009
♠️♠️♠️
Cuando Ashleby despertó por la mañana (ya había oscurecido), salió de su ataúd mucho antes de que cualquier otro heredero lo hiciera. Recordaba perfectamente como su abuela le había indicado que debía reunirse con ella en el camarote del capitán, en donde el Conde y la Condesa pasaban sus días.
«Debes estar a mi lado -le dijo-. Debes aprender tanto como puedas».
No quiso mencionar que aquello parecía una sentencia de muerte hacia su persona, que técnicamente le estaba diciendo que no duraría mucho más tiempo con ellos, así que guardó silencio lo más que pudo.
Al terminar la agitadora mañana (en el que estuvo ayudando a la Condesa y el Conde ha acondicionar un salón del barco para mayor comodidad de los herederos, porque al parecer, estaba por crearse la primer academia de vampiros), se dirigió hacia el comedor; donde solo esperaba encontrar un poco de comodidad y buena comida, aunque debía admitir que el rojo no le apetecía para nada. Tenía diecinueve años, apenas comenzaba con su nueva dieta y ahora resultaba que no podía beber sangre en las cantidades que deseaba.
-¿Qué estás usando?
Ashleby había entrado al comedor después de pasar una mañana ajetreada al lado su abuela, así que le fue extraño mantener ese recibimiento con su hermano menor.
Parpadeó varias veces, observando lo que usaba. Esa mañana se le había entregado más ropa para su estatus como heredera. Recordaba que Hindrik le había dicho que el mismo Sir Milton había conseguido la mayoría de sus nuevos objetos personales, así que no pudo evitar hacer una mueca. Solo esperaba que todo saliera bien.
Miró su vestido, de un tono mucho menos llamativo que el del día anterior. Era azul cielo con verde, pero entendía la pregunta anteriormente planteada por su hermano Tammo. El vestido era demasiado descubierto.
-Sir Milton fue muy considerado al entregarme... prendas de vestir -dijo con cierta burla mientras se sentaba al lado de sus hermanos. Unos ojos azules, curiosos y llenos de inocencia se clavaron en ella-. Debieron ver el rostro de la abuela, se escandalizó con solo verme.
Le sonrió a la niña que aún no le era presentada. A juzgar por sus rasgos delicados y su cabello rubio, debía ser la heredera del clan Pyras. La Baronesa Audrey debía ser su madre.
-Por supuesto que lo hizo -reconoció Tammo-. El vestido es...
-Inapropiado -Terminó Alisa por él. La miraba con ojos profundos, como si solo verla le molestara.
Alzó ambas cejas.
-Bueno, no es como si fuera una niña -dijo Ashleby mientras le era entregado su plato con rojo, le sonrió a la sombra en agradecimiento. Ésta le regresó la sonrisa, aunque una mucho más minúscula-. Soy la heredera oficial del clan Vamalia. Lady del amor, el romance y esas cosas que tanto te molestan -le señaló a su hermana, haciendo incapié a como rehuía a su poder de nacimiento: todo ello se debía a que Alisa no entendía el alcance del amor.
Si solo supiera.
Alisa negó con la cabeza, segura de lo que pensaba para sí misma. De pronto, la vista de la castaña se desvió a la mesa cercana a ellos, y fue allí cuando Ashleby notó la mirada curiosa de su hermana. La seguir su mirada, sus ojos se toparon con el heredero de Dracas.
Hizo una mueca, recordando las advertencias de su abuela. No era buena idea acercarse a los herederos de Noruega.
-Ash, ella es Joanne -la llamó Tammo distrayendola de la mirada azul de Lars. Un chico rubio de cabello lacio que no había dejado de observarla de reojo desde que llegó al comedor. Sus ojos se clavaron en la pequeña rubia que la miraba con las mejillas rojizas-. Es del clan Pyras.
Le sonrió a la niña, quien también le regresó una mirada emocionada.
-Un gusto conocerte, Joanne -dijo ella-. Mi nombre es Ashleby de Vamalia. Es un placer conocer a la heredera de Pyras.
Joanne la observó con sus tiernos ojos azules, completamente llenos de inocencia y Ash no pudo evitar sonreír enternecida, le recordaba mucho a su hermano menor.
-Un placer conocerla, señorita Ashleby -le sonrió nerviosa-. Mi madre, ella a hablado mucho de usted.
-Espero que cosas buenas.
La niña asintió con la cabeza muy rápidamente.
-Dijo que usted es la heredera primogénita y que heredó el poder completo del clan Vamalia. Aunque no estoy muy segura de a que se refiere con eso...
Una sonrisa divertida se abrió paso por los labios de Ash. Al parecer, los rumores corrían rápido.
-No a mentido en nada.
Joanne estaba por hablar otra vez, pero una voz la detuvo en su cometido.
-¿Cómo te llamas?
Observó como Lars, el heredero de Dracas le hablaba con tono insolente a su hermana. Su voz era varonil, un tanto ronca y arrastrada por el poco uso del idioma. Tenía entendido que todos los herederos tenían el deber de aprender todos los idiomas de los clanes... Pero no sabía si los demás clanes ponían aquello en práctica.
-Alisa.
-¿Alisa qué? -preguntó burlón. Era un idiota.
Ash empezaba a saber por donde iba la conversación.
-Alisa de Vamalia -respondió incómoda.
Ash observó como las niñas Dracas parecían reírse de su respuesta, y aquello hizo que un enano en la cabeza de la rubia se despertara. ¿Estaban burlándose? ¿Osaban cometer tal insulto?
Bufó por lo bajo cuando las escuchó reírse.
-La pobre es una Vamalia -se rió una de las gemelas.
-¿Saben cuál es su poder?
