Capitulo 20
▫️ Límites ▪️
Oh, carajo...
- ¡Señorita Zoé, espera! - Exclamó Arata tratando de seguirle el paso. La joven pre adolescente caminaba a paso firme y tosco por los pasillos de la escuela, muchos niños se apartaban asustados con tan solo verle la cara de pocos amigos que traía. Su fama como niña problematica se ha extendido por toda la escuela, y eso solo trae más problemas que soluciones. Trato de detenerla inútilmente nuevamente, pero ella ya estaba parada frente a unas chicas un par de cursos mayores que ellos.
¿Por qué estas cosas tenían que suceder cuando solo desviaba la mirada a por unos minutos?
- Oh, miren a quien tenemos por aquí. La niña sin papás - Se burló la líder de aquél grupito, era alta y tenía un hermoso cabello castaño - ¿Qué vas hacer mocosa? ¿Vas ir a llorarle a tu hermano el bebé llorón? No eres nada sin ese patético e inútil intento de ser humano. Pandilleros, si claro, los cobardes como él solo se esconden detrás de una piedra mientras lloran por su mami. Oh, claro, no tienen -
Esa mujer estaba cruzando los límites, gruñó. Si querían una pelea que la empezarán ahora ¿Cuál era la necesidad de meter al Joven Hanagaki? Nisiquiera habían dicho una sola palabra desde que están parados frente a ella y su grupo, y ya estaba soltando esas palabras de mierda. Y Zoe estaba horrorosamente tranquila.
- ¿Qué tanto me miras, enana? ¿Acaso tienes miedo? ¡Ja! No entiendo por qué te dicen la niña más problemática de la escuela, solo eres una bebé que le urge el chupón - El de chicas se empezó a reír chillozamente, le estaban doliendo los oídos - ¿Por qué no te escondes detrás de ese mugriento y asqueroso lame botas? Un perdedor, ¿Cómo es posible que entraras a una escuela como está? Seguro ese cobarde se la chu-
Había tenido suficiente, encogió su brazo y dio un golpe justo en el estómago de la chica, fue tan fuerte y sorpresivo que esta se encorgo abrazando su estómago. Zoé la tomo del cuero cabelludo y la hizo mirar a la cara.
- Ahora estamos del mismo tamaño, ya no eres tan feroz ¿Verdad, víbora maloliente? - Arata tuvo que aguantar una pequeña risa, pero al ver cómo las chicas del grupo quisieron lanzarse a la joven tuvo que detenerlas.
- ¡Tu! ¡Aparte mocoso pordiosero! ¡Tú eres un hombre, no puedes dañar a una dama - se rieron las chicas, es verdad, pero sigue siendo un niño con un buen historial de comportamiento. Miro hacia atrás y la señorita Zoé solo le sonrió, para luego tirar a la chica contra los casilleros, eso debió doler.
Hizo una reverencia hacia las chicas - Lamento por lo que voy hacer, señoritas, pero... Ustedes empezaron - Sera lo más gentil que puede, sabe que a las damas no le gustan que les dañen el rostro.
...
Takemichi quería gritar, sus manos sudaban bastante y no dejaba de caminar de un lado para él otro. Siendo perseguido por la mirada de cuatro personas, quienes preferían no decir ni pío en estos momentos. Cuando Takemichi se enoja, y va enserio, desaparece del planeta.
- Me pueden explicar ¡¿Qué demonios se les pasó por la cabeza?! - Los dos principales menores se encogieron en su sitio. Takemichi trato de respirar e exhalar, inhalar y exhalar. - Han mandado a cinco chicas de 13 años al jodido hospital. Y sus padres exigen que los apoyemos económicamente... ¿¡Acaso creen que el dinero cae del cielo?! ¡Zoé! ¡¡Está es la séptima vez en tres semanas en que no dejas de meterte en problemas!! ¡Tus maestros se están hartando de ti y tu actitud! ¡Te podrían expulsar de la escuela por esto! ¡Y se nos sera complicado que alguna otra te admita con tu historial! -
La Hanagaki menor bajo la cabeza, tratando de distraerse al peñiscarse el esmalte aruinado de sus uñas. Se mordía el labio para contener los sollozos que querian aparecer.
