Capitulo 7
▪️El se reinicia otra vez▫️
Escuchas el latido de tu corazón, era rápido y descoordinado. En cualquier momento serías capaz de sufrir un infarto, pero solo te ocultas detrás de las puertas del armario mientras oyes como las cosas se caían. Estaba solo en casa, pero de un momento a otro tuvo que esconderse, uno de sus tíos había entrado a casa, estaba destruyendo las cosas de su casa. Su hermano le recomendó esconderse cuando captaba que algo iba mal, si tenía suerte nadie lo encontraría.
Su tío estaba furioso pero no lo buscaba a él, sino a su padre, gritaba su nombre mientras escuchaba algo de vidrio romperse, seguramente había destrozado el espejo de la sala. Ahora escuchaba pasos subiendo por las escaleras, estaba aterrado, nunca había visto a su tío de esa manera, siempre que venía a visitarlos venía con su esposa, la hermana de su madre, quien recientemente había fallecido días después de dar a luz.
La puerta del armario en el que estaba se abrió y sus ojos se toparon con los de su tío, quien al verlo suavizo su mirada, volvía a tener la mirada gentil de siempre - Lo siento, no quería asustarte, esto solo es un problema de adultos... - vio cómo se desplomó en el suelo frente a él, lágrimas derramaba de su rostro arrepentido - Realmente te asuste, no? -
El menor no sabía cómo tranquilizar a su tío por lo que solamente lo abrazó, inmediatamente el mayor lo abrazó - La amaba enserio la amaba... - lloro - Pero nunca fui alguien a sus ojos... Las flores no mienten... - se separó del abrazo para limpiar sus lágrimas - Un niño no debe escuchar los problemas de un adulto... ¿Quieres ir por un helado? -
Los ojos del menor se iluminaron y asintió contento, por lo que el mayor lo cargó en sus brazos y pudo ver lo delgado que estaba el más pequeño a parte de que tenía algunos moretones en sus brazos, frunció el ceño - También hay que ir por un hamburguesa, hay una tienda que las vendes muy ricas, sus papitas también son deliciosas -
Tal vez sea un niño pero sabía que tío quería distraerlo de lo ocurrido, además no había comido desde ayer en el almuerzo por lo que aceptara, después hablaría con su tío. La muerte de su tía debió dolerle mucho después de todo, la raíces y las flores son dolorosas, ya había visto a algunos primos quejarse de eso.
▪️▫️▪️▫️▪️▫️
Pasos apresurados se escuchaban bajar por las escaleras de la casa, le hizo una señal para que guardara silencio a su acompañante. Estaban en un buen escondite en su opinión, por lo que no serían encontrados en un buen rato, aunque su pequeña acompañante no opinaba lo mismo, ella conocía mejor a su hermano, lo estaba subestimando.
Resulta, que ambos hermanos, tanto kazutora como Zoe se estaban escondiendo de takemichi, ya que uno había destruido sin querer un rompecabezas que le tomó una semana y el otro había destruido la cocina por tratar de freír un huevo, ahora había una marca horrible en la pared. No era su culpa que la gasolina estuviera cerca del aceite...
- Kazutora!!! Se puede saber de donde mierda sacaste la puta gasolina!! - El mencionado trató de esconder su miedo, nunca pensó que llegaría el día en que su hermanito lo asustara tanto.
- Al menos mi crimen no es tan grave como el tuyo, Nii-san - comentó mientras que se arrastraba más al fondo del escondite.
- No es mi culpa, no sabia que decia gasolina - lloriqueo, si tenia suerte su cabello negro lo ayudaria a ocultarse.
La puerta del escondite se abrió y se dejó ver a ameri con un par de auriculares en las orejas, Kazutora trató de convencerla incluso trató de negociar con ella. Zoe se palmeó la cara, su hermano no podia ser mas idiota, ameri tiene auriculares prendidos, obviamente no lo estaba escuchando.
