Sobre el foso. Capítulo 59.

Seis años, siete meses y tres semanas desde la aparición de Andrea

El día que el Lector sacaría a Contacto del foso


El consejo de los cinco, además de tres de los cuatro integrantes del grupo de control estaban congregados en la circular sala de juntas, vestidos por completo de negro. Gabriel Elec llegó un poco después.

—¿Cuál es tu reporte, Lector? —preguntó la arrugada y pelirroja Versus.

—Descendió a la celda por su propio pie, aunque la obligaron a quitarse el uniforme. La situación es la misma desde hace cuatro días —replicó Gabriel.

—¿Ha tratado de salir? —lo cuestionó ella.

—No —dijo el joven de los ojos ambarinos.

—Tus estrategias siempre son adecuadas, Gabriel —comentó Kleis, una mujer morena de amplio rostro y largo cabello negro.

—No estoy muy seguro de que esto sea lo mejor en este momento —aseveró él.

—¿A qué te refieres? —preguntó Versus.

—Como no porta el traje no podremos realizar el seguimiento adecuado.

—Sabemos cómo funciona su fisiología en casos como éste. No tiene forma de salir de ahí dado que el espacio fue construido de acuerdo a las especificaciones que arrojaron las medidas de su capacidad máxima de salto. Pienso que podemos contenerla ahí más tiempo sin problema —observó la pelirroja.

—Sí, pero no en esas condiciones ni bajo la custodia de las Fuerzas Especiales. Néstor va actuar por su cuenta, estoy seguro —afirmó el Lector.

—Tiene instrucciones precisas de no interferir, ¿no es así?

—Sí, pero lo hará de todas formas. Es un efecto colateral de haberlo inducido a ser enemigo del sujeto de pruebas —observó Gabriel.

El Nexo era ruin pero no era tan listo como para haber planificado muchas cosas que se habían realizado por iniciativa de los Alfa y varias, derivadas de la propia lógica estratégica de Gabriel. Alex De Lois tampoco estaba al tanto de todo lo que ellos le habían sugerido al sujeto de pruebas. En realidad cada situación en el campo y en busca de las placas, fue controlada y dirigida por la inteligencia, cuyos miembros también se habían encargado de mantener distantes a De Lois y Di Maggio. Después de todo, quien le había revelado a Alex que el proyecto estaba en manos de la OINDAH había sido el mismo doctor Di Maggio, cuando se sintió perseguido por los de negro; ellos no deseaban una alianza entre el heredero y el subdirector jurídico, así que los encaminaron a ser rivales.

En realidad, De Lois no tenía conocimiento de las placas en sí. Los Alfa pensaron en un principio que contenían información para poder producir el suero, pero poco después de que lograron que el sujeto de pruebas se las diera al Director General, los científicos del proyecto pudieron sintetizarlo. Y no había tenido en el grupo de control los efectos esperados, así que tuvieron que comenzaron a pensar en el llamado "factor diferencial".

Gabriel también tenía la hipótesis de que las placas podían hablar sobre otra cosa. Le parecía lógico que el doctor Di Maggio le hubiera enviado información secreta a su hijo con las dos personas de su mayor confianza, ya que ellas eran las directas afectadas por los resultados de sus experimentos.

El suero no tenía que ser un secreto, el doctor se lo entregó a la OINDAH para que se pudiera producir y hacerse público. Pero el que hubiera quemado las bitácoras la noche de su muerte, cuando Andrea ya había llevado las muestras a la organización y había montado todo el laboratorio con su dinero, le decía al Lector que el doctor deseaba que su hijo supiera algo muy importante antes de su llegada, o en caso de que no pudiera hablar con él. Si no se trataba de la información para producir el suero, debía ser algo sobre éste. Tal vez una advertencia.

Por eso durante siete años los Alfa habían seguido el desarrollo de las pruebas como parte de uno de los grupos de control y por ello dejó que el sujeto de pruebas conservara las placas. Eventualmente ella podría enterarse de algo que él no había logrado saber sobre esos objetos. Y si ella lo sabía, él lo sabría.

—¿Qué propones, Lector? —le preguntó Versus al joven que a veces parecía absorto en sus pensamientos.