Cuando el menor sintió esa mirada azulada sobre él supo que no se salvaria del regaño - Arata, ¿Qué ocurrió? ¿¡Ah?! ¿¡Por qué empezaste a pelear también?! Tienes suerte de que los maestros piensen que no puedes dañar ni una mosca, sino te habrías ganado una suspensión de tres semanas - El menor abrió los ojos sorprendido volteando a ver hacia Zoe quien seguía mirando sus uñas - Ese es el trato con el que pude llegar con la directora. Acabo de salir del hospital, se supone que solo era una reunión de como iban tus notas... - respira profundo - ¿Que paso? -
Zoé bufó - Ellas empezaron. Soltaron un rumor por la escuela ... Qué en realidad Yue era tu hija de sangre y que solo eras un hombre que embaraza a mujeres para quedarse con sus hijos ... Cómo eres alguien débil y llorón te acuestas con los de tu pandilla para poder tener un rango mayor -
- ¿¡Ah?! - Draken apretó los puños fuertemente que hasta se notaban las venas. Quienes se creen para esparcir tales idioteces.
Takemichi miro a su amigo tatuado - Ken - Draken se tuvo que relajar y evitar aquella mirada sobre su persona. Takemichi nunca había dicho su nombre pila y mucho menos con ese tono. Solto un bufido.
Volteo a ver a su hermana nuevamente, soltó un suspiro cansado, aún no sentia del todo bien. Paso su mano por sus rubios cabellos teñidos - Zoe, agradezco que te preocupes por mi, pero no puedes evitar lo que dice la gente siempre. A mí no me importa lo que digan de mi, la gente siempre va a estar hablando-
- Ese es el problema... - su tono fue duro y hasta tosco, alzo la cabeza para mirar a los ojos a su hermano - Eres demasiado deseinteresado cuando se trata de ti, te preocupas por todos menos por ti. Tal vez a ti no te importe lo que digan los demás, pero a mí sí -
Takemichi negó - Zoe–
- ¡Eres mi héroe! ¡El hermano que más admiro! Te estás muriendo y aún vienes por nosotros a la escuela. ¿Pero hasta cuándo será? ¿Hasta cuándo Nii-san podrá levantarse y caminar con normalidad? ¿Hasta cuándo serás capaz de sonreír? - No quería, ¿Por qué él tiempo tenía que correr?
No hubo una respuesta inmediata y eso la desesperaba. Odiaba el maldito silencio. Takemichi no sabía que decir al respecto, sobre todo, cuando noto las lágrimas caer de los ojos de su hermanita. - No quiero que mueras ... - le pidió.
- Takemichi no morirá, Zoe. Eso es seguro - Trató de tranquilizar Draken a la menor.
- Tu que sabrás - Respondio de manera cortante - Tú no sabes nada. No conoces lo que es tener que vivir así - Zoe estaba a la defensiva, golpeó la mano de Draken y se levanto de su banco para enfrentarlo. Draken la mirada llena de odio y miedo de la menor lo sorprendio - Que fácil es engañarlos, con un "estoy bien" asi ya pueden seguir con sus patéticas vidas normales -
Frunció el ceño - Ya basta - Trato de detener a su hermana, se estaba excediendo.
- Nosotros vivimos escondiendonos desde que mamá y papá nos abandonaron. Hemos podido superarlo por que Takemichi ha tratado de mantener lo que queda de esta familia unida... Pero ahora te estás muriendo por uno de estos imbéciles y ¡No nos quieres decir quien es! ¡Maldita sea! ¡Por que lo defiendes tanto! ¡Odio el Hanahaki! ¡Odio tener esta maldita descendencia en las venas! ¡Los odio a todos! - Se revolvió los cabellos por la frustración - ¡ASI QUE NO TE ATREVAS ASEGURARME NADA POR QUÉ NO SABES NI MIERDA, MALDITO HUÉRFANO! Tal vez debiste morirte ese maldito festival—
Silencio
Ameri miro confundida a los adultos, todos estaban serios y se gritaban mucho, pero ahora se callaron. Nee-Nee, tiene la mejilla roja y Michi tiene esa mirada que espanta a los fantasmas de su habitacion.
- ¡Takemichi! - Exclamó Draken sorprendido luego de la sorpresa por ver cómo el rubio teñido darle una cachetada a la menor.
Cuando reacciono miro asustado a su hermana y luego a su mano- Y-yo... - Mierda ¿¡Que hizo?! - Zoe, yo lo- ¡No ahora! Draken fue a socorrerlo cuando empezó a perder fuerzas nuevamente, mientras tosia sin parar. Cálmate, cálmate.
- Prefieres morir, a qué culpar a alguien... - Cuando alzo la mirada vio como Zoé tomaba sus cosas y salía corriendo, quería gritar que se detuviera, pero su garganta estaba obstruida por los pétalos violetas.