-Tienen el poder del amor.
Fue suficiente para Ashleby cuando los escuchó reír, lanzando besos imaginarios hacia Alisa.
No sabían en que acababan de meterse.
Con un rápido movimiento, Ash clavó un cuchillo en la mesa, provocando que las gemelas se sobresaltaran en sus sillas. Sus ojos la miraron con sorpresa, como si no hubieran esperado esa respuesta de ella. Tal vez pensaban que era de otro clan, y no sería extraño, se parecía mucho a la pequeña Joanne con sus cabellos rubios y pómulos altos. Pero al verla con más profundidad, notaron que sus ojos eran de un profundo escarlata.
-¿Divertidos, niños? -les preguntó con burla mientras se posicionaba al lado de su hermana, quien tenía los ojos cristalizados. Ash solo rogaba que no llorara enfrente de todos, no podría explicarlo sin revelar quienes eran en realidad- Los juegos de críos como ustedes son patéticos, si me preguntan.
-¿Y a ti que te importa? -preguntó una de la gemelas, sus ojos destilaban molestia y burla.
-No deberías meterte -secundó la otra.
-Me meteré porque me place hacerlo -dijo con voz atona, indiferente-. Y porque acaban de meterse con mi hermana.
-Ash -la llamó su hermana-. No vale la pena.
-No me importa si vale la pena o no -dijo mirando con desagrado a los Dracas, quienes se sentían más poderosos que todos los demás herederos. Lo cual no era verdad-. Me importa que un trío de críos estúpidos en verdad creen que pueden burlarse de un clan entero sin recibir las consecuencias.
-¿Y crees que podrás hacer algo al respecto? -preguntó Lars, quien parecía muy divertido con la conversación: era como si en verdad creyera que no podía hacer nada en su contra.
Una sonrisa se deslizó por los labios de Ashleby, quien sabía que sí podía hacer algo al respecto.
-Escuché rumores de ti y tus primas, niño -le dijo con voz suave, burlesca. Aquello captó la atención de los demás herederos, quienes estaban al pendiente de lo que decían-. El heredero de Dracas, una completa burla para su apellido -Él la miró con ojos duros y la mandíbula apretada-, y las hermanitas Inger y Fanny... Las sobrinas del Barón Magnus; unas niñitas consentidas y creídas. No estoy nada sorprendida por su actitud desagradable, de hecho, me divierten -les sonrió a ambas, quienes se encogieron en su sitio por su actitud intimidante. Era una mujer que intimidaba fácilmente.
Malcolm la miró con curiosidad. Una curiosidad que lo llevaría a descubrir más sobre la heredera de Vamalia: parecía ser el tipo de vampiresa que atrae a todos los que la miran.
-Con el poder del amor debes creer que cualquiera debe obedecerte, pero todos sabemos que no es así. Mejor vete y deja de dar lástima -dijo Fanny, quien decidió hablar mientras la observaba con burla. Algo que contrastaba con la actitud de su hermana y primo; ambos estaban muy serios.
-No me tientes, cariño -se le acercó con aire dulce, pero amenazante. Su sonrisa daba escalofríos-. No querrás que cumpla tu deseo de servirme.
-¿El poder de manipular las decisiones de otros? No te creo capaz de algo así -dijo Lars con tono desafiante.
-¡Hazlo, Ash! -exclamó su hermano menor.
-¡Sí! -secundó Joanne.
Sonrió, sin querer ser parte de ese circo de idiotas, pero al mismo tiempo queriendo hacerle daño a los niños Dracas. Al final se decidió por un no. Es estúpido pelear como una cría. Ya era una adulta, debía crecer y madurar, hacer cosas de adultos. No pelearse con los otros herederos por un desacuerdo estúpido.
-¡Espera! Es el mismo poder que tiene Dios -habló alguien más. Ashleby dirigió su mirada a otro niño, al hijo del Conde y la Condesa, lo había visto merodear cerca de ella con un libro en mano. Hasta ahora notaba que era una Biblia la que cargaba tan de cerca-. Mira -y lanzó el libro de cuero negro. Lars lo atrapó en el aire, pero no fue suficiente como para impedir que sus manos empezaran a arder.
Ashleby rió, complacida por su dolor.
-¡Ash! -exclamó Alisa, en forma de regaño.
Se encogió de hombros.
-El niño se lo buscó.
-¡Es una Biblia! -exclamó Lars.
-Arde con ella, imbécil -le gruñó Ash mientras se alejaba y se sentaba en su sitio. Volvió a lo suyo mientras bebía de su rojo. No se metería en más problemas. No el primer día.
Mientras comía, sintió como una sonrisa divertida se deslizaba por sus labios. Hace mucho tiempo que no se divertía tanto.
-¿Lo ves? Todo está aquí. El amor es el camino a la luz.
-Es un milagro -dijo una Alisa muy sorprendida e impresionada.
Lars gruñó en desacuerdo.
-El poder de los Nosferas -dijo orgulloso, echándole una mirada rápida a Ashleby, quien se enterneció por su mirada emocionada y le sonrió de vuelta.
La mirada de Lars se oscureció muy rápidamente, tanto que nadie supo como reaccionar con lo que sucedió después.
-Te voy a mostrar que es poder -gruñó Lars enfadado.
De pronto, el heredero de Nosferas dejó de estar en el piso y fue suspendido en el aire por una fuerza invisible. Una fuerza que lo hizo gritar por la presión.
Todo acababa de irse a la mierda.
♠️♠️♠️
Pregunta del día:
¿Qué creen que hará Ashleby?
¡Veinte votos, diez comentarios y vuelvo a actualizar!
Atte.
Nix Snow.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top