Capítulo 6 |Niña inteligente.
15 días después.
Capital de la actual dinastía Han Luoyang.
Un barco proveniente de Estambul llegó a aguas de la actual capital de la dinastía Han, adentro un séquito de mujeres y hombres otomanos bajaron para darle espacio a la familia real otomana de bajar.
Kabuto que para ese tiempo se había resignado a morir en su tierra, tomó la mano de su pequeña niña y juntando valor bajo para ver caras desconocidas.
El actual gobernador de la provincia pesquera le recibió con poco alegría, todos sabían que al emperador ni le gustaría ver a kabuto ahí.
—¿Que es esto? ¿Que hace ella aquí? -dijo el hombre visiblemente alterado.
—Kabuto Kadin y Hülya sultan son las enviadas de nuestra regente -dijo el paşa que había sido enviado a China, el gobernador soltó un suspiro y negó.
—Al emperador no el gustará esto -dijo simplemente y señaló el Palanquín.
Kabuto soltó una pequeña risa al ver aquello, había estado tanto tiempo encerrada en topkapi que había olvidado los extremos métodos de transporte que habían en China aún.
—Madre ¿este es tu país? -la dulce voz de Hülya la saco de sus pensamientos.
—No, mi país era otro, los pobladores no se quejaban del emperador -susurro muy bajo - la capital quedaba en otro lado y la vista a las montañas era increíble, mi madre decía que una vez las hermosas montañas fueron hermosas mujeres que murieron valientemente en el campo de batalla - Hülya escucho atentamente a su madre y en cuestión de horas estaban enfrente del palacio principal en donde el emperador esperaba a su futura nuera.
Al bajar del Palanquín un silencio sepulcral se dejó escuchar, todos vieron con sorpresa a la joven mujer que traía a su hija en manos y un bebé en su vientre, aquella sería noticia al siguiente día.
—Veo que la gran hija de la dinastía Jin ha regresado - dijo la anciana emperatriz, Hülya realizo una reverencia a como su madre le había enseñado y volvió a tomar con fuerza la mano de su madre.
—¡¿Acaso esto es una broma?! -el grito del anciano emperador resonó por todo el patio, Kabuto guardo la calma, mientras Hülya se aferraba a su vestido.
—No lo es mi señor -dijo tranquilamente la mujer —La regente del sultanato ha enviado a su preciada nieta como la futura esposa del príncipe heredero -el emperador soltó una risa escandalosa.
—¿Crees que la hija de la extinta dinastía Jin sería la perfecta esposa para el futuro emperador? -Kabuto alzó la vista.
—Majestad, usted pidió una esposa para el príncipe heredero, la regente solo pensó en Hülya para ese gran puesto, ella ya no es descendiente de la dinastía Jin, solo es descendiente del gran sultán -el emperador soltó otra risa y las miro.
—Acércate - Hülya miro a su madre y sin dudar soltó su mano y se acercó al anciano, el mayor la sentó en sus piernas. -
—¿que es lo más profundo que hay?
La pequeña Hülya miro a todos con duda, algunos la vieron de regreso con burla y otros con pena, su madre la miro con una sonrisa y Hülya asintió.
—el corazón humano -el emperador la miro
—¿Y la flor más hermosa?
Hülya respondió algo dudosa: "La flor de algodón es la flor más hermosa, aunque no exuda moda y olor, pero es la flor más hermosa que calienta a la gente al tejer hilo". -susurro frágil mente, el emperador soltó una risa y lo demás que dijo Hülya lo dejo sorprendido.
—¿Quién te educo? -Hülya señaló a su madre y el emperador las miro. -Bien, se quedarán en el palacio de la princesa heredera consorte, si veo algo sospechoso de tu parte serán ejecutadas - Kabuto asintió y una vez Hülya estuvo a su lado siguieron a la dama a su nueva morada.
Karma dejó descansar su cuerpo una vez el agha terminó con ella, era difícil explicar el terror que sentía cada vez que es hombre aparecía frente a ella y más cuando sus manos tocaban su cuerpo.
—Te espero mañana, amor mio - Karma cerró sus ojos con asco y lo vio partir, sus temblorosas manos tomaron su daga y salió echa un lío de aquellos aposentos.
Solo aquel que se cruzara en su camino iba a sufrir su furia.
Hülya miro a su madre con una sonrisa, la pequeña sultana había dejado su estatus una vez la emperatriz le dio la bienvenida en el palacio de la princesa heredera.
—De ahora en adelante no serás llamada sultana - Kabuto miro a su pequeña y asintió — de ahora en adelante serás llamada Princesa Heredera Hülya, una vez asciendan al trono tu nombre y apellido no existirán más -Hülya asintió y realizo una profunda reverencia, la emperatriz dejó la habitación una vez terminó de dar las ordenas dejando a madre e hija solas.
—Hija - la pequeña tomó su mano y la siguió hasta el cojín —Debes tener cuidado de ahora en adelante, aquí es más peligroso que en topkapi. Cualquier lado lo es mejor dicho -susurro.
La pequeña Hülya corrió por los jardines con desesperación, había perdido a su nana y el palacio era enorme por lo cual al caminar de más había perdido la dirección.
Unos sollozos a lo lejos la hizo ir en dirección a ellos, era más su curiosidad que el temor a morir, a esa edad divertirse era más justificado que tramar una traición.
Al acercarse a la persona que sollozaba sin parar Hülya vio a un pequeño de cabellos negros que miraba al lago mientras enormes lágrimas recorrían su rostro.
—Llorar es bueno - dijo ella tomando un lugar a su lado, el pequeño tembló levemente al sentir la cercanía de Hülya —Pero solo no.
—Llorar delante de alguien te hace débil.
—Tal vez - dijo ella acercando le su pañuelo, el niño quito sus manos de su rostro y miró a la pequeña, Hülya examino su rostro y dio con una enorme marca que recorría parte de su ceja y ojo.
—¡No me veas! - el grito hizo brincar a Hülya pero esta solo limpio sus lágrimas con una pequeña sonrisa.
—Niña tonta - dijeron a sus espaldas, ambos niños dejaron de prestarse atención y vieron a las damas de la corte quienes los miraban con enojo.
—Señora... - la dama alzo la mano ante el pequeño niño y tomó a Hülya con fuerza de sus brazos.
—Lleven a ese mocoso a sus aposentos, le daré un castigo a esta bastarda -Hülya tapo sus oídos al escuchar aquella palabra.
Aquella era la palabra favorita de su abuela, cada que la veía la llamaba la niña "bastarda" no entendía por que pero aveces algunas criadas la llamaban así y descubría a su madre regañandolas luego.
—¡No! ¡déjala la! - los gritos del niño dejaron de esucharse y una mano se estampó en el rostro de la menor.
—Olvida que acabas de ver a ese niño ¡entendido! - Hülya tembló en su lugar y sus ojos se llenaron de lágrimas, otra bofetada llegó a su pequeño rostro y sólo le quedó asentir para no sentir aquellas manos de nuevo en sus mejillas.
¿No somos muy jóvenes para vivir esto?
Kabuto y Hülya llegaron finalmente a China.
Pronto se vendrá el drama señoras.
¿Que creen que suceda ahora?
Deje un spoiler entre esas escenas, pero no es spoiler de esta historia jeje.
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