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La señora Matsuno depósito unas cuantas tasas junto algunas galletas para los más jóvenes. Se sentó en frente de la señora Yamanaka, su hijo estaba sentado a su costado acariciando a su gato para calmar sus nervios. Además está tratando de evitar un poco la mirada de ex-capitan de división.
- Señora, por favor sea directa... ¿Qué es él Hanahaki? ¿Y por qué está relacionado con mi familia? - cuestionó, la señora Yamanaka comprendió a la joven madre. Con un libro grueso apoyado en sus piernas lo coloco sobre la mesa.
- Está bien. Cómo seguramente habrán escuchado por rumores o cuentos. El Hanahaki es una de las enfermedades más raras que ciencia pudo haber encontrado. Sobre todo cuando está tan ligada a las emociones humanas, y lamentablemente se alimenta del sentimiento más fuerte que tiene todo ser humano, que es del amor - Se explicó, Chifuyu quería que la tierra lo tragase cuando sintió la mirada de Baji-san sobre él - Pero esto solo le podía ocurrir a un grupo mínimo de personas, el porcentaje de los infectados era casi 0.10% de la población mundial. -
La señora Matsuno asintio, sabía que era rara, pero no tanto - ¿Entonces? - La Señora Yamanaka abrió el libro.
- Desgraciadamente, está enfermedad ha sido muy antigua, casi a la par con gran parte de la historia de nuestro país, pero como dije antes, solo afectaba a un pequeño grupo de personas. A esos empezaron a llamarlos los Hanahaki's, debido a que eran descendientes del primer caso de Hanahaki en la historia - Baji se asomó un poco para ver el libro, páginas antiguas con fechas y lugares, además de que podía distinguir algunos nombres.
Se perdió - ¿Descendientes del Hanahaki...? ¿acaso si quiera eso existía? - se pasó las manos por sus cabellos amarrados.
- Aunque no lo crea, existen, señora Matsuno. - Acarició las hojas del libro - Puede que muchos crean que sea solo una historia para niños o de romance juvenil, pero lamentablemente no lo es. Es una realidad. Casi por la era Sengoku ocurrió el primer caso de esta enfermedad, dejando una descendencia que luego se iría multiplicando con los años. La cuestión es que estos descendientes, tienen mayor probabilidad de contraer el Hanahaki que cualquier persona fuera de su linaje oficial-
¿Su linaje...? Había escuchado esas palabras antes, varias veces más bien. Baji frunció el ceño.
— Señora Matsuno, la razón por la que me presento hoy ante ustedes. Es para mostrarles todo mi conocimiento sobre esta descendencia, su hijo, Chifuyu Matsuno pertenece a la descendencia directa de los Hanahaki's - Un balde de fría acaba de sentir recorrerle por todo su cuerpo. Necesitaba algo agua. Su cabeza empezó a dolerle cuando sintió como varias imágenes de aquella tarde en el río con Hanemiya aparecieron, su interrogatorio ahora no le parecía tan descabellado.
–E-esto es... ¿Una broma? - miro desconcertante la señora Matsuno a Yamanaka, pero está negó. Claro, obviamente no lo seria. No con las pruebas practicamente en su cara.
- Me temo que no. Este linaje es de parte de su difunto esposo - Volvió a suspirar y volteo el libro para enseñarle a los Matsunos - El linaje de los descendientes es demasiado extenso, sobre todo cuando cada familia se veía obligada a tener entre 5 a 7 hijos, esto sucedia en caso de que algunos murieran en el camino - Su sonrisa era decaída - Hay casi 12 generaciones escritos en ese libro, cada detalle. Cada hijo, ya sea de sangre, bastardo o adoptivo, estaba escrito. –
Efectivamente, desde el primer nombre hasta el más actual. Chifuyu reconoció inmediatamente el apodo de ''joven doncella" con la momia del museo, fecha de nacimiento y cada fecha de muerte estaba ahí. Sentía escalofríos saber que alguien sabía en dónde vivías o cuantos meses de gestación estuviste en el vientre de tu madre. Cuando cambio una página notó algo curioso y algo perturbador, no había más apellidos fuera de la rama de generaciones y algunos se le hacian conocidos.
