En una batalla corta la frontera de Han fue resguardada por Yangyang y Hülya, gracias a esa victoria el pueblo había celebrado día y noche durante una semana.

—Mira resultaste herida - Yangyang la tomó de los hombros y la sentó, Hülya soltó un suspiro, había sido su descuido y había sido algo corto y rápido.

—No es nada Yangyang, déjame.

—No - Yangyang desató la cinta de su vestido, sin dudarlo bajo la tela hasta sus hombros.

—No - la miro mal —Viéndolo bien si eres bonita.

—Y tu tonto  - Yangyang soltó una carcajada.

—Lo haz hecho bien niña - Hülya asintió —Así era tu abuelo.

—¿Qué?

—Padre contó una vez que tu abuelo era un buen estratega y un gran guerrero, se tenían cariño...

—Y lo mato para tomar el trono.

—O matas o te matan Hülya  - ella suspiro —El padre real pagó su pecado con su muerte.

—No le tenía rencor, fue bueno conmigo y con Minho, madre fue tratada bien gracias a él, no le tengo odio por el pasado con mi abuelo.

—Me alegra escuchar eso, ahora descansa, pasado mañana partes hacia el sur.

—Yangyang  - el nombrado se detuvo de su trabajo —Hay que casarnos antes de irnos.

—¿Qué?

—Tú dijiste que sería tu emperatriz... si vas al centro alguno de los poderosos te dará a su hija y te casaras... no quiero ser una concubina, no quiero traiciones.

—No te traicionare Hülya  - ella suspiro  —Pero es necesario hacerlo, si así te sientes segura podemos hacerlo.

—Entonces preparemos una pequeña ceremonia, cuando seas emperador podemos celebrar en grande.

—Sí mi prometida - Hülya lo miro mal.

Ashina observo al consejo con impaciencia, su pedido era terrible, no quería ir a la guerra, no quería conquistar territorios y menos llenarse de sangre.

—Pero es su deber como sultán del imperio, debe de ir y conquistar.

—No iremos y punto, hay que concentrarse en otros asuntos.

—Majestad - Ashina se levantó y salió —No puede hacernos esto, debemos de ir a luchar.

—Es una pérdida de tiempo, su majestad se concentra más en sus pinturas y en su harén, no en luchar por el territorio que no quieren quitar - el gran visir estuvo de acuerdo con sus palabras, luchar por el territorio que conquistaron sus antepasados era lo que un sultán hacia, pero Ashina no era ni la cuarta parte de lo que fue su padre.

Özlem soltó un suspiro cansado, apesar de que se había esforzado por que Ashina fuera un gran peleador, había fallado rotundamente, se negaba a ir a la lucha y conquistar, se negaba a derramar sangre y a cuidar a su imperio.

—Ve al palacio de caza y da a luz a un bebé  - Ashina se detuvo. —Ve al maldito palacio de caza y da a luz a un bastardo, incluso si te deponen un hijo de tu sangre es más adecuado que los bastardos que Havva y Dilaşud den a luz.

—Cuida tus palabras madre.

—¿Les tienes cariño? Son bastardos que otro hombre puso en el vientre de esas mujeres, así que haz lo que te ordenó.

—Ire a la batalla.

—No iras, iras al palacio de caza y darás a luz a mi príncipe, ¿Entiendes?

—Esta bien madre, pero si me voy ahora la valide querrá que venga para cuando Dilaşud de a luz.

—Me vale esa anciana, ve a hacer lo que te digo, desde ahí darás las órdenes.

—Bien madre, me iré mañana mismo - Özlem se dejo caer al diván, definitivamente sería una lucha mantener a ese bebé vivo, pero debía de correr el riesgo.

Qiao tomó la espada y la apunto hacia el emperador, el anciano no retrocedió ni dudo, no se mostró temeroso y menos asustado.

Si la muerte llegaba a él, que viniera sin problemas.

—Lo único que lamento es no haber puesto en el trono a otro de mis hijos.

—¿¡Y porque yo no!?

—Eres un traidor con aires de grandeza, no eras el hijo más adecuado para el trono, no tienes ni la fuerza, ni la inteligencia, por eso tu reinado será triste y sangriento.

—Incluso al borde de la muerte eres terco y mal padre.

—Ni muerto mi sombra te dejará Qiao, ni la de tus hermanos, si Yangyang vive el será el más adecuado, porque después de Keung, el era el más adecuado para el trono - Qiao enfureció.

Incluso el marcado de su hermano menor era más adecuado, vaya tontería.

—Mátalo  -su esposa susurro a sus espaldas —Mátalo y toma lo que te pertenece - Qiao parecía poseído y sin dudarlo más clavo la espada en su pecho.

—Felicidades hijo, ahora eres el nuevo emperador de Han - todos los presentes se arrodillaron

Ashina se despidió de Havva aquella noche, por algún motivo aquella pelirroja le causaba dudas y ganas de verla seguido, con Dilasud apenas y cruzo palabras pero sabía que a su regreso había un bebé que la esperaría.

Y así fue como partió hacia el palacio de caza, ahí tomó al hombre que había estado fingiendo ser ella, por primera vez sentía otro tipo de placer, no sólo veía, ahora era tocada.

Dilaşud dio a luz meses después, un varón llamado Osman había nacido, un varón que tanto había esperado Aasiyah, el varón que quería para el trono.

Pero la ausencia de Ashina le causaba dudas, pasar tanto tiempo lejos del palacio era algo imperdonable, pero aún sin el, todo seguía funcionando igual.

Ashina camino por el jardín con su abultado vientre por delante, un velo cubría su rostro y por primera vez se sentía libre como mujer.

—Mi señora - la criada que había enviado su madre con ella sonaba desesperada —Debe regresar.

—Necesito dar un paseo, el bebé requiere de ello.

—Ya paso una hora, regresemos - Ashina soltó un suspiro.

—¿Ya tienes listo todo?

—La mujer esta lista, en cuanto de a luz haremos todo.

—Bien, ahora déjame en paz.

—Su madre nos dio la orden - Ashina suspiro y se detuvo.

—Siempre da este tipo de órdenes, siempre está metida en medio - Ashina comenzó su caminata pero se detuvo a medio paso.

—¿Alteza? - Ashina soltó un quejido —¡Llamen a la partera!

En un parto complicado Ashina había dado a luz el varón que Özlem kadin había deseado tanto, el varón que tomaría el trono a futuro.

—Süleyman es su nombre y será un conquistador

Ashina dio a luz a un hijo varón ¿que hará su madre y la valide Aasiyah?

Nuestra amada Hülya esta lista para gobernar ¿Podrá hacerlo?

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