura-¿eh?

-¿Qué creísteesposa?-le confesó besando su hombro-seré un tirano, un demonio, lo que sea,pero jamás contigo mi vida...jamás te hare daño...-volteo levemente observando cómoestaba semi desnudo abrazándola con el cinturón en el suelo-gracias poramarme...-beso su cuello, mientras el vestido de la joven caía lentamente alsuelo rozando su piel –ahora voy a recompensarlo...


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Holaaa gracias por leer, muy pronto se sabra la verdad jajjajajja, nuestro Diamante es muy bello jiji enormes abrazos!!!

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