- Veo que lo notaste jovencito - Chifuyu miro a la invitada - Esa mirada de curiosidad de los jóvenes, es sin duda su mejor arma pero tambien su peor enemiga. No encontrarás a nadie externo en aquel árbol genealógico, una de las tantas cosas que se tuvo que hacer para evitar la extensión del Hanahaki fue el matrimonio entre hermanos, pero debido a las malformaciones genéticas que empezaban a sufrir algunos desendientes, se optó por parientes lejanos cómo un primo hijo de la 9 generación o una tía de la décima -
- ¡¡Eso es una locura!! - Todo lo que Tora le confesó aquella noche, no quería creerlo. Pero las descripciones eran claras - ¿¡Cómo es que nadie sabe de esto?! Si son tan númerosos ¡Nadie pudo haber hecho de la vista gorda por un largo tiempo! ¡Actualmente el incesto esta fuera de lo común! -
La señora Yamanaka coloco su mano en el hombro del joven parado a su lado para que volviera a su asiento tranquilo - Tienes algo de razón, jovencito. Aunque eso se debe ya que ante los ojos de la sociedad no tienen relación sanguínea, pero entre ellos se conoce la verdad. La falsificación de documentos no es tema nuevo en realidad - aclaró.
-... Pero, yo no soy ningún pariente a mi esposo, a menos que yo sepa... - Chifuyu miro rápidamente el libro. Pero la risa risueña de la invitada los calmo, solo un poco.
- A eso quería llegar, y no. Usted no tiene ni un parezco sanguíneo con su esposo, señora Matsuno. Ustedes pertenecen a una de las tantas ramas que trataron de escapar del régimen de la familia Hanahaki - se empezó a explicar, cambiando las páginas del libro - Hay siete ramas en total que formaron familias o dejaron algo de descendencia lejos del apellido, actualmente todas estas ramas desertoras, como las llamamos,son buscadas por la rama principal... -
Baji arqueo la ceja - ¿Para qué? -
- Para matarlos - Casi se golpea la cara contra la mesa ¿¡Era una jodida broma?!
— ¡No pueden hacer esto! -
Pero la invitada lo ignoro - Los Matsuno empezaron a partir de la octava generación, por lo que tienen decadas de diferencia en el que vivieron una vida pacífica, definitivamente han tenido suerte, si así puedo llamarlo. Mientras más antigua sea la rama más poco se sabe o se tiene rastros de ella con ella - Acarició su collar colgante, aquello llamo la atención de la mayor de los Matsunos.
— Mi familia ... Fue una de las desafortunadas, pertenezco a la rama de los Yamanaka que empezó a partir de la quinta generación. Mi rama siempre fue una de las pegadas a la rama principal, ya que para no matar a los desendientes se ofrecieron en crear y ser fiel al árbol genealógico, ser la fuente de informacion de la familia, y así cada primogénito de rama seguiría aquella tradición. Somos los mensajeros y los que sabemos hasta el secretos más perturbador de la humanidad, pero juramos guardarlo a costas de nuestras propias vivas —
Se recostó sobre su silla mirando hacia el techo de su casa, eran demasiadas cosas que tenía que procesar. - Siete ramas... ¿Cuáles son las otras? - cuestionó, quería matar su curiosidad a toda costa. Tal vez necesite una maratón de comedias románticas para bajar toda esta conversación.
- Pues... La más antigua y de la que se tiene muy pocos datos es la rama desertora de los Imaushi, que empezó a formarse a partir de la tercera generación. Lo único que sé es que solo queda un solo descendiente vivo y que aún vive en Japón - Señaló a la línea morada que indicaba aquella rama - Fueron buenos escondiendo sus rastros. La más reciente son los Inui, se formaron a partir de 11 generación, son nuevos. Una de mis hermanas más jóvenes logró huir y formar una familia fuera de esto... Pero, esto le costó la vida de su primogenita, mi sobrino vive conmigo por su seguridad. No he sabido nada de mi hermana o de su esposo en casi un mes... -
El ambiente se puso tenso - Lo siento... - se disculpo Chifuyu, pero la invitada negó con la cabeza. Era una realidad. Una cruda realidad para ellos.
Ya no podía más - Oiga ¿Y Hanemiya? ¿Qué hay del apellido Hanemiya? - La voz de Baji-san sonó desesperada, pero es que lo estaba.
La mirada de la señora se posó hacia su persona, Chifuyu también tenía curiosidad - ¿Hanemiya? Ese apellido no existe, muchacho - suspiro aliviado - Por qué es uno de los tantos apellidos que la familia Hanahaki uso como camuflaje - ¿Qué?
—Veras, cuando la historia del Hanahaki empezó a hacerse popular como una novela trágica de romance. La familia entro en crisis, ya que temían que milenios en el anonimato se fueran por la borda, por lo que optaron por cambiar el apellido y que el apellido Hanahaki jamás hubiese existido -
— Y-y ¿A cuál apellido se cambió? - Chifuyu jamás había visto a Baji-san tan nervioso o asustado antes.
