Capítulo 3: "El Camino de Breanne"
Salgo de mi casita del árbol. ¿Y ahora qué? Observo detenidamente alrededor hasta encontrarme con una pequeña nota clavada en las escaleras, por el cuál acabo de descender.
"Pase por la entrada y haga una poción en la casa del Herbolario, para recordar"
Busco ayuda en la bola de cristal. Estoy confundida.
-¡Señor!... ¡Fidget!
-Señorita.
-Acabo de encontrar un letrero extraño. No conozco ningún herbolario.
El forastero me ayuda a seguir adelante. De alguna manera, siento que puedo confiar en él. Sin embargo, apenas camino, una vibración invade mis pies. Se incrementa hasta tal punto que se convierte en terremoto. Busco el tronco de un árbol para sujetarme y veo, a metros mío, como parte del suelo se desmorona.
-¿Cómo puede ser esto posible?
-Recuerde que Lilith le pondrá todo tipo de obstáculos para rescatarme.
-¿Rescatarlo? Pero no lo conozco.
-Cuando llegues a la casa del Herbolario, comprenderás todo.
El señor me dice que tengo que seguir adelante, a pesar del gran precipicio que se generó. Saltar no puedo, tengo que crear un puente. Sogas no hay. ¿Cómo cruzo?
***
En algún lugar del Reino de las Hadas
-Tienes que ponerles elementos que ya hayas usado para que empiece a recordar. Si las palabras no funcionan, intenta con objetos o puzzles repetidos -dice Aeval.
-Gracias madre -responde aliviado su hijo.
***
De regreso, con Breanne
La bola de cristal vuelve a vibrar. El caballero me está hablando y me da nuevas indicaciones. ¿Un puzzle? ¿Acaso tengo 9 años?
-Cálmese... es por su bien.
-¿Qué pasa si no lo resuelvo?
-No tiene sentido responder esa pregunta si sigue pensando que se llama Breanne.
De nuevo este planteamiento ¿Acaso no me llamo así? Con esta conversación me siento como en un juego de mesa: avanzo cuatro casilleros, retrocedo tres. Sin embargo, el rompecabezas me resulta familiar ¿lo vi en un sueño? Lo resuelvo como si mi mente supiera donde colocar las piezas y, automáticamente, veo un destello que sale de las profundidades de la tierra.
-¿Qué es eso?
-Un portal señorita. No tenga miedo, entre y les daré las próximas indicaciones.
A simple vista, parece un espejo con su marco dorado aunque en el lugar del cristal, hay un brillo que no me deja ver. Camino a ciegas, esperando que lo desconocido me sorprenda.
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