Vol. 4
[cuarto de baño]
-... Esta bien, pero no te acerques tanto.
La mucama comenzó a quitar la ropa al pequeño para bañarlo pero al hacerlo pudo ver la falta de alimento y mala condición de este ¿como fue que pasó esto? Se preguntó.
"un niño pequeño como este, sufriendo de tal manera... Debo cuidarlo bien"
Despues de que el niño entrará a la bañera Anna comenzó a sacar toalla y jabón de los cajones, cuando Chris vio esto se asustó.
-¡no me toques!- volvió a gritar.
-pero entonces ¿como te bañare?- preguntó la rubia con el jabón envuelto en una toalla.
-¡¡vete, si me tocas también te contagiaras!! - trato de alejarse los mas que la bañera dejaba.
-¿oh? No te preocupes por mi ¡soy inmortal! - se rio ella.
-no es una broma- vocifero molesto.
-no estoy bromeando, cuide a cientos de enfermos y siempre salí sana. Vamos, mira- apesar de lo asustado que estaba el niño, la dama tomó su mano- ¿ves? No me paso nada.
-todos siempre tienen miedo de contagiarse, creí que estaba maldito... ¿Yo también te puedo tocar?- pregunto el niño ya más calmado.
-hazlo- aseguro firme.
-¿aún si estoy maldito?- el pequeño estaba asustado.
-no lo estás, además, yo soy inmortal, nada me hace daño- sonrió dándole la confianza para que este alcé la mano hacia su cara.
-... Es cálido- dijo finalmente.
Cuando Anna terminó de bañar al pequeño Chris lo llevó al cuarto de la misma forma, este se notaba más en confianza que al principio, esto era un avance.
-¿me puedes repetir tu nombre?- el niño miró hacia la ventana que dislumbraba una tenue luz.
-es Anna y... No tengo apellido- sonrió nerviosa.
-¿eh? ¿Por qué?- dirigió su mirada a ella.
-soy huérfana- dijo disminuyendo la sonrisa que ya se le hacía común a el menor- pero, tuve muchos hermanos que me hicieron sentir el calor familiar.
-ya veo...
-¿ahora yo puedo hacerte unas preguntas?- Anna se dirigió a los cajones para sacar ropas al pequeño.
-supongo- dijo inseguro.
-¿tus padres saben de esto?- fue lo primero que se preguntó y quería la respuesta de inmediato algo que la carcomia desde el momento en que vio su mal estado cuerpecito.
-no... Pero no es su culpa, yo soy el que los aleja por miedo a contagiarlos, no creo que todos sean inmortales como tu- agachó la mirada decaído.
Se sentía un poco mal al ver esa tristeza, algunas veces Anna mentía de esa forma a los más pequeños sólo para poder curarlos, después de todo la medicina le fascinaba, ahora no sabía si había hecho bien ya que así pudo acercarse y ayudarlo de esa forma, pero realmente no le gustaba mentir.
-sobre las otras mucamas...
-ellas se alejan de mí lo más que puedan por miedo a contagiarse, excepto una, aunque guarda su distancia siempre cumple con lo que le digo a la perfección, no me acuerdo su nombre- completo el pequeño azabache.
-no se preocupe aquí estoy, yo lo cuidare- tal vez muy en el fondo a pesar de alejar a su familia de él para no enfermarlos quería que alguien lo cuidara y le dijera "no te preocupes aquí estoy" una pequeña sonrisa se reflejo en su cara, muy leve pero que Anna noto, eso la hizo más feliz.
Dejó la ropa limpia sobre su cama y limpio el cristal roto anteriormente, justo cuando Anna estaba a punto de despedirse Chris habló.
-eres la primera... Que se acercó de esta manera... Y que me quiso ayudar de entre todas las demás mucamas... G-gracias- agachó un poco la mirada con los ojos cristalinos.
-... No, no se preocupe, me gusta ayudar- y le sonrió cálidamente tal y como ella sabia hacer.