La señora mantuvo su mirada unos momentos - Ya debes saber la respuesta, Hanagaki ¿Les parece familiar? - Mierda ¡es cierto! ¡Kazutora y Takemicchi son hermanos! ¿Cómo pudo haberse olvidado algo tan importante? Espera... Pero eso significaría qué...
—... Sus caras lo dicen todo - pasó las hojas del libro - Hanagaki Takemichi y sus hermanos pertenecen a la rama principal de esta familia. Son los herederos directos de esta familia - Suspiro algo cansada - No es algo para estar orgulloso sinceramente, Hanagaki hizo un buen trabajo en escaparse y esconderse de ellos por un buen tiempo -
La señora Matsuno frunció el ceño, que tan crueles deben ser para que unos niños escaparan de su propio hogar - ¿Cómo son los Hanahaki's o Hanagaki en si? Por qué me parece una estupidez todo lo que están haciendo, lamento la palabra, pero ¿Acaso creen que encontrar a la reencarnación del primer caso sea la solución de sus problemas? La cazeria de brujas ya terminó hace décadas para que persigan a las ramas desertoras de esa manera - suspiro cansada, queria un trago de alcoohol, no era de tomar, pero le urgia uno en este momento o un cafe fuerte no estaria mal.
- Me agrada sinceramente su forma de pensar, señora Matsuno. Normalmente, en esta familia no hay mucho libre albedrío, si les soy honesta - Agarro su taza ya fría de té - Todos los años, las reglas de la familia son cada vez más estrictas e inhumanas, no existe el amor allá. Por eso ver cómo cuidas tanto de tu hijo, me trae una profunda felicidad - Encogió los hombros - Pero lamentablemente no puedo ayudarlo con su enfermedad, una vez que Hanahaki aparece nunca se va —
Sus dedos jugaban con la oreja de la taza, sintiendo la mano acompañante de su hijo sobre su hombro. Ella quiere mucho a su hijo y odiaba verlo en esa situación. Debe haber una manera, debe haber una cura.
- ¿Y que hay si se confesara? ¿Podrá curarse, no? - Miro con esperanzas en sus ojos, Chifuyu miro también a la invitada, algo esperanzado, no quería hacer sufrir a su mama. Mirando de reojo también a su ex-capitán.
Pero la invitada negó con la cabeza - Lo lamento, pero eso es solo un mito. Una confesión no hará que el Hanahaki desaparezca, esta enfermedad es mucho mas compleja. Ademas eso es solo marketing que crearon los escritores de novelas. La única manera que tenga una vida larga sería la operación, pero debo advertir que tiene muchas consecuencias. Una de ellas es la falta de emociones... -
Apretó la tela de sus pantalones, no quería hacerlo eso a su hijo. Si lo obliga hacerse la operación, no lo podrá verlo feliz con sus amigos o cuando logré alguno de sus metas, no lo verá llorar si algo le duele o si algo lo molestaba. Quería a su hijo, no a un muñeco.
- Estaré bien mamá - Aseguro Chifuyu sonriéndole a su madre, quién solo lo abrazo, liberando leves lágrimas llenas de tristeza y miedo a la pérdida. Baji tenso la mandíbula al no saber cómo expresar este dolor, ¿Por qué Chifuyu nunca le dijo esto? Sobre todo ¿Quién el era ese maldito/a? ¡Jura que lo golpeará con todas fuerzas!
Chifuyu era un buen chico, era un amigo demasiado leal. Él lo conocía tan bien que incluso superaba a los años que conocía a Mikey. La invitada se paró de la mesa para darles espacio a la pequeña familia, Baji la siguió hacia la sala.
- Los síntomas han avanzado muy rápido en su sistema, puede que le quede un año o menos. Dependerá de su suerte - Le explicó, ¿Un.. un año o menos? No puede ser es muy poco tiempo. No puede perder a Chifuyu. Él es...
—¿P-porque? ¿Cómo fue que ocurrió esto? - Esto era inaudito, acaba de recuperar a un amigo y ahora tiene que ver cómo va perder a otro? ¿¡Por qué?! Solo los quiere con él. Quiere ver a Chifuyu transformarse en piloto o que lo ayude en su futura tienda de mascotas.