- Michi-niisan, encontré a Nii-Nii - El alma abandonó el cuerpo de kazutora, y como nunca salió corriendo como al que se la lleva el diablo. Pero un sartén le dio en la cabeza, ameri se fue a sentarse en el sofá como si nada. Zoe se puso a rezar por el bienestar de su hermano, y que takemichi no fuera tan duro con el o sino terminara mas idiota de lo que ya es.
Habían pasado casi dos semanas desde que su hermano volvió, y este ha tratado de adaptarse a este nuevo entorno. Para su suerte sus hermanos estaban dispuestos ayudarle, para empezar takemichi logró llegar a un acuerdo con el director de su escuela para que él ingresara, al parecer su fama de que se reúne con pandilleros le da cierta ayuda. El solo es un grado mayor que él, las clases son aburridas y le daban ganas de escaparse pero no podía desperdiciar los esfuerzos del menor por lo que se aguantaba, bueno solo de dio un par.
- Es la segunda vez que te metes en problemas en menos de dos días - lo regaño cuando una vez regresó con moretones, a diferencia de takemichi el si era bueno peleando solamente se descuido un poco.
- El burro hablando de orejas... ¡Agh! Duele... - se quejó cuando sintió el alcohol con su mejilla - Además ellos me provocaron - de reojo pudo ver algunas lágrimas en los del menor, siempre tan llorón. Algunas cosas no cambian.
Según le había dicho la casa había sido comprada junto con los muebles, mamá al parecer quería deshacerse de ellos lo más rápido posible por lo que aceptaba cualquier oferta, tuvieron suerte de que fuera un barrio tranquilo. Solamente había tres habitaciones, sus hermanas compartían una y takemichi dormía en otra, así que tomo el cuarto vacío que se había convertido en un almacén, le tomó horas en limpiarlo.
También notó de que los vecinos parecían adorar a su hermano, siempre que se encontraba con uno lo saludaban de forma animada y les preguntaba si podía regar sus flores más tarde, ahí se dio cuenta de que su hermano trabajaba como jardinero.
- La pensión que manda mamá, no suele alcanzar para tres personas y papá mandaba muy poco antes, por lo que hace un par de meses empecé esto, la paga es regular por estar aún en secundaria pero he estado ahorrando mucho - le sonrió aquella vez que iban al colegio, también le presentó a su novia, tachibana hinata. A su opinión, parecían más amigos que pareja, pero él tampoco tenía experiencia romántica por lo que no tenía derecho a opinar.
El amor le costó caro la última vez.
Suele pasar por el salón de takemichi para que se vayan a casa juntos cuando puede, ahi conocio a sus amigos, un grupo de idiotas que podia describirlos con una sola palabra: El de lentes, idiota; El de cabellos negros, idiota 2; El de copete, amable; El rubio, casi huye cuando lo vio, se parecia mucho a mikey, pero bueno, fragil es lo que lo describe.
Se ató los cordones de su zapatillas y se aseguró de que no se le salieran - Vas a salir? - Le cuestiono takemichi a lo que asintió, viendo de reojo algunas ojeras que indican la falta de sueño.
- ... Un viejo amigo me contacto - No se como se enteró de que sali del reformatorio Pensó mordiéndose la lengua, tan solo esperaba que no se lo haya dicho a los demás.
- Oh, eso es genial, vas con cuidado. Yo tambien saldre, Mitsuya-kun quiere que ameri y Zoe conozcan a sus hermanas - Kazutora se mantuvo callado ante eso para luego cuestionar como si nunca hubiera escuchado el nombre antes.
- Mitsuya? - ante eso takemichi se sobresaltó asintiendo, para luego ponerse nervioso.
- Oh, si, es uno de los capitanes de la pandilla, me llevo realmente bien con él, me da consejos para mejorar mi comida. - Mencionó, ya veo.
Entrecerró los ojos de manera desconfiada, obvio que recordaba a mitsuya, solo que no sabía cómo sentirse cuando su hermano empezaba a hablar de alguien de la Toman. Mientras no sea Mikey, estaba bien, se decía para luego darse un golpe mentalmente. - Ten cuidado también... - Fue todo lo que le dijo para luego despedirse.