Posterior a eso salió del cuarto, al estar ya afuera se permitió llorar, no quería que el pobre niño llevara tal carga, debía de alguna forma hacer que sea parte de su familia como en los retratos le mostraban.
-¿eh?- una voz gruesa se escucho de repente.
Elevó la mirada topandose con el amatista, de un joven al parecer unos años mayor con cabello negro, se parecía a alguien...
-s-su excelencia- hizo una reverencia rápida al contrario.
-...- se quedó viendo a la muchacha extrañado.
Claro, se había olvidado limpiarse las lágrimas de antes.
-ahhh, l-lo siento- se limpio rápido la cara con sus mangas.
-no, está bien ¿mi hermano te hizo llorar?- lo primero que cruzó la mente de Ray fue "que tan mal esta tratando ahora a las sirvientas para que lloren"
-no, no... B-Bueno, en parte si por el acercamiento que hice con el joven- que raro el azabache se espero cualquier cosa menos esa respuesta.
-¿acercamiento? ¿El te dejo acercarte?- preguntó un poco sorprendido.
-eh si...
-ya veo- Ray estaba intrigado, Chris no dejaba que nadie se acercara tanto a él por miedo, aun así el siempre iba al cuarto de su hermano, pero cada vez que iba estaba con llave, solo la abría cuando necesitaba de las sirvientas, lo cual ocurría muy poco.
El azabache creía que era para que nadie viera su debilidad, ni lo vieran como un enfermo inútil, lo cual en parte sí era lo que sentía Chris, pero el también se buscaba alejar de los que más quería por miedo a contagiarlos, a pesar de que su enfermedad es aún un misterio, Ray no creía en ello como algo contagioso puesto a que no vio a nadie cercano con síntomas, más bien lo otros casos de "contagio" al parecer fueron pura coincidencia, ya que al final terminaron curados, aunque claro Chris no lo sabía.
-... ¿Y-ya me puedo retirar?- pregunto nerviosa.
-ah, si- por un momento se olvidó de su presencia y la joven se retiro.
Seguido de eso, tocó la puerta y Chris sospechando quien era primero preguntó "¿quién es?"
-Chris, soy yo, Ray- le respondió del otro lado de la puerta.
-hermano...- se escucho.
-acaban de terminar las clases ¿cómo te fue hoy día?- pregunto tratando de saber el porque de el acercamiento con la otra mucama.
-muy bien, hoy día en la mañana también vinieron papá y mamá contando que te escapaste y conocí a la sirvienta nueva, se llama Anna, es genial, parece que es inmortal- respondió emocionado, cosa rara pues gracias a su enfermedad todo lo que contaba era con un tono de pesar, solo alegraba el tono cuando hablaba de las visitas de sus padres.
-¿inmortal?- mencionó confundido.
-si, cuando trate de alejarla ella se acercó y tomó mi mano, dijo que era inmortal que había cuidado de otros niños y nada le pasaba- explicó el niño tras la puerta.
-entiendo- en otras palabras ella mintió a sabiendas de la ingenuidad de los niños solo para... ¿Cuál es exactamente su objetivo? Es lo que Ray tradujo de lo mencionado por el menor.
-Chris...
-¿que sucede hermano?- preguntó aún con la emoción de antes.
-es doloros hablar contigo tras una puerta...
-pero, es que yo... Yo no puedo estar cerca de ustedes...
-tsk, maldición dame un tiempo y te demostraré que esa enfermedad no es contagiosa ¡que no hay peligro en acercarnos y algún día encontraré la maldita cura!- levantaba la voz cada vez más- y volveremos a estar como antes...- susurro.
-... Entonces, te estaré esperando, hermano- no lo podía ver, pero sentía que había una sonrisa en la cara de su pequeño hermano.
Le preocupaba la ingenuidad de los niños, por creer ciertas cosas luego se alejaban de todo y todos, cuando es en realidad una serie de malentendidos y coincidencias. Ahora solo precisaba de la ayuda de aquella sirvienta y un poco más de información.
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Siento que esta obra será de capítulos relativamente largos. Nos vemos en el siguiente capítuloe, espero le haya gustado 🎃
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