La señora miraba por la ventana en vez de mirarlo directamente a los ojos - No a todos les da la misma temporada de tiempo, tengo entendido que mientras más alejado sea de la rama principal más rápido sucederán los efectos. El de Takemichi es lento, pero es doloroso. Es como el cáncer... - Miró de reojo al menor - Sinceramente, es mejor que el tiempo de vida sea corto, así no sufrirás mucho tiempo. -
Esto es cruel
La invitada miro con pena al muchacho - Se que estás preocupado por ese muchacho, y por Kazutora, jovencito... Eres un buen amigo, Keisuke - Sonrió - Kazutora aun no a perdido por completo sus emociones y sentimientos, eso se debió a que sus raíces fueron cortadas cuando era demasiado joven. Sus hormonas cerebrales no estaban muy desarrollados en ese entonces. Pero te seré sincera, será muy difícil que vuelva a sentir como una persona normal, necesitará estimularlos, y eso puede llevar años -
Le servía, sinceramente eso le servía demasiado. Sentía un pequeño alivio recorrerle por el cuerpo, pero—
– Takemichi... ¿Sabía sobre mí? - Ambos voltearon a ver al joven de la casa -¿Él sabía que éramos como parientes lejanos? que padezco de esto - Cuestionó ansioso Matsuno, había dejado a su madre tranquilizarse un rato.
La invitada volvió a mirar por la ventana - Al principio, no. Pero algunas veces es demasiado intuitivo cuando se trata de su familia, quiere ayudarte Chifuyu. Él también padece lo mismo y no quiere dejarte solo en tu lucha - Eso lo hacía feliz ¿Está bien sentirse especial para alguien? Aunque, teme por la salud de Takemichi, siempre parece estar haciendo muchas cosas, es muy imprudente.
- Su muerte será lenta, y si los cálculos no fallan, su tiempo de vida debe ser máximo de 10 años, cuidenlo hasta entonces, por favor – Hizo una reverencia, Chifuyu estaba atónito ¿10 años? Si el está padeciendo con esto que es solo un par de meses. El vivirá con sufrimiento.
- ¿Puede hacerte una pregunta? - cuestionó Baji, la invitada asintió - ¿Por qué te preocupas tanto por ellos? -
La invitada sonrió - Me encontré con Takemichi cuando aún estaba enseñando en la primaria, a pesar de todo el abuso de sus padres sigue sonriendo y ayudando a los demás. Algo inusual en esta familia, normalmente suelen huir cuando tienen la oportunidad, me sorprendió su determinacion de quedarse por sus hermanos. Ha madurado mucho sinceramente, quisiera que el tuviera una vida normal – Por un momento su mirada titubeó - Me quede en Tokyo para poder cuidarlo y desviar a la familia su atención sobre él, no es mucho lo que hago, pero es todo lo que puedo hacer. Tengo las manos atadas. También me traje a mi sobrino conmigo antes que se lo llevarán a China, no se qué cosas le harán allá al ser el único sobreviviente de su rama, tengo miedo... -
Se limpio las lágrimas con las manos, deberia estar tranquila – Será mejor que ustedes se muden lo más pronto posible de este lugar – Se levantó de su sitio, la señora Matsuno salió del baño luego de terminarse de lavar la cara - Ya he dicho todo lo que el tiempo me permitió, pronto llegará también y él no sabe aún quién soy. - Saco de su bolso un par de sobres y se los dio a la señora Matsuno.
- ¿Qué es...? -
- En uno hay dinero suficiente para tres o cinco meses, además de unas llaves y una dirección, ese será su hogar de manera temporal. En el segundo sobre hay una carta que difunto esposo me dejó hasta el día que los conociera personalmente - Se quedó atónita viendo cómo su invitada parecía apurada - Les recomiendo que lleven solo lo importante, esa casa que les doy tiene todo lo básico. Y será mejor que hayan vaciado esta casa antes de media noche. Les gusta actuar de madrugada -
- O-oiga - Trato de detenerla, pero ella ya había abierto la puerta —Gracias por recibirme, que tengan un buen día —Asi como apareció, se fue.
Hubo un silencio entre los tres, pero de pronto el timbre volvió a sonar nuevamente. La señora Matsuno miro a los menores y dio una mirada de que esperarán ahí en la sala, dejando los sobres en la mesa, fue a abrir la puerta.
—¡Oh! Muy buenas tardes... ¿Se encuentra Chifuyu? - Esa voz.
- ¡Takemicchi! - Corrió hacia la puerta y en ella se topó con su compañero y su acompañante. Ambos estaban un poco sorprendidos por la repentina aparición del de ojos verdes - ¿D-Draken-kun? -
El mencionado hizo una señal de saludo, para luego preguntar si podrían pasar. Matsuno asintio y se hizo hacia un costado - ¿Baji? Que raro es verte por acá - Mencionó el más alto. Baji se hizo el loco colocando sus manos en sus bolsillo.