Caminó por las vacías calles, mientras se encontraba perdido en sus pensamientos. Se sentía extraño, la casa era cálida. Tal vez le parecía extraño debido a que jamás pensó que lo trataran así una vez que regresara, en su más vacío sentir pudo diferenciar la calidez de una verdadera familia.
Pero takemichi apenas dormía, una vez no podía dormir por lo que trato de bajar por un vaso de agua y lo vio con una lamparita prendida mientras anotaba algo en lo que parecía ser una libreta, cuando subió de nuevo le dejo un te en la mesa para luego irse a su cuarto. No sabía qué era lo que lo tenía tan preocupado pero esperaba que cuando tuviera suficiente confianza se lo dijera, por ahora debía pensar en cómo ayudarlo en los gastos.
Observaba como el fuego se propagaba de aquel auto, mientras revisaba todo lo que pudo sacar, había este auto abandonado desde hace un par de días. Además de que necesitaba desahogarse y no quería meterse en problemas si es que el auto tenía dueño, no era mucho, unos cuantos yenes y un chicle que no ha sido abierto. No debía esperar mucho de un auto abandonado.
- Así que Mikey quiere a takemichi en la Toman... - soltó un bufido guardando los yenes en su bolsillo y abrió el chicle para masticarlo. chasqueo la lengua irritado, si mikey no fuera amigo de takemichi ya lo hubiera alejado a más de cien de metro de ese enano.
Resulta que un día estaba peleando en uno de los callejones cuando notó un distintivo tatuaje en la cabeza, se escondió rápidamente luego de terminar con los que buscaban pelea. Draken no estaba solo, como siempre estaba acompañado de Mikey, iba a largarse antes de que provocará un incendio cuando escucho al más bajo hablar animadamente.
- Ahh, qué bueno que nos decidimos Ken-chin, la cabeza estaba apunto de explotarme sino decidía antes la división en la que estaría Takemitchy... - Se quejó - ¡Ken-chin! ¡Mira! ¡ahí venden Dorayakis! -
- ¡Oe, Mikey espera! - llamo el otro que fue empezó a correr detrás del mas bajo.
Chasqueo la lengua para luego escupir el chicle, hasta el sabor era amargo. Se quedó ahí sentado en el pavimento mientras aún observaba las brazas crecer, al final ¿De quién es la culpa?
Odiaba sentir esto, odiaba no poder sentir algo, ya que tampoco sabía si podía odiar. Los sentimientos dejaron de sentirse y solo se convirtieron en simples palabras; odio, felicidad, amor, tristeza. Su interior solamente era un hueco vacío, un hueco con el que trataba de llenarlo.
Mostrar sonrisas cuando no las sientes, decir que estás bien cuando no lo sientes. Decir que estás mal cuando no sabes que es lo que tienes, todo están confuso, debía ponerse metas para su propia vida pero se sentía como un muñeco de trapo usado, hasta el tigre de peluche que tiene en su cuarto tiene más vida que él.
- ah, me olvidé de Baji... - recordó de repente para disipar aquellos pensamientos.
Sintió algo sobre su cabeza y alzó la cabeza confundido. Ahí se topó con aquella sonrisa que mostraba sus colmillos - Idiota, ¿Cómo te atreves a incendiar un auto sin mi? -
-Baji... - fue todo lo que salió de su boca, ¿Cómo lo encontró?
El mencionado inclinó la cabeza sin entender - ¿Ah? ¿Por qué me miras así? Solamente busque callejones cerca del arcade, así fue como quedamos ¿No? - mencionó de lo más casual mientras se sentaba a su lado.
Baji se había dejado crecer demasiado el cabello, le quedaba bien. Este abrió una bolsa y saco un par de golosinas, agarró una bolsa de papitas mientras que el sacaba un paquete de ¿Yakisoba?
- Demonios me olvidé de colocarla en agua caliente... - soltó un suspiro para luego guardarlo para más tarde y sacar un caja de pokys - ¿Hace cuando saliste del reformatorio? -
Se comió una papita para luego responder - Hace tres semanas - ¿Debería hablarle normal? La última vez que vio a Baji frente a frente estaban en la comisaría luego de la muerte de shinichiro antes de que los separaran en la sala de interrogatorios. Desde ahí se han estado comunicando a través de cartas.
