Anhelo

Ella realmente lo amaba.

Le encantaba el recibir todo de él.

Su atención, su amor, su afecto.

Fue difícil, pero logró que él, la dejara de ver como una hija. Y finalmente, la viera como mujer.

Pero también, lo odiaba.

Odiaba que él fue el culpable que causa en ella, el despertar de sus más mundanos deseos.

Por supuesto. Tampoco iría por ahí revolcándose con cualquiera que se le atraviese.

Ella no era como esa perra.

Ya había pasado un tiempo, y no solo anhelaba de él su atención.

También, deseaba ser tocada por esas manos.

Esas manos que habían acariciado su cabeza en muchas ocasiones.

Quería que esos labios pasaran por su boca y tocaran su lengua.

De hecho, cada vez que lo hacían, le era imposible para ella no juntar sus lenguas. Y de vez en cuando, chuparla.

Esto a veces le causaba incomodidad, y otras molestias a Naofumi.

Deseaba tocar ese cuerpo que se formo gracias al entrenamiento.

Una sonrisa se dibujo en su rostro. Siempre que lo provocaba, se sentía orgullosa de ser la culpable de que su amado despierte sus deseos mundanos.

Claro.

Tampoco se negaría, ella lo provocó y era su deber solucionarlo.

El trabajo de ser Archiduque le quitaba mucho tiempo. Por supuesto.

Ella fácilmente podía usar a cualquier hombre para quitar esa picazón.

Pero ella era una mujer, no una cualquiera.

Una idea se formo en su mente. Ya sabía como esperarlo esa noche.

Y pensar que en el pasado. Pensaba que si se besaban quedaría embarazada. Pero llegaron esos libros de sexualidad, y mandaron toda esa inocencia al diablo.
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Naofumi finalmente regreso a su pueblo, "El Valle de las rocas". Aún insistía con que ese nombre no cuadraba, pero que más da.

El ser archiduque es más difícil que ser Conde.

Bueno, si no hubiera molestado a la ex princesa Melty ahora reina de Merlomarc. No estaría en esa situación.

Aunque, la torpe olvido que al nombrarlo archiduque, literalmente lo convirtió en su esposo.

Así que. En realidad. Ella y él están casados.

Tal vez no lo pensó con cuidado al ser molestada por el héroe del escudo.

Bueno. Que más da. Lo hecho, hecho está.

No hay nada mejor que el ser recibido por su mujer.

Antes de abrir la puerta. Escucho unos gemidos.

Abrió la puerta con el mayor silencio posible, aunque su mente ya formaba una idea.

Y fue verdad.

Ahí estaba Raphtalia atendiéndose así misma.

Ella estaba en una posición donde su trasero estaba alzado y de su cintura para arriba estaba tocando la cama.

Una idea se le formo en su mente.

Es verdad que había cambiado... Bueno, aún seguía siendo, serio, cruel, rudo, y estafador.

Pero al menos, ya sonreía con más frecuencia.

Tampoco es que su malicia haya terminado, cerro la puerta con cuidado de no causar ningún ruido. Al lograrlo camino hasta estar enfrente de la cama que ahora compartía con Raphtalia.

Podía perfectamente, llamarla: "cama matrimonial".

Ero fue en ese momento en que ella menciono su nombre, que Naofumi, manteniendo su sonrisa respondió.

—¿Qué ocurre Raphtalia?.

Le abría encantado el tener una cámara, de esta forma habría tomado la foto del rostro de Raphtalia.

Sonrojada, avergonzada, asustada, sorprendida. Y más emociones mezcladas había en ese rostro.

—C-Cuanto tiempo... Estas ahí.

—Desde hace unos, 15 o 20 segundos.

Solo se acerco a la cama para poder acomodarse. Pero en vez de eso, fue jalado y quedo boca arriba, mientras Raphtalia se subía encima.

Él juraría por su vida, que sus ojos, eran los de un depredador mirando a su presa como Filo cuando entro en celo.

Pero Naofumi, apostaría su vida a que en sus ojos. No solo, habían corazones en vez de pupilas.

Él gracias a su tiempo de vendedor ambulante, obtuvo la habilidad de leer a las personas fácilmente.

Y estaba seguro, de que en la mirada de la mapache había anhelo.

—Naofumi, ya es hora de tener hijos ¿no?. Quiero al menos 10.

Sino fuera porque el tiene resistencia para los ataques. Habría usado su fuerza bruta para liberarse de los brazos de la castaña.

Pero aún si tuviera, ella maneja un martillo, y por ende, tiene más fuerza bruta que él.

Antes de siquiera decir algo, ya estaba explorando su boca.

Como si no fuera suficiente, al encontrar su lengua, Raphtalia la chupaba con fuerza.

Cuando dejo su boca se dedico a chupar su cuello.

El será un virgen, pero sabía que esa fuerza le dejaría chupetones que tendría que ocultar de una u otra forma.

Sin decir nada, Raphtalia bajo sus pantalones.

Cuando Naofumi quiso agarrarla para detenerla, ella fue más rápida.

Ahora sus brazos estaban siendo sostenidos nuevamente, mientras que la emperatriz celestial se dedicaba a explorar su boca.

El miembro de su amado ya estaba en posición para entrar en ella, y lo dejaría con mucho gusto.

Pero quería disfrutar más la saliva del futuro padre de sus hijos.

—Raphtalia, detente. Si sigues así, ya no habrá marcha atrás.