- Vivo en este complejo también ¿Sabes? - Soltó nomás, sentandose libremente en el sillón. Aunque se puso tenso al sentir aquella mirada de nuevo en la madre de ex-vicecapitan.
- Mm, bueno. Quisiera hablar algunos temas sobre la Toman contigo de todos modos, lo iba hacer mañana, pero aprovechemos que estás aquí - Draken saludo a la madre de Chifuyu y se sentó en el sillón de la casa. Takemichi le cuestionaba sobre su salud a Matsuno, aunque mirando de reojo brevemente a la mesa.
El libro aún seguía ahí, lo había olvidado - Tengo algunos medicamentos, que he logrado conseguir de alguna farmacia. Llevas con esa gripe mucho tiempo, no es normal y quería saber si esto puede funcionar a qué te sientas bien - Le entrego una bolsa pequeña, asintió agradecido. Aunque notando los curiosos grabados, pero también...
- ¿Haz llorado, Takemicchi? - le cuestionó, pero este se negó rápidamente. Mentiroso.
- Estoy bien solamente... Tuve una pequeña discusión con Zoé, nada más... No quiero hablar de eso ahora - Se forzó en sonreí.
Chifuyu soltó un suspiro para luego dejar los medicamentos en la mesa - Ven, quiero hablarte sobre un manga que me ha tenido enganchado estos días que estuve enfermo y me urge contarselo a alguien - Jalo a Takemichi hacia su habitación y encerrarse allí.
Los dos jóvenes pandilleros se quedaron observando atonitos por aquella actitud de los rubios. La señora Matsuno también se retiró de la casa, con la excusa de que tenía hacer algunos recados, llevándose los sobres de la mesa con ella y advirtiendo a los jóvenes de que no rompieran nada.
- ¿Y bien? ¿Qué era eso de lo que querías hablar conmigo? - cuestionó Baji estirándose en el sillón, Draken suspiro cansado. Esto será complicado y molesto a la vez. - Por tu cara, se ve que no es algo bueno -
Negó con la cabeza - No es eso, es... - Se recostó un poco en la espalda del sofá - Baji, ¿Volverás con Toman? -
- ¿Eh?-
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Pasaba las páginas del libro conforme seguía leyendo, no le prestaba atención a nada más y el palo de chupetín en su boca indicaba lo concentrada que estaba. Este libro tenía dibujos algo raros, no había una historia en sí en sus páginas. Era una combinación de teorías, mapas y fragmentos de la historia de Japón. Aprendió más con ese libro que con todas las clases aburridas de su profesor historia, si en él examen de hoy se sacó un 89/100. Su profesor casi se desmaya de la sorpresa sin duda debio tomarle una foto.
- ¡No sé casi nada de que lo dice tu contenido pero me ayudas bastante! ¡Definitivamente no reprobare contigo! - Abrazo el libro contra su pecho emocionada - ¿No tendrás una fórmula mágica para matemáticas o algo? - le hablo al aire mientras seguía mirando la pasta del libro - A pesar de haber sido quemado tus páginas están en exelente estado ¿De qué material estarán hechas? -
-...- Estaba feliz, alzo el libro. Sus ojos claros brillaban, tal vez ese tipo de libros no sea mucho de su gusto o algo que siempre leería, pero por alguna razón se sentía totalmente conectada con esto. Hasta realizó un dibujo de como se imaginaba a esa hermosa doncella que el libro tanto habla, le parecía genial y triste, como alguien tan gentil y amada por su pueblo termino sola y odiada por su propia familia. Muriendo en un viejo corral luego de dar a luz a sus dos hijos, nunca había escuchado una historia tan triste. Al menos de este género.
- Cometes un solo error y eso te condena la vida, no suena muy justo eso – No sabe de dónde o quién escribió este libro, pero no estaría mal hacerla una historia. Hasta él momento solo ha conocido historias cursis del Hanahaki, dolorosas y cursis, pero que muchas tienen un final feliz. Aunque puede que una que otra tenga un Bad Ending. Bueno, no sabe mucho del tema ya que no lee tantos libros de ese tipo.
Pero es triste pensar que cualquier sentimiento de amor te pueda condenar morir, tal vez sea una metáfora de cómo muchos se aferran a una persona o personas para ser realmente feliz. – Si yo tuviera el Hanahaki ¿Qué flor sería? ¿Me dolería demasiado? – Actualmente el único tipo de amor que se le ocurre que sufriría sería... Hermandad.