—Si el Nexo infringe la orden de no tocar al sujeto de pruebas, solicito autorización para sacarla de ahí. Es mejor que ella piense que estamos de su parte y que vea a las Fuerzas Especiales como contrarias a sus fines.

—Eso será muy fácil, deja que me vea con el uniforme azul marino, jefe —replicó Eris.

Después la Pesadilla le dirigió una furtiva mirada a Helena, la cuarta persona del grupo de control de los Alfa. Ella no usaba un traje como los otros tres, pero se sometía a análisis regulares como todos ellos.

Gabriel comprendía el interés de la estrategia que encabezaba Versus por mantener a Contacto en la lona. Se había planteado que si la mantenían al borde de la muerte podrían encontrar la manera de presionar al equipo científico para buscar el factor diferencial una vez más. Pero también era por eso que Contacto seguía con vida, temían que si terminaban con ella al buscar el factor, éste podría extinguirse con su último aliento. Ella ya había estado a punto de morir por haber privilegiado el deseo de saber que la hacía distinta sobre la posibilidad de conocer esa información por vías menos agresivas.

Aún no podían involucrar a nadie más en el asunto para analizarla. Por algo la contención había sido efectiva durante todos esos años, el control de la información y de todos los involucrados era muy preciso. Gracias a ello, la organización aún tenía el proyecto bajo control y en su poder.

Esos siete años apenas habían sido suficientes para que los científicos del proyecto pudieran desarrollar la investigación derivada del uso del suero para contar con las acreditaciones internacionales para su distribución. Pero los Alfa no dejarían que eso saliera a la luz hasta conocer el factor diferencial.

La inteligencia también estaba trabajando en una estrategia administrativa para hacerse del control del proyecto directamente, una que les permitiera buscar el factor con total libertad. Por eso se había construido el foso, para contener al sujeto de pruebas cuando la nueva estrategia entrara en vigor al concluir los diez años del proyecto en la OINDAH. Y tras la firma del nuevo convenio, el director del proyecto ya no podría cambiar de opinión respecto a la agresividad de sus estrategias, como lo había hecho cuando ella casi murió para que pudieran conocer el esquivo factor que la hacía ser como era.

—Disculpa que insista en ello Lector, pero, ¿no seguirá el Nexo tratando de indagar sobre el incidente en la bodega? —preguntó el Agente. El Nexo había estado insistiendo en obtener de alguna forma esa información.

Gabriel evitó sonreír. Harry, su recluta, su discípulo, era muy especial para él. Podría parecer cándido, pero no lo era en absoluto. Era mucho más que eso.

—No va a seguir investigando, ya le dimos lo que quería pero no debemos permitir que la toque —afirmó Gabriel—. Además, el casquillo de la bala de salva disparada por el arma de Di Maggio siempre será un elemento que lo mantendrá libre de culpa —aseveró, observando a Eris, que era quien había hecho el tiro con un calibre menor y con sumo cuidado para tratar de no matar a nadie, aunque esa posibilidad siempre estuvo en juego.

Gabriel jamás habría permitido que Di Maggio Le hiciera daño a Harry. Sabía que el heredero sospechaba que Harry colaboraba con la inteligencia cuando comenzó a relacionarse con Andrea. Así que tuvieron que contenerlo de alguna manera que le permitiera seguir autorizando los cheques. Sin él, no habría dinero para el proyecto y sin proyecto no habría ni suero, que implicaría inmensos dividendos para la organización, ni factor diferencial.

Como Giorgio creyó que había herido a Andrea cuando trató de eliminar a Harry, siempre lo pensaría dos veces antes de tratar de hacer algo estúpido como eso otra vez. De todas formas, le habían dado también algo que deseaba mucho: la creencia de que tenía el control sobre el destino del sujeto de pruebas a quien odiaba con vehemencia.

Sin embargo, Elec tenía, además de serias dudas que jamás expondría frente a Versus, una idea. Ella dirigía al grupo imponiendo su perspectiva a la de los otros cuatro del consejo, pero Gabriel estaba seguro de qué era lo correcto.

Su única acción al respecto sería dejar que su personal hiciera lo que tarde o temprano haría, pensando que él no estaba enterado.

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