La cacería. Capítulo 66.
Durante la exposición de Andrea en la asamblea
—Será una carnicería —susurró el Nexo.
Contacto corría de nuevo dentro de la torre con los elementos pisándole los talones. Las placas estaban adheridas con el traje a su cuello, junto con el anillo y la cruz. No podrían haberla alcanzado, pero comenzaron a cercarla. Robar y destruir información de la organización era muy grave y así nombró el delito. Esquivó a uno, dos, diez hombres. Corría muy rápido y sorteaba cada obstáculo de igual forma. Los que trataban de alcanzarla aumentaban. Encontró una puerta más en el camino y tuvo que frenar en seco, detrás había una docena de elementos. Podía olerlos, así como al metal de sus armas.
Retrocedió pecho tierra, avanzando sobre las puntas de las manos y los pies, deslizándose como una serpiente en la noche del desierto. A distancia prudente, se levantó y se encontró del otro lado con quienes la seguían, comandados por los Alfa, y a la cabeza de éstos, vio a quien quería que fuera tras ella antes que todos los demás; Harry traía puesto su propio DDC.
En esos instantes Andrea bajaba del estrado. Había sido la asamblea general más custodiada en la historia de la organización. Todos los caballos se habían apostado en las entradas y las inmediaciones del salón, mientras los Alfa operativos y el personal de las Fuerzas Especiales perseguían a Contacto. Era el preludio del final de la batalla.
Ella dio vuelta en una intersección y siguió por otro camino. Encontraba puertas cerradas que abría con ayuda de Tanaka. Comenzó a trepar a zancadas sujetándose de los pasamanos de las escaleras de servicio. Los que lo presenciaron no podían creerlo, saltaba de piso en piso. Jamás habían visto nada igual.
Seguían a la mujer de negro con sus localizadores. Dieron vueltas, cercándola. Conocían su ubicación, ella lo sabía. Se movía con celeridad. Parecía que la iniciativa de armar a los integrantes de los cuerpos de seguridad de la OINDAH había resultado efectiva: todos corrían detrás de ella con un arma a la mano.
Contacto jamás hubiera podido imaginar que aquello se había permitido precisamente para que el personal tuviera medios más letales para contenerla en un caso como ese, bajo el oscuro auspicio de los Alfa que negociaron con De Lois para que la iniciativa de su protegido prosperara, pero siempre bajo sus estrictas órdenes. Así que la persecución de esa noche la ejecutaban los efectivos bajo el mando del Nexo, pero en realidad era comandada por la directiva de los Alfa.
En el recinto
Las palabras de Andrea y las respuestas que dio a las decenas de preguntas que le hicieron, y que continuaron prolongando la reunión hasta altas horas de la madrugada fueron el tiro de gracia para la estrategia de De Lois, quien trataba de asimilar lo que estaba pasando. Cerca del amanecer, tras la reunión más larga de la historia de la organización, siendo el 204 el último punto de la agenda y con una mayoría absoluta, se aceptó la inclusión de la nueva ONG a la OINDAH.
La clave del éxito de toda la argumentación y por la cual todos los asistentes pudieron comprender la importancia del descubrimiento, fueron las palabras de Andrea, y las pruebas que mostró de su propia recuperación de una leucemia letal. Sobre Contacto, no les mencionó nada en absoluto, como lo habían acordado.
Helena le había informado a Elec en todo momento como le solicitó, mientras él corría como loco persiguiendo a Contacto junto con todos los demás elementos operativos que ya estaban al borde del agotamiento. La rubia sabía que algo no estaba bien, quien dirigía a los Alfa nunca hubiera permitido que se hiciera la entrega sin antes conocer lo que provocó en la mujer los efectos secundarios. Pero si el Lector tenía un plan, ella no diría nada. Contacto le salvó la vida una vez, casi a costa de la suya. No lo olvidaría.
También la Pesadilla corría detrás de Contacto, investida con el traje de Alfa bajo el de las fuerzas especiales.
Hasta ese momento los integrantes del CDA se habían retirado de la persecución sin que los Alfa o las Fuerzas Especiales los echaran de menos y los cinco no habían hecho nada por detener la entrega. O quizá no habían podido hacer nada, ya que fue promovida por la Directora General, y por el semblante que tenía Versus tras haber ordenado la persecución de Contacto, nada de lo que estaba ocurriendo la convencía.
Lejos estaba el resto de los funcionarios en el recinto de imaginar que se había ganado una largamente peleada guerra esa noche, aunque cerca del techo del edificio se libraba su batalla final.
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