- Si no te busco yo, me tienes olvidado - comento con un tono levemente dolido - ¿Y donde te quedas? A puesto todo mis ahorros de que no son con tus padres -
- Pues no será mucho dinero - respondió inmediatamente ganándose una mala mirada por tratar de cambiar de conversación - Con mis hermanos -
Aquello pareció sorprender a Baji, imbécil te hable de ellos varias veces - ¡¿Tienes hermanos?! -
Solamente rodó lo ojos para luego seguir comiendo sus papitas - ¿Para que me buscaste, Baji? No pertenezco a la Toman, no más -
Aquellas palabras claramente calaron hondo en él. No contesto de inmediato su pregunta simple se resignó soltando un suspiro - No soy bueno en estas cosas... Eres mi amigo, kazutora. No necesitas en la toman para serlo, además nunca te dejare solo -
No te creo pensó entrecerrados los ojos - Hablando de amigos, me gustaría que conocieras a chifuyu, a puesto que le caerás muy bien, ambos vivimos en el mismo complejo de departamentos y vamos a la misma escuela - le sonrió, pronto ambos escucharon las sirenas acercándose.
Carajo la policía, fue el pensamiento compartido de ambos para luego tomar la bolsa de golosinas y salir corriendo sin mirar atrás. No sabía cuántas cuadras habían corrido pero sinceramente habían muchas, Baji se empezó a reír desplomandose en el suelo sudoroso.
- Eso fue genial, igual que antes ¿No? - cierto antes ambos solían huir de la policía casi a menudo por las peleas y las veces incendiaban autos por hambre, Baji le pegó la manía.
- Mm... - se pasó su mano por sus cabellos negros, un recuerdo paso por su mente.
Zoé estaba mirándolo por demasiado tiempo en vez de estar haciendo su tarea, empezaba a sentirse incomo ya que era los primeros días y aún no sabía cómo tratar a una niña, bueno hasta ahora no sabe. - ¿Ocurre algo? -
- Tus ojos son dorados como los míos, pero el cabello negro se te ve aburrido - eso fue un golpe para su orgullo - Si te pintas algunas mechas puede combinar con tus ojos, pero no todo el cabello a Michi le queda por tener una cara tierna, dudó que te quede a ti -
- eh... - ya no sabía si su hermana lo estaba halagando o insultando, aunque si había visto el abrumante parecido que tenía con Zoé, era como su versión femenina pero sin su tatuaje y más pequeña. Como suele burlarse Takemichi, gemelos que nacieron en distintos tiempos.
Con ese recuerdo presente, busco en sus bolsillos el dinero que sacó del auto y sonrió - Baji - el mencionado dejo de tomar agua para verlo extrañado por aquella sonrisa de gato a punto de hacer un travesura - Acompáñame a la tienda, voy a comprar algo y necesito tu ayuda -
- Mientras no sean cosas ilegales está bien por mi - se encogió de hombros para luego levantarse del suelo - ¿Y que es lo que comprarás? -
Kazutora aún sin quitar aquella sonrisa le hablo de manera confiada - Solo iré hacerme un cambio de look, nada peligroso -
Baji se encogió de hombros mientras ponía sus manos en los bolsillos de su pantalón, sonrió levemente para aceptar en ir con él. Mientras pueda pasar tiempo con kazutora estará bien.
Le alegraba que chifuyu le haya avisado que un chico con tatuaje de tigre se había vuelto famoso por su brutalidad y leve locura a la hora de dar palizas, inmediatamente supo que era Kazutora y trato de contactarse con el lo más rápido posible. Aunque estaba molesto de no ser avisado, le agrega ver de nuevo a su amigo.
Tan solo esperaba que el formará parte también de la toman, pero ese será un sueño difícil por el momento ¿No? Pues hará lo posible para hacerlo realidad.
Solo quiere ver a sus amigos convivir felices y sin remordimientos.
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