-...- Sacudió la cabeza - Mejor... Debo dejar de pensar en tonterías, debería madurar de una vez. Si sufriera por un castigo, al final sería mi culpa. No sería sorpresa, siempre arruinó las cosas - sus ojos brillosos se apagaron.
El click de una cámara tomo el momento exacto.
Es una inútil ¿Y así creé que pueda ganarle alguna vez a Mikey y recuperar a su hermano? El nisiquiera la mira, no puede enojarse con él por qué sabe que fue su culpa. Ella es la responsable de todo, tampoco debería victimizarse, no ganará nada. Debe ser fuerte. Si es fuerte, recuperará a sus hermanos. Será útil podrá protegerlos y ellos al fin la miraran.
- O mejor... ¿Que tal si me voy a otro lugar? Estaría huyendo ... Pero, no tengo nada a qué me ate realmente aquí si lo pienso bien... - Tenso la mandíbula, tratando de ignorar este hueco en su pecho. No debe llorar, no debe ser débil. - No le importo a nadie realmente - La casa se ha vuelto más solitaria, y eso la asfixia, nadie se le acerca debido a su comportamiento no muy femenino o por qué le tienen miedo.
- Se acerca navidad... ¿Qué le regalaré a Takeomi-nii y a Haru-nii...? Tengo que ver mis ahorros, quiero darles una sorpresa - Sonrió, dejando sus dudas y miedos a segundo plano.
Continúo su caminata hasta toparse con una figura familiar, es fácil reconocer a alguien cuando es demasiado alto y corpulento - ¡¡Oi, Benkei!! - El mencionado volteó al escuchar su nombre y se asombro de verla.
- Senju, que sorpresa verte por aquí - Le mencionó sorprendido y notando el detalle del libro - Veo que aún lo tienes, ¿Nunca te despegado de el ¿No? -
En respuesta senju abrazo el libro con una sonrisa y luego miro, para ver qué era lo que tanto entretenía al más grande - ¿Es un regalo para Waka? - Benkei empezó a sudar cuando la mirada de la menor cambio - ¿Sensei, ya piensas declararte o algo así? -
- Q-qué tonterías estás hablando?! ¡Cómo si ese bastardo presumido me fuera a gustar! Aunque sinceramente es demasiado sexy— No importa ¡Somos viejos compañeros y rivales! - Se cruzó de brazos negando lo innegable. Senju no le creía ni una sola palabra a uno de sus maestros del gimnasio, los conoce desde muy pequeña, maldita sea — ¿Sabes que podría gustarle? Comparten gustos, así que hechame una mano, por favor -
Aún falta casi un mes o menos para navidad, pero bueno, mejor tenerlo en bolsillo antes que los precios se disparen - Vamos viejo enamorado, veamos que con que conquistaras el quisquilloso gusto de tu esposo —
— ¡Es solo un regalo de compañeros y socios de trabajo! ¡Y no soy tan viejo aún! ¡Tengo 27! - Le reclamo, pero la menor ya había ingresado a la tienda - ¡O-oye! ¡No te compraré nada! -
Otra foto fue tomada, el zoom de la cámara se alejó una vez esas dos personas entraron al local. Se recostó sobre su asiento revisando cada foto - Tiene el libro y es igual a la pintura ¿Qué edad tiene? - Le cuestionó al conductor del auto, quién era su superior.
- Según los informes entre 13 o 14 años - Al escuchar eso el más joven se asustó.
- ¡S-señor! ¿N-no es demasiado joven para... Creí que tenía como 17 o-o más... - Desvío la mirada preocupado, esa joven solo era dos años menor que él. Pero sintió un enorme escalofrío cuando la fría la mirada de su superior estaba sobre él.
- ¿Ah? ¿A quién le importa si es demasiado joven o muy vieja? Tu mejor concéntrate en tomar buenas fotos y con la boca cerrada, necesitamos tener información de todos sus contactos para así empezar a movernos ¿Escuchaste? - Pregunto, al no recibir una respuesta inmediata agarro de los cabellos del joven y la acercó hacia él de un tirón - ¿Me escuchaste? - El joven asintió rápidamente y llorando por él miedo que sentía.
El conductor lo soltó bruscamente y se acomodó en el respaldo de su asiento - Tenemos hasta antes de navidad para tenerla a nuestras manos. Sufrirá por todo el dolor que nos hizo pasar - Él joven observó la sonrisa diabólico que tenía su superior, acariciando su cámara para calmarse.
- Si, padre...-
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