—No, ya no puedo seguir esperando. Ya no puedo resistirlo más. Ya no me basta con su atención. También anhelo su cuerpo.

La castaña introdujo de golpe el miembro de su amado.

Mientras Naofumi intentaba acostumbrarse a esa nueva sensación, en Raphtalia había una sonrisa de felicidad.

Finalmente se había vuelto una con él hombre que amaba.

Pero Naofumi apretaba los dientes, no puede negar que lo que hizo la mapache se sentía increíble.

Pero tampoco es que ser asfixiado por sus paredes vaginales fuera precisamente tranquilo.

Ella acomodo sus piernas para comenzar a moverse.

El pelinegro no podía relajarse ningún segundo, aunque tampoco es que pueda hacer mucho.

Y habría resistido más, sino fuera porque, Raphtalia se volvió ha acomodar, esta vez acomodando su brazo izquierdo encima de su cintura.

Moviéndose con más rapidez.

Ella le había dicho a Naofumi que quería al menos diez hijos. Su especie puede tener de dos a más hijos cuando una hembra queda embrazada.

Esta vez quería que al menos, esperar cinco hijos, y después volver a esperar otros cinco.

—¡Vamos Naofumi!, ¡sueltalo!. Después de todo, sino quedo embarazada esta vez, lo seguiremos haciendo.

Ella seguiría montando al héroe del escudo.

El héroe no pudo resistir más y dejo salir todo.

La emperatriz celestial, lo beso, sólo para decirle en su oído.

—Delicioso.

Pero ella no estaba satisfecha aún.

Está seria una noche larga.

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Naofumi quería creer que fue un sueño.

Pero los chupetones están ahí.

Raphtalia despertó con un buen humor, que juraría ver un aura de color rosa junto a unas flores al rededor de ella.

Pero una cosa era hacerlo toda las noches (como él creyó que sería).

Y otra era hacerlo como ahora.

Habían salido para cazar monstruo, pero la castaña, le había dicho que necesitaba su ayuda, que es algo que sólo él puede hacer.

Y ahora estaba siendo montado por Raphtalia mientras esta no dejaba de gemir con fuerza.

Solo había una duda: ¿se había vuelto una ninfómana?. Esperaba que no fuera así.

Tiene una gran resistencia. Pero tampoco estaba seguro de si iba aguantar tanto.

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Era el día de ir con Melty.

Le alegraban esos días, pues eran los únicos en los que Raphtalia no entraba en modo ninfómana.

Una vez llegado al cuarto en donde estaba la reina de Merlomarc.

Comenzaron con él papeleo.

Una que otra plática casual salía de vez en cuando, otros momento estaban en total silencio.

Pero lo que Naofumi no esperaba, era que Melty estaba planeando como obtener su semilla.

No puede negar que gracias a todo lo vivido, se había enamorado de él.

Fue él único que la trato como persona y no como una princesa.

Bueno, se había enamorado de él desde esa pequeña aventura en la que Naofumi fue acusado de rapto.

Incluso quería que la llamará por su nombre y no se refiriera a ella como princesa.

Ahora, con sus 15 años. Estaba lista para llevar en su interior la descendencia del Héroe del Escudo.

Y de esta forma. Tener una paz con Silvelt. Que es el país donde alaban al héroe del escudo como un Dios.

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Se supone que iba a realizar el papeleo, no a acostarse con Melty.

Tampoco es que pudiera hacer algo.

Ella le dio un té en el que había un afrodisíaco.

Y lo sabía porque Raphtalia lo había usado cuando Naofumi por voluntad propia no quería tener sexo con ella.

Y como si eso no fuera suficiente. Apenas llego, y fue recibido por Raphtalia, esta lo tiro a la cama diciendo solo una cosa.

—Por haberme sido infiel. Lo haremos toda la noche.

—Pero, Raphtalia. Mañana tenemos entrenamiento.

—No me importa.

Tal vez, ya no tenía un trauma con las mujeres.

Pero si no hacia algo para disminuir la cantidad de veces en las que tenía sexo, tanto con Raphtalia, como con Melty. No sabría si sobreviviría.

Si a duras penas, puede con ellas dos. No quiere imaginarse cuando tenga que lidiar son Saldina, la hermana de Saldina, y Atla. Él nunca pidió un harén.

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Memes.

Yo público una imagen.

La gente de cristal.

Nooo, esta alabando a la sexualización de la mujer. Solo ves a las mujeres como objetos.

Yo
El artista tiene todo el derecho de realizar el dibujo como él quiera, si quiere sexualizar ya sea un personaje femenino, o masculino, puede hacerlo. El intentar imponer como debe dibujar es  una tontería, pues nadie puede imponer como debe ser un artista.

Solo pido que este bien adaptado. Que en las novelas están bien.

Esta imagen describe como son los arcos que van a adaptar.

El manga es bueno. El único problema es mami, no tampoco la odio. *veo caminar a mami* esperenme banda ahorita vuelvo.

Mami al verme con con unas esposas y un bote de ácido.

Yo que aún no tengo suficiente con torturarla.

Yo God-Of-Hope y Legión:

¡¡¡QUE PERRO ASCO!!!.

Lein:

Estas enfermo lein.

Yo: busco a una Waifu siendo profanada.

Los que no les gusta que las profanen:

Yo:

G-Hope: ¿Estas diciendo que es divertido reirte de las feminazis y la gente de cristal?.

Yo:


Yo: hago mis pendejadas

Los que se ríen